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Aplec dels Ports, Arnau Tordera, Arrankapins, Auxili, Ayuntamiento de Castellón, Benicàssim, Candela Roots, El Caimán Producciones, El Chamuyo, Enrique Morente, Feslloch, Funkiwi’s, Grao de Castellón, Junior Mackenzie, La Ludoneta, La Ranamanca, Lagartija Nick, Los Auténticas, Los Romeos, Luis Prado, Mediterranean Roots, Metrònom, Obeses, Omega, Paco Tamarit, Pedro López, Pep Gimeno Botifarra, Pinar, Rock&2, Rototom Sunsplash, Sara Ledesma, Sr. Mostaza, Toni de l'Hostal, TrobadoretsLa experiencia de la primera edición del Arrankapins Festival se ha resuelto de una manera tan satisfactoria que desde la organización (Ayuntamiento de Castellón a través del departamento de Cultura que encabeza Vero Ruiz, Metrònom y El Caimán Producciones) ya se piensa en la segunda. Este estreno presentaba un cartel ecléctico a lo largo de tres días –del 22 al 24 de julio- que de primeras despistaba por su diversidad, aunque al repartirlo en franjas terminó conectando con públicos diferentes cada día o sesión de mañana/tarde. El perfil de espectadores se fue renovando de una manera constante, alcanzando el pico máximo en la noche del viernes, con unos 1.000 asistentes. Las cifras oscilaron entre esa cantidad y el centenar del inicio de las tardes del viernes y sábado, registrándose una incontable cifra de entradas y salidas al ser el Pinar del Grao de Castellón un espacio abierto. Lo que estuvo instalado en todo momento fue un ambiente agradable, recibiendo la experiencia el beneplácito mayoritario de los asistentes.
El festival comenzó mirando a las nubes. La lluvia de la tarde del viernes interrumpió las pruebas de sonido y a la hora prevista (19:00) para que Toni de l’Hostal se subiese al escenario caían cuatro gotas, pero lo suficiente para impedir su arranque debido al peligro de dañar el material eléctrico. Hubo un primer intento, pero este animador –así se autodefine- valenciano se tuvo que bajar al escenario tras interpretar una canción. A la segunda, y protegido de algo que no era ni llovizna, puso en marcha su show, presentándose como “Enric Nomdedeu” (vicealcalde de Castellón) y comenzó con sus ácidas canciones reflejando desde su óptica el engranaje de la sociedad valenciana.
Pep Gimeno Botifarra es todo un fenómeno, como cantante y por su repercusión. Su mera presencia garantiza una buena afluencia de seguidores, aunque los conciertos de música en valenciano siguen sin contar con el tirón de lo que aparentan en citas como Feslloch o Aplec dels Ports. Sabe adaptarse a cualquier formato –esta vez en dúo- y emocionar con su voz, sus canciones de poble y sus historias llenas de tradición popular. Él mismo se emocionó al observar cómo entre el público se construía por dos veces una improvisada muixeranga.
Si unas quinientas personas se congregaron para ver a Botifarra, la cifra se duplicó en la sesión nocturna. Ante tal cantidad de público se produjo el inconveniente de largas colas en los puestos de comida dentro del Pinar (estaba prevista la presencia de cinco caravanas en el festival, pero sólo acudieron tres). El Chamuyo y La Ranamanca son de los grupos castellonenses con más seguidores y su presencia ya acostumbra a garantizar una cantidad importante de público (fácilmente identificables, sobre todo en el caso de los ranomancos, por sus camisetas). Garantizan fiesta en ambos casos a base de mezclar sonidos que en su conjunto invitan a moverse delante del escenario. Componentes de ambos grupos comentaron que fue de los conciertos que más habían disfrutado, tanto por el paraje como por la cantidad de público y su implicación. Entre medio, Auxili, banda reggae de Ontinyent muy activa en escenarios valencianos –y se nota- que convenció a los presentes con sus ritmos, provocando que en varias fases se siguiesen muy activamente con los brazos sus temas, principalmente los de Instants cremant.
