Estoy leyendo un libro en el que la protagonista, una chica de diecinueve años, cree que es una sirena. Ella vive en un pueblo pesquero desde el que sólo parte una carretera, hacia el sur; no hay carreteras que lleven más al norte porque más al norte ya no hay nada más que mar. En su pueblo una intensa niebla atiza siempre el presente, y no resulta fácil ver el horizonte. De hecho, si no fuese porque ella se imagina una sirena, ya habría intentado escapar.
Ha decidido, sin embargo, estar del lado de la niebla e imaginarse. Por suerte, todos podemos imaginar. Por suerte, todos podemos imaginarnos. Cuando era pequeño, o no tan pequeño, imaginaba cómo sería vivir en una casa construida en medio de un puente, colgando sobre un río de agua rápida y ágil, como un animal joven. Lo más parecido que he hecho a construir una casa en un puente ha sido viajar. Ir y venir. Ir y venir. Los viajes mueven el agua que pasa por debajo del puente, y hacen que ésta siga siendo rápida y ágil, como un animal joven.
A cada lado del puente encuentras gente no y gente sí. La gente no suele autoproclamarse guardián de alguna puerta de entrada a algún lugar exclusivo, donde suele haber más gente no, queriendo tener la voz, para decir no. La gente sí confía en lo que ama y se mueve con gracia, baila un baile sin miedo, incluso dentro de un pozo. La gente no cree que la Y es un tirachinas. La gente sí cree que la Y es un puente. Los puentes suelen ser una de las primeras cosas que destruyen en las guerras. Todos somos un poco nosí y síno, pero el día que descubres que puedes contar una historia escribiendo, cantando, dibujando, pintando, esculpiendo, fotografiando, bailando, hablando, o haciendo sonar cosas, ese día, estás más cerca del sí. Con o sin niebla.
A todas las personas que imaginan historias, gracias. A todas las personas que hacen que las historias puedan ser escuchadas, gracias. A todas las personas que escuchan, gracias. Feliz décimo aniversario, Nomepierdoniuna.
Raúl Pastor Medall (Rauelsson) es músico y profesor de universidad.
