Cantar. Saltar. Bailar. Sonreír. Abrazar. Encontrar. Rozar. Llorar. Gritar. Correr. Descubrir. Conocer. Estallar. Recuperar. Si hay una conclusión clara que se puede sacar de la última edición del FIB. Iba de mucho más que ver a Kasabian y Nathy Peluso coronándose el último día o de si un cartel modesto, corto y sobado podría cumplir expectativas -que también. Como explicamos en la crónica, el FIB 2022 iba, sobre todo, de reencontrarnos.
De volver a pisar el recinto de Benicàssim tres veranos después como si nada hubiese pasado (aunque han pasado demasiadas cosas). De disfrutar de la música como antes de llevar una mascarilla en la mochila; sin miedo. Paula Abellán Castillo resume en este vídeo los destellos de un público que, por fin, vuelve a conectar con los festivales como antes. Pero también de un festival que quizás está reencontrándose consigo mismo.