Dicen las estimaciones oficiales que la tercera edición del Benicàssim Blues ha reunido a 15.000 personas entre el 6 y el 8 de junio. Ese dato significa que de año en año se aumenta en 5.000, lo que a su vez se traduce en un crecimiento progresivo que aconseja repetir el evento para dar mayor dinamismo a la ciudad antes de que llegue el verano. Saber la cifra exacta, e incluso aproximada, de un festival sin entradas, en las calles y en varias ubicaciones es prácticamente imposible. Pero sí es cierto que viviendo desde dentro estos tres días ha sido palpable la más que buena aceptación del festival organizado por Bsoundb, que antes incluso del arranque ya apuntaba, a través de su responsable y portavoz, Maquel Amat, a la cuarta edición como la del salto adelante definitivo. El impulso de la tercera es poderoso, pero en la venidera será necesario encontrar esa figura internacional importante que ayude a ubicar el Benicàssim Blues en la estela del grupo de grandes referentes blueseros a nivel nacional: Hondarribia, Cazorla, Cerdanyola, Getxo... Por el momento ya han conseguido que asociaciones emblemáticas, como la Societat de Blues de Barcelona y la Societat de Blues de Lleida, hayan acudido a este evento, un detalle que indica que el camino emprendido es el correcto.
El gran atractivo de esta edición ha sido un cartel que apuntaba hacia el espectáculo con impactantes nombres como Mambo Jambo o la big band Travellin’ Brothers, dos bazas infalibles para romper la creencia del sector que opina que el blues es de por sí aburrido. Pero también las variaciones en los escenarios han sido muy importantes en el desarrollo y el desenlace. El enclave de la plaza de los Dolores no sólo ha permitido grandes audiencias, con todo el espacio público lleno, sino que ha aligerado el trabajo de los organizadores, ya que han podido mantener el entramado allí instalado durante dos días, a diferencia de cuando se ocupaba un trozo de la calle Santo Tomás, donde era preciso cortar el tráfico y retirar el escenario al final de cada sesión. En la plaza de la Estación, el cambio en la orientación del entablado ha aumentado la capacidad para albergar espectadores, tal como ha ocurrido en la práctica. Otra gran baza ha sido programar el domingo a Mambo Jambo, a priori la gran atracción de este año, por lo que el interés del público se ha mantenido hasta prácticamente el último instante, evitando esa sensación de los otros años de que hasta el sábado ya había ocurrido aquello que se presumía más importante. En la jam final, en la playa del Torreón, otro buen gancho, como es el guitarrista Nathan James, aunque, como era previsible, la mayor parte del público ya había dado por finalizado el festival.
Muy buen nivel de los grupos, bien repartidos entre los tres días y con una adecuada sonorización a cargo del equipo de Metrònom. Las tres bazas que han de servir de imán para el público, que ha llenado los establecimientos hosteleros, uno de los objetivos de este festival de Benicàssim, que puede mantener su carácter gratuito sólo a través de grandes respuestas que garanticen el apoyo económico año tras año. La participación de más locales este año, a través del Vermut & Blues, así lo apuntan, dentro de una programación que además de sus sesiones didácticas ya añade actividades complementarias, como las presentaciones de la trilogía literaria que sobre el blues ha escrito Manuel López Poy, o conciertos surgidos de manera improvisada por músicos asistentes como espectadores, como fue el viernes el caso del guitarrista argentino Hernán Senra, ‘Chino’, con su llamativo dobro.
LA REVELACIÓN: A CONTRA BLUES
A pesar de llegar a Benicàssim como reciente ganador del European Blues Challenge celebrado en Letonia y, como consecuencia, ser declarado durante este año embajador continental del blues, A Contra Blues aparecía en principio tapado por otros nombres más conocidos en la Plana. Al final, el quinteto barcelonés ha sido algo así como la gran sorpresa del festival. Dos actuaciones muy dinámicas, tocando todos los palos que tuvieron como padre al blues y asemejándose en muchos momentos más a una banda de rock and roll, han convencido de manera unánime. Con Jonathan Herrero ofreciendo espectaculares momentos vocales y una banda dinámica y muy práctica, se han paseado por el rock fronterizo del sur de los Estados Unidos, el country, el rock and roll más clásico e incluso el hard. Robert Johnson, Johnny Cash, Chuck Berry, ritmos muy Diddley o un espectacular "Spoonful" de Willie Dixon les han acompañado junto a temas propios como el bello “Chances” que da título y cierra su cuarto disco o ese hit propio llamado “Wine, wine, wine” con pique de guitarristas incluido. En la primera noche, sobre el escenario principal, tuvieron problema con una guitarra. No importó, su compañero de la Totablues les prestó la suya y a seguir haciendo disfrutar. Dos conciertos y la gente con ganas de más A Contra Blues.
