Carles Àngel Saurí, en el interior del Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC). Foto: Carme Ripollès (ACF).

Carles Àngel Saurí (Foios, 1992) ya desempeña la función de director artístico del Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC) tras ser seleccionado en el concurso para ocupar esta vacante que asumía en los últimos años el delegado en Castelló del Institut Valencià de Cultura (IVC), Alfonso Ribes. Su actividad comenzará a observarse de manera elocuente a partir del 25 de junio, fecha en la que está prevista la inauguración de la primera de las exposiciones que seguirá sus criterios. Hasta ese momento, junto al equipo del EACC, sigue desarrollando el trabajo que a diario da vida a este espacio ubicado en la calle Prim, de Castelló.

"Lo primero que he hecho es trasladarme a vivir a Castelló", comenta Carles Àngel, con el argumento de "estar integrado en esta ciudad, donde pasan cosas, y quiero vivirlas. Hay que estar en esa realidad. Quiero tocar esas estructuras. No sería correcto hacer una programación que no estuviese contaminada por lo que está pasando en Castelló".

Nacido en la localidad valenciana de Foios (7.000 habitantes), establece una comparativa desnivelada con la panorámica que ahora contempla. "Castelló tiene una cosa increíble para mí, que no encuentro en mi pueblo, como son los equipamientos culturales: el EACC, el Museu de Belles Arts, el Auditori... Para mí es un privilegio trabajar aquí".

Aunque en realidad buena parte de su vida se ha desarrollado en ciudades más grandes que la de La Plana (València, Barcelona, Porto o Madrid), y en ese punto ha de alterar la anterior comparativa, aunque introduce otro condicionante que considera favorable a su nuevo destino. "En una ciudad más pequeña es más fácil la relación que en grandes ciudades, donde no es extraño que, como en Londres, se cree una escena hermética. En Castelló todo está en contacto, y es algo que quiero aprovechar. Son ciudades con otras escalas, más habitables y tienen muchas posibilidades de que pasen cosas increíbles".

Tan en contacto que el EACC es espacialmente vecino de otras importantes entidades culturales de la ciudad: "Está al lado de otros centros de producción contemporánea, como son los Conservatorios Superior y Profesional, al igual que de la Escuela de Arte y Superior de Diseño. En realidad, los espacios de producción van más allá de los museos. En las universidades, por ejemplo, se está produciendo pensamiento contemporáneo. Un propósito es trabajar con estos centros que tenemos tan próximos y generar una serie de alianzas".

El nuevo director artístico contempla muchas posibilidades para el gran espacio artístico. Foto: Carme Ripollès (ACF).

En su recuento, incluye también espacios de gestión privada que contribuyen a ese movimiento cultural de la ciudad: "Asociaciones como La Verduleria, Cúmul, Malaherba, Matèria Col·lectiva o la galería Cànem, un referente con 40 años de existencia. Hay que darle mucho valor a que lleve ese tiempo subsistiendo. Trabajar con todas será imposible, pero sí es una aspiración poder hacerlo". O sea, el acercamiento como objetivo: "A pesar de que el EACC cuente con una dirección y una programación, también ha de tener en cuenta lo exterior, lo que genera material y conocimiento, y que puede influir en este espacio".

Una vez ubicado en Castelló y analizado someramente el mapa cultural de la ciudad, se centra en su nuevo lugar de trabajo: "El EACC es un lugar increíble. Cuando entras te ubica el cuerpo en un espacio grande con unas características muy interesantes. Tiene una potencialidad que no es muy habitual dentro del tejido cultural nacional, donde se piensa más en el concepto de un museo cuando se decide crear espacios de producción y exhibición. El EACC es más como una kunsthalle alemana (casa del arte). Su trayectoria durante estos años acredita su importancia. Las herencias no son cuestiones de tener que aferrarte al pasado, sino que han de afectar al presente para contemplar las potencialidades de futuro".

