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Templario estrena ‘Grandes fracasos’: “Con esta realidad social nos nace una respuesta contundente”

Uno de los referentes del heavy metal en Castellón, Templario, vuelve a la carga. El autoeditado ‘Grandes fracasos’ es ya su octavo disco y en él aumenta el grado de agresividad y rabia expuestos en sus más recientes trabajos. Dicen que es la manera más adecuada para expresarse ante un momento social complicado. Nomepierdoniuna habla con el guitarrista y productor Alberto Sales para que ofrezca su visión del disco, del grupo y de la escena musical. No hay mucho optimismo en sus palabras, pero sí ganas de no parar. Es el realismo de más de 25 años de Templario.
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Templario: Alberto Sales, Fran Martínez de Osaba y Miguel Titos.

La escena metálica castellonense bulle como nunca antes en cuanto a proliferación de bandas, discos y conciertos. Incluso una de ellas, Killus, ha conseguido abrir un hueco internacional con sus dos giras europeas y el resto de formaciones intenta conseguir –y lo logra con cierta frecuencia- actuaciones fuera de la provincia. En medio de muchas bandas nuevas se materializan también retornos de clásicos. En realidad, no es que se hayan ido nunca, pero bandas como Guilles de Rais y Templario sí llevaban años sin editar novedades. Los primeros lo hicieron unos meses atrás con The Bridge y los segundos tienen publicado desde el 13 de mayo Grandes fracasos, el octavo disco ya de una de las bandas más longevas (se formó en 1988) y productivas de la escena castellonense (su primer disco, Sequías, se editó en 1996). Fran Martínez de Osaba (voz y bajo), Alberto Sales (guitarra) -miembros fundadores- y Miguel Titos (batería, incorporado en 1994) han vuelto más rabiosos que nunca, acentuando aún más la agresividad heavy que ya era bien sonora en A hierro (2007) e Invierno de tiranos (2011), dejando ya muy atrás los toques folk y medievales de los inicios. Ritmos rapidísimos y letras cargadas de rabia. Con los pies en el suelo, sin ser la actividad del grupo la prioridad vital del trío, pero sí con una ilusión adaptada a unos veteranos con muchas experiencias acumuladas, Templario está de nuevo en acción… una acción que prevén no muy cuantiosa sobre los escenarios.

El guitarrista y productor Alberto Sales (Rocketes Estudio de Grabación) toma la palabra para hablar sobre el disco, sobre Templario, sobre su talón de Aquiles (las discográficas), sobre la escena musical en Castellón en general y la metálica en particular. Sus palabras no desprenden precisamente optimismo, pero sí el realismo que le proporciona su larga experiencia vital dentro de un trío que se formó en 1988, en los últimos estertores de la etapa heavy nacional más exitosa a nivel de público, algo que estos castellonenses nunca han podido saborear pese a sus esfuerzos.

>En cada disco que publicáis sois un poco más fieros y tralleros que en el anterior. Este Grandes fracasos suena muy speedico y con Fran cantando letras rabioso. ¿A qué se debe esta evolución?
Principalmente responde a la necesidad de evolucionar nuestra música, pero por otro lado siempre hemos intentado dar un tono social a nuestras canciones y la verdad es que con la realidad social que vivimos ahora no nos nace hacerlo de otra manera. Son tiempos muy difíciles, para muchos son los más difíciles que les habrá tocado vivir y merecen una respuesta contundente.

>Las letras son muy críticas, llamando a un expeditivo cambio social que ya se percibe en los títulos “Guillotina”, “La bala”, “Golpes”, “Sin redención”… En palabras de Jorge Sanzberro (grupo hard rockero Reverband): ¿Qué opináis sobre el recalentamiento de los cojones de la gente harta de esta situación criminal planetaria?
Las personas, en su afán de superación y sacrificio, son capaces de conseguir cosas increíbles. Para bien o para mal, este espíritu también se ha trasladado a nuestro día a día, con la diferencia de que este sacrificio nos ha sido impuesto sin comerlo ni beberlo. Cada día me sorprendo al ver que seguimos aguantando una vuelta de tuerca más… En otras épocas, en situaciones parecidas, ya habían puesto en marcha la guillotina.

