Marte acercó durante cuatro días a los castellonenses la mayor exhibición conjunta de arte contemporáneo vista en la ciudad. Una feria instalada en el Palau de la Festa con varios objetivos: desde la muestra y el posterior debate sobre las sensaciones surgidas del contacto con unas obras que buscan huir de la indiferencia, hasta las transacciones entre galerista/artista y comprador, junto con el inicio o el fortalecimiento de relaciones entre las diferentes partes de cara a futuras colaboraciones. Con la perspectiva aún cercana en el tiempo, sus dos organizadores, Joan Feliu y Enrique González Jiménez “Bocángelus”, ofrecen a Nomepierdoniuna un repaso a este evento desarrollado entre el 11 y el 14 de septiembre.

En líneas generales, su lectura arroja un saldo positivo y una apuesta clara por la continuidad. Para empezar, se apoyan en la cifra de asistencia, que apuntan a “unos 10.000 visitantes, según expertos en conteo, a partir de series fotográficas del Palau, con un margen de error del 10%; con 1.200 personas la mañana del jueves, la de la inauguración”. Y en las operaciones de compra-venta, de las que se han hecho públicas 23, repartidas de manera desigual entre los veinticuatro estands, corazón de este encuentro con extensiones repartidas en distintas actuaciones puntuales (música, performance, proyecciones audiovisuales, chats…). Y junto a las cifras, las sensaciones, provocadas por los comentarios de los participantes, que han sido principalmente de felicitación, aunque también hay un visible margen de mejora, expuesto principalmente a través de la opinión de Javier Pérez Buján, de la Fundación Laxeiro.

Los primeros que toman la palabra para analizar qué ha sido Marte en su primera edición son Joan Feliu y Enrique “Bocángelus”.

>¿Qué balance hacéis de esta primera edición? ¿Habéis captado la atención de Castellón del modo que esperabais?
Teníamos varios objetivos en mente. Por un lado, la socialización del arte contemporáneo, devolverle a la gente su derecho a disfrutar del arte actual, darle al artista el escaparate para mostrar lo que quiere decir, y hacer eso compatible con un mercado de obras de arte de calidad lejos de los habituales planteamientos tradicionales, que desprecian a las personas de la calle porque en el snobismo encuentran la posibilidad de incrementar los precios. Sobre la atención despertada estamos muy contentos y orgullosos de nuestra sociedad, que ha respondido masivamente y con calidez a la llamada de los artistas.

Vista panorámica de la primera edición de la Feria Marte en el Palau de la Festa de Castellón. Foto: Pau Bellido (ACF).

> ¿Cuáles son los comentarios más repetidos que habéis escuchado?
Te diríamos que nos han felicitado por el esfuerzo, la valentía, por el trabajo, y que nos han dado las gracias, y eso podría ser una muestra de educación, de cortesía, pero lo cierto es que hay gente que nos ha abrazado y nos ha besado. Y no seguimos porque nos entran ganas de llorar.

>¿Creéis que se ha cumplido el séptimo principio del Manifiesto marciano: “La praxis artística no puede dejar de ser en principio polémica y crítica, como ejemplo de superación del modo de pensar”?
Por supuesto. Venir a Marte y no pensar o reflexionar sobre lo que veías era imposible. Luego, irte a casa y repensar, esperamos que haya sido lo habitual.

>¿Cuáles han sido las instalaciones y actuaciones que más os han sorprendido?
Nosotros conocíamos la programación, no hemos seleccionado nada sin verlo antes, pero la conexión con el público que han tenido Inés Bermejo y Eva Díez con Si no puedo bailar tu revolución no me interesa; Miguel Andrés con System y el Océano Plástico de Javier Ayarza han sobrepasado con mucho nuestras expectativas.

>¿Se puede hacer un cálculo aproximado de las asistencias a Marte?
Estamos a la espera de la estimación que están haciendo expertos en conteo de personas a partir de series fotográficas del Palau, pero con un margen de error del 10% parece que hemos acertado con el objetivo inicial de 10.000. Sabemos que sólo durante la inauguración de la mañana del jueves pasaron por el Palau 1.200 personas.

>En cualquier feria su pervivencia depende del volumen de compra-venta. En este sentido, ¿ha sido Marte un buen espacio para las transacciones?
Depende de a quién se lo preguntes. Lo decimos porque ha habido un buen número de ventas, pero no repartido. Hay quien ha acertado con la sensibilidad de la gente de Castellón y otras galerías, siendo su obra igualmente importante y de calidad, no han tenido la misma suerte. Ha habido muchas ventas postergadas a ver más obra del artista en la galería y, de todos modos, Marte ha resultado excepcional en los contactos que se han generado: hemos tenido presencia de directores de otras ferias que han negociado la participación de algunas galerías presentes, y muchos artistas han encontrado otras galerías con las que ampliar sus trabajos.

>¿Ya se puede confirmar que habrá segunda edición y repitiendo en el Palau de la Festa?
Por nosotros que no quede. Nuestro sueño es que Castellón sea el referente de la democratización del arte. Y el Palau sigue siendo el sitio ideal.

>¿Tenéis ya claros algunos cambios o mejoras que pretendáis incluir?
Tenemos claro que hay cosas que no vamos a cambiar porque forman parte de lo que tiene que ser Marte: las actividades paralelas, las reflexiones culturales o la presencia importante de una oferta de vídeo-arte, por ejemplo. También sabemos ya que podemos reorganizar el espacio para que sean disfrutadas mejor, abrirlas aún más a la ciudad, unir algunas actividades con otras. Y gracias a la colaboración de los participantes también tenemos en mente algunas innovaciones para hacer participar más al público o para atraer experiencias artísticas que no tienen cabida en casi ningún evento. Ya se verá. Sabéis lo que nos gusta ir haciendo comunicados a la prensa...

