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FIB 2019. La contracrónica de Indies de Pacotilla

Consultar sus particulares (contra)crónicas cada día de FIB es ya casi como una tradición. Su forma de ver el festival y la ironía, acidez y descaro con el que Indies de Pacotilla* tiene la facilidad (y habilidad) para explicar lo que todos vemos. Ahora, lo cuentan para Nomepierdoniuna. Es la otra crónica. Lo que también pasó en el 25º aniversario del FIB. La auténtica chicha.
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Indies de Pacotilla, el siempre acertado análisis del FIB. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Jueves 18 de julio. Instagram 0 - 1 Novio Caballo

  1. Réquiem por los influencers. No hay photocall en el muro de la entrada. No hay cartel del South Beach entre palmeras. No hay piscina. No hay cartón piedra instagrameable. Nuestro más sentido pésame.
  2. Requiem, también, en la reconvertida zona de dj. Antes, hijo, todo esto era carpa...
  3. Novio Caballo. Están ya para ser algo más que la cuota local. Creciendo. Abrir festival no es fácil. Ojalá la primera de muchas. Y con mejor horario.
  4. Fontaines DC. Contundencia, sobriedad, actitud y calidad para el mejor concierto del día.
  5. Los vasos reutilizables. No tener que andar sobre una tonelada de plástico por el suelo para poder centrarse únicamente en esquivar ingleses tirados. Y tardar dos días y medio en ver volar la primera litrona. Gran acierto, sin duda.
  6. Marina no es Florence. Ni Roisin Murphy. Pero lo del jueves también estaba lejos de lo que solía ser el FIB. Así que empate. Para la chavalada, el bolo de la noche. Y unos pollaviejas como nosotros no somos quien para ponerlo en cuestión. Mención especial al cuerpo de baile y sus looks, claro homenaje a otra Marina (d'Or).
  7. El “bostezable” concierto de Kodaline. Tener que verlos porque no hay otra cosa en marcha en el recinto.
  8. Esperpento en la South Beach. Barbie Girl, Sonia y Selena, bailecito entre tema y tema y foto pal Instagram. Era el FIB, igual que podía ser la discomóvil de la verbena de nuestro pueblo en el descanso de la suelta de vaquillas. A reventar de público, of course.
  9. Action Bronson saliendo 45 minutos tarde. Action Bronson en modo malote. Sinceramente, ya cansan este tipo de actitudes. Nuestros dieses al festival por cortarle.
  10. Medio recinto cerrado y escenario único para el jueves. Curiosa y triste forma de empezar a celebrar un 25 aniversario.

Réquiem por Instagram.Foto: Carmen Ripollès (ACF).

Viernes 19 de julio. A medio gas

  1. Primer día con todo el recinto en funcionamiento. Sensación extraña. De precariedad. De ahorro. De recorte de costes. Poco grupo conocido a primera hora, mucho por conocer. Nada especialmente relevante -a nuestro entender- entre lo que vimos.
  2. La marabunta asaltando el stand de Gordon's en busca de cualquier brebaje gratuito para abaratar un poco la cogorza del día. Algo de extraño nombre y peor sabor repartido como merendola gratuita, (que vuelvan las Pringles, por favor). "Como una ola" perpetrado a pleno pulmón cada media hora desde el karaoke. En definitiva, a falta de atractivos sobre el escenario, gente buscando algo que hacer [vuelva al punto 1].
  3. Superorganism. Esperábamos bastante más. Sin duda un escenario más pequeño les hubiera beneficiado. Y no, lo de pequeño no va por donde pensáis…
  4. Monterrosa. Canciones fáciles, gente contenta. Lo que se espera de ellos. Bien resuelto, la verdad.
  5. Mavi Phoenix. No la vimos. Pero sí dos tipos con menos gustos en común en lo musical que Abascal e Iglesias en lo político nos lo mencionaron a la vez como de lo mejor de la jornada, eso es que debió ser algo serio.
  6. The 1975. Correctos. Casi académicos. Pero sensación de no haber llegado lo que presagiaban ser. De quedarse cada tema a medio gas.
  7. La South Beach. Llena hasta los topes. De apertura a cierre. Contentos, por ver a gente cercana y conocida -line up local ese día casi por entero- demostrar que se puede divertir al personal sin necesidad de entregarse al esperpento del jueves. Pero tristes a la vez porque que la zona de dj esté a rebosar durante todo el festival implica, no nos engañemos, que los conciertos no resultan todo lo atractivos que deberían.
  8. La steadycam del principal, otra víctima de este 25 aniversario. Y el talibanismo de ir tan a rajatabla con el tiempo. Una cosa es ser estrictos, y otra no dejar casi ni despedirse a un artista o cortar a un dj a mitad de su tema de cierre.
  9. Lana Del Rey, a eso de las 21.00, emergiendo entre sus palmeras de attrezzo, con todo el principal hasta los topes disfrutando, sentado y cerveza en mano, en un ejercicio coral de nostalgia y hedonismo, viendo la puesta de sol. ¿Se imaginan? Pues no, no fue así. Lana saliendo media hora tarde, dos de la mañana, tipos cayendo como moscas. Ni el mejor cloroformo, ni el más potente Valium. Fans aparte, no eran horas. Una verdadera lástima.
  10. Reconciliarse con el buen house de siempre gracias a Gorgon City. Una buena vocalista, una buena base. A veces no hace falta mucho más. Delicatessen.