>Os mojáis. Algo que no ocurre con una parte importante de los grupos metálicos tradicionales. Nunca os ha gustado hablar de “dragones y mazmorras”.
En general, en la vida, uno tiene que ser honesto consigo mismo en primer lugar y por añadidura con los demás. Con la música ocurre lo mismo. Nunca nos hemos sentido identificados con esas temáticas. Nosotros como banda nacimos en los ochenta, tiempos de rebeldía y crítica. Después de un largo periodo en el que en España no había libertad de expresión, en cuanto la hubo, hablar de dragones y mazmorras era en lo último que pensabas.

>La elección del primer videoclip corresponde a “La bala”(dirigido por Agustín Olivares). Creo que es un buen ejemplo del contenido del disco, aunque me da la impresión de que también otros temas servirían como representativos del contenido. ¿Por qué esta elección?
Cuando nos plantearon grabar el videoclip no sabíamos muy bien con qué canción hacerlo. En otros discos siempre tenías  sensaciones que te hacían pensar que un determinado tema era el hit del disco; en Grandes fracasos no ha sido así, podíamos haber elegido cualquier otro tema y el cometido hubiera sido el mismo, pero teníamos que elegir uno y “La bala” nos pareció una buena descarga de mala leche para ir abriendo camino al disco.

>Habéis dejado totalmente atrás aquel toque folk de vuestros primeros trabajos o esas alusiones medievales que aún se podían encontrar en La risa de las bestias. ¿Es algo plenamente intencionado o simplemente que los temas van saliendo sin esas sonoridades, sin premeditación?
Si, así es. Pese a no haber sido nunca una banda de folk metal, habíamos dado alguna que otra pincelada de esta índole, en respuesta principalmente a las inquietudes musicales de Fran. Con el paso del tiempo Fran se montó un proyecto paralelo (Tempus Fugit) en el que puede desarrollar mejor esta faceta más folk. Al mismo tiempo, la banda ha ido evolucionando por otros derroteros y nos hemos distanciado un poco de estas temáticas.

>Seguís luchando, pero reconocéis que hay decepción por cómo le han ido las cosas a Templario. Así, el título de Grandes fracasos hace referencia a la situación social, pero creo que también a la del grupo.
Yo no lo llamaría "decepción"; más bien diría tener los pies en el suelo y aceptar la realidad que nos hemos forjado. Hay una gran dosis de cinismo en el título, lo que para unos son fracasos para otros pueden ser triunfos. Tener una banda de metal desde hace más de 25 años, con los mismos componentes, con varios discos a sus espaldas, con un buen número de conciertos (con más pena que gloria algunos) como bagaje y transcurrido todo este tiempo seguir al pie del cañón, creo que más de uno firmaría. Los triunfos en la vida, en general, son muy placenteros, pero tienen el problema que están cargados de una elevada dosis de hedonismo autocomplaciente y esto te debilita; por otro lado, los fracasos te hacen ponerte las pilas, espabilar y hacerte más fuerte.

>Tal vez la mayor de vuestras decepciones  ha llegado con las compañías discográficas. En ninguna el resultado se ha acercado a la previsión.
En nuestra relación con las discográficas siempre hubo mucha ingenuidad; desconocíamos cómo funcionaba en realidad toda la industria musical. No te planteabas esas cuestiones, dabas por sentado el buen hacer y la profesionalidad de la gente, pero la realidad es otra. La música a esos niveles no es más que un negocio. Tu banda, a la que le has dedicado tantas horas, dinero y esfuerzo, pasa a ser un producto y como tal la tratan. Si no eres económicamente rentable te trituran y desechan. Hoy en día me parece vergonzoso ver cómo pseudo discográficas se valen de la ilusión de las bandas para sacarles los cuartos.

>¿En algún momento os habéis sentido (o pensasteis que podíais llegar a conseguido) como una banda relevante a nivel nacional?
Sinceramente, no. Siempre hemos sido muy humildes y tal vez esa humildad nos haya perjudicado. Hay momentos en los que la humildad no funciona y es mejor dar un golpe sobre la mesa y plantarte; tal vez nos faltó dar ese golpe. No obstante, hay muchas variables que intervienen para que una banda triunfe.

