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Cala Vento: “Los conciertos en festivales son para cautivar; los de sala, para complacer” 

Entrevistamos a Aleix Turon, el 50% de Cala Vento, para que nos explique cómo afrontan la gira de salas de su nuevo disco, ‘Casa linda’, después de su rotundo éxito en los festivales de verano. Para conectar con su filosofía “hazlo tú mismo/a” y para hacer ganas de cara a su actuación el domingo 8 de octubre en la Salatal de Castelló con motivo del 15º aniversario de Nomepierdoniuna.  
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Aleix Turon (izquierda) y Joan Delgado forman Cala Vento. Foto: @arnaueliasv.

¿Cómo han ido los festivales de verano? Parece que con Casa linda habéis dado un salto enorme, aumentando el alcance de vuestra música y conectando con mucha más gente... ¿Cómo lo habéis vivido vosotros?
Vemos que el grupo ha crecido, sobre todo respecto al anterior trabajo, Balanceo, pero tampoco tenemos muy claro si, básicamente, lo que ha hecho Casa linda es consolidar el crecimiento que hubo durante el proceso de Balanceo. Nosotros ya teníamos la sensación de que el grupo había crecido mucho en 2022 con respecto a 2019, pero ahora estamos palpándolo de una manera más directa. Aunque el rollo del festival es muy engañoso, porque al final a los festivales, sobre todo en los que hemos tocado este verano, acude gente de toda la Península e incluso de fuera, y en esos escenarios la sensación de éxito siempre es muy exagerada. Ahora tenemos una gira de salas increíble, por casi todas las capitales de provincia, y ahí veremos realmente si el crecimiento ha sido real o no. Estamos expectantes, la verdad. Las sensaciones son buenísimas y realmente estamos muy contentos de lo que ha pasado este verano.

Os vimos en el SanSan de Benicàssim en abril, que quizá sería uno de los primeros...
El primero, fue el primero, sí...

...Y la verdad es que se os veía disfrutar mucho con la entrega del público, con un montón de gente coreando y bailando vuestras canciones...
La experiencia en estos conciertos ha sido de decir: “Ostras, ¿somos famosos ahora o qué?” (ríe). Pero, luego, haciendo una lectura un poco más sosegada, creo que estamos recogiendo ahora mismo el trabajo que hicimos con Balanceo, que fue muy bueno y un proceso muy largo. Es un disco que, al final, por la pandemia se estiró más de lo de lo habitual. Con la llegada de Casa linda, en ese sentido, no hemos notado un crecimiento que podamos decir que ha sido un punto de inflexión muy grande. Aunque creo que eso se verá en lo que queda de este año y el año que viene.

Durante la pandemia, que has mencionado, aprovechasteis para montaros un estudio con vuestras propias manos, grabar y terminar de encargaros de todo el proceso, tanto a nivel musical como promocional. Y a pesar de haberlo hecho todo de una forma tan autogestionada y aislada, después resulta que habéis conectado con la gente como nunca...
Para nosotros es muy natural hacerlo así y es lo que hemos venido haciendo, con más o menos intensidad y más o menos convicción, durante toda nuestra carrera. El año que viene vamos a cumplir diez años como banda, y creo que nuestro público siempre ha entendido que Cala Vento es un grupo especial precisamente por esto, porque hacemos las cosas de manera distinta a como las hace el resto. Estamos muy implicados, hay un componente “hazlo tú mismo” muy fuerte y como de ir al margen, de salirnos por la tangente…  Al final es nuestra manera de ser, y eso está implícito en todo lo que hacemos. Casa linda no es una excepción, sino que ha enfatizado más que nunca esta idea. Estamos muy cómodos en esta posición. Es obvio que hemos tenido que renunciar a otras cosas y Joan (Delgado, la otra mitad de Cala Vento) lo ha comentado en alguna ocasión: seguramente, si hubiéramos firmado con una multi nuestra vida sería muy distinta, pero nunca sabremos si para peor o para mejor.

“Nuestro público siempre ha entendido que Cala Vento es un grupo especial porque hacemos las cosas de manera distinta a como las hace el resto, con ese componente ‘hazlo tú mismo’, de ir al margen”

Igual os referís a que os toca currar mucho más por tenerlo que hacer casi todos vosotros…
Ahora tenemos una gira de salas de más de 25 conciertos y, si no se venden las entradas, será porque nosotros no hemos hecho el trabajo. No podemos echarle la culpa a nadie.

