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D’Leyend cierra ocho años de rock en Castellón

José Barberá y Carmen Catalán abrieron las puertas del pub D’Leyend el 17 de febrero de 2006 con la intención de que se convirtiera en un centro de reunión de amantes de la música rock, en torno a una activa programación de directos. El pasado sábado 31 de mayo cerraron sus puertas por delicados motivos personales. Durante estos ocho años, alrededor de 500 conciertos con grupos castellonenses, nacionales y, últimamente cada vez más, internacionales. Motel como primer directo y Rory Kelly como último, aunque el próximo 11 de julio habrá un bonus track: Speedbuggy USA. El circuito de Castellón pierde uno de sus baluartes.
  
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Rory Kelly, protagonista del último concierto oficial en D'Leyend, el pasado sábado. Foto: Carme Ripollès (ACF).

El guitarrista Rory Kelly deslizándose por encima del público desde el escenario hasta la puerta de la sala interior como si estuviese tumbado sobre una tabla de surf y como banda sonora la interpretación de una salvaje versión del “Voodoo Child” de Jimi Hendrix. Es el último recuerdo –y muy apropiado- de la historia del pub D’Leyend y sus ocho años de música en vivo, con el sábado 31 de mayo de 2014 como fecha de cierre. Un concierto especial, en el que más que el músico sobre el escenario, el protagonista fue el local en sí, con su propietario, José Barberá, sentado en primera fila en silla de ruedas y disfrutando con la música, y su esposa, Carmen Catalán, atendiendo, como siempre, con suma habilidad a todos los presentes.

Un día muy señalado, y se notaba en un ambiente que estuvo mucho más animado de lo habitual desde el mismo arranque de la actuación. También contribuyó lo suyo el power trío liderado por el estadounidense Rory Kelly, ya que respondía –como se sabía por su visita anterior- a unas características que siempre han gustado en el garito de la calle Nou de Març: rock and roll muy guitarrero, con tono sureño, adrenalítico y participativo. El grito “Rock and roll” entonado con ganas por los presentes resonó entre sus paredes cuando finalizó esta última actuación, para desembocar acto seguido en un infinito ritual de risas, abrazos, intercambios de números de teléfono y fotografías con José y Carmen como centro principal de atención. Entristecido sabor alegre en un día en el que Castellón perdió uno de sus principales activos de la música en vivo.

El pub D’Leyend abrió por primera vez sus puertas el 17 de febrero de 2006, con una capacidad pequeña-mediana (entre 50 y 70 espectadores). Era una época complicada para la música en directo en Castellón, muy distinta de la abigarrada oferta actual. En aquel año la programación continuada de actuaciones musicales se limitaba al clásico pub Terra –hoy en día acumula 28 años en activo- y al mítico Ricoamor, aunque con un ronroneo de posible cierre que se confirmó en septiembre de ese mismo 2006. Las salas del polígono Castalia ya sólo ofrecían conciertos de manera ocasional, y en localidades como Vila-real, Borriana y Benicarló existía una oferta también discontinua. No era un panorama demasiado esperanzador y Valencia se convertía en el principal destino de quienes deseaban ver buenos grupos sobre el escenario.

José Barberá y Carmen Catalán, junto con una representante de una promotora internacional (izquierda), en una imagen de archivo.

Desde su misma apertura, José y Carmen tenían claro que aquel espacio de verdes paredes iba a ser “una casa de la música”, según han comentado siempre con orgullo. En realidad, D’Leyend es como el interior del alma de sus propietarios, puesto que las fotos de los Rolling Stones, los pósters de AC/DC, Tool, Rush, The Damned, David Bowie, Nirvana, The Police, Led Zeppelin… y los cientos de entradas de conciertos allí exhibidas en un cuadro de gran tamaño son propiedad de los dueños del local, reflejando en esa decoración una parte muy importante de lo que ha sido su vida. Y con esa idea básica, D’Leyend comenzó a ser un centro de reunión para gente amante de la música, programando desde el inicio conciertos eléctricos, además de noches temáticas, veladas en acústico, karaoke, pinchadas de DJs (muchos de ellos clientes asiduos de la sala), reuniones de magos… sin cerrarse a estilos, aunque el rock ocupase el mayor terreno, como se podía deducir de, por ejemplo, la decoración de la zona del escenario, donde el joven artista y habitual asistente a la sala, Albert Escrig, pintó una guitarra eléctrica.

La guitarra pintada por Albert Escrig que decoraba un lateral del escenario.

