‘Marabunta’. Guillem Albà y La Marabunta. Paranimf de l’UJI. Viernes 3 de marzo (20:00). Entradas: 12, 10 y 5 euros (menores de 12 años). Unos 250 espectadores. Una hora y cuarto de duración.
Marabunta es un energético espectáculo de música y teatro, con una serie de números independientes entre sí liderados por el clown catalàn Guillem Albà –también autor, cantante, director…- sin otra pretensión que desconectar del mundo exterior durante algo más de una hora y pasarlo bien. ¿Y es ése un objetivo menor? Ni mucho menos. Rodeados en el día a día por las malas noticias, aislarse dentro de un teatro, reírse y sentirse libre para hacer lo que venga en gana resulta un gran plan. El positivo añadido es que lo consigue con los más jóvenes –el reto a priori más sencillo- pero también con los adultos, que en casi su totalidad se ven involucrados en el plan urdido por Guillem Albà y sus seis músicos acompañantes. Por momentos resulta complicado establecer diferencias de comportamiento entre mayores y jóvenes cuando se observa a unos y a otros cantar, bailar e incluso deambular felizmente entre las filas de asientos.
Los números que integran el show no resultan en sí demasiado originales, aunque hay una buena puesta en escena que provoca que se vayan desarrollando sin que la atención decaiga. Música bien interpretada, juegos con las letras de las canciones, algunos gags muy similares a otros ya vistos… Pero el atlético e ingenioso Guillem Albà tiene guardada una baza que pronto expone: su habilidad para meter a cualquier espectador en el show, jugando bien con el feedback en los momentos de improvisación. Para él no existe la barrera escenario/platea, por lo que sus subidas y bajadas de la escalinata son constantes.
Niños y niñas responden de inmediato a sus llamadas; adultos se hacen los despistados cada vez que ven al protagonista dirigirse hacia ellos. Pero con el paso de los minutos consigue que ese temor se desmorone. Sin darse uno cuenta, acaba metido en la trama de Marabunta. Y ya casi en el final, Guillem Albà descubre sin tapujos el plan con el que han llegado hasta el Paranimf de la UJI: “Habéis visto un espectáculo de música, de hacer el payaso y desconectar del mundo de fuera. Una hora sin que importen las mierdas que ocurren y sintiéndose feliz”.
Por el camino ha conseguido varios objetivos, como cuando resalta la importancia de “Compartir” –título de una canción- y al ritmo de La Marabunta consigue que todos formen piña en su deseo de compartir un divertido rato. Y cuando ya ha dominado la situación e incluso ha conseguido que la conexión del público y artistas ilumine una bombilla, invita a los presentes a actuar con total libertad por el recinto para celebrarlo, convirtiéndose aquello en precisamente una marabunta de gente de cualquier edad siendo feliz. Conexión total que llega al punto de que los actores se desplacen hasta el vestíbulo y vayan despidiendo a cada uno de los presentes con el correspondiente apretón de manos.
Un consejo de Guillem Albà a los adultos: “Sed felices”. Otro a los que serán adultos: “De mayores trabajad en aquello que os guste”. Y un agradecimiento “por, entre un millón de cosas, haber escogido estar aquí y por el apoyo a las compañías de teatro, las que están fuera de las superproducciones”.