Ellas mandan. En el mundo del rock, del pop, la electrónica o el hip hop, del mainstream o del low fi. Cada estilo tiene su nombre, o más bien, sus nombres, en femenino. Y es difícil generalizar o hablar de cómo la mujer se ha empoderado en el mundo de la música actual sin nombrar a las grandes divas llenaestadios que todos tenemos –hasta el más pintado—en nuestras listas de Spotify o de Apple Music. Que nadie esconda la piedra: para bailar, para conducir, para correr, caminar, apaciguarse, o llenarse de vida, qué mejor que escuchar a una voz femenina que lo dice todo. Ellas también saben. ¡Y cómo saben!
Yo soy más de pop que de rock clásico. Soy de guitarras sucias y vibrantes. Soy más de electrónica que de dub. Pero creo que si algo me define es que, simplemente, soy de música. Me da la vida. Y está para lo bueno y lo malo. Mientras escribo suena en mi Spotify Lana del Rey, y antes lo han hecho Joan Jett, Sleater Kinney y Saint Vincent. Pero hay más de 100 nombres de voces femeninas que me hacen bailar, me ayudan a no estar triste, a combatir lo cotidiano, a disfrutar los momentos top y los no tan top y a gritar intensamente hacia afuera y hacia adentro. Cuando me llamó Juanki Tomás para escribir la introducción al disco Ellas, con el que Benicàssim.Pop llega a su cuarta edición, de la mano de Nomepierdoniuna en su fiesta aniversario, me quedé pensando en qué decir, porque no quería hacer una de esas clasificaciones a lo de Plásticos y Decibelios de Julián Ruiz. Quería hablar de las bandas con frontwoman que han significado mucho en mi vida, y pensando en momentos importantes, me vinieron de repente conciertos como el de una poderosa PJ Harvey, el de Bjork en forma de mariposa. O el de Patti Smith y sus Wild Horses a dúo con miles de personas, una Kate Tempest que de frágil solo tiene la apariencia, la magnética Alison Mosshart con The Kills o una Kim Gordon con Sonic Youth que guardo en la memoria de un 1996 glorioso.
Mujeres en la música hay cientos, miles, unas más cercanas, otras a años luz. Pero como dijo Umbral, he venido a hablar de lo mío. La relación de música y mujer es larga y amplia, y haría falta una enciclopedia entera, que seguro que ya existe. La relación de las mujeres en la música en mi vida también es extensa. Recuerdo cuando me gustaban solo las b-band como Duran Duran y empecé en casa a escuchar a Propaganda y a Siouxie, descubrí a Everything But The Girl –que me ha acompañado desde su Eden, uno de mis discos favoritos, hasta el final, con Tracey Thorn en solitario—y a Madonna. Mientras evoco suena Harlea en el iPad, y paro.
De Chrissie Hynde a las Hinds, Joan Jett, Shirley Manson, Debby Harry o las L7, Hole, Breeders Kim Deal, las Wilson, Kristin Hersh o Latetia Sadier y Stereolab –tanto monta—o mis adoradas Sarah Cracknell de Saint Ettiene; y Roisin Murphy, imparable, con y sin Moloko. También están Echobelly, Elastica y Justine Frischmann –la chica NME--, The Bangles, Peaches, Chvrches, St Vincent, MIA, The Cardigans, Austra, Dua Lippa, la voz de Yeah Yeah Yeah, HVOB o Bebel Gilberto, siempre. O Florence, que mi sobrina grita en el coche de camino a todas partes. Pero también la rota Beth Gibbons. Y también las Warpaint, que me descubrieron sin querer en pleno Primavera Sound Francesc y Carme, o el torbellino Tempest en el Sonar. Últimamente, también La Bien Querida, Soleá Morente, Maria Arnal, Mireia Vives, Zahara, Las Bistecs, Hinds o Mourn, para que no se diga. En el indie nacional también hay, y también mandan.
Veo un artículo de The Huffington Post, un informe de Ticketea con motivo del día de la Mujer que apunta a que en el 2016 sólo un 15,4% de formaciones con mujeres (solistas, mixtas o bandas femeninas) actuaron en festivales. En la lista de nominados a los 40 Principales, sólo dos cantantes españolas aparecen entre las candidatas. Y no es que no sean buenas o que no llenen grandes salas, si no, que se lo cuenten a Amaral. Y es una tendencia en todas las caras de la música: desde programadoras, cada vez más, si no miremos València; ejecutivas en discográficas, fotógrafas, mánagers… Pero eso debe revertir. Y debe hacerse, como se