"Here to stay" (Llega para quedarse). Esta expresión tan manida dentro de las canciones rockeras se puede utilizar para explicar con una sola frase las intenciones del Costa de Fuego. Un festival que a mediados del pasado mes de febrero apareció para sorpresa de casi todo el mundo, con un anuncio inicial en el que figuraban los llamativos nombres de Guns n’Roses y Marilyn Manson al frente de medio centenar de grupos -por desenmascarar- que iban a actuar en Benicàssim el 20 y 21 de julio. Fuera de esos datos, poco más se sabía. Pero en el comunicado aparecía un nombre como organizador: Maraworld. ¿Maraworld? ¿La empresa responsable del FIB montaba un festival heavy? Pues sí. Para quien desee darle vueltas a una posible incongruencia –aunque en el cartel del FIB ya aparecen nombres que chocan con el espíritu primigenio-, desde el equipo que encabeza Vince Power lo explicaban así en la presentación oficial del evento: “Somos una empresa de eventos y podemos dar cabida a cualquier tipo de música. No había oferta de rock duro en esta zona y nosotros podíamos ofrecer un evento así”. Sobre las fechas, no existía la más mínima duda: la semana siguiente a la celebración del FIB. ¿El motivo? “Sacar más partido a esa infraestructura”.
Las previsibles cifras de asistencia a uno y otro festival son por ahora muy distantes. Esta misma semana ha anunciado la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, que son unas 45.000 personas las que se prevé que asistan al FIB (evento con 18 años de vida), mientras que la cantidad para el Costa de Fuego se queda en unas 8.000, con clara mayoría española. ¿El poder de convocatoria de este estreno puede poner en peligro la continuidad del festival heavy? Según la propia organización, no. “Estamos en tiempo de crisis, algo que preocupa a todos, pero asumimos por completo el riesgo. Nos planteamos un plazo de 3 a 5 años para establecernos”, es la respuesta de Pepe Corral, director ejecutivo de Maraworld.
El trayecto previo al inicio al festival ha sufrido algunas modificaciones, provocadas sobre todo por el número total de grupos que van a pasar por el Costa de Fuego. Después de haber anunciado que serían unas cincuenta las actuaciones en este Año I y haber puesto los abonos a la venta, se anunció un cierre de cartel con 37 nombres. Se produjeron protestas procedentes del sector de público que ya había adquirido su pase y la organización atendió a sus razones, elevando el número final a la cantidad prevista, con el añadido de un cuarto escenario.
53 actuaciones repartidas en 3 escenarios y un autobús
Los nombres más llamativos, como es lógico, actuarán en el escenario principal, denominado también Costa de Fuego. Las grandes bazas son dos grupos con mucho tirón popular en cuanto a venta de discos y asistencia a conciertos, Guns n’roses y Marilyn Manson, dos bandas que con muy distintas maneras sacudieron con fuerza el panorama rockero duro a finales de los 80 y los 90, sobrepasando a nivel de mercado las invisibles fronteras que suelen imponer las etiquetas estilísticas. En esa misma tarima descargarán también formaciones con larga historia detrás, como son las escandinavas Satyricon, Amorphis, Nightwish e In Flames y las españolas Barón Rojo, Obús y Hamlet. Pero también queda sitio para grupos con menos rodaje que los anteriores, incluidos los valencianos Noctem, junto a los canadienses Cancer Bats y los británicos Architects y We Are The Ocean.
En el segundo de los escenarios, el Black Bikini, destaca la presencia de la banda progresiva sueca Opeth, junto a un nombre altamente influyente en el panorama metálico oscuro como es el británico Paradise Lost, los también suecos Katatonia o los italianos Lacuna Coil. La representación nacional la componen los veteranos WarCry, la gran revelación de los últimos años, Angelus Apatrida; los instrumentales Toundra, los death metaleros Rise To Fall, Steel Horse y Berri Txarrak con sus letras cantadas en euskera. El resto de horas en este escenario se las reparten bandas británicas con aún poco recorrido discográfico: The Computers, Rolo Tomassi, Your Demise, Bury Tomorrow, Feed the Rhino y Heights.
