Música

Dry River sirve un suculento menú progresivo

Un año sin actuar en directo y como si nada. Dry River trasladaron al escenario de La Consulta del Dr. la complejidad de su segundo disco, ‘Quien tenga algo que decir… que calle para siempre’, un trabajo de rock progresivo bien recibido dentro de buena parte del sector musical castellonense. Una hora y media de espectáculo entretenido entre virtuosos solos, coros muy Queen y unos cambios de ritmo en los que dejan aflorar sus influencias, principalmente de rock potente y melódico a la vez. Unos 200 asistentes, y prácticamente todos dando el visto bueno.
  
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Dry River, sobre el escenario de La Consulta del Dr. Foto: Sara Riera Koma.

Dry River: Ángel Belinchón (voz, teclados y guitarra acústica), Carlos Álvarez (guitarra, teclados y coros), Matías Orero (guitarra y coros), David Mascaró (bajo y coros), Martí Bellmunt (teclados, saxo y coros) y Pedro Corral (batería), más los actores Marc Escrig y Fanfi García. Técnico de sonido: Juan Carlos Morcillo.

Presentación del segundo disco de Dry River, 'Quien tenga algo que decir… que calle para  siempre', en La Consulta del Dr. (Castellón), el sábado 6 de diciembre de 2014. Unos 200 espectadores. Una hora y media de duración (23:30-1:00), con Ankor como compañeros de cartel.

La aparición de Quien tenga algo que decir… que calle para siempre (Rock Estatal Records, 2014) de Dry River ha provocado un palpable revuelo entre el sector rockero castellonense. Son muchos los elogios hacia este trabajo complejo, con múltiples sonoridades e intrincados desarrollos, todos ellos coordinados por el cerebro Carlos Álvarez. Música de virtuosos que es probable que no atraiga al degustador de temas directos de tres minutos, pero del que nadie podrá decir que no está muy trabajo. Es un disco que ha gustado a una buena parte del mundillo, lo que se tradujo la noche de la presentación en La Consulta del Dr. en una notable presencia de músicos de diversos estilos entre el público (componentes de bandas como Soul Slain, La Ranamanca, CV-10, del cuarteto de Carlos Vargas, Impass, Claim, TanStuPids, Etruria…), a pesar de contar con la competencia de Veneno Stereo, que al mismo tiempo estaba celebrando su larga fiesta de aniversario, con amplia presencia también del sector musical. Una vez presentado el disco en directo, elogios redoblados, ya que el sexteto (octeto con los dos actores) no sólo consigue reproducir la complejidad del disco, sino que además ofrece un espectáculo entretenido de principio a fin… Y todo ello con el inconveniente de que Dry River llevaba un año sin subirse a un escenario, desde la primera edición del feCStival.

Si en el primer disco el vestuario era el propio de un espectáculo circense, ahora el sexteto luce trajes propios de una orquesta que ameniza una boda. Hasta hubo peticiones de “que se besen”, dirigidas a unos imaginarios novios. El inicio del concierto fue el mismo que en el nuevo disco, es decir, entrantes –usando su actual terminología- con la introducción de “Traspasa mi piel” seguida por la potente “Bajo control”… y en el último postre, “Traspasa mi piel” completa, con un divertido mini-medley con trocitos de "Eres tú", "Libre", "Si se eu te pego".... Durante la degustación, cuatro temas del recién reeditado CD del 2011 El circo de la tierra (“Aunque sin ti”, “La llave del sol”, introduciendo la larga crítica al bipartidismo “Rosas y gaviotas”, “La mujer del espejo” y “Pequeño animal”), quedándose fuera las nuevas “Informe T-24”, que en estudio cuenta con la colaboración de Julio Castejón (Asfalto), “Casto” y “Caída libre”. Una cuestión de tiempo disponible y de ir probando canciones.

"Pequeño animal" y "Traspasa mi piel" fueron las más coreadas por el público. Foto: Sara Riera Koma.

Por conocidas, las más pedidas y mejor recibidas fueron “La mujer del espejo” y “Pequeño animal”, aunque “Traspasa mi piel” fue muy coreada, avalada por el videoclip editado, así como la eurovisiva y bailable “Irresistible”, un canto al optimismo. En cada una de las canciones se pueden seguir rastros que han influido en los componentes de Dry River, desde ese arranque de la batería muy “Highway star” purpleiano de “Bajo control” hasta esa carrera por los teclados muy Marillion de “Pequeño animal”, pasando por esa comparativa con Dream Theater a la que parecen someterse sin posibilidad de escapatoria los grupos progresivos virtusosos, más cambios muy pronunciados a los Flower Kings, los coros muy Queen, un toque Asfalto (muy palpable en “El lado bueno de las cosas malas”), algunos riffs con recuerdo a Rainbow, un final muy “Paquito El Chocolatero” en “¿Cuánto vales tú?”, que también incluye unos arreglos del “Jingle Bells”… Pero consiguiendo alcanzar una personalidad propia.

Como pero cabría apuntar que el sonido no resultó nítido en el apartado de las voces, lo que impidió, por ejemplo, entender al completo algunas de las explicaciones de Ángel Belinchón, como por ejemplo en el inicio de “Frascos vacíos”, un tema con bella cadencia y coros operísticos que trata de manera poética el terrible alzheimer. Aunque hay que añadir que en la parte superior del local el sonido era más claro que en la platea.

El término “aburrido” suele ser usado por los detractores del género progresivo. Sin embargo, Dry River consigue atrapar la atención del degustador de estos desarrollos como del poco habituado a base de un espectáculo dinámico en el que participan de manera activa los actores Fanfi García (protagonista en el dictatorial “Oda al líder”) y Marc Escrig, quien acabó el concierto (“Traspasa mi piel”) metido en la piel de Freddie Mercury y dejándose llevar en brazos del público ubicado a pie de escenario.

Por un tema de horarios laborales de uno de los componentes de Dry River, fue quien abrió el concierto, dejando para el cierre a Ankor, una banda de Tarragona que funciona desde 2003 y que en este año ha recibido el premio al Grupo Revelación de la revista Heavy Rock. Con nueva cantante –Jessie Williams- presentaban temas de su reciente EP Get on the winner horse!, y aunque la vocalista es presentada también como “screamer”, su voz limpia le da un toque pop a sus temas de metal alternativo, por el que asoman también los reflejos de bandas punk-pop. La asistencia menguó tras el final del directo de Dry River, protagonistas principales de la noche, reduciéndose en unas tres cuartas partes el número de espectadores en este segundo concierto.

Ángel Belinchón, cantante de Dry River. Foto: Sara Riera Koma.

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