La plaza de los Dolores  sirvió de escenario al Benicàssim Blues Festival. Foto: Carme Ripollès (ACF)

Podría ser el escenario Maravillas. O el jamaicano Dancehall. Grandes estrellas de la escena internacional acuden a Benicàssim atraídos por su reciente historia musical. Interpretan su obra ante un público entregado a una semana de música y playa. El anfitrión es excelente: una oferta de ocio abierta al festivalero apoyada en una geografía humana y un clima cálidos. La ciudad se promociona a nivel internacional con una propuesta cultural basada en el impulso de un espacio que contiene los ingredientes básicos de toda urbe mediterránea por antonomasia.

El ritmo comercial se altera. Cambia el método del dependiente y cambia la preferencia del cliente. En un área de 1 kilómetro cuadrado, locales como Fraguel Rock, Jinete Pálido, Las Osas o Bambú Lounge enfocan su mirada hacia un perfil de público excepcional. Javier García, propietario del pub Jinete Pálido, lo describe como "un consumidor diferente; el público que suele venir a los festivales es gente muy joven, sin muchos recursos económicos, no desembolsan demasiado dinero, son consumidores de supermercado".

La relación entre el perfil del consumidor y el impacto económico es diferente según la programación y la ubicación del local. En la calle Els Dolors, Jinete Pálido recibe a sus clientes con la imagen de Clint Eastwood. La madera que reviste las paredes y el mobiliario termina por recrear el ambiente de salvaje Oeste que desprende la música ambiente. Como norma insobornable de la casa hace tiempo que no suena música en español. En su altavoz suenan distintos géneros musicales: rock, rockabilly, country y pizcas de death metal y heavy metal. Programa conciertos durante todo el año pero Javier García explica que la temporada de festivales "perjudica más que beneficia porque mucha gente de la ciudad se va a otros lugares". Para evitarlo, en julio actuará el dúo de blues-country Two for Blues, cuya última aparición fue en el Circuito Musical Tram y Thunder Road, banda valenciana de tributo a Bruce Springsteen.

Paco Vila (derecha) y Pedro Safont, durante un concierto de Arte Pop en Jinete Pálido. Foto: Arte Pop.

Una estrategia diferente plantean en Fraguel Rock o el pub Perk. Situado en uno de los escenarios de Rock This Town, la plaza de los Dolores, el Fraguel Rock aprovecha la afluencia de público y adapta su programación a las tendencias foráneas. "En esta época lo reventamos", celebra Pablo Armengot, gerente de Fraguel Rock. "Contratamos a unos dj's muy populares entre los jóvenes ingleses y llenamos el patio de conciertos". Estos disc-jockeys son Jeff Automatic, que desarrollará su sesión electro el miércoles 16 de julio, y Danny Oliver. Durante la semana del Rototom se repite la rutina de anteriores años: Fraguel Rock es el escenario de una Pre-Party oficial del Rototom, a la que invita desde 2011 a los dj´s Rude Teo y Jamal. Esta propuesta de reggae y ska, que se repetirá en 2014, altera los sonidos habituales del pub, que suelen variar entre el pop-rock indie o la electrónica.

En otro punto de la ciudad, en la plaza de la Estación, el café El Corb recibe a los festivaleros con un simpático atuendo marinero: mástil en el techo y paredes decoradas con motivos navieros. “Cuando cambiaron la zona de acampada de Bonterra alejaron al público de la ciudad”, se lamenta Jorge Socarrades, propietario de El Corb. Aunque esta edición el festival ha ubicado una zona de acampada en la zona de Teresetas y la plaza de la Estación es otro de los escenarios de Rock This Town, Jorge afirma que “hay festivales que benefician más que otros al comercio local”.

En su opinión, el Benicàssim Blues Festival es la fórmula perfecta ya que “los locales de la zona actúan como colaboradores y se benefician de las actuaciones que se organizan en la plaza”. Del mismo modo que el resto del año, El Corb ha programado varias actuaciones en directo para el mes de julio, con conciertos como los de Recámara (viernes 25 de julio), pseudónimo rock de Pablo Monleón; F.J. Silvestre (sábado 26), que también actuará en el ciclo de acústicos organizado cada miércoles por la terraza Travesura; Jason Lawlor (domingo 27), joven cantautor estadounidense. Blues y rock conforman la esencia de El Corb, que en jullio acoge además una exposición de fotografía bajo la dirección de Juan Pablo Ramírez.

Nacho Silvestre volverá a actuar en la edición de julio del festival Music & Food. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Por supuesto, Benicàssim ofrece propuestas alternativas. Es el caso de ciclos como el Benicàssim.pop, que durante todo el año ofrece conciertos de calidad con músicos locales en el Teatre Municipal, que incluso este año ha impulsado unos premios que se entregaron en medio de actuaciones en la plaza de los Dolores y que también colabora en el Rock This Town del FIB. Además, se encuentran eventos especiales como So Lovely Pop Up, el exitoso mercado celebrado el pasado fin de semana en Bodegas Carmelitano, o el Music & Food, que se celebrará el último domingo de cada mes (27 de julio y 31 de agosto) en Villa del Mar.

Hay establecimientos como el pub Bambú Lounge o el restaurante orgánico Madre Tierra que ofrecen alternativas musicales y gastronómicas. Bambú Lounge ofrece un ciclo de música acústica, Nits en acústic, todos los miércoles a las 23.00 horas. En un ambiente relajado y con una iluminación tenue acorde a su atmósfera zen, también organiza este mes un ciclo Especial FIB, que sirve de plataforma a artistas con estilos afines a los del festival internacional. Así, Cicco Tiñone actuará el lunes 14 y  Steelicks exhibirá su pop-rock el martes 15 y el lunes 21.

Madre Tierra representa la diferencia. Creado bajo los estímulos del festival reggae Rototom, se presenta como un restaurante-terraza al aire libre que acoge actuaciones en directo de manera ocasional. Su fachada está completamente pintada de blanco y acoge en su interior un mercado hippie que complementa con su oferta de productos arraigados en la concepción de un espacio natural y ecológico.

El restaurante ecológico Madre Tierra se inauguró el pasado mes de mayo. Foto: Madre Tierra.

Son, la mayoría, propuestas generadas bajo el influjo de los festivales veraniegos, un tipo de evento desarrollado para promocionar la ciudad e impulsar el comercio local. No obstante, algunos programadores señalan la endogamia que afecta a los distintos festivales como un obstáculo ante la publicidad de la cultura autóctona. En este sentido, Jorge Socarrades denuncia que "hay una cosa que no es agradable en este tipo de festivales y es que ofrecen al público todo lo que necesitan en el propio recinto. La gente que viene no necesita salir del recinto y así es difícil atraer personas a los bares y comercios de la zona", asegura.