The 1975 se quedó a medio gas. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Sábado 20 de julio. Avalancha: "Sex is on fire"

  1. Peaness. Tras no llegar a Kokoshca (que según nos dicen defendieron tener que abrir el principal con la solana con muchísima dignidad), no fue mala manera de empezar el día. Pop fresco y con buen futuro.
  2. SeaGirls. Los candidatos a "the next big thing" de cada año en el universo brit. No pintan mal, desde luego.
  3. Belako decidimos verles sentados cenando, en la pantalla y desde la lejanía. Al segundo mordisco al -infame, dicho sea de paso- chorizo criollo, nos arrepentimos. En su línea. Maduros y fiables. Apuesta segura.
  4. Carolina Durante y su cantante contorsionista. Que tu carrera musical esté más cerca de acabar por una lesión de espalda que por las drogas o el alcohol. ¿Que han crecido exponencialmente a base de hype? Sí. ¿Que a ese crecimiento han unido tablas y solidez en su directo? También. Aprobado con nota. Y Alfredo Duro convertido en "musa" de artistas. Mother of god!
  5. Jess Glynne. Porque sí, vimos a Jess Glynne (abrimos paraguas, lapídennos). Y no nos arrepentimos. Una banda de nivel, dos coristas brutales, un sonido excelente... Resultado: un show efectivo y efectista. Y gente bailando, sonriendo y disfrutando. El modelito de la Jess, por cierto, digno de cualquiera de sus compatriotas repartidas entre el público. Hasta una riñonera le hubiera dado un cierto toque de elegancia.
  6. El instante en que creímos morir sepultados. Acabar Jess Glynne. Salida ordenada hacia Kings of Leon. Sonar a lo lejos el primer acorde de "Sex is on fire". Acabar el orden. Esprints y carreras que ni Usain Bolt en su mejor momento. Hemos visto avalanchas de ñus en documentales de La2 bastante menos peligrosas.
  7. Kings of Leon. Vimos media hora, así que no podemos juzgar. Nos han hablado regular, bien y muy bien. Pero, con un 50% del público -reconozcámoslo- que conoce dos canciones tuyas [vuelva al punto anterior, avalancha, “Sex is on fire”], no parece mala idea alejarte de tus últimos discos y tocar tu repertorio más conocido. Nos pareció un muy buen bolo, (el rato que vimos, claro).
  8. Macetas para el hielo. Los recortes han llegado hasta al suministro de cubiteras. La cerveza, de calidad menguante (como el cartel) y precio en dirección inversa. Y la plataforma de afectados por la cata gratuita de Coca Cola Energy. Ni el mejor producto colombiano había hecho comer tanto techo.
  9. Fiarlo todo a sets de electrónica a partir de la medianoche con todavía cinco horas de festival por delante. Resultado: la South Beach desbordadísima y con más gente que el resto de escenarios supuestamente principales. Pero no más que cada uno. Mas que los tres, sumados.
  10. La Desmontable, convertida en el oasis disco-house de este FIB. Y el puesto de merchandising de St. Pauli, su futbolín y su bafle auto amplificado de mercadillo, ejerciendo de aldea gala del punk y el ska.

