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El grito impositor de macho de Alberto San Juan abarrota el Paranimf de la UJI

No es el Paranimf de la UJI un espacio que apueste por nombres propios famosos. Busca más el riesgo, la reflexión... Con Alberto San Juan y su 'Macho grita' unió todos estos elementos y abarrotó la sala principal del edificio de la Universitat Jaume I de Castelló.
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Alberto San Juan más miembros de La Banda. Foto de archivo.

'Macho grita', escrita, dirigida y protagonizada por Alberto San Juan, con la aportación musical en directo de La Banda: Miguel Malla (saxo y teclado), Claudio de Casas (guitarra), Pablo Navarro (contrabajo) y Gabriel Manjuán (batería). Producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Paranimf de l'UJI de Castelló. Viernes 15 de marzo de 2024. Entradas agotadas (640 espectadores). Inicio: 19:50 (con 20 minutos de retraso por la larga cola de entrada al edificio). Duración: 90 minutos.

Le cuenta Alberto San Juan al público que por llenar hasta ocupa el siempre vacío lateral destinado a los medios de comunicación en el Paranimf de la UJI que acudió a la Compañía Nacional de Teatro Clásico para ofrecer una  nueva adaptación de Don Juan Tenorio, otorgándose el papel del arquetípico conquistador, el bravucón gigoló de la literatura española. La respuesta desde el organismo que preside Lluís Homar fue demoledora para el amor propio del actor madrileño: "Nos creemos que podemos hacer cualquier personaje a cualquier edad". Unas palabras que le situaron en el punto real de un actor de 55 años, a quien "con suerte me darían el papel del Comendador". Quiso rebelarse ante ese reflejo del espejo: "Yo quiero hacer lo que quiera. Yo quiero hacer lo que quiera. Yo quiero hacer lo que quiera. Yo, yo, yo, yo". Estéril pataleta.

Así que se hacía necesario cambiar el plan  El actor madrileño no iba a renunciar a Don Juan, pero tendría que darle una buena vuelta, no olvidarse de él, pero reducirlo a un apartado de su nueva historia. El resultado es Macho grita, aunque en realidad trata sobre ser español, muy español, lo que lleva implícito el concepto de macho.

Tal vez Alberto San Juan por sí mismo sea lo suficientemente atractivo para abarrotar el Paranimf de la UJI, pero el ganador de dos Goya -dentro de una larga trayectoria teatral, cinematográfica y televisiva- parece ser de todo menos acomodado por logros pretéritos (aunque tan recientes que son actuales), así que escribe, dirige e interpreta una obra unida por retazos narrativos, poéticos, con aire a conferencia, ensamblados por el gran trabajo musical de La Banda entre el jazz y el folklore. Por cierto, en La Banda es posible encontrar al teclista y saxo Miguel Malla (hermano del célebre Coque y miembro de Los Ronaldos, Mastretta, Fito y Los Fitipaldis), el guitarrista Claudio de Casas (La Frontera, Los Negativos), el contrabajista Pablo Navarro (Mastretta) y Gabriel Manjuán (Coque Malla). El mismo equipo de la anterior Nueva York en un poeta.

Alberto San Juan, durante 'Macho grita'. Foto de archivo.

El mensaje de Alberto San Juan apunta a la reiterada aplicación de la obligación de ser español a lo largo de la historia, señalando el año 1492 como puerta entre el pasado y el presente actual. El año del comienzo de la correlativa expulsión de moriscos y judíos. Según su argumentario debe ser que "el español siempre tiene razón", por lo que cabe erradicar otras identidades existentes para a fuerza de leyes conseguir la unidad en todos los sentidos... difícil manera de lograr armonía social. Una exigencia en vertical, desde el poder, que no respeta las diversas individualidades, distinguiendo entre imprescindibles y prescindibles, mejores y peores: El sistema macho.

Un mensaje de lo más actual que aglutina defensores y detractores, como es fácil de comprobar cada día. Un mensaje que en el mismo Paranimf contó con vistos buenos pero también desafectos. Algunos, pocos, contados con los dedos de dos manos, abandonaron la sala durante la puesta en escena.... aunque quizás la causa sea que no siempre los actores famosos -imán de atracción por sí mismos- llevan a cabo producciones de ligera lectura y cómoda asimilación,

Alberto San Juan parte de Don Juan, prototipo del hombre-hombre español que en conversación tabernaria con Don Luis se jacta de sus muertes y conquistas amatorias/violaciones durante un año para demostrarle que le ha ganado la apuesta en su pugna por ser el más macho-macho del lugar (la Sevilla de 1545). A partir de ahí, el actor expone lo que desea explicar remontándose al totémico 1492, frontera entre la Edad Media y la Moderna. No hace falta recordar que es el año en que culminó la Reconquista con la rendición musulmana de Granada ante los Reyes Católico y también en el que Cristóbal Colón arribó al continente denominado América. A partir de esa conquista, imposiciones para que toda cultura, tradición, creencia se convierta en una sola, deseando eliminar rasgos "infieles".

El protagonista y dramaturgo recurre a diversos autores, como María Zambrano o Rafael Sánchez Ferlosio, para revelar preguntas, dudas, silencios... dentro de un contexto con un denominador común: "La historia de España está, desde siglos, como encantada ante un umbral: el de la Guerra Civil". Todo ello dentro de un proceso constante de construcción/destrucción cuyo protagonista es "el hombre blanco heterosexual, con poder" (el macho).... "es decir, yo", remata Alberto San Juan.

Poco lo queda a Alberto San Juan por demostrar en el mundo de la interpretación después de una carrera de Pelotas, El otro lado de la cama, Bajo las estrellas, La isla interior... (también Hamlet o Tito Andrónico), pero lo demuestra. A pie de un escenario a oscuras con los cuatro músicos de La Banda como valioso fondo, el artista actúa, narra, baila, canta -en algunos instantes me parecía estar escuchando a Santiago Auserón-, declama, como en su impresionante "Vivo sin vivir en mí" de Santa Teresa de Jesús, recorriendo los pasillos de la platea y anfiteatro, sin necesidad de micro para hacerse oír.

En un tiempo en que son numerosos los actores de moda a quienes cuesta descifrar su diálogo, Alberto San Juan da una lección de vocalización y transmisión gestual. Sin olvidar otro mérito: todo lo que se ve y oye ha surgido de las teclas de su ordenador, sumando otro título en una carrera como dramaturgo comprometido que ha crecido en estos últimos años, cuestionando el poder y lo establecido, ubicándose a sí mismo en la izquierda.

Tal vez el grito de este macho resulte inútil, pero lo que busca Alberto San Juan con esta obra es convivir mejor, lo que se acabaría traduciendo en vivir mejor.

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