El tercero, Jack Daniel’s Stage, está destinado a bandas españolas que apuntan a un prometedor futuro, incluidos los tres nombres castellonenses que estrenarán esta primera edición: Killus, Dry River y Guilles de Rais. En esas mismas tablas, Vita Imana, Dünedain, Uzzhuaïa, OST, El Páramo, Adrift, Clockwork, Nami, Cerebral, The Tractor y Psideralica. Además, por este espacio pasarán dos mitos de la comunicación heavy, Rafa Basa y El Pirata, para protagonizar sendas sesiones pinchadas.
La novedad de última hora atiende al nombre de Red Bull Tour Bus, un escenario que en realidad es un autobús sobre el que actuarán los grupos. El vehículo estará aparcado dentro del recinto de conciertos y los nombres que coparán este añadido espacio son V3ctors, Ankor, L’Endeví, Guadaña, As Light Dies, The Hotel Ambush, Nodriza y The Last Request. Esta última banda, de Ibiza, ha sido la ganadora del concurso Supajam Fast Track to Costa de Fuego, que tras superar dos fases concedía una plaza en el cartel oficial.
En Taquilla, 100 € el abono; una entrada por día, 55 €
Hasta que llegue la hora del inicio del festival, el precio de los abonos es de 80 euros, con derecho a cuatro días de acampada gratuita en Campfest (del jueves 19 al domingo 22); mientras que la entrada por día cuesta 42. Ya en taquilla, el precio del pase para las dos jornadas ascenderá a 100 euros, por 55 de la entrada a un solo día. Y para quienes deseen estar presentes en el FIB y en el Costa de Fuego existe la posibilidad de adquirir un pase conjunto por 200 euros.
A partir de estos precios generales, aparecen algunas variaciones, como son el abono de dos días para parados –que no estén buscando su primer empleo-, con un coste de 48 euros; y los descuentos para residentes o universitarios de la Comunidad Valenciana, con abonos a 72 euros y entradas de día a 37. Para los empadronados en Benicàssim, el precio del abono es de 50 euros, debiendo acudir al ayuntamiento para conseguirlo.
Y para quien desee acceder a la zona VIP –al lado del backstage-, con su correspondiente plaza de parking, el pase asciende a 135 euros.
Por otra parte, si alguien desea acampar y no tiene tienda, la organización le puede facilitar –pagando- dos modelos: Deluxe (300 euros) y Easy para dos (89 euros) o cuatro personas (109). Quien acuda con caravana, puede acceder con ella por 50 euros más.
Cómo llegar a Benicàssim y moverse por la ciudad
Quienes no deseen efectuar el recorrido en coche particular hasta Benicàssim tiene a su disposición la posibilidad de inscribirse en viajes organizados, con salidas desde Málaga, Madrid, Murcia, Cartagena, Alicante, Sevilla, Córdoba, Jaén, Málaga, Granada, Almería, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Zaragoza y Barcelona.
La organización también pone a disposición de los interesados el traslado desde los aeropuertos cercanos, pagando una tasa según el caso: Valencia (21 euros), Alicante (42), Reus (31,50), Girona (52,50) y Barcelona (42).
La otra opción es llegar a bordo de un tren, con paradas para los procedentes de Valencia, Barcelona y Madrid, además de los de Cercanías.
Ya dentro de la ciudad, se podrá disponer de una línea especial de autobuses entre zonas de acampada, estación de Renfe, recinto de conciertos y playas de Benicàssim, con billetes a 1,40 euros y un bono de viajes ilimitados por 7,50.
Y para los más deportistas y los más preocupados por el medio ambiente, Costa de Fuego contará con el servicio de alquiler de bicicletas de shop.costadefuego.com localizado en Campfest.
24 horas de actividades en 2 días
Será el lunes 9 de julio cuando se dé a conocer el horario de cada una de las actuaciones. Por el momento, se sabe que el recinto estará abierto cada uno de los días de 17:30 a 5:00 y que contará con cobertura wi-fi a cargo de Terra.