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El Rototom sigue rugiendo a pesar de Sean Paul y gracias a Jah9, Chronixx, Anthony B, Rapsusklei...

El 21º Rototom Sunsplash vive la irrupción definitiva de una nueva generación de músicos jamaicanos con energía, argumentos y espiritualidad desbordantes. Los conciertos de la carismática Jah9 y de Chronixx han sido el mejor ejemplo esta semana, en un escenario principal sobre el que también han destacado Anthony B y Rapsusklei. Sean Paul, por su parte, defraudó con una actuación impropia de su popularidad internacional. Los de casa, Paupa Man y Bandits, dejan el pabellón bien alto. Esto es lo que pasó en los escenarios del festival del lunes 18 al jueves 21 de agosto.
  
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Sigue sonando el pull up! en cada escenario, los riddimis marcan el compás y el balanceo, aquí se lleva el more fyah, lo ves negro, rojo, amarillo y verde y, poco a poco, parece que todos encuentran su hueco en lo que se convierte en la casa de miles de personas –según datos de la organización, 120.000 asistentes acumulados en su ecuador-. El Rototom Sunsplash es un festival de contrastes, ese lugar en el que es posible descansar bajo una confortable lona en el African Village mientras los Hermanos Thioune lo ponen patas arriba (suerte para el o la que intente seguirles el ritmo), participar en una jornada de risoterapia en Vivir la Energía mientras en el Main Stage suena Jesse Royal; pasar de estar en una pinchada casi desierta en el Ska Club a sentirte como dentro de un horno con algún cambio de artista o de dejarse llevar por el estado hipnótico que provoca la Dub Academy al movimiento del Dancehall bien entregada la madrugada. Probablemente ahí reside la magia de un festival que permite que se pueda disfrutar cómo se quiera. Y esos contrastes también se pueden apreciar en una programación repartida por distintos escenarios que consiguen que esta edición se haya convertido en un auténtico viaje entre los sonidos más tradicionales a los más actuales, sin dejar de lado ninguna variedad. Escenarios en los que, del lunes 18 al jueves 21, se han encontrado nuevas caras como Chronixx y Jah9 con artistas de la talla de Luciano y Alpha Blondy –que a la vez han demostrado cierto desgaste- o un increíble Anthony B. Eso sí, desde casa podemos estar más que orgullosos del papel de la escena local, con unos excelentes bandidos que quitaron el mal sabor de boca que dejó un (im)prescindible Sean Paul.

La banda castellonense Bandits destacó en el Ska Club. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Maestros quemados y alumnos aventajados

Parece que en esta 21ª edición del Rototom Sunsplash exista una especie de pulso entre la corriente más tradicional del reggae y la más actual. Demostrando que ambas son igual de válidas. El Rototom se ha convertido en un desfile de maestros del género y de jóvenes alumnos más o menos aventajados dispuestos a continuar la tradición y a renovarla. En algunos casos ambos extremos se encuentran en un punto común, como ocurre con los jamaicanos The Gladiators y Droop Lion. Los primeros ya superan los 45 años de actividad y la edad tiene sus consecuencias. La más visible en este caso es la ausencia de su cantante fundador, Albert Griffiths (aunque dos de sus hijos integran la formación actual). En su lugar, Droop Lion, cantante de la nueva generación de reggae soul de enérgica voz y movimientos ataviado con una llamativa túnica blanca.

Droop Lion (foto) actúo junto a Gladiators. El ayer y el hoy del reggae. Foto: Pau Bellido (ACF).

Durante las dos primeras jornadas ya se podía vislumbrar que la música reggae ha conseguido dar un paso más allá, mezclándose con otros estilos propios y consiguiendo dejar muy buenos sabores de boca y gratas sorpresas. Esta premisa se ha seguido cumpliendo durante estos días. Una de las mayores sorpresas positivas de esta edición ha sido la de Jah9, una de las nuevas voces de la escena jamaicana, que ha llamado la atención con su disco de debut, New Name. ¡Y qué voz! Moviéndose sobre ritmos cálidos y suaves, se paseó con elegancia entre registros soul y jazz. Rastafari, activista y poetisa, lanzó mensajes en contra de la guerra y abogando por el amor, mientras resaltó el papel de conciencia social que adoptan algunos de sus compañeros de la nueva escena reggae. Muy bien acompañada por los efectivos y omnipresentes Dubtonic Kru, encandiló con temas como “Preacher man”, “Steamers a bubble”, “Reverence” o un tremendo final con ritmo in crescendo liderado por la guitarra y un potente juego percusivo. Gustó a público y prensa, como lo demuestran los aplausos con los que fue recibida en la carpa para medios de comunicación pocos minutos después de finalizar su actuación.