¿Y qué ocurrirá en ese espacio? "La programación se quiere pensar desde lo local, sin olvidar que lo local tiene relación con lo internacional, pero a la vez afectándose por todas las estructuras de pensamiento que ya hay en la ciudad de Castelló. Pero no puede ser una programación localista. Atraer gente de fuera afectaría la realidad que tenemos aquí, y hemos de hacerlo. Es lo que ocurre en la película Teorema, de Pasolini: cuando alguien nuevo entra en la casa, cambia el funcionamiento de esa casa. Traer cosas que nos obliguen a repensar nuestras propias prácticas e incluso a redefinir el espacio. En realidad, hablar de 'local' es complicado. Yo he vivido en varias ciudades y ya no sé de dónde soy, o soy de muchos sitios a la vez".

Uno de los objetivos es invitar al espectador a permanecer en ese espacio, degustar con calma lo que ocurre allí dentro, en contraste con el ritmo actual de transmisión: "Hay cosas del arte contemporáneo que se han de revisar. Han entrado nuevos mensajes, como los feministas o los queer, y se han de tener en cuenta. Me gusta que estos espacios sean de digestión lenta, en contra del consumo cultural acelerado, como Instagram. Estar varias horas, volver, dejarse afectar. Puede que eso sea contracultural hoy en día".

Carles Àngel Saurí. Foto: Carme Ripollès (ACF).

• Atraer al público adolescente. "Podría ser más fácil de enganchar al arte contemporáneo por las referencias existentes, pero le cuesta volver a los museos, ya que prefiere otras opciones. En los museos siempre se ha utilizado un tipo de lenguaje que no encuentran cercano. Sí les resulta próxima la imagen en movimiento, que les atrae por la cultura del videojuego, que en algunos casos entiendo como literatura contemporánea :Pero cuando ha entrado este lenguaje en los museos ha sido de una manera muy historicista. Al público adolescente has de hablarle con su lenguaje, el visual. Me gustaría hacer algún club de videojuego o vincularlo de alguna manera al programa, porque es una realidad que está ahí y está generando nuevas maneras de pensamiento y de relaciones".
• La performance como protagonista con nombre propio. "Pienso en tres líneas de programación: exposición colectiva, individual y también performance y coreografía contemporánea, que están cambiando la teoría del arte y generando la literatura más interesante en torno a la estética contemporánea. Lo normal es que los centros artísticos piensen en la performance y coreografía como complemento de sus prácticas expositivas. Y me gustaría que esas prácticas tuviesen la misma importancia que una exposición. Los museos piensan desde su perspectiva de espacio de exposiciones y cuando invitan a un performer no tienen en cuenta que la sala ha de estar preparada de un modo concreto, y muchas veces la buena voluntad de añadir ciertos lenguajes acaba jugando en contra".

• Temática queer. "A nivel temático y de investigación han pasado cosas importantes por el EACC. En la etapa de (José Miguel García) Cortés -1998/2003- se hizo un gran trabajo en torno al arte queer, aunque por aquel entonces ni siquiera se llamaba así. Son líneas abiertas ya, con el propósito de traerlas al hoy en día. Habrá mucha temática queer, porque por ellas se conocía al EACC nacional e internacionalmente".

La primera muestra de la nueva etapa se podrá contemplar a partir del 25 de junio. Foto: Carme Ripollès (ACF).

• El objetivo. "No creo que las programaciones hayan de ser resultadistas, en base al ego institucional que nos pueden dar los números. Evidentemente, está bien que venga cuanta más gente mejor, porque eso nos hará replantearnos ideas y prejuicios, pero me gusta pensar que el público escolar -por ejemplo- se pasa una hora aquí dentro y tiene una relación que va más allá de una visita. Conseguir afección".

"Estudié Bellas Artes en València, luego el Master de Historia de Arte Contemporáneo Cultura Visual de la Universidad Autónoma y Complutense Reina Sofía, en cuyo museo trabajé. Después, estuve con colegas en una asociación sin ánimo de lucro, Nitrat de Xile, con una programación deslocalizada de la ciudad de València. A continuación, tres años en el departamento de mediación de Bombas Gens, para todo tipo de público. Al mismo tiempo abrí junto con Paula García Masedo y Néstor García el proyecto space Pols, con exposiciones de artistas contemporáneos, que ahora he abandonado para venir aquí."