EL ESPECTÁCULO: TRAVELLIN' BROTHERS
Dieciséis músicos sobre el escenario, con la potencia que sólo una sección de vientos es capaz de proporcionar, más una banda base de nivel y un efectivo frontman que además de cantar muy bien sabe entretener. Puro espectáculo el de la big band bilbaína, jugando con todas las bazas que permite tan amplio plantel a partir de las composiciones del guitarrista Aitor Cañibano y de los sonidos exportados de la Ruta de la Magnolia -así se denomina su sexto disco- que enlaza Chicago con el Delta del Mississippi. Provocaron el baile a ritmo de swing, R&B, mambo… e hicieron cantar son sentimiento góspel, como si en una iglesia baptista estuviesen. Gustaron mucho. Suyas son dos de las imágenes más destacadas del festival: Jon Careaga cantando entre el público sin micro “Sweet little angel” de BB King, mientras el silencio se hacía a su alrededor; y el cierre con toda la big band bajando del escenario y dirigiéndose a la parada de CDs sin dejar de interpretar el clásico “When the saints go Marching in”, como en una escena de banda dixie en Nueva Orleans.
ACIERTO ASEGURADO: LOS MAMBO JAMBO
Contratar a Los Mambo Jambo y situarles como cierre –antes de la jam- era un seguro de atención hasta el final de esta tercera edición. Triunfadores en menos de un año en el Bestialc de l’Alcora y en la sala Four Seasons, su nombre era un buen imán para Benicàssim. En un país donde sigue costando aceptar la música instrumental, el cuarteto de Barcelona rompe continuamente prejuicios. La clave tal vez esté en ese rock and roll clásico perfectamente interpretado por cuatros músicos con amplia experiencia y nivel, con el saxofonista Dani Nel·lo como foco de atención por su pasado en Los Rebeldes, pero sin obviar que el guitarrista Mario Cobo (ex The Nu Niles) es de lo mejorcito a nivel nacional dentro del rock and roll y que el contrabajista Ivan Kovacevic y el batería Anton Jarl no son precisamente comparsas. Y todo ello acompañado por una contagiosa energía, como una cena de "Hot guindillas". Pueden formar parte de un festival de blues, de rock and roll, de swing… de lo que se propongan. Más que de estilos, prefieren hablar de “sonido Jambofónico”, que engloba todo lo que ofrece Mambo Jambo. Flotaba la incógnita de si harían subir al escenario a Ster Wax, quien alguna vez ha puesto voz al cuarteto en las Noches de Burlesque, o de si Dani Pérez –actual saxofonista de Los Rebeldes y del Wax & Boogie Rhythm Combo- participaría un hipotético pique con Dani. No fue así. Hubiese sido la guinda a un pastel delicioso. Dentro de poco se podrá escuchar el single que han grabado con la voz de esa poderosa bestia que es Barrence Withfield.
Público satisfecho y Los Mambo Jambo también. Aquí quedan las palabras de Dani Nel·lo como prueba: "Festivales así deberían existir en cada pueblo, con tanta pluralidad musical y de carácter abierto. Tocar de día, al aire libre, como un bolo familiar, es un poco chocante, pero a la vez fresco, transmitiendo a través de nuestros instrumentos, que son nuestras voces, lo que siempre ayuda a romper barreras de públicos y países. Además, Mambo Jambo afrontamos cada concierto como si fuese el último. A festivales como el de Benicàssim hay que meterle mucho cariño e ir creciendo año tras año, así se consigue que llegue un momento en el que los músicos busquen al festival, más que al revés".
LA CLASE: WAX & BOOGIE RHYTHM COMBO CON BIG DANI PÉREZ
Con algunas variaciones en su formación dependiendo del proyecto, la cantante Ster Wax, el pianista David Giorcelli y el batería Reginald Vilardell han sido quienes más han actuado en la aún corta historia del Benicàssim Blues. Los barcelonenses participado en sus tres ediciones y a pesar de estar más que contentos por repetir, creen que, por el momento, no habrá cuarta. “No hay que saturar y sí dejar también que otros grupos entren en el cartel, porque hay muchos muy buenos”, comentaron Ster Wax y David poco después de haber puesto fin a otra actuación llena de clase y la elegancia que aporta la rubia vocalista mientras los dedos de David realizan vertiginosas carreras por encima del teclado. Boogie, Rythm and Blues, swing y la constante evocación a las grandes damas de la canción negra, como Ruth Baker, LaVern Baker… Como canta Ster Wax, “I sing the blues with my soul”, y si a su izquierda tiene al saxofonista Dani Pérez aún sobresale más. Verles en directo es como un bello reflejo de la música de club de la primera mitad del pasado siglo.