SÁBADO 23 DE JULIO
El sesión vespertina del sábado despertó dormida en cuanto a afluencia. El centenar de personas que se llegó a concentrar durante la actuación de Sara Ledesma con Rock&2 buscaba protegerse del sol mientras sonaban esas piezas de indie folk de la compositora y cantante castellonense, que acentúan sus refinadas aristas melancólicas con el violín y la segunda acústica, dotando de mayor riqueza unas canciones entre las que sobresale la bella y cada vez más segura voz de Sara, como queda patente en temas como “Goodbye”. Junior Mackenzie se situó sobre el escenario con su electroacústica y fue interpretando las canciones de sus tres discos de folk-rock ya publicados, incluido aquel primerizo Street light, además de otras que forman parte de una próxima grabación que aún está en su fase inicial. Recuerdos a todos sus discos, en los que hay sumergido el espíritu de un castellonense que hubiese querido nacer en Estados Unidos.
La noche empezó con Luis Prado. La afluencia fue menor que en la jornada anterior (alrededor de la mitad). El Señor Mostaza llegó con un compañero de grupo, el guitarrista Paco Tamarit –no en todos los temas-, repasando su reciente disco en solitario, Mis terrores favoritos, junto a versiones de clásicos del rock y algún recuerdo a su banda, “Un momento eterno”. Muy seguro en todo momento de sí mismo, tecleando con maestría y cantando su pop artesanal. Lagartija Nick era el grupo con más tirón de la noche, y el que llevó a un público más exclusivo. Los granadinos -con su formación original, el liderazgo de Antonio Arias y Eric Jiménez (Los Planetas) en la parte de atrás- hicieron un par de referencias a Los Romeos y cabe entender que a Pedro López –compositor y bajista del grupo castellonense- a quien se refirieron como “genio”. Su sonido siempre resulta complicado de domesticar, tal vez por la propia esencia del grupo, con ese gusto por el estruendo ruidista dentro de su rock alternativo. Como ya hicieran en abril en el concierto 500 del Four Seasons en la sala La Burbuja, repasaron su larga carrera e incluso al capital Omega que grabaron con Enrique Morente con la canción “Ciudad sin sueño”.
Para rematar la noche, la sorpresa del festival: Obeses. Grupo catalán que está triunfando en su zona pero era desconocido por Castellón. Su principal fuente de inspiración es Queen, y se nota por la manera de cantar de Arnau Tordera, los coros y por esa mezcla de estilos (del power metal a la música disco) tan característico de los británicos; sin olvidar su versión íntegra de "Bohemian Rhapsody". Un espectáculo ellos y sus fans, cantando y bailando cada tema. Su tercer LP, Monstres i princeses, ha sido escogido Disc Català de l’Any por Ràdio 4.
DOMINGO 24 DE JULIO
El intenso calor del domingo por la mañana fue un obstáculo, ya que invitaba más a pasar el día al lado del mar que en el Pinar intentando protegerse del calor. Aun así, las jovencísimas Las Auténticas volvieron a demostrar su efecto imán, uniéndose al grupo especialista en música para los más pequeños, Trobadorets, y a los juegos infantiles servidos por La Ludoneta.
Por la tarde, una de las fiestas reggae que Rototom Sunplash está organizando como preámbulo del festival que del 13 al 20 de agosto tendrá lugar en Benicàssim. La noche anterior el escenario había sido unos abarrotados Jardines de Viveros, en Valencia, con dos formaciones valencianas que repitieron en el Pinar: Mediterranean Roots y Candela Roots, esta última con temas en valenciano. Público diferente al de los días anteriores, superando los 400 espectadores durante prácticamente toda la tarde, y el buen ambiente instalado en esta zona marítima, con el colofón del funky duro de Funkiwi’s, cercano en muchos momentos a Rage Against The Machine.
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