>Circulaba el comentario de que es probable que la feria cuente con un patrocinador importante.
Está bien que circule ese comentario. Ni desmentimos ni confirmamos.

OTRAS OPINIONES SOBRE MARTE

>Pilar Dolz (directora de la Galería Cànem de Castellón)
Sobre la feria: “Los organizadores han trabajado muchísimo. Estoy sorprendida por cómo han podido hacer tantas cosas en tan poco tiempo y tan bajo presupuesto: conciertos, mesas redondas, charlas, guarderías, performances... A los visitantes les gustó muchísimo. Una feria es escaparate, pero es mercado; si en época de crisis el mercado no va, quizá no se le debería llamar feria, podría llamarse sin complejos: jornadas, encuentros, bienales... etc. De todos modos, siempre digo que una feria no se termina cuando se cierran las puertas, esperemos que dé más de sí, que todavía puedan surgir ventas, intercambios, exposiciones.... Es solo el primer intento”.
A nivel particular: “Yo jugaba en casa, es fácil empatar en casa...”.

La galería Cànem con obras de Mar Arza, en la Feria Marte. Foto: Pau Bellido (ACF).

>Ana Sansano (dibujante de Onda y expositora en el Aula Nómada)
Sobre la feria: “Ha sido una experiencia plenamente positiva. Se ha hecho un enorme esfuerzo por parte de todo el equipo de Marte para llevar a cabo un proyecto de semejante envergadura y conseguir alcanzar la difícil tarea de acercar el arte contemporáneo a un público tan poco acostumbrado a este sector como es el castellonense. La respuesta de la gente ha sido buena, así que espero que sirva para que esta feria se repita muchos años más”.
A nivel particular: “Ha sido una experiencia muy enriquecedora y productiva, ya que he cumplido de pleno con mis expectativas, que eran amortizar gastos con la venta de obra y abrir mercado no sólo a nivel local sino en otras ciudades, trabajando con otros galeristas, y eso se ha cumplido, así que estoy muy feliz”.

>Javier Buján (comisario de la muestra Entre mares, organizada por Coll Blanc de Culla y Fundación Laxeiro de Vigo)
Sobre la feria: “El haber conseguido realizar una primera edición de la feria en una ciudad como Castellón me parece todo un logro. Una pena no haber podido contar con las galerías de Valencia, que parece como si no hubieran querido saber nada y creo que habría que conseguir que estuvieran. En cuanto al criterio de selección, creo que se debería haber sido más riguroso: la presencia de galerías con propuestas muy mediocres empañó la visibilidad de un buen puñado de espacios que tenían una oferta muy interesante. En concreto, una galería que tenía un estand que se construyó diferente a los demás y que instaló su obra fuera del mismo, ocupando parte del espacio común con unas piezas escultóricas atroces, me parece que no le hizo ningún bien a la imagen de la feria. También creo que la organización pagó el precio de la novatada con la mala calidad del material utilizado para los estands y los tiempos de montaje, teniendo que inaugurar sin tener instalada la electricidad, y eso fue una pena. También me pareció muy fuera de lugar, por lo ingenuo y pretencioso, el manifiesto Marte y su recitado, a manera de letanía en el concierto inaugural. Parecía una cosa entre ultra-católica y estalinista y los contenidos del manifiesto eran bastante peregrinos. El recinto me gustó, aunque eché de menos una sala ofimática que permitiera enviar información o imprimir documentos y, en cuanto a la afluencia de público no puedo decir porque me fui el viernes y tampoco conozco Castellón como para valorar si hubo mucha gente o no. Lo que me pareció es que la gente estaba muy contenta con el evento, como si Castellón necesitara realmente un evento como ése”.

>Galería Isabel Bilbao (Xàbia)
Sobre la feria: "Es difícil evaluar una feria cuando no se han tenido ventas. No cabe duda de que ha habido un gran esfuerzo para preparar un conjunto de actividades dentro de la feria y antes y después de las fechas de la misma. Se ha trabajado de cara a los medios y la prensa y se ha tratado bien a los expositores, dejando aparte el problema de la luz el primer día. Los conciertos, performances y actividades han animado a visitar la feria a amigos y parientes de los implicados, lo que no es mala idea, pero el perfil de comprador ha escaseado en demasía a pesar del trabajo realizado por los organizadores. Los niños han llenado el domingo, y la edad de sus padres es buena en principio para lograr un grupo de coleccionistas jóvenes, pero creo que los niños hubieran estado estupendamente fuera, en la explanada de entrada, trabajando en mesas al aire libre, si se hubieran puesto unas sombrillas (hacían mucho ruido y no creaban un ambiente de concentración para ver las obras). La falta de clientes no ha sido una sorpresa dado cómo está el mercado en España en estos momentos. Sí hemos echado en falta a público venido de Valencia, pues pensábamos que podrían llegar a desplazarse hasta Castellón. Quizás el organizar la feria como evento más especializado y menos popular, de carácter más elitista, pudiera dar frutos en el futuro, lo que haría perder el aire juvenil, fresco y aglutinante que ha querido mostrar la feria para pasar a ser un evento más selectivo y quién sabe si más mercantil. Lo uno por o otro, y aún así ¿Funcionarían las ventas?".

En primer plano, parte de las piezas de la galería Fontanar. Foto: Pau Bellido (ACF).