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‘Vània’, Albena, Ananda Dansa, Antón Chéjov, Carles Alfaro, Carles Arberola, Carles Sanjaime, Castellón, Centro médico, Edison Valls, Empar Canet, Josep Manuel Casany, Mamen García, Moma Teatre, Mostra de Teatre Reclam, Nuria Espert, Paranimf, Rafael Calatayud, Rebeca Valls, Rodolf Sirera, Rosàngels Valls, Teatros del Canal, Tio Vania, UJI, ZebraRebeca Valls es Sonia, la sobrina del Tío Vania, en el clásico del dramaturgo ruso Anton Chéjov que se podrá ver el viernes 25 de noviembre en el Paranimf de la UJI (20:00; 12 euros) en la antepenúltima jornada de la XXIV Mostra de Teatre Reclam. Una versión en valenciano producto del trabajo en la dirección del bien valorado -y premiado- Carles Alfaro a partir de la traducción realizada por Rodolf Sirera, que pone en escena Moma Teatre. En su elenco, actores y actrices valencianos de largo recorrido en las tablas y en las pantallas, con rostros reconocibles por participaciones en series de Canal 9 como L'alqueria blanca, Autoindefinits... o nacionales, como Amar en tiempos revueltos, Hospital central.. Son Rafael Calatayud, Empar Canet, Josep Manuel Casany, Àngel Fígols, Mamen García y Rebeca Valls. Es esta última actriz quien atiende a Nomepierdoniuna para hablar sobre Vània y sobre su carrera particular, que a sus 35 años ya acumula más de 40 títulos, incluidos los shakesperianos Hamlet y La tempestad, la lorquiana La casa de Bernarda Alba junto a Nuria Espert, Casa de muñecas de Ibsen... los televisivos Autoindefinits, Socarrats, Amar en tiempos revueltos... y largometrajes como Carne cruda o Working progress. Como curiosidad, fue su madre, Rosàngels Valls (fundadora y codirectora de la compañía Ananda Dansa junto a Edison, hermano de Rebeca) quien abrió esta edición de Reclam con Pinoxxio, la gran vencedora de los Premios Max 2016, y será Rebeca quien la cerrará en el mismo escenario del Paranimf, aunque todavía quedan dos jornadas más de programación de la Mostra.
>Me comentas que ahora mismo tienes un hueco para hablar por teléfono en medio de un rodaje en Madrid. Andas siempre metida en tantos proyectos que ¿cuál es ese rodaje?
Se trata del rodaje de un capítulo de Centro médico, el docu-ficción que se puede ver por las tardes en La 1 de TVE. Un género extraño hasta ahora en España (empezó a emitirse en octubre de 2015 y ahora desarrolla su segunda temporada). Una producción de Zebra que parte de un original holandés, en el que se unen casos médicos reales con la ficción. Me incorporé en mayo y supone un buen reto, ya que no hay un diálogo escrito, sino que es la improvisación la que toma cada capítulo. Además, tengo la suerte de trabajar con un equipo muy bueno. Interpreto a una cardióloga, Diana Ortega, que transmite su vitalidad en el hospital, aunque el contrapunto está en su vida privada, con el fallecimiento de su madre y el alzhéimer afectando a su padre. Es un trabajo diario e incluso este viernes tenemos rodaje.
>¿El viernes? El 25, a las 20:00, has de estar en el Paranimf de la UJI representando Vània con Moma Teatre. ¿Cómo te las apañarás?
Una vez finalizado el rodaje de la mañana, cogeré AVE hasta Valencia y allí me recogerán mis compañeros para desplazarnos a Castellón. Llegaremos poco antes de la hora de inicio de la obra. Y al día siguiente, hacia Lleida.
>Y durante el trayecto te despojarás de Diana Ortega para meterte en la piel de un personaje totalmente distinto, el de Sonia de Vània. ¿Cómo consigues cambiar tan rápidamente de chip?