Bueno, en Castelló Nomepierdoniuna vamos a arrimar el hombro para celebrar nuestro 15º aniversario el domingo 8 de octubre (con entradas anticipadas a 17,60€)…
(Risas) Se agradece...

En canciones como “Equilibrio”, y no es la primera vez, vinculáis relaciones personales, individuales, con temas sociales, colectivos, lo que termina haciendo una combinación muy potente y convincente. ¿Puede que sea uno de los puntos en los que más se reconoce la gente? ¿Frente a lo “que no funciona” y “la que está cayendo” definitivamente necesitamos el equilibrio emocional de personas cercanas en las que confiar?, ¿fue uno de los grandes aprendizajes de la pandemia?
Creo que es algo que hemos ido descubriendo durante estos años y en los discos que hemos ido publicando, componiendo… Y creciendo también, porque teníamos 23-24 años y ahora tenemos más de 30, y la vida te da sus lecciones. Si lo miras objetivamente, hay pocas cosas a las que agarrarnos para convencernos de que las cosas valen la pena, y esta ha sido nuestra manera de darle sentido a todo: pensar en la gente, en la que tenemos cerca, en la que nos hace bien… Y al final, nuestro público, la gente que nos encontramos cuando vamos a tocar a las salas y la gente que hemos conocido durante todo este tiempo, con la que aún mantenemos muy buena relación. Es lo que hace que valga la pena todo esto que hacemos. A veces puede parecer un poco egocéntrico este oficio, pero en nuestro caso para nada es así. Evidentemente hay un punto de reto y de aspiración personal muy fuerte en tener un grupo de música y cantar tus canciones encima del escenario, pero sí que es verdad que siempre hemos sentido la música como el mecanismo para poder trabajar todo eso que no sabemos trabajar de otra manera; todas nuestras preocupaciones, todo lo que no nos gusta a nuestro alrededor… Pero sí que con el tiempo hemos descubierto que, si esto es el yin, el yang es la gente con la que puedes compartir esas reflexiones y esas preocupaciones; que a veces no te ayudará mucho compartirlas, pero las puedes compartir y, sólo ese hecho, le da una relevancia suficientemente importante al mero hecho de poder compartirlo.

“La música es el mecanismo para poder resolver todo eso que no sabemos resolver de otra manera: todas nuestras preocupaciones, todo lo que no nos gusta a nuestro alrededor”

Y ahí las letras, las imágenes que generáis o las ideas que transmitís, juegan un papel muy importante para conectar...
Nosotros empezamos este proyecto más por tener esa necesidad de usar la música para resolver cosas que no sabemos resolver de otra manera, pero sí que, viniendo de proyectos en inglés, nos dimos cuenta de que, al cantar en castellano, cuando dimos nuestros primeros conciertos, las letras tenían una importancia muy grande que no habían tenido hasta entonces en nuestra manera de hacer música.

Y es un reto también.
Sí, sí. Y a partir de ahí, dices: vale, qué guay; vamos a trabajarlo y vamos a dedicarle el cariño y el esfuerzo que merece.

¿Quién las escribe?
Las hago mayormente yo. Joan ha escrito algunas, pero sí que es verdad que enteras creo que él ha escrito solo dos. Es una responsabilidad que asumo mayormente yo, tengo más confianza para hacerlo (ríe).

Aleix Turon, en el FeCStival de 2017. Foto: Cristian Lorente.

Nos referíamos antes a cosas que nos dejaron huella en la pandemia, como el hecho de que llegarais incluso a perder las ganas de hacer canciones. Como público, aquellos conciertos en los que había que estar sentado, con mascarilla, separados, sin poder bailar... como el que hicisteis vosotros en Castelló, en el Parque Rafalafena por el FeCStival en 2021... fueron extrañísimos. ¿Qué secuela ha quedado de aquellos conciertos y cómo pensáis que, por contraste, nos hace disfrutar de lo que ha venido después, especialmente a partir de este año?
Son esos momentos en los que inevitablemente te das cuenta de que no estabas valorando lo suficiente lo que tenías. Creo que nos ha pasado a todos, desde los músicos al público. Nosotros lo percibimos ahora en los conciertos… Igual es porque son festivales, pero yo sí noto que hay otra energía y que la gente viene con otra predisposición, no sé cómo decirlo… No es que sea algo muy exagerado, pero me da la sensación de que antes no era esa la energía, el posado era otro.