Actuación de Templario en la madrileña sala Canciller, en concierto compartido con Easy Rider. Año 1990.

>Recuerdo que en una charla anterior, me recalcaste algunas veces la frase “dentro del mundo del metal” hablando sobre las posibilidades de éxito de un disco. Salvo los primeros ochenta, con Barón Rojo y Obús a la cabeza, ¿habéis contemplado en algún momento opciones reales de que el heavy fuese un movimiento tan popular como otros géneros más ampliamente aceptados?
No, ni falta que hace. Cierto es que ahora tiene mucha más aceptación que en los ochenta; entonces era un producto surgido de la rebeldía, del querer desmarcarse de todo, de crear una identidad nueva: el auténtico heavy greñudo. Hoy en día la realidad social es otra y el metal no es inmune a eso.

>¿Motivos de esa limitación de alcance?
La principal motivación es la propia idiosincrasia del género. Hoy en día, a las nuevas generaciones de metaleros les pilla muy lejos los orígenes del metal en España, tienen sus propias preocupaciones y anhelos y eso genera en el metal otra visión más edulcorada y que en otros países han sabido explotar mejor comercialmente.

>(Pregunta de Álvaro Sales - diario Levante de Castelló) ¿Qué os lleva a seguir batallando en el mundo del rock durante tantos años sin la ilusión del principio?
La ilusión es como el amor, no se pierde, se transforma. Los años van pasando y la vida continúa. La música siempre está ahí, pero pasa de ser el centro de tu vida a acompañarte en tu vida. Si consigues aceptar esto es fácil aguantar tantos años.

>Han pasado cuatro años desde el disco Invierno de tiranos. Desde entonces, silencio alrededor de Templario. ¿Por qué este tiempo inactividad pública?, ¿lo habéis dedicado a componer o por el contrario habéis reducido al ritmo y las canciones han ido saliendo de manera puntual?
Es algo complicado. Las motivaciones que tienes cuando vas camino de los cincuenta no son las mismas que las que tienes cuando tienes veinte años. Cuando eres más joven lo tienes todo por hacer en la vida, con el tiempo te vas adaptando a lo que la vida te da. Con Templario pasa lo mismo: el ritmo no puede ser igual que cuando éramos unos veinteañeros, ahora la música ya no es una prioridad, es una compañera, las prioridades son otras. Dicho esto, la coyuntura musical no ayuda nada. Es imposible hacer giras como las que hacíamos antes, económicamente es inviable.

>¿Cuál es el método de trabajo de Templario?, ¿llega Fran con una letra, surge todo a partir de un riff o un ritmo de bajo…?
Siempre partimos de una idea que alguien trae. Antes teníamos más tiempo para ensayar y surgían ideas de improvisaciones que luego se convertían en canciones. Ahora optimizamos más lo ensayos y ya venimos con guiones hechos y en el ensayo nos dedicamos a pulirlos.

>A Invierno de tiranos no le disteis mucho recorrido en directo. Recuerdo que hubo una presentación en Castellón y no sé si alguna actuación más. ¿Por qué tan pocos directos?
Principalmente se debe a que la banda ha bajado el nivel de actividad. Por un lado hay una respuesta para cubrir otras necesidades y obligaciones vitales que tenemos y ya no disponemos de tanto tiempo para destinar a la banda; y por otro lado, las ofertas que hemos recibido no se adecuan a nuestras necesidades, o dicho de otra manera : que no vamos a tocar por un bocata y unas cervezas.

>En estos cuatro últimos años parece que la escena  metálica resurge en Castellón. Vuelve Templario, regresó hace poco Guilles de Rais… y aparecen nuevas bandas que graban y realizan algunas incursiones fuera de la provincia (Abortos de Satán,  Tántrica, Heresy of Dreams, Lèpoka, Atila, Agnusdey…). ¿Qué percepción tenéis de la escena metálica castellonense en la actualidad?
Es agradable ver que la actividad metalera sigue. Nosotros en cierto modo hemos recorrido ya el camino y poco a poco vamos volviendo. Por el transcurso nos cruzamos con las bandas, pero ahora ellos van y nosotros volvemos y me entristece ver que el camino que siguen no lleva a ninguna parte, pero tienen todo el derecho a intentarlo y comprobarlo por ellos mismos.