Cada personaje lo tengo localizado en algún lugar dentro de mí. Si se tratase del estreno de Vània sería muy diferente. Ahí sí necesitaría centrarme por completo en Sonia. Pero la presentamos en mayo de 2015, en febrero de 2106 estuvimos tres semanas con ella en el Teatro Rialto de Valencia y de allí pasamos a Madrid, a Teatros del Canal –coproductora de la obra junto con Moma-, donde permanecimos casi un mes completo. Sonia es un personaje que tengo interiorizado. Se trata sólo de pensar en ella y recolocarme. Estoy acostumbrada a reencontrarla dentro de mí. Además, trabajar con un gran director, como es Carles Alfaro, de los mejores de España, ayuda mucho a ubicarte.
>Ya habías hecho Shakespeare, Lorca, Lope, Mamet… pero en alguna entrevista de unos años atrás comentaste que te apetecía un Chéjov. Ya lo tienes. ¿Por qué especialmente Chéjov?
Al igual que Shakespeare, Ibsen…. Chéjov es un gran autor teatral, al que todos trabajamos en la Escola de l’Actor. Nos apetece hacerlo profesionalmente, porque es un autor especial, que no hace prejucios con los personajes, es muy quirúrgico con ellos. En sus obras siempre está a punto de ocurrir algo, pero no ocurre. En esta versión de Carles Alfaro ves claramente que no es que estén aburridos y sin ganas de hacer cosas, sino que no pueden hacerlas. Alfaro quiere que el actor aproveche las frases que le concede su personaje, que sea el actor quien hable.
>Estabas predestinada a la escena, ¿no? Teniendo en casa a Rosàngels Valls (fundadora de la compañía Ananda Dansa, reciente Premio Max por ‘Pinoxxio’, y que dirige junto a Edison, hermano de Rebeca), y además con su matrimonio con Rodolf Sirera, responsable, entre otras muchas cosas, de esta traducción al valenciano de ‘Tio Vania’… tu destino parecía estar marcado.
(risas) Mira, cuando todavía estaba yo dentro de ella, mi madre estaba preparando el primer espectáculo de Ananda Dansa. Ella vivía en París y al quedarse embarazada de mí, regresó a Valencia. Yo viví, dentro de ella, el nacimiento de Ananda Dansa… así que fíjate de cuándo viene mi relación con la danza y el teatro. Yo vivía en Ananda Dansa. Del colegio me iba a los ensayos. Empecé a estudiar danza clásica, pero me aburría, y me pasé a la contemporánea. Después llegó Rodolf, y ya estaba claro: era imposible no meterme en la interpretación teniendo a Rosàngels y Rodolf en un hogar donde constantemente se respiraba teatro y danza.
>Y lo hiciste de una manera tan prematura que con nueve años participaste en el musical Cabaret.
Sí, pero realmente me considero actriz a partir de Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipcíaca, dirigida por Vicente Genovés en 1996. En ese momento yo tenía 15 años, y a partir de ahí me dediqué al teatro con fuerza, formándome en l’Escola de l’Actor de Valencia, en Barcelona, en el Teatro de la Abadía… Estudios de clown, máscara neutra, acrobacias, técnica Chéjov… De todo. En la interpretación, como en la vida, hay que estar aprendiendo siempre.
>Ya tienes experiencia, y amplia, en el teatro, cine y televisión. ¿Cuál es tu preferido?
Realmente me gusta todo, pero donde un actor puede trabajar un personaje es en el teatro. Ahí son meses de preparación y realizas un viaje interior para tenerlo siempre en ti. Es un proceso de creación en el que aprendes mucho; un proceso solitario. En televisión o el cine es todo mucho más rápido: haces una toma buena y pasas a la siguiente, ya no repites.
>Leyendo tu curriculum como actriz cuesta creer que tengas 35 años, porque ya estás por encima de los 40 títulos. ¿Te llegan de manera habitual proyectos interesantes o en estos tiempos complicados resulta difícil decir que no?
¿Más de cuarenta? Pues, nunca lo había contado (risas). Hay años con dos o tres proyectos, y además trabajo en Valencia y en Madrid, por lo que aumentan las posibilidades. He dado algunos “no”, entre otras cosas porque no llegaba a todo. Pero no es muy habitual que se te acumulen las propuestas. En este sentido, soy consciente de que tengo mucha suerte, porque lo que ocurre también es que trabajo con un director y en su siguiente proyecto me vuelve a llamar. Otros me llaman por haberme visto en otra obra. Hay suerte, pero también trabajo, porque has de trabajar duro. Ya descansaremos en otra vida.