Protagonistas en las tres ediciones, Ster y David aseguran haber observado “una buena evolución. Este festival se ha consolidado y, aunque es difícil compararlo con otros porque cada uno tiene sus propias características, es evidente que ha ido creciendo, poco a poco, pero creciendo. No parece que sea el típico festival que aparece un día y luego pasa al olvido”.
EL GUITAR-HERO: EDU MANAZAS & WHISKEY TREN
El guitarrista virtuoso volcado en el blues: el madrileño Edu Manazas. Le gusta el blues de raíz, el negro, sin edulcorar, pero a la vez le apetece añadirle el espectáculo de los trucos de un guitarrista virguero. Si en otras visitas a la Plana demostró su gran habilidad pero se olvidó un tanto del concepto formal de un directo, esta vez su espectáculo sí que se adaptó a la perfección a los roles de una actuación donde priman las canciones por encima de todo. Arropado por la competente banda que completan Pino Sambataro (batería), Óskar González (segunda guitarra) y Phineas Sánchez (bajo) dio una lección de blues guitarrero, buscando a la vez imitar con su peculiar manera de cantar los sones de los maestros negros. Para los minutos finales reservó uno de sus efectivos números, bajando del escenario y tocando entre el público, que seguía con sonrisas sus trucos con las seis cuerdas.
ARMONICISTAS, ARMONICISTAS, ARMONICISTAS...
La armónica se ha hecho sentir, y mucho, en este festival. La principal atracción en este sentido era el francés Nico Wayne Toussaint junto con los Mighty Quarters. Elegante, controlando el escenario y dinámico en todo momento, moviéndose entre el blues –de Chicago, principalmente-, el jazz y los ritmos latinos para moler café. Buena banda, con Florian Royo a la guitarra, Antoine Perrut al bajo y saxo, y Guillaume Destarac a la batería. con lucimiento para cada uno, y solos de Nico en los que la armónica parecían tener vida y voz propia.
También la Totablues Band tiene la armónica y el blues de Chicago como señas de identidad. En el caso de esta formación argentino-barcelonesa, ha sido la más ajustada al concepto ‘blues’ que ha pasado por el escenario principal en esta edición. Su buena técnica no llegó a conectar con el público del mismo modo que sus compañeros de cartel, tal vez por su, en global, mayor seriedad. Quedó la impresión de ser una agrupación más disfrutable en un club de blues.
El apartado castellonense también ha sido acaparado por armonicistas. Ferran Bosch –valenciano ahora residente en el Grau- actuando en formato de quinteto y protagonizando en la primera jornada una harp attack junto a Víctor Barceló y Paul Tidiman. También participó en los mediodías de Vermut & Blues, lo mismo que el veterano y bien conocido de la escena local Alfons Barreda, al frente de La Doble Alfons Band, y los británicos con residencia temporal en Benicàssim The Nula Band.
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QUIENES MEJOR SE LO PASARON: LA TESTAPAZZA
Un joven italiano y un joven catalán se encuentran hace un año y medio en Barcelona y se deciden a tocar y cantar blues por las calles. Animados, se marchan a Italia para repetir allí. Lo suyo es el blues rural, callejero, de voz, armónica, guitarra y mochila, más amigos que se encuentren por el camino, ya sea batería con escobillas, caja y plato –el primer día- o el contrabajista de Wax & Boogie Rhythm Combo, Oriol Fontanals, y les basta un trocito de suelo para soltar su repertorio. Mattia Sinigaglia y Pol ‘Paolino’ Jubany vivieron el festival de principio a fin. “Nunca he bailado tanto como el viernes con A Contra Blues y el domingo Mambo Jambo me han llenado de energía". Ahora, mochilas y rumbo a Barcelona, Hondarribia y Francia. Ni se plantean grabar un disco y sobre volver a Benicàssim, “encantados. No hace falta más que Maquel nos llame”, comentaba Pol tras disfrutar,seguro que como el que más, como músico y como espectador.