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Juan Vitoria, ideólogo musical, además de propietario de la tienda Discos Amsterdam de València.
***Texto de Juan Vitoria. Propietario de la tienda Discos Amsterdam (València) desde su inauguración en 1982. Autor de libros, articulista en diversas publicaciones, dj... Se define como "ideólogo musical, pero en realidad soy un apasionado por el arte, especialmente el arte sónico y, concretamente, el sonido eléctrico, desde el rock al soul, pasando por todas las vertientes que usan la adrenalina como vehículo de expansión". En la Feria del Disco del Hotel del Golf del Grau de Castelló (6 y 7 de noviembre) se encarga de las exposiciones Los discos emblemáticos del pop de la Comunitat Valenciana (1963-2018) -motivo de este artículo elaborado por el propio Juan- y Rock, cómics e Ilustración. Además, el sábado 6 de noviembre protagonizará la charla Cincuenta años desde 1971, el mejor momento de la historia de los discos (12:00-13:00).
Los discos que se han ido publicando fuera de las órbitas que circulan alrededor de las grandes urbes españolas han sido ignominiosamente relegados a un segundo plano, pese a que muchos de ellos son joyas de la cultura sónica española.
En la Comunitat Valenciana la tradición musical ha estado vinculada a los pueblos, grandes y pequeñas localidades donde se ha vibrado con los sonidos y, desde bien niños, muchos de sus pobladores saben expresarse en uno o varios instrumentos. En el rock ocurre exactamente lo mismo, desde el norte de la provincia de Castelló hasta el sur alicantino encontramos muestras que ejemplifican el nivel creativo de un pueblo que siempre ha vivido con música en sus arterias.
Sería pueril evitar la sinceridad diciendo que, cuando en Barcelona se vivía la experiencia de la progresía, en València ya se hacían performances con grupos tremendamente innovadores y corrosivos, que cuando en Madrid explotó el movimiento pop de los ochenta, en esta parte del Mediterráneo ya encontrábamos grupos a puñados, y todos ellos excitantes y febriles. Muchos de ellos superaban aquellos de esas dos capitales centrales.
Aquí tenéis una muestra de algunos de esos discos que siguen dando la razón a quién se acerca al pop valenciano para dejarse seducir por sus increíbles propuestas. Desde el beat de herencia cincuentera que comenzó a surgir a principios de los 60, con figuras que nunca han tenido las otras dos ciudades capitalinas del estado, Bruno Lomas, sin ir más lejos. Creadores de espacios hipnóticos con discos que rayan lo sobresaliente, caso de Pep Laguarda con su Tapineria. Power-pop, punk con Interterror, Seguridad Social o La Resistencia. Edificadores de canciones de rango sublime, como Los Auténticos y Los Brujos. Arquetipos de nueva ola sensual con actitud, Glamour o Betty Troupe. Nuevas tendencias que cristalizan en la década de los 90 con sorprendentes discos, La Habitación Roja, Señor Mostaza, Wau y los Arrrghs!!! La algarabía de los dos mil, con Sokolov, Polock. Las actitudes alternativas de La Gossa Sorda, Obrint Pas… Voces en valenciano, castellano, inglés, la lengua es lo de menos, la comunicación eléctrica es lo importante, la tensión, la fiebre.
En esta muestra hay muchos más discos de los que cito en este pequeño preámbulo, puede que incluso falte alguno que haya quedado escondido en una esquina de nuestra memoria, pero la idea es exponer un abanico de discos emocionantes del pop rock manufacturado en un territorio cambiante y ávido de sugerencias sonoras, discos emblemáticos de nuestra tierra, caracterizada por una identidad inequívocamente valenciana.
>Los Huracanes: Los Huracanes (1966)
Uno de los grandes discos del garage hispano. Víctor Ortiz venía de Los Pantalones Azules y configuró con sus nuevos compañeros un disco rebosante de himnos beat, rock and roll excitante y ritmos trepidantes, con gloriosos momentos como "Esta tarde a las siete", "Aún" y "Ocho días cayendo lluvia". Totalmente atemporal.