Diego Ibáñez (Carolina Durante), el contorsionista. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Domingo 21 de julio. Menos riñoneras de las esperadas

  1. Cariño tocando en directo igual de rematadamente mal que el primer día. Cariño derrochando un magnetismo y una capacidad de convocatoria raramente vistos antes para alguien con tan poca trayectoria. Lo primero tiene solución, se aprende. Lo segundo es innato, o se tiene o no.
  2. Cupido. Pimp Flaco podría haber enfocado su carrera artística a dedicarse a entrar montado a caballo en festivales. Pero por fortuna ha decidido optar por rodearse de una enorme banda como Solo Astra y facturar uno de los mejores conciertos de esta edición.
  3. Mientras Pimp Flaco recogía con sus pies descalzos toda la mierda acumulada en tres días de conciertos en el escenario secundario, en el principal actuaba un George Ezra más que notable, según nos dicen. No se puede llegar a todo.
  4. Una Solea Morente –“más flamenco y menos regeton”, Solea dixit- a la que no le acabamos de pillar el tranquillo. Y unos Mueveloreina tirando en exceso de autotune nivel "cantan dos, pero no distingo quién es quién".
  5. Unos injustamente ninguneados Franz Ferdinand saliendo al rescate del festival, aún en su, posiblemente, peor concierto en Benicàssim. Se nota la falta de Nick McCarthy, de acuerdo. Pero, aun así, Kapranos y cía, siempre en nuestro equipo. Siempre.
  6. Vetusta Morla, yendo de menos a más. Comienzo dubitativo, final casi épico.
  7. El bajo nivel en cuanto a disfraces este año. El del gorro de Devo, ganador por persistencia. El tipo que se fumaba un Cohiba a cada concierto. El tío de la sombrilla y su don de la ubicuidad. La bandera de la UE como elemento reivindicativo (wtf). La sobredosis de camisas hawaianas recién salidas del Primark. Y, como dato positivo, menos riñoneras de las esperadas. Todavía queda algo de sensatez.
  8. Black Lips cerrando el festival en lo que a directos se refiere con una de las mejores actuaciones vistas este año. Kapranos -mezclado entre el público- da fe de ello.
  9. Hot Dub Machine. Una especie de Fernandisco australiano a un micro unido cerrando el festival con un popurrí homenaje a los mejores temas de la historia. “Bamboleo”, “La gasolina” y “Despacito” entre ellos. Todos referentes de los últimos 25 años de FIB, sin duda.
  10. Y el vals, que bien valía soportar estoicamente la tortura previa, ya que, en ese momento, más de uno temía -temíamos- que pudiera a ser el último.

 

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Y lunes 22 de julio. Porque también hubo lunes

Porque sí, este año el FIB acabó en lunes. Y no porque para el 25 aniversario recuperara la mítica fiesta de la playa. Sino porque nos desayunamos con la noticia que hacía que el sinsentido de esta edición cobrara de repente todo el sentido y que lo que no tenía explicación ninguna, pasara a tenerla. Toda.

Dramas fuera. No tiene ninguna lógica montar el mismo tipo de festival con apenas 15 días y 30 kilómetros de separación. Dejemos trabajar. Y ya valoraremos el resultado.

Y recuerden. Ayer, hoy y siempre, #VivaFIB.

*Indies de Pacotilla son conocidos en redes sociales por sus contracrónicas sobre el FIB, siempre al detalle y aderezadas con humor, sensatez y acidez.

_foto de portada The 1975 por Carmen Ripollès (ACF).


  1. unos desayunaron la noticia, otros la "re-soparon" y a otros se les hacía bola 😉 pim pam toma lacasitos. Las contracronicas es lo más esperado del FIB todos los años 😀

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