Vosotros vivís en una zona rural de Girona, arraigados a un territorio como indica el nombre de vuestro sello, Montgrí, mientras que vuestra música suena muy urbana. ¿Cómo os tomáis a nivel profesional y personal este contraste?
Nos viene genial, porque viajamos mucho, estamos en sitios mayormente ruidosos, como es un festival de música (ríe). Llegar a casa y tener esa calma, esa tranquilidad, escuchar los pájaros, que no haya muchos coches… Nos da ese equilibrio, permíteme que use la palabra (ríe), que con el tiempo hemos ido descubriendo que también es muy importante, sobre todo en el oficio de la música. Creo que en la música hay una tendencia muy clara, y que seguramente es algo que pasa en muchas otras disciplinas artísticas, en compararte: “mira este que hace esto y le va mejor, ¿por qué a mí no?”. Y en ese sentido, estar en l’Empordà y no en Madrid o en Barcelona, nos da un punto outsider que creemos que es muy sano, nos hace estar más tranquilos y que nuestra tendencia a la comparación sea muchísimo menor que la de las bandas que están en el meollo y se cruzan por la calle... No sé cómo decirlo…

“Vivir en l’Empordà y no en Madrid o en Barcelona, nos da un punto ‘outsider’ que creemos que es muy sano, nos hace estar más tranquilos” 

Joan ha dicho más de una vez que escucháis más música rap que otros estilos que supuestamente están más cercanos a vuestra música, como podría ser el hardcore melódico. ¿Qué sonidos hay, al menos en vuestros orígenes, que ayudaron a uniros y situaros musicalmente?
Lo que nos gusta a Joan y mí, más allá del ritmo rap y, sobre todo, el groove y todo ese mundo que siempre nos ha influenciado... el gran tema sería el sentimiento. Y el sentimiento lo puedes encontrar en formas musicales muy distintas, pero sí que es algo que identificamos de una manera muy clara siempre y que coincidimos muchísimo. Se basa a veces en la letra, otras en la cadencia de la melodía, en las tensiones armónicas que pueda generar en la canción… No entiende tanto de géneros o de estilos, sino que es más una cuestión expresiva, y ahí es donde estamos muy alineados. Es el tipo de música con el que nos gusta convivir.

“A nivel musical, Joan y yo estamos muy alineados, no tanto por géneros o estilos, sino por una cuestión expresiva y de sentimiento”

El tío de Joan, el escritor Vicenç Pagès Jordà (fallecido en 2022), tiene una dedicatoria en los créditos del disco y he leído en alguna entrevista que ha sido una gran influencia para vosotros. No sé si a la hora de escribir letras o no sólo eso…
Más que una influencia artística como tal, ha sido una influencia personal, como la que puede tener un padre. Es una persona que, aun estando vinculada al mundo del arte, que dentro de nuestro entorno familiar es la única, su aproximación a nuestra obra nunca ha sido desde un punto de vista artístico, sino que simplemente ha sido como una persona más del público. Sus opiniones, aun siendo siempre opiniones como las que te podía dar cualquier otra persona que venía a un concierto, te las tomabas con un punto más de dimensión. Su figura ha sido muy inspiradora por esa capacidad que tenía él de distanciarse de su dimensión artística y tratar las cosas con absoluta normalidad, y en eso creo que nos sentimos bastante identificados. Era un autor muy importante, era un outsider también como somos nosotros y una persona que tenía los pies en el suelo, con un ego muy tranquilo y humilde y con una capacidad de trabajo enorme. Todos esos valores son los que te llevas y aplicas a tu manera.

“Vicenç Pagès Jordà ha sido una figura muy inspiradora por su capacidad de distanciarse de su dimensión artística pese a ser un escritor muy importante”

A pesar de ser un disco muy compacto, en Casa linda habéis recuperado “Teletecho”, un single que grabasteis con Amaral en 2021, ¿cómo fue esa decisión?
Al final teníamos esa canción por ahí perdida, porque salió en un doble single. Creíamos que tenía potencial para tener un poco más de recorrido y, sobre todo, por el respeto que les tenemos a Juan y a Eva (Amaral). Se lo comentamos y ellos también estuvieron encantados de que formara parte del disco. Aparte, es una canción que grabamos con Youth (Martin Glover), que también hay otras tres canciones del disco que hemos grabado con él, y tenía cierto sentido. Además, el tema de la letra seguía vigente... fue algo bastante claro.

