
El dúo burgalés realizará su intervención en la segunda jornada del festival.
Fetén Fetén es el proyecto conjunto de Jorge Arribas y Diego Galaz. En él, los músicos recuperan la música popular de un variado número de lugares aprovechándose de instrumentos diferentes, como una gaita fabricada con un brick de vino. El último de sus trabajos es Cantables II, su quinto álbum, en el que artistas como Rozalén, El Kanka o Bunbury se prestan a poner voz a sus particulares composiciones. Y como de particularidades se basa la propuesta de Fetén Fetén, no es de extrañar verles en propuestas como la Mostra de cinema i música Cinemascore, musicando en directo a El milagro de P. Tinto de Javier Fesser el viernes 4 de febrero en el Paranimf de la UJI (te contamos la programación completa del Cinemascore en este artículo).
Aprovechamos para hablar con Diego Galaz y conocer un poco más sobre esta propuesta, cómo será su paso por el Cinemascore y reflexionar sobre la importancia de preservar el patrimonio musical.
>¿Habíais trabajado anteriormente en la banda sonora de alguna película o compuesto para cine?
Tanto Jorge como yo hemos tocado en películas de cine mudo de manera puntual o interpretado la banda sonora de algún film en directo, con algo de margen para la improvisación, pero es la primera vez que componemos nueva música para una película, en paralelo a la que había originalmente. La música de Suso Saiz es magnífica, pero en este caso se ha prescindido de ella y hemos tenido que traducir los momentos seleccionados por el director a nuestros propios instrumentos y nuestras melodías. A Fesser le pareció una propuesta maravillosa porque la música de Fetén Fetén tiene mucho que ver con su cine. Hemos intentado ser un personaje más con la intención de dar una perspectiva diferente a aquellos que hubieran visto la película anteriormente.
"Hay que transmitir todo este legado, porque cuando se pierda nos pasará factura"
>¿Cómo terminasteis poniendo música a la película de Javier Fesser?
La productora Born! Music, de José Luis Cuevas, nos hizo la propuesta. Javier Fesser nos conocía anteriormente por haber acudido a algunos conciertos y, entre varias de las sugerencias, optaron por nuestra música. Fesser es una persona con una cabeza muy abierta y que se deja sorprender y pensó que tendríamos la capacidad de adaptarnos. Cuando visionó el estreno del proyecto el verano pasado nos dio las gracias porque sintió que la música se había impregnado de lo que pretende transmitir su película y con la misma emoción que la banda sonora original.
>¿Tenéis buena conexión con El milagro de P. Tinto?
Absolutamente. Fesser trabaja el surrealismo cinematográfico, pero con una estética muy popular y naíf y esos son dos rasgos muy importantes en nuestra música. Hay un punto surrealista en poder tocar una silla de camping o un serrucho. Además, la música popular está en todas nuestras composiciones, nos inspiramos en ella. Y también tenemos ese punto naíf. No nos comparamos con el cine de Javier Fesser, porque tiene una mayor capacidad creativa, pero nuestra combinación funciona estéticamente y bien. Y en este tipo de conciertos, en los que el espectador nos puede ver de reojo, se da una magia especial.
>¿Qué aportará vuestra música a la película? ¿Nos podéis avanzar algo de vuestra intervención?
No vamos a ser los protagonistas: la protagonista es la película. Pero hemos comprobado anteriormente que la gente es capaz de seguir la película y, de reojo, observar de qué instrumentos provienen los sonidos. Nuestros instrumentos principales son el violín y el acordeón, pero podremos llevar a Castelló los serruchos, la zanfona o el theremin, que es muy cinematográfico. El resto de elementos sonoros los reservamos como sorpresa para la actuación del viernes.
"Cuando Fesser visionó el estreno del proyecto sintió que la música se había impregnado de lo que pretende transmitir su película"
>Vuestra última actuación en Castellón fue el pasado abril de 2021 con dos sesiones: en el Museu de Belles Arts y el Auditori. ¿Habéis podido manteneros muy activos durante la pandemia?
Pudimos hacer mucho trabajo el año pasado. Tenemos un formato asentado, el grupo es mínimamente conocido y tenemos un recorrido que nos ha permitido estar activos. Pero no podemos olvidar que el sector cultural está muy mal. Hay gente que no lo está pasando nada bien. Parece que hay un boom porque vuelven los festivales y los grandes grupos de pop e indie, pero son tan solo la punta del iceberg. Estamos muy agradecidos de poder trabajar y poder volver a Castelló, donde la última vez encontramos en la calle un violinista maravilloso tocando nuestra música, pero no podemos estar felices por la situación. El sector cultural ha demostrado en la pandemia estar a la altura de las circunstancias. Todo el mundo se ha servido de la cultura para pasarlo menos mal y ahora toca dar el callo y comprar entradas y volver a llenar los teatros. No podemos cantar victoria aún para recuperar, como mínimo, lo que había anteriormente.
>En 2021 publicasteis vuestro quinto disco Cantables II con la colaboración de muchos artistas como Rozalén, Guitarricadelafuente, miembros de la M.O.D.A, Fito… ¿Además de tratarse, al menos por el nombre, de una secuela del Cantables de 2016, qué diríais que aporta este lanzamiento a vuesta carrera? ¿Alguna nueva perspectiva?