Jah9, uno de los mejores sabores de boca de esta edición. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Con un toque menos trascendental y añadiendo aires dancehall, se subió al escenario Chronixx. Fue el ejemplo de cómo suena ahora la música jamaicana en directo, huyendo de convencionalismos. Estableció una atmósfera renovada con la que, poco a poco, consiguió subir la intensidad en un paseo de sonido roots a dub. Junto a él, sobre el escenario –además del espontáneo que consiguió saltar la valla y la seguridad del escenario y subirse sobre éste ondeando la bandera palestina-, otras dos caras con las que comparte corriente: Kabaka Pyramid y Jah9. Probablemente le faltó creérselo más y devorar el escenario, porque podría hacerlo.

En una línea similar Jesse Royal, bien secundado por Dubtonic Kru, especialistas en ejercer de banda de acompañamiento para solistas, deambuló por géneros cercanos, como “Singing the blues” -siempre dentro del reggae- con unos teclados honky tonk arropándole y un bello son de armónica. Ofreció temas básicos en su repertorio, como “This morning” o su más reciente single, “Modern day Judas”. Dubtonic Kru también estuvo con Junior Kelly el miércoles 20. Fue él quien sufrió la descarga de la lluvia, que hizo temer que los conciertos acabasen suspendidos, aunque al final todo se quedó simplemente en un retraso de media hora. Al jamaicano le pilló el intenso chaparrón con su show apenas empezado y, a pesar de que el agua arreciaba con intensidad, el concierto se mantuvo durante unos diez minutos más, en los que un centenar de valientes aguantaron ante el escenario y sólo se marcharon a guarecerse cuando la música se interrumpió. Una vez escampó la tormenta, volvió con más ganas incluso con “Tough life”. Protagonizó algún muy buen momento vocal junto a una de sus coristas.

La corriente 'revival' del reggae representada, entre otros, por Jesse Royal. Foto: Pau Bellido (ACF).

Pero no sólo en Jamaica el sonido se renueva y avanza. Los italianos –y hermanos- Mellow Mood siguen demostrando que tienen un hueco merecido en el festival. En este caso contaban con el apoyo de sus friends que les sirvieron como enlace de unión; y, representando el sonido nacional, Sr. Wilson. La fuerza de los italianos reside en una puesta en escena en la que los hermanos no pararon ni un momento y supieron jugar con distintos temas e intensidades, gracias a su combinación entre distintas corrientes roots, que le dieron más potencia a su concierto. Un claro ejemplo fue “Dig Dig Dig”. Mellow Mood es uno de esos ejemplos de grupo que cuando está cómodo en el escenario hace que el público entre en ese mismo rol.

Cuando se habla de nueva corriente parece que la otra se convierta sistemáticamente en la vieja. Y parece que Anthony B se subió al escenario para demostrar que las corrientes tradicionales también saben moverse y convertirse en la mejor propuesta de la noche del lunes 18. Versionó “Imagine” de Lennon para pedir imaginar un mundo sin Facebook, sin móviles, libre y en el que lo único que importa es el amor, porque “love is the solution”. Anthony B enamoró sobre el escenario, sus movimientos imposibles de imitar –y sin perder en ningún momento la voz- consiguieron que el público vibrarse. La cultura rastafari también se vio reflejada y no sólo por sus canciones, Anthony B sube al escenario con lo que ya es su marca: un turbante Bobo Ashanti (movimiento rasta del que es miembro, Bobo Dreads) y con bastón en mano –que parecía convertirse en la batuta de mando del público-. Despedida con clásico, “One Love”. Fue impecable.

Reggae puro, de ese que es capaz de trasladarte a los orígenes es como suena Wailing Souls. Aunque lo cierto es que fue poco público el que se acercó al concierto de los jamaicanos. Armonía total en su sonido, creando un ambiente relajado y puramente reggae con el que era imposible no balancear los cuerpos. No hubo mucho que destacar más que una actuación aceptable. Lo mismo ocurrió con Alpha Blondy, demostrando que su sonido particular consiguió reinar en el escenario principal, pero sin dar mayores sorpresas –lo que se podría traducir en cómo a las propuestas más tradicionales les falta un poco más de innovación-. Haciendo especial hincapié sobre los conflictos armados y denunciando las miles de muertes que éstos provocan, se colaron temas como “Peace in Liberia”, “Crime Sprirtuel” e incluso una versión de “I wish you were here”.

Wailing Souls. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Se cumple esta misma premisa con Luciano. Artista venerado y esperado, y un show con algunos puntos negros. Su voz grave y aterciopelada, con un acompañamiento de coro, consiguieron que una especie de ola roots invadiese el Rototom. Sufriendo el retraso ocasionado por la tromba de agua que había caído horas antes, Luciano dejó un concierto sencillo, en el que en algunas ocasiones parecía perder un poco el rumbo de sus canciones, pero en el que puso toda su energía. De todas formas, todo parecía brillar mucho más después de ver lo que hizo Sean Paul.