El primer concierto lo protagonizó Motel. “Al principio nuestra intención era que viniesen a tocar los grupos de Castellón, pero poco a poco nos fuimos expandiendo y trayendo a grupos de fuera de aquí, hasta el punto de que ahora son muchos los que nos buscan”, comentaba su propietario unos días antes de celebrar, en febrero de 2013, el séptimo aniversario de la sala. Apenas una semana después, el destino del pub comenzó a cambiar debido al accidente cerebrovascular sufrido por José, del que hoy en día se está recuperando, evolucionando favorablemente pero poco a poco. Pese a la complicada situación, Carmen ha mantenido durante un año la actividad de D’Leyend, disminuyendo su número de directos, pero sin que faltasen como mínimo dos o tres por mes, muchos de ellos internacionales. Sin embargo, las delicadas circunstancias personales les obliga a adoptar esta difícil decisión.

Con D’Leyend empezó a transformarse la situación de la música en directo en Castellón, puesto que a continuación comenzaron a surgir locales de propiedad privada que ofrecían la música en vivo como gran aliciente: Four Seasons, Veneno Stereo, Averno-Haemmorhage Emetic-El Gat Penat (los tres, en relevos y con características distintas, ubicados en el añorado Ricoamor), La Consulta del Dr... experiencias que no han funcionado como se esperaba, como el Zeppelin Live, el Club Sónico, El Rincón de Nacho, y otros que se van añadiendo de manera más esporádica, tales como Radiola o el mítico centro heavy Manowar -que poco a poco va añadiendo el directo a su oferta-, Barri Gòtic, además de experiencias cada vez más espaciadas en edificios públicos. Además, en otras localidades se ha seguido la misma senda, y Vila-real, Benicarló, Jérica y la Vall d’Uixó, como ejemplos más significativos, cuentan con programación semanal desarrollada prácticamente todo el año. Además, D’Leyend apostó por los conciertos a las 20:00, una franja que es la más habitual hoy en día. Por el camino se han quedado también dos ediciones del festival ViveRock, organizadas desde el mismo local con más ilusiones que respuesta de público. Por la cabeza de José siempre han bullido ideas para “hacer más cosas en Castellón”.

La cifra exacta de conciertos que se han vivido en la casa de la calle Nou de Març, habilitada por completo –camerinos en la parte superior incluidos- como sala para la música, no se conoce, pero se sitúa sobre los 500. Como más significativos, se recuerdan los protagonizados por el bohemio guitarrista rockero Adam Bomb, The Widowbirds, The Vegabonds, The Muggs, el grupo ruso Grand Astoria, Dirty Ray (proyecto posterior del cantante de Inmaculate Fools, Kevin Weatherill), Hogjaw, The Brew, Three Seasons, The Delta Saints, Goodbye June, los Casablanca con Ryan Roxie (Alice Cooper), Kentucky Brigdeburners, Rhino Bucket, los valencianos Ambros Chapel y los albaceteños Kayser Sozé, con cuatro presencias cada uno de ellos; Eldorado, una banda madrileña que ha girado por Estados Unidos y que siempre ha guardado fecha en D’Leyend, la barcelonesa ’77 –muy ligada al pub-, Lilith, The Dirt Tracks, Bad Way… o muchos de los nombres de la escena castellonense, como los mencionados Motel, Lula, Killus –su guitarrista, Ruk, ha sonorizado muchos de los conciertos y Alberto Lucendo en otras ocasiones-, FullresistancePrimera Komunión, Los Criptozoos, Tántrica, Los Amantes, Arkanoid, Gris-Gris, 2046, Lidvil, Panic Idols, Two For Blues, Manirrotos, Loretta’s… sin olvidar a las cada vez más numerosas bandas tributo y las escuelas de música, como Mondo Rítmic. Y claro está, el de Rory Kelly.

Ocho años en los que D'Leyend ha aportado mucha música a Castellón. Pero por encima de todo, lo mejor para José y Carmen ha sido “sin duda, la gente que hemos conocido gracias a D’Leyend”.

Imagen de la última noche en D'Leyend, con habituales de la sala y Carmen luciendo una camiseta de The Widowbirds.

Y UNA CODA: SPEEDBUGGY USA EL 11 DE JULIO
Oficialmente, el pub D’Leyend ha dejado de existir y en su lugar abrirá un local de características muy diferentes. Sin embargo, pendiente ha quedado un concierto: el de los country-punks Speedbuggy USA, previsto para el próximo 11 de julio. La intención anunciada por Carmen es que tenga lugar en la misma sala, aunque aún se ha de confirmar de forma definitiva.


  1. Gran tristeza por un el cierre de mi otra casa. Pero me quedo con la gran familia que he conocido y seguiremos siendo. Gracias de todo corazón Jose y Carmen y demás duendes del rock . Hasta siempre


  2. Un gran articulo,muy emotivo para la gente que ha vivido los grandes conciertos y noches inolvidables. Hasta pronto.

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