¿Y cómo surgió esa colaboración con Amaral?
La colaboración surgió desde la admiración profunda que les tenemos, supongo que ellos también, y dijeron que sí. Luego fue cosa más de juntarnos y resolverlo, que por suerte pudimos hacerlo en el estudio de Youth, estuvimos ahí cuatro días. Son unas personas majísimas, con estos mismos valores que antes destacaba de Vicenç: es gente con la que te entiendes a la primera, con la que es muy fácil tratar.

Cala Vento, con Amaral.

Hay otra colaboración destacada en el disco, “Passar pantalla” con Gorka Urbizu de Berri Txarrak. ¿Qué aportan ese tipo de colaboraciones?, ¿las vais a llevar al directo en la gira por salas aunque sea de forma puntual?
Bueno, de hecho Gorka vino el otro día a Manresa. El cabrón apareció media hora antes del concierto y nos hizo esta fabulosa sorpresa. De Gorka, lo mismo que decía de Juan y de Eva: es una persona con la que compartimos estos valores... que no todo el mundo tiene los mismos en este oficio, eh. Con él sí que nos sentimos muy alineados y es un gran referente para nosotros, por cómo ha llevado su carrera poco a poco; una carrera muy larga, trabajando siempre bien, con la máxima implicación y profesionalidad. Y al final estas colaboraciones nos aportan muchísimo, sobre todo a nosotros personalmente, porque somos solo dos músicos y cualquier otra persona que entra en la ecuación nos da una vida increíble, porque es que de repente somos dos tercios. Tiene un impacto muy grande siempre que entra alguien a hacer cosas con nosotros. Entonces, más allá de esto, yo creo que nos sirve a nosotros. Primero hay un componente de identidad importante, de decir: “Mundo, con la gente con la que nos tenéis que relacionar es con estos, ya no solo por su música, que es fantástica y que es lo más importante, sino también por su manera de ser y por su manera de afrontar la vida”. Y eso es lo que buscamos cuando hacemos colaboraciones: mezclar esas identidades y todas estas cosas que están rodeando la creación musical y que siempre están ahí.

“Con Eva y Juan (Amaral) y Jorka Urbizu (Berri Txarrak) además de grabar juntos, compartimos valores; son gente con la que nos hemos entendido a la primera” 

En esa canción con Gorka Urbizu, combináis el euskera con una incursión en el catalán. ¿Tenéis canciones nuevas en catalán o pensáis que en un futuro vais a hacer más canciones en catalán?
Ya veremos... La verdad es que esa es una canción que estuvo escrita íntegramente en catalán, toda ella, en algunos momentos de la fase de creación. Y yo hasta cierto punto ya me había hecho la idea. Pero lo veremos, lo veremos. Es que, al final, la musicalidad de cada lengua es muy distinta. Y tampoco queremos que se despeguen las cosas mucho de nuestra obra. Ahora mismo la canción yo creo que no se despega de lo que es la música de Cala Vento, la puedes escuchar antes y después de otras canciones y no salta. Creo que podemos ser capaces de conseguir eso otras veces. Ya veremos… (ríe).

 

¿Cuántas veces os han dicho que el riff inicial de “Ferrari” se parece mucho al de “Wilde Flower” de The Cult?, ¿cómo se enfrenta uno al folio en blanco sabiendo que, de alguna manera, toda la música ya está hecha?, ¿cómo surgen las canciones de Cala Vento?
Bueno, hay dos maneras. Una, trabajando, estando en el local, tocando y huyendo de lo evidente, de lo que ya has hecho antes; apartándote de los sitios en los que ya has estado, que esto es algo que se puede provocar de manera muy fácil. Luego falta que los sitios nuevos a los que vayas te gusten, pero es fácil apartarte de lo que ya has hecho. Y el otro es la inspiración… Me sale la palabra divina, pero es que tampoco creo en Dios (ríe), pero hay un acto creativo, espontáneo, que sucede; no sabes ni por qué, ni tiene una explicación muy racional, pero sucede. Nos pasa muchas veces. De repente, agarro una guitarra y me sale una idea, y no sé de dónde coño ha bajado eso, pero sale y luego esa idea la bajas, la trabajas, se la enseño a Joan, empezamos a darle vueltas… Y al final casi siempre acaba siendo un proceso mayormente racional, pero sí que ese primer embrión muchas veces tiene ese carácter de… mágico (ríe).

