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Blutaski dj, coleccionistas, conciertos Castellón, Ellos, Festival MBC de Sagunto, Future Islands, Grupo de Expertos SolyNieve, Hidrogenesse, Javiera Mena, La Coja Dansa, Los Corderos, Los Punsetes, MBC, Meravella, Modelo de Respuesta Polar, Novedades Carminha, Perro, Rafa Cervera, Standstill, The Horrors, The Pains of Being Pure at Heart, The Royal Concept, Wild Beasts, Za!¿Saben aquello de la importancia de la reputación de marca que tanto anhelan las empresas para comunicar bien sus intangibles? Pues el festival MBC, celebrado los pasados días 3, 4 y 5 de abril en el Puerto de Sagunto, había conseguido, casi sin despeinarse y gracias a su cartel, una excelente reputación (algunos incluso lo adjetivaban de festival gourmet), tan necesaria para caer de pie en un país en el que los festivales aparecen como hongos, casi como los casos de corrupción. Poco le duró el colocón al MBC, ya que un cambio repentino de ubicación, que trasladaba el festival a la siempre horrorosa Feria Valencia, dinamitaba las mejores perspectivas de un evento que parecía hundirse de manera irremediable antes de zarpar. Tras unos días de incomprensible incertidumbre y con el community manager del festival sorteando todo tipo de quejas, peticiones y aclaraciones en las redes, el MBC comunicaba que, finalmente, el festival se quedaba en Sagunto, atendiendo una a una todas las quejas y reparaciones económicas a aquellos que ya habían reservado hotel en los alrededores de Feria Valencia. El festival quedaba tocado, muy tocado quizás, y con la reputación por los suelos. Pero, finalmente, había festival y, además, en la ubicación original. Allí estuvimos.
Viernes 3 de abril. Primer día del festival. Ante la facilidad para aparcar, uno se teme lo peor, pero una vez dentro del recinto constata que estamos ante un festival pequeño, discreto, en el que la zona VIP parece un invernadero de tomates y el suelo una plaza de toros. Al menos no hay ni rastro de los botellones made in Arenal Sound ni de las fiestas fiberas de ingleses desatados y disfrazados de Bob Esponja sobre pieles a las que no les cabe más memoria para albergar futuros melanomas. No pinta mal. La cerveza es Turia, tostada, a 2,5€. En el tercer escenario (en tamaño), Deleste programa a las primeras bandas -Césped de Verdad, The Soda Club, Johnny B. Zero y Testarosa- . Formaciones que intentan calentar un ambiente inexistente, ya que éramos exactamente 50 personas a media tarde y, además, empezaba a soplar un viento gélido que de pascuero tenía más bien poco. Fueron Coleccionistas los que consiguieron una primera buena audiencia; quizás por el estreno de la formación, quizás por lo exótico que resultaba ver a tres generaciones encima de un escenario: Remi Carreres (exGlamour y exComité Cisne), Jorgé Pérez (Tórtel) y Víctor Ramírez (Ramírez). El caso es que su propuesta pasa por el pop majestuoso cimentado en bases contundentes, arreglos electrónicos y efecto; mucho efecto. Todo ello aderezado por las brillantes guitarras de Ramírez y la voz inconfundible de Jorge Pérez. El concierto supuraba calidad, pero, desgraciadamente, faltó volumen y una mejor sonorización para apreciar todo ese universo musical, que no es poco. Estreno notable.
Modelo de Respuesta Polar siguen empeñados en demostrar que en ellos nada falla, nada está más alto que bajo, no cabe la estridencia ni sorpresa. Ni siquiera algo de ironía para quitarle hierro al asunto y cumplir con aquello de que la amargura y la solemnidad hay que tomársela con humor para no acabar resultando demasiado frío, predecible e, incluso, algo aburrido. Resultones.
Grupo de Expertos Solynieve son otra historia. Se quieren, se entienden, se lo pasan bien (sin despeinarse) y tienen grandes canciones. Ya demostraron en la fiesta de presentación del festival que la conexión con el público es muy buena. Difícil no serlo con semejante ADN; Grupo de Expertos Solynieve vienen de donde vienen (y no me refiero a los tintes sureños de su música), y eso, queramos o no, tira.
Mención aparte merece la banda neoyorkina The Pains of Being Pure at Heart, que no despertaron todo el interés que cabría suponer entre un público que quizás les ha dado ya demasiadas oportunidades y que escucha el concierto con actitud de transición. En directo funcionan y son efectivos, sí, con buenos estribillos, pero cayendo en una cierta monotonía que indica que su techo tiene poco de alto y que su salud musical tampoco es para tirar cohetes. El concierto de The Pains of Being Pure at Heart recordaba lo buenos que fueron The Smiths, y eso no sabemos hasta qué punto es positivo o negativo.