No se entendía cómo podía ser que aún no hubiese pisado el Rototom (ahora sí, claro) y era la ocasión perfecta para que, acusado de ser demasiado comercial y olvidar el origen de la música reggae, demostrase que era igual de válido. No lo hizo. Puesta en escena con banda, dj, bailarinas de dancehall, confeti y –mucho- humo; todo preparado para que uno de los máximos representantes del dancehall a nivel mundial hiciese su aparición en el escenario principal del festival. El resultado fue un concierto en el que el jamaiquino parecía no saberse ni sus propias canciones, ahogado y fatigado como si hubiese llegado a Benicàssim corriendo desde la misma isla y con un acompañamiento de banda y voces a los que les debe el escaso buen sabor de boca -si es que incluso se podía escuchar el playback-. De las peores actuaciones que han pasado por el Main Stage del Rototom Sunsplash desde que éste se celebra en Benicàssim. Y no será porque no habían ganas: registró el máximo lleno en el escenario principal hasta ese momento y el mero hecho de que King Addies Intl pusiese alguna de sus canciones en el Dancehall provocaba gritos por parte de los asistentes.

Sean Paul sorprendió... en el peor de los sentidos. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Sean Paul no supo estar al nivel de sus canciones. La selección no fue mala, el tracklist preparado tenía todo lo necesario para haber reventado la noche con combinación de temas ya clásicos (“We be burning”, “Get Busy”), con temas de su último trabajo (“Riot”). Hasta que sonó “Bailando” de Enrique Iglesias… ¿¡Por qué!? Empezaba con el Main Stage a reventar, en lo alto de una escalera y sonando “Come on to me”. Era inexplicable que algo pudiese fallar. Pero la ilusión duró lo mismo que tardó él en coger el micro. Tan sólo en los últimos temas, sobre todo a partir de “I’m still in love with you”, parecía que empezaba a entender que no estaba en la ducha de su casa. Una lástima.

Sean Paul. Foto: Carme Ripollès (ACF).

El sello de La Plana

Menos mal que en el Ska Club se te quitaban las penas. La gente de Bandits se pusieron sus trajes y demostraron, como ya es habitual en ellos, sobrada energía y clase. ¡Qué bien suena en directo Algo Especial (2014)! Ska y rocksteady en un escenario que registra sus mayores llenos a partir de las 02.00 y que parece mover más gente cuando apuesta por el sonido más tradicional; como ocurrió con Soweto y The Toasters. La banda castellonense, además, contó con un invitado de lujo: Natty Bo, que un día antes había estado en el Ska Club ofreciendo una auténtica exhibición de clásicos junto a Earl Gateshead, se subió al escenario con ellos.

Por sorpresa, aparece Natty Bo en el Ska Club junto a Bandits. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Pero Bandits no estaban solos representando a La Plana. El sound system Black Diamonds (Marc Faith, Javi Allnighter y Dani Youth) ofreció un muestrario de su coleccionismo de singles en vinilo, principalmente de rocksteady, el martes 19 en el Ska Club. Solapándose con el descanso del Main Stage, consiguieron reunir a buena parte de sus fieles y a unos cuantos neófitos que se engancharon a sus ritmos pinchados. Y del Ska Club, al Showcase Club el jueves 21 con Paupa Man acompañado por Bambiriling o, lo que es lo mismo, la voz reggae de Paupa Man junto a las bases rub a dub de Merciful y el toque del mc Chiva. Conciencia y amor con sabor tropical. Paupa Man, además, adelantó algunos temas de lo que será su próximo trabajo (Canela Fina), alivió los corazones de los que estaban ahí e incluso contó con un invitado, Sergiote. Y no, tampoco faltó “Cuando todo falla”, porque no hay Rototom que se precie sin que ésta suene.

Paupa Man (izquierda), junto a Bambiriling. Foto: Pau Bellido (ACF).

Reggae en valencià

El jueves 21 en el Showcase la protagonista fue la escena valenciana. Auxili abrieron la jornada con mucho ímpetu y demostrando que están creciendo y avanzando con temas muy movidos y letras –en castellano y valenciano- que oscilan entre la crítica social y las relaciones personales. Hicieron bailar y saltar a un público convencido que llenó la carpa. Y, mientras unos empiezan a dar sus primeros pasos, otro que ya han demostrado sobradamente que los escenario están hechos para ellos. Aspencat derrumbó el Showcase con su energía y defendiendo “L’herència”. Consiguieron que el Rototom caminase con ellos y su Essència (2013), lo dieron todo sobre el escenario y consiguieron que su fusión de reggae, rap y electrónica cuajase a la perfección. Y, para terminar, nos regalaron su último segundo. Esa misma noche, y fuera de la programación, aparece sobre el Showcase Hermano L. Quien, precisamente, acompañó en un tema a la única propuesta nacional que pisará el escenario principal en esta edición.