>Y ampliando la perspectiva, y teniendo en cuenta que Alberto –como productor- y Fran –en tareas de sonorización- mantenéis contacto con formaciones de diferentes géneros, ¿cómo veis ahora el panorama musical en Castellón?
Es un poco más de lo mismo. Ahora es cuando más facilidades hay para hacer música, pero es cuando más complicado está despuntar. Ahora hay instrumentos buenos, baratos y al alcance de todos, hay locales de ensayo para aburrir, grabar y editar nunca ha sido tan fácil y económico, e internet nos permite distribuir la música por todo el mundo. A pesar de esto o por causa de esto, hoy está más difícil que nunca despuntar con la música. La industria musical ha cambiado y andamos todos como pollos sin cabeza; el que mejor se adapte a la nueva realidad y sepa sacarle partido tendrá alguna posibilidad.

>Como veteranos, ¿algún consejo a las bandas que están empezando?
Sí, uno muy importante que se deberían tatuar a sangre y fuego: ¡¡¡no pagues por tocar!!!

>Fecha de presentación del disco y conciertos a la vista…
El disco lo presentaremos después del verano, finales de septiembre principios de octubre. En cuanto a los conciertos, lamentablemente, me temo que no va a haber muchos.

>(Pregunta de Álvaro Sales) ¿Cuáles son vuestros grupos favoritos, tanto españoles como extranjeros?
Nosotros crecimos y mamamos de los grupos de los 80, los clásicos que todos tenemos en la cabeza por los que guardamos un gran respeto y admiración. En lo referente a grupos más actuales yo personalmente sufro del mal de la abundancia: hay tanta oferta de grupos que me abruma y termino quedándome con cosas sueltas de cada uno.

>(Pregunta de Álvaro Sales) ¿Qué grupos de Castelló os gustan más?
En lo referente al metal reconozco que estoy un poco podrido, no suelo ya escuchar mucho metal, me produce cierta urticaria; debe ser que tengo un empacho, pero sí reconozco la buena labor que hacen o han hecho grupos como Guilles de Rais o Killus. Y fuera del metal, Motel, creo que es una banda que se merece mucho más.

>(Pregunta de Álvaro Sales) ¿Qué les falta a los grupos de Castellón para dar el salto de popularidad a nivel nacional?
Hoy en día hace falta que se conjuguen bien una serie de factores. El primero, y no necesariamente el más importante, es tener un producto de calidad. En segundo lugar, tener buenos contactos que te abran puertas. En tercer lugar, suerte, estar en el momento adecuado con la persona adecuada. Y por último, dinero, tener capital para poder mover tu música es imprescindible. Antes lo ponían las compañías, ahora ya no.

>(Pregunta de Álvaro Sales) En el disco La risa de las bestias hay una canción con una parte en valenciano. ¿Habéis pensado alguna vez en cantar una canción completa en valenciano?
Ya lo hicimos hace muchos años. Teníamos varias, de hecho alguna está grabada. Estoy intentando hacer una recolección de grabaciones inéditas de la banda y las colgaremos en la web.

>Una curiosidad sobre ese disco. En el tema al que alude Álvaro Sales, “L’arbre, el árbol, zuhaitza” colabora José Carlos Molina (Ñu), quien gusta sobre todo a Fran. ¿Cómo surgió esa posibilidad de contar con todo un histórico del rock nacional?
Fran ya lo conocía de hacía tiempo. Por temas de flautas, había tocado alguna vez con él, le comentamos la posibilidad de hacer una colaboración y nos dijo que sí. Fue muy amable con nosotros y le estamos muy agradecidos.

>¿Tuvisteis contacto directo con él en estudio?
No. Él tiene estudio propio en su casa en Guadalajara. Le mandé una guía e hizo sus tomas en su estudio, luego me las mandó y lo mezclamos todo aquí.

Discografía de Templario: Sequías (1996, autoeditado), Templario (2000, discográfica Pies), Sueños perdidos (2001, Zero), La risa de las bestias (2003, Zero), Besos de Judas (2005, Red Dragon), A hierro (2007, autoeditado), Invierno de tiranos (2011, autoeditado) y Grandes fracasos (2015, autoeditado).

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