>Los Brujos: Sin ver el sol (1998)
El inmenso talento de Miguel Ángel Villanueva ha permanecido injustamente sepultado y no hay forma de que salga a la luz, pese a tener algunos de los instantes más cristalinos del pop mediterráneo. Desde Los Auténticos, con un single fulminante y totémico, hasta este Lp como Los Brujos, regado de pura inspiración que juega con el power-pop, la psicodelia dulce y muchos arreglos orquestales tan diáfanos como esculturales.
>Senior i El Cor Brutal: El poder del voler (2014)
Sonido americana en un trabajo de guitarras cargado de tensión, entre Wilco y Neil Young, con textos en valenciano y mucha actitud. Historias reflexivas sobre angustias cotidianas trasladadas a unas excepcionales cargas anímicas con electricidad desbordante.
>Glamour: Imágenes (1981)
A pesar de que la producción del disco les hizo un flaco favor, aunque su intención fue la de conseguir vender más, este grupo fue una conexión entre la vanguardia de finales de los 70 con las propuestas que fueron inmediatamente encuadradas como nuevos románticos. Nada que ver con eso. Glamour fue siempre un grupo de rock más cercano al ideario berlinés de Bowie o a los primeros tiempos de Roxy Music. En realidad eran mucho más glam que nueva ola.
>Bruno Lomas: Cara y cruz (1968)
Un torbellino hecho voz. Su presencia era de tales dimensiones que eclipsaba a todo lo que se le acercaba. Intérprete por encima de todo, pero también magnífico compositor, Bruno era un animal escénico que capturaba la atención casi sin pretenderlo. Su gigantesca figura es hoy lo más recordado de un privilegiado cantante que dejó su impronta de aquí a la eternidad.
>Pep Laguarda & Tapineria: Brossa d'ahir (1977)
Probablemente sea mi disco predilecto del pop español, a pesar de presentar una psicodelia folk tardía, en plena eclosión punk. Pep grabó este disco rodeado de personajes del hippismo isleño balear, con amigos como Daevid Allen de Gong, Kevin Ayers y Pau Riba alternando sustancias placenteras con climáticos paisajes oníricos. Sin parangón.
>Wau Y Los Arrrghs!!!: ¡¡¡Viven!!! (2009)
La exigua discografía de esta banda de irreverente pulso garagero hace de ellos una rara avis en el panorama español. Sus discos son reverenciados fuera del país y han acabado siendo referente de la febril recuperación de un género establecido especialmente durante la primera mitad de los 60. Juanito Wau es una bestia parda, un ejemplar de fiereza contrastada que se sustentaba con unos músicos brutales que sabían sacar chispas de cada instrumento. Sin aliento.
>La Habitación Roja: Radio (2001)
Hechos a sí mismos, auténticos en todos los sentidos y prototipo de grupo indie que ha sabido salirse por los afluentes del genio. Elegir un solo disco de ellos es absurdo, ya que tienen verdaderas maravillas, pero quizá este Lp muestra ese radiante estado de forma que emplearán en sus siguientes trabajos. Grandes letristas sobre las relaciones, lo cotidiano y la felicidad que se escapa entre nuestros dedos, no dejan de hacer pequeñas maravillas día tras día.
>Las Máquinas: Las Máquinas (1992)
Irrumpieron en plena efervescencia del sonido Madchester, influenciados por las raves, el segundo verano del amor, aquél del éxtasis, pero en realidad escondían gemas de pop fulminante en estribillos implacables. Debieron tener más suerte, algo que solo han conseguido post-mortem. Considerado hoy como un referente en la música valenciana de principios de los 90. Inolvidables.
>Sokolov: La merienda campestre (2011)
Propuestas como las de este grupo no se encuentran con facilidad; artistas completos, diseñadores, actores, irreverentes, seductores y sórdidos, con letras demasiado provocadoras para considerarse un producto pop. Sus canciones están cargadas de sexo malsano, de enfermizos personajes y hasta son capaces de hacer una oda a la morcilla que ebulle. Tras tres obras cumbre, gloriosas, casi asfixiantes y también muy melódicas, Sokolov son una apuesta de enormes proporciones creativas.