Los Punsetes han convencido a casi todos de que lo suyo iba en serio, y que tanto su propuesta escénica de congelar a Ariadna (cantante), como sus originales letras, van para largo. Pudieron presumir de un buen sonido y de una audiencia que les quiere y que les canta, confirmando que detrás de todo, además, hay buenas canciones. Sus vídeos no tienen desperdicio, cimentando aún más su original manera de entender el pop.
El turno era para Ellos, una banda que se subió vestida de blanco impoluto y se encontró con un público ávido por corear todos y cada uno de sus temas. Pero esta vez su tecno-pop se resintió. Quizás porque la actitud escénica echó de menos un buen repertorio de canciones. El sonido tampoco acompañó y la actitud de Guille Mostaza, que suele mostrarse altivo y mesiánico, se quedó en meros paseos de un lado a otro del escenario. Se les vio algo cansados y poco comunicativos. El público fiel igualmente lo cantó todo, pero nunca entendió la razón por la que no tocaron su hit, "Diferentes".
Perro son grandes, y brutos, y no tienen ningún tipo de complejo en situarse entre el garaje y el noise. La banda lo sabe y lanza todo desde el principio sin mirar a quien le cae la siguiente bomba. Demasiado tarde para un grupo que merece otro horario para retomar toda la energía que un público, a horas más tempranas, podría devolverle.
Ante la cancelación de Yuksek quedaban los pinchadiscos para arrancar los bailes de los asistentes. Tanto Blutaski dj como el periodista Rafa Cervera lo consiguieron a base de hits de rock & roll y pop, al igual que Meravella, que completó una sesión llena de sonidos electrónicos, y bases nada complacientes, haciendo las mieles de los más sibaritas de los ritmos sintetizados.
Sábado 4 de abril. La segunda jornada la abrió Za!, banda que repetiría a las pocas horas dentro de la programación de artes escénicas, junto a loscorderos.sc. en la pieza Es Perimental. Za! confirmaron lo que demuestran en cada concierto, que son una potentísima banda de directo, que no tienen nada que ver con el indie y que la falta de humor de bandas como Standstill o Modelo de Respuesta Polar la tienen ellos sin ningún tipo de complejo.
Turno para Hinds (antes Deers). Una banda de chicas jovencísimas que simplemente se lo pasaron bomba encima del escenario, disfrutando como si de una atracción de feria se tratara, bastante lógico por otra parte. La formación ya ha tocado fuera del país, generando buenas críticas por parte de la prensa especializada, pero uno se teme que todavía les faltan canciones, que no actitud, para poder ofrecer algo más que juventud. Muy graciosas, eso sí. Lo mejor: que si con 19 tocan así, imagínense dentro de 10 años. Lo malo: que nos temíamos que sacaran la cantimplora para beber a mitad concierto.
Los siguientes, y ya en el escenario MBC, fueron los catalanes Hidrogenesse. Genís y Carlos se saben triunfadores antes de empezar cada concierto que dan, y claro, ante un público tan fiel y benevolente, poco tienen que perder. Si a esta fidelidad le unimos que tienen canciones, que son originales y que la actitud de Genís no es la de un músico que toca, sino la de un artista como la copa de un pino, pues el resultado es el que es: gran concierto, buen sonido, bailes y cantos de la audiencia que siempre queda encantada con ellos. Su último disco, Roma, sonó perfecto en directo.
Mientras Novedades Carminha cumplían con su cometido, metiéndose al público en el bolsillo, gran parte de los asistentes parecía ávido por que llegara la hora de Javiera Mena. Inmediatamente descubrimos la razón. La cantante chilena se subió al escenario (vestida con un saco Rondel Oro) y ofreció un espectáculo eurovisivo, con tres bailarinas incluidas, que pretendía teñirse de electro-pop, pero que en realidad acabó manchado por una verbena chanclera en la que Javiera exhortizaba constantemente el espíritu de Laura Pausini. Un destarifo que gusta mucho al público marica (que no homosexual) por aquello de diva y tal y cual. Visual mucho, musical poco.
Y del cielo tecnorro de Mena al infierno de la solemnidad que representan Standstill. La banda salió decidida a dar un concierto más rítmico que en otras ocasiones, quizás contagiados por las bases de Javiera, quién sabe. El caso es que dieron un buen concierto, como siempre, ante unos fans que los veneran y que siempre están ahí cantando cada una de sus frases. Un diez para los mellotrones de Ricky Falkner y para el engrase de la banda, que desarrolla muy bien la propuesta, pero a la que le sigue faltando reírse un poquito de sí misma. "No es tan grave doctor, es solo un pelín de aburrimiento".
