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'El descrèdit de la realitat' del EACC (o cómo desmontar conceptual y físicamente un espacio expositivo)

'El descrèdit de la realitat', la primera exposición de Carles Àngel Saurí como nuevo director artístico del Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC), ha supuesto una oportunidad para invitar a artistas locales e internacionales a reflexionar sobre el papel de los espacios expositivos, las entidades institucionales y la vida útil de los materiales. Una visita al texto de Joan Fuster en el centenario del ensayista para desmontar (y reconstruir) el EACC.
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La exposición permanece abierta del 25 de junio al 18 de septiembre. Foto: Carme Ripollès (ACF),

Iniciarse en un nuevo cargo u ocupación siempre supone un reto. Demostrar la sobrada validez para encarar tal posición o decantarse por las posibilidades de rupturismo/continuismo respecto al ejercicio previo son algunas de las principales cuestiones a resolver al recoger el testigo en una actividad determinada. Esa es la situación a la que se ha enfrentado recientemente Carles Àngel Saurí como nuevo director artístico del Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC). Y parece que la decisión del joven de Foios ha sido firme: el desmontaje conceptual y físico del espacio artístico con la exposición temporal El descrèdit de la realitat, su primera acción como responsable de la institución cultural. La exposición permanecerá activa hasta el 18 de septiembre.

El objetivo de Saurí está claro: establecer un diálogo entre el EACC y lxs creadorxs, apostando por las producciones sostenibles y acompañando a lxs artistas durante todo el proceso creativo, no solo programando muestras finalizadas. Para ello, necesariamente su primera exposición en el EACC había de estar comisariada conjuntamente con alguna personalidad del panorama artístico de Castelló. Paula Lorenzo (fotógrafa miembro del colectivo artístico Cúmul y autora del proyecto CamMoods, junto a Anna Alegre) ha sido finalmente la comisaria junto a Saurí de la muestra, en la que se ha buscado la presencia de autores castellonenses y foráneos para aportar una visión conjunta local e internacional.

Paula Lorenzo, cocomisaria de la exposición, durante una visita comentada a su cargo. Foto: Carme Ripollès (ACF).

La docena de artistas invitados a participar en El descrèdit de la realitat podían optar por dos opciones en su participación: ceder una obra que influyera en el espacio expositivo o dar forma a una nueva creación artística empleando el inventario desechado del almacén del EACC para reflexionar sobre el papel de las entidades institucionales y la vida útil de los propios materiales.

El ensayo original de Joan Fuster, en el que el intelectual de Sueca analizaba y definía las formas que tomaba la pintura vanguardista a mediados del siglo XX, ha sido tomado como referencia para la muestra. El texto, publicado en 1955, ha sido reconfigurado y representado desde perspectivas actuales, tratando de descifrar cuáles eran los principales descréditos contemporáneos y repensando los espacios culturales como el EACC. Y es que en la muestra se ha intentado desacreditar, desde diferentes ángulos, las aristas de la producción artística: las obras finalizadas, sus materiales, los espacios expositivos o el propio proceso creativo.

Pósters, catálogos, televisores o cajas de cartón han sido empleados para la creación de nuevas obras. Foto: Carme Ripollès (ACF).

La reutilización (aportación de una segunda vida útil) de materiales desechados del almacén del EACC se mantiene constante durante toda la muestra. El papel reciclado (procedente de pósters y catálogos de anteriores acciones y exposiciones en el espacio de Castelló) sirve ahora para dar forma a la obra High Relief de Maria Doménech, en la que se rompe la rigidez de la funcionalidad inicial del objeto reutilizado. Mismo material emplea el neoyorquino Lu Rose Biltucci para imprimir sus poemas o los cómics escépticos con el capitalismo de Leomi Sadler. Y es que una idea parece clara: si Joan Fuster reescribiera setenta años después El descrèdit de la realitat, hablaría de la sostenibilidad en el arte contemporáneo.

Más reutilización de materiales en la intervención de Carlos Bonet, que aprovecha los televisores y reproductores de DVD del almacén del EACC para mostrar su particular “fin de fiesta” con hedónicas imágenes en puertas de centros recreativos como Masía y Pirámide. También en la pieza interactiva de Álex Marco, donde las cajas de madera del almacén rememoraron al autor a maquetas de edificios, o en la obra de Guillermo Ros donde se ha reutilizado mármol blanco procedente de la fachada del edificio, la “segunda piel” del EACC.

Cuerdas como diálogo entre los espacios expositivos, autorxs y visitantes. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Los materiales de separación del estudio cobran vida nuevamente en la intervención del castellonense Jorge Julve, presente hace unos meses en Galeria Cànem. Las cuerdas, hilos y tejidos son empleados por Laura Ordóñez para representar los espacios expositivos como espacios habitables y de compartir ideas y trabajos. La vilarealense Gema Quiles, por su parte, reflexiona sobre las vitrinas como marcos expositivos que limitan la obra expuesta, al mismo tiempo que rompe su obra previa.

La particularidad del proceso creativo es desacreditada con la intervención de la barcelonesa Blanca Arias, que dedica una carta a cada persona que ha hecho posible la muestra (no solo artistas o comisarios, también a lxs trabajadorxs del espacio expositivo). En el corazón de El descrèdit de la realitat se ha reservado una sala donde se albergan las transcripciones de las entrevistas y reuniones organizativas realizadas para dar forma a la exposición, permitiendo al público consultar todo el proceso de elaboración de la muestra. Dicha habitación aguarda también la intervención del colectivo benlloquino Malaerba, que ofrece una obra no artística (una auditoría) para repensar en el reto y compromiso ecológico.

Las cartas de Blanca Arias y las reuniones organizativas transcritas se pueden consultar en la muestra. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Para no desacreditar solamente la afección de nuestro consumista y desechable modo de vida a la producción artística, sino también lo tangible de nuestra realidad entre el mundo virtual y el desconectado, la exposición empieza/termina con la intervención de Carlos Páramo; diseñada por una inteligencia artificial y replicada posteriormente por el artista.

El descrèdit de la realitat no será la única propuesta que nos haga volver al EACC este verano. Y es que el espacio cultural ha recuperado una programación cultural paralela con sesiones de la intervención musical y narrativa Hardcronicas (sábados y viernes hasta el 30 de septiembre), la visita comentada a la muestra a cargo de Maria Doménech (3 de septiembre), una nueva sesión del club del videojuego Co-op (8 de septiembre), el coloquio sobre el texto original de Fuster a cargo de Francesc Pèrez Moragon y Pilar Dolz (10 de septiembre) o las intervenciones musicales de Luis Azcona y Carlota como cierre de temporada (17 de septiembre).

Inteligencia artificial y creatividad humana se unen en la intervención de Carlos Páramo. Foto: Carme Ripollès (ACF).

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