El niño de la selva brilla y encabeza la escena nacional

Rapsusklei volvió al festival (estuvo en la edición de 2010), pero lo hizo acompañado por su banda, The Flow Fanatics. Y, además, especialmente pensado para el festival, el toque reggae de un Sr. Wilson que estuvo de diez.

Rapsusklei junto a Sr. Wilson ofrecieron una combinación perfecta y divertida de reggae y rap. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Rap, reggae, raggamuffin e incluso pinceladas de dancehall (“No estamos creyendo”, con acompañamiento de dancehall queen incluido). Más que excelente el zaragozano y su banda, que consiguió que temas como “Dando y perdiendo” y “A fuego” sonasen aún más intensos e íntimos. Sonó el Rapsusklei de siempre (“Hip Hop Kresia”)  y el nuevo (“We are the future”); y los dos lo hicieron igual de bien. Le faltó escenario en el que poder seguir dando volteretas y saltos, tanto que incluso acabo subiéndose a una de las torres laterales del escenario –y sin dejar de rimar-. Lo que también le faltó fue más tiempo, porque los pitidos y los reclamos de más Rapsusklei apenas dejaban escuchar a los presentadores del escenario principal que intentaban dar paso al show de los Hermanos Thioune.

Rapsusklei. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Y, pese a que en el escenario principal únicamente Rapsusklei representó el sonido nacional, lo cierto es que han sido muchas las propuestas las que han pasado por el Showcase Club y el Ska Club. Por el primero ha pasado el ambiente relajado de Mediterranean Roots (lunes 18), mucha melodía y bailes pausados, como en uno de sus momentos más celebrados, “Como un elefante”, animal con el que simbolizan sus deseos de reencontrarse con la naturaleza y empezar a formar un mundo mejor que el actual. Ambiente que también evocaron Ruts & La Isla Music (martes 19), añadiendo esa dulzura que suele acompañar el acento y la música de las islas tropicales del territorio español. Sin brusquedad alguna, consiguieron la complicidad del público, que lució sonrisa durante toda una actuación en la que no faltó el alegato en contra de las prospecciones petrolíferas.

Mediterranean Roots en el Showcase Club. Foto: Pau Bellido (ACF).

El que parecía estar en todas partes era Lasai. El sábado en el Dancehall junto a Katchafayah & Blackup, en uno de los descansos del Main Stage y el jueves 21 fue su día en el Showcase Club. Demostrando que ha encontrado la clave en su sonido dancehall y rub a dub. Y del ritmo tropical, a la elegancia de RC Righteous Child (Martes 19), secundado por el sound system alemán Silly Walks, ofreciendo un espectáculo melódico con su voz soul en elegantes medios tiempos que buscaban más el compromiso que el baile. El toque singular y único lo dio el miércoles 20 Mafia&Fluxy (que posteriormente acompañaría a Luciano) con Addis Pablo, siempre con su melódica en la boca, un teclado que en realidad es un instrumento de viento típico en la escena (una herencia de su padre, Augustus Pablo).

Todo puede sonar reggae

Quienes también han tenido especial protagonismo durante estos días han sido los ganadores del Reggae Contest. Por un lado los ganadores de la edición latinoamericana, los venezolanos Nou Vin Lakay. Iban sobrados de ganas, introdujeron ritmos como la cumbia o la bachata, ofreciendo detalles distintos a los más habituales en el reggae y el hip hop. Esta misma idea de fusionar estilos dentro del padre reggae lo hicieron los ganadores de la edición europea, Wailing Trees. Los franceses inyectaron soul, jazz e incluso sonidos latinos al roots reggae.

Nou Vin Lakay, ganadores del Reggae Contest Latino. Reggae fusión. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Precisamente de cómo fusionar el reggae con otros estilos sabe muy bien Easy Star All-Stars; que se caracterizan por versionar canciones de otros géneros y grupos. En Benicàssim, el elegido por sus All Stars fue Pink Floyd, del que interpretaron el mítico Dark side of the moon, convertido en clave reggae en el año 2003 bajo el título de Dub side of the moon. Buenos representaciones de los juegos vocales originales de Roger Waters y David Gilmour, pero sobre todo destacaron los momentos de lucimiento de la cantante Kirsty Rock –acompañada por unos efectos que, al igual que con los teclados, acentuaban el factor psicodélico, aunque en algunos momentos rozasen el histrionismo- y las partes de saxo, así como ese final de “Money”, con el solo guitarrero más rock de todo el festival punteado sobre un ritmo acelerado.

_foto de portada, Jah9 por Ángel Sánchez (ACF).

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