Y, por fin, uno de los platos fuertes del MBC, The Horrors. La formación, heredera del postpunk y la psicodelia, no ha inventado nada, incluso se adscriben a un imaginario muy concreto, tanto visual como musicalmente, pero es que justamente eso lo hacen de perlas. Por primera vez se advertía un diseño de luces adaptado a la música de un concierto. Una oscuridad premeditada que dibujaba unas figuras que interpretaban una amalgama de sonidos punzantes y maravillosos para entregarnos buenas canciones. Al bajista solo hay que verlo para entender porqué en algunas cosas aún estamos a años luz los de los ingleses. Por poner algún pero, quizás hubo un exceso de efecto en la voz principal que no permitía, en ocasiones, escuchar bien las melodías. Empezaba un festival internacional.
Y si The Horrors dejaban el listón alto, Future Islands casi lo superaron. Samuel T. Herring, vocalista de la banda, es ese hombre iluminado que sabe que tiene que bailar, golpearse y vociferar para entregarnos a ese ser tan extravagantemente normal. Su imagen es la del típico cuñado, pero cuando se mueve crea algo inimitable. La propuesta musical no tiene nada de especial, deambula por el tecno-pop ochentero actualizado que no suena nada rancio. Lo positivo es que canciones para ofrecer conciertos (donde solo la actitud podría cansar) tienen. Los otros miembros de la banda son una especie de freaks que no se mueven, pero que cumplen su papel ejecutor a la perfección, cediendo todo el protagonismo a Samuel. Muy bien recibidos por el público, el concierto fue a más, sin altibajos, dejando un buen sabor de boca y descubriéndose como un buen grupo de directo. La actuación que dieron en el programa de David Letterman pesa, y bien que Samuel lo sabe.
Wild Beasts dieron un muy buen concierto pese al horario. Una propuesta entre Talk Talk y las bandas épicas de los ochenta que resultó muy personal, y bien defendida, ante una audiencia que observaba con desgana lo que se les estaba contando. Una pena. The Royal Concept, por su parte, apostaron por poco contenido y mucho rollo formal. Se lo pasaron muy bien e hicieron que el público empezara a mover el cuerpo porque en nada venían los pinchadiscos. Ya eran horas y ya tocaba. Fin del sábado.
Domingo 5 de abril. Es el último día de festival y se palpa por la poca asistencia de público en las primeras actuaciones de Heavy Heart y Geografies. No tardó el público en hacer presencia para escuchar a Senior i el Cor Brutal. La banda valenciana desplegó toda su artillería musical heredera del sabor yanqui con mucho oficio. Landete y los suyos llevan tiempo rodando sus canciones y metiéndose al público en el bolsillo, y esta vez no iba a ser menos. Betunizer, por su parte, ofrecieron un concierto más crudo y punk para dar paso a uno de los conciertos vespertinos de la jornada. Jorge Pérez, ahora con su proyecto Tórtel, volvía a subirse al mismo escenario que el viernes para despachar las canciones de sus últimos discos (En Defensa Propia, La Gran Prueba) con la banda al completo más la incorporación, para la ocasión, del teclista de la banda Polock. Tórtel se salieron, ofreciendo un repertorio lleno de buenas canciones, matices exóticos, ritmos chispeantes, guitarras acústicas y armonías que encajan a la perfección en una propuesta que genera mucha frescura para los ojos y los oídos que la contemplan.
Sr. Chinarro cumplió con la cuota de languidez que todo festival propone para hacer del cartel algo que se sustenta en los contrastes. Puede gustar o no, pero ahí están sus canciones, sus grandes letras y sus directos. Ash venían del pasado y todos esperábamos verlos presentables, dignos y resabiados en un panorama musical que ha cambiado bastante desde que ellos desaparecieron. Mostraron ruido, un ruido que acrecentaba la sospecha de que demasiadas cosas tenían que ocultar. Concierto basto y olvidable. Una pena.
El folk melódico y amable de Joana Serrat, convincente y convencida, dio paso al plato fuerte del último día del MBC, La Roux. Terminaba el festival, así que Elly Jackson salió decidida a que nadie olvidara su concierto, y lo consiguió. Con una actitud digna de las grandes estrellas, sin parar de moverse y de contagiar a la audiencia, despachó trallazos situados entre el funk y el electro que construyeron una comunión dance que lograba acercarse a la recta final del MBC. Un final que paladeaba la sensación de que la marca y la reputación podrían recuperarse a poco que siguieran haciendo las cosas medianamente bien.
En la rueda de prensa final del MBC la organización aseguró que, a pesar de que los asistentes no cubrieron las previsiones (ni de lejos, ya que se apuntaba a unos 12.000), habrá MBC para el año que viene y será en el Puerto de Sagunto.
Cronica milimetrica y exacta de todo lo ocurrido. Enhorabuena