¿Y ese riff de “Ferrari” se parece accidentalmente o porque estaba en tu subconsciente?
Me lo han dicho, sí, pero es que esa canción no la había escuchado en mi vida… Que yo recuerde, pero que igual me la ponía mi padre de pequeño y se me quedó ahí (ríe); es que el cerebro es una cosa magnífica. Pero sí, yo me acuerdo de estar haciendo ese riff en el local de ensayo y estar pensando en Gang of Four, en ese movernos a otros lugares en los que no habíamos estado, y me acuerdo de Joan diciendo: “Es que esto no lo veo, esto es muy rockero, no lo veo…”. Y él no la veía nada Cala Vento esta canción, pero luego la sacamos y la gente dice: “Es que “Ferrari” es la canción más Cala Vento del disco”.

Es un torpedo de canción…
Tiene mucha fuerza. La verdad es que creo que es la canción con más fuerza que hemos hecho nunca. No sé cómo lo hemos hecho, pero tiene mucha fuerza.

Y hablando de fuerza, en algunas canciones del disco se escuchan varias guitarras simultáneas, incluso alguna línea de abajo. ¿No habéis tenido nunca la tentación de ampliar la banda en directo y saliros del formato dúo?
Tentación sí, que luego suceda o no… Esto ya es otra historia. No es tanto por un tema de sonido, es más por un tema de liberación de la carga de responsabilidad que tenemos Joan y yo en el concierto y de poder llevar el concierto a otra dimensión. El día que salió Gorka, de repente el concierto hizo así (señala con su mano una línea ascendente). Pero no porque fuera Gorka, que también, es porque salió una persona que solamente tenía que cantar y, claro, yo pude apartarme del micro, Gorka estaba pegando saltos… Y todo esto hace que el espectáculo crezca y transmita otra energía, y eso sólo te lo da tener más miembros en la banda. Es una cosa contra la que no podemos luchar, así que ahora nos hemos inventado esto de “Conmigo” para, por lo menos al final del concierto, poder despegarnos de nuestro metro cuadrado que tenemos cada uno (ríe) y salir del área técnica para hacer otras cosas; que por el tipo de canción que es no nos da para muchísimo, pero ya es algo.

¿Cuáles son las principales diferencias de un concierto de Cala Vento en un festival y en una sala? ¿Cómo afrontáis la gira de otoño-invierno después del éxito que habéis tenido un verano?
En un festival nosotros buscamos impresionar y cautivar, en los conciertos en sala lo que buscamos es complacer.

Porque ya son parroquianos…
Exactamente. Es como que todo gira alrededor de la idea de que la gente ha venido a vernos y tenemos que estar agradecidos y darles lo que quieren. En los festivales la posición es más: que la gente que venga y se vaya de aquí flipada. De todas formas, lo que nosotros proponemos no cambia tan radicalmente de un sitio a otro, pero sí que el resultado es muy distinto. El hecho de que el escenario sea tan distinto y que la predisposición de la gente que acude también sea diferente, aunque lo nuestro no lo sea, hace que todo sea muy distinto.

¿Más repertorio de primeros discos, me imagino, y un sonido a lo mejor más cercano al real de los discos?
A nivel de sonido va a ser un poco lo mismo. Y en ese sentido sí que me preocupa más, porque cuando te metes en un recinto cerrado influye la acústica del local y hay locales que tienen mejor acústica que otros. Pero vamos a trabajar para que los conciertos se escuchen increíble en todas las salas, esa es nuestra obligación. Tocar canciones que seguramente nunca tocaríamos, hacer el concierto más largo, llevaremos todo un diseño de luces que hará estos conciertos más especiales… Es un momento de cercanía con nuestro público y con la gente que nos apoya.

¿Y cómo es posible que no hayaís tocado todavía en sala en Castelló?
Recuerdo una sala que nos decían: “aquí tenéis que ir a tocar”, pero no recuerdo bien el nombre...

¿Four Seasons?
Sí, pero al final no acabó surgiendo nunca… Hasta ahora con vosotros.

¿Qué conocéis de la escena de Castellón? 
De Castelló la verdad es que no mucho… En Benicarló está el Plug In The Gear, que no hemos estado nunca, pero es una gente que seguimos y tenemos muchos amigos que han tocado allí.

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