>Pasas de la comedia al drama. Por lo que transmites, por ejemplo en esta charla telefónica, me da la impresión de que en tu vida fuera de las tablas eres más de lo primero, una persona vitalista a la que gusta reír.
Sí, creo que soy una persona positiva. Pero a la hora de trabajar me gusta hacer personajes diferentes a los inmediatamente anteriores. Se trata de meterme en la piel de cada uno de ellos, dejarles un espacio en mi interior. Me encuentro cómoda tanto en la comedia como en el drama, y en ambos casos es difícil hacerlo bien. En el drama no has de transmitir “el drama de mí misma”, sino el del personaje. En este sentido, cuando interpretas un Chéjov, si te atrapa, te atrapa realmente. En la vida en sí, soy positiva… y también egoísta en este aspecto, y me explico: lo mejor que puedes hacer en la vida es compartir, ayudar a ser feliz al resto… porque eso también contribuirá a que seas tú feliz; en ese sentido creo que soy egoísta.
>El personaje que más te ha marcado hasta el momento.
Helen Keller, de El milagro de Ana Sullivan, con La Pavana (2001). Por ella aprendí el lenguaje dactilológico. Una historia real de un personaje que no puede comunicarse y cuyos sonidos son guturales. Para mí, hay un antes y un después de ese personaje, al que le estoy muy agradecida.
>No hace mucho finalizaste otro rodaje, esta vez para el cine, el de M’esperaràs?, que te ha coincidido con el de Centro médico. ¿Cómo podías estar en dos rodajes a la vez?
La verdad es que es una suerte poder estar trabajando en dos cosas al mismo tiempo. No hubo problema porque ya estaba hablado de antemano. En el caso de M’esperaràs? no me resultó demasiado complicado, ya que se trata de la adaptación para el cine de la obra teatral que representamos con Albena, con Carles Alberola en la dirección. Éramos los mismos y había mucha complicidad entre todos nosotros. Además, estar Carles Sanjaime ayuda mucho siempre, ya que él es un director de actores. Todos nos conocemos desde hace tiempo, compartiendo proyectos en el teatro y en Canal 9, como ocurrió en el programa de sketches Autoindefinits, que tuvo mucha audiencia, incluso superando al fútbol. Seguimos trabajando juntos y sólo con mirarnos ya sabemos qué hay que hacer.
>Sois muchos los actores valencianos que pasasteis por Canal 9 y que mantenéis un alto ritmo de actividad, aunque en bastantes casos fuera del territorio valenciano. ¿No es posible dedicarse ahora mismo a este oficio viviendo aquí?
No. El sector en Valencia está muy jodido. Aquí la línea es la tendencia al amateurismo. Los profesionales se ven obligados a dejarlo o a dedicarse a otro oficio y hacer teatro cuando pueden. Han desaparecido compañías. El PP no consideraba la Cultura como una parte de la Educación y ha hecho mucho daño en Valencia. Ahora parece que la perspectiva va cambiando, pero es necesario que se hagan más cosas y pronto. A las compañías les resulta muy complicado mantenerse y por el camino se ha perdido un gran número de espectadores.
>¿Qué le dirías a quien el viernes sobre las 20:00 esté por Castellón y no tenga claro si ir a ver Vània o no al Paranimf?
Le diría que si acude verá un clásico del teatro modernizado por un gran director valenciano, que trabaja mucho más fuera que aquí. Y además, ver un Chéjov en valenciano, una tragedia cómica. Los personajes te dan tanta lástima con sus desgracias que te hacen reír, pero te dejan tocado. Siempre te toca un Chéjov.
>¿Algún proyecto más a la vista?
Que se pueda desvelar, no. Sigo con Centro médico y con Vània. Por cierto, del 8 al 12 de marzo de 2017 estaremos en el Teatre Nacional de Catalunya y ya están las localidades agotadas.