No tenemos estrategia, ni aspiración comercial ni de éxito. Hacemos lo que nos apetece. Ese proyecto nació de la necesidad de querer compartir nuestra música con artistas que quisieran poner voz a nuestras letras, escritas por Sebastián Schon: el tercer Fetén y productor. Es un trabajo puntual, pero que forma parte de la historia de nuestro grupo. A veces parece que si alguien no hace una gran gira de presentación de un disco no tiene sentido. En nuestro caso, presentamos Cantables II en un concierto especial en el Inverfest hace un par de semanas con muchos artistas. Parece que se tienen que extender las cosas, pero cuando suceden una sola vez tiene muchísimo valor. El próximo disco será instrumental y seguiremos con nuestros directos instrumentales, pero el proyecto de Cantables nos ha aportado mucho. Nos ha permitido aprender y compartir nuestra música con gente que admiramos.
"La cultura ha demostrado estar a la altura de las circunstancias. (...) ahora toca dar el callo y comprar entradas y volver a llenar los teatros"
>Con una música tan particular con la vuestra, con los “instrumentos insólitos” y utilizando muchos géneros de la música tradicional o popular, me pregunto cómo es vuestro proceso de creación y composición musical. ¿Hay mucha investigación? ¿Consideráis que es diferente al de otros grupos?
Cada artista tiene su proceso. No hacemos trabajo de campo o investigación, pero sí recogemos mucha información de la música popular. Con Fetén Fetén hemos puesto sobre la mesa las influencias que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Ha habido épocas que hemos tocado mucho tango, otras hemos tocado mucha música tradicional castellana. Jorge ha girado con Celtas Cortos y yo con Jorge Drexler. Al final, todas esas influencias confluyen en el proyecto que quieras hacer, pero sin estar sometido a una estrategia o línea a seguir.
Intentamos hacer lo que nos divierte y poder vivir de ello, que es un gran éxito. Damos mucha importancia a la música popular en el sentido más amplio de la palabra. Hay discos con influencia más tradicional, como la latinoamericana en Melodias de Ultramar (2018). Ponemos en valor el respeto a la música popular desde nuestra humilde aportación, aunque sin llegar al nivel de las grandes composiciones de ese género. Cuando podemos nos dejamos influenciar por aquello que consideramos importante, y creemos que la música popular es la que ha cambiado el mundo.
>Con motivo de los resultados del Benidorm Fest, publicasteis un tweet en el que definíais la competición como algo opuesto al desarrollo artístico. ¿Creéis que hay una elevada fijación por el éxito o el triunfo en el sector musical?
El mundo de la música es muy hostil por muchas razones. La supervivencia es muy compleja y eso implica que cada uno se busca la vida, de forma honesta o deshonesta según el caso. Nos han vendido un éxito como la felicidad y parece que los grupos que no llenan estadios no pueden ser felices. Hay un mínimo: si no puedes vivir de la música y quieres ser músico, hay un problema. A partir de ahí hay muchos niveles. En nuestro caso, consideramos que no hay mayor éxito que poder vivir de la música.
"Los concursos son concursos y funcionan de una forma que nunca es justa"
Poder ir a Castellón y hacer este trabajo junto a Javier Fesser… cada uno lo mira de una manera. Hay gente que llena estadios y luego se ha suicidado en un hotel porque no es feliz. Hay quien toca para veinte personas y está contento con ello. En el tweet quisimos transmitir que los concursos son concursos y funcionan de una forma que nunca es justa. Porque suelen ser muy subjetivos y dependen de en qué momento se realizan o con qué fin. En definitiva, detrás de estas historias siempre hay un negocio que, si investigas, oscurece la visión más pura de la música. La música no puede ser competitiva. A todos nos puede haber pasado que alguien nos dé envidia, pero de una manera saludable. La competición no sirve porque los grandes artistas, que deben ser nuestros referentes, solo han competido contra sí mismos. Si alguien ve que su camino es presentarse a concursos se frustrará cuando no los gane. Y puede que se esté perdiendo otro éxito que sea más importante.
>Rodrigo Cuevas, Le Parody, Califato ¾… ¿Hay un fenómeno de volver a poner en valor la música popular? ¿De recuperar las raíces?
Se está acercando la música tradicional a las más modernas. Hay que celebrar esos proyectos. Los grupos que están haciendo esa revisión, en los que nos incluimos, tienen que poner en valor de dónde vienen las cosas. Que alguien escuche a Rodrigo Cuevas o Fetén Fetén es maravilloso. Pero es importante que también sepa que hay un legado de nuestros antepasados que hicieron esa música muriéndose de hambre y pasando penurias, por lo que tiene un valor superior a lo artístico que debemos preservar como humanidad. Los grupos que estamos haciendo la revisión tenemos que ejercer de puentes. Si alguien escucha solo a Fetén Fetén y no conoce a Agapito Marazuela o Joaquín Díaz será una pena.
>¿Qué se debería hacer para que la música de nuestros antepasados no caiga en el olvido?
La educación en las escuelas y en casa es fundamental. Si un niño nace en la Comunitat Valenciana, la familia tiene la obligación de hablarle de las tradiciones. No como algo impositivo, sino como conocimiento. Y que luego cada uno elija. Un niño de Burgos debe saber quién fue Antonio José Martínez Palacios o qué es una rueda de Burgos, aunque luego lo siga escuchando o no en el futuro. Es como si un niño de Burgos no hubiera visto nunca la catedral. Así que desde los colegios y los conservatorios se deben abrir huecos, ya que se permite entender cómo la música permitió que la gente superviviese. Cómo la gente tocaba con cucharas porque no había ni comida ni instrumentos. Eso hace ver que en el ser humano hay cosas más importantes que tener dinero. Hay que transmitir todo este legado, porque cuando se pierda se nos pasará una factura excesivamente grave y grande.