'Yerma', de Lorca, en versión de María Goiricelaya, para La Dramática Errante. Intérpretes: Sandra Fernández Aguirre, Aitor Boboria, Unai Izquierdo, Loli Astoreka y Leire Orbe. Dirección: María Goiricelaya. Paranimf de la UJI de Castelló. Viernes 22 de marzo. Inicio: 19:40. Duración: 100 minutos. 350 espectadores.
Yerma ha sido llevada al teatro y al cine en un buen número de ocasiones. No en vano se trata de uno de los clásicos del siglo XX. Sin embargo, la Yerma versionada y dirigida por la dramaturga vasca María Goiricelaya se publicita como una revisión "sin una palabra de Lorca". Recoge la esencia, y estructura, escrita por el inmortal autor granadino y la desubica por completo, tanto en el espacio-tiempo como en su léxico. Abandona la España rural de los años 30 para situarla en el Bilbao del siglo XXI, con lenguaje y vestuario actuales y una sociedad más liberal. El negro se transforma en colores vivos. Pero el drama es el mismo: la imposibilidad de una mujer -esta vez una artista plástica de éxito- por ser madre cuando ha escogido serlo, llegando a culpar a su pareja y a sí misma, en un proceso de paulatina degradación y asfixia interior. Un desarrollo que parte de la alegría de la pareja ante un esperanzador futuro al drama. Un duro viaje que atrapa la atención del público presente en el Paranimf de la UJI, de nuevo con una gran entrada una semana después del sold out de Alberto San Juan & La Banda con Macho grita.
Ella/Yerma renunció voluntariamente a parir unos años atrás. Lo justificó en la consiguiente alteración de su ascendente carrera artística. Hoy en día se mantiene como una creadora requerida para exposiciones, pero se han alterado sus prioridades. Y ahí comienza su gran drama: no consigue quedarse embarazada dentro de un contexto en el que la maternidad es el tema que enlaza a todas sus amistades, en una sociedad en el que no tener descendencia levanta preguntas y comentarios.
La tragedia se va instalando sobre el escenario a medida que transcurren los minutos, reflejada metafóricamente en las bebidas y lugares que va anunciando una voz en off durante la obra (del glamour inicial a la paulatina decadencia). Atrapa esta Yerma. Se intuye su conclusión... Más bien se sabe. Tanto es así que empieza el relato por el final (sin desvelarlo) y cambia el desenlace. Al contrario que en el original de Lorca no es el esposo quien muere.
Es Sandra Fernández Aguirre la actriz principal en el Paranimf de la UJI, en lugar de la habitual, Ane Pikaza, nominada al Premio Max por este papel, a causa de su reciente maternidad. La actriz suplente consigue en todo momento hacer creíble su papel que se culpa/culpa al personaje interpretado por Aitor Boboria de su destino ahora no deseado (a diferencia de la Yerma original, su relación no ha sido impuesta). Lo mismo se puede decir sobre la solvencia del actor protagonista, un personaje que debe viajar con frecuencia y que, a pesar de su reticencia inicial a ser padre, lo acepta e intenta ser soporte de su pareja cuando el ansiado embarazo tarda en llegar, hasta que la situación le desborda. Junto a ellos, Unai Izquierdo, antiguo amor, con quien sí se quedó embarazada, pero sin llegar a gestar; Loli Astoreka, en el rol de madre, y Leire Orbe, en los papeles de hermana de la artista y doctora que analiza el caso médico en busca de una solución.
El texto de Maria Goireceleya ganó el Premio Max 2023 a la Mejor Adaptación o Versión Teatral. Vista en el escenario se entiende el motivo. Bien estructurada, con un desarrollo de escenas dinámico y diálogos que reflejan el descenso de una mujer de éxito que ha sido feliz hasta que se ha topado con el único objetivo que no puede alcanzar, el más importante para ella. Llama la atención que a lo largo de la obra se van proyectando a espaldas de los protagonistas piezas creadas por la ilustradora, pero evitan las imágenes escabrosas cuando le comentan a Ella/Yerma que sus piezas reflejan de manera diáfana su dañado interior.
Ser madre o no serlo, voluntaria o involuntariamente, con el consiguiente cuestionamiento social si no hay hijos. Un tema plenamente actual, tragedia en algunos casos para mujeres que voluntariamente o no se saltan la obligatoriedad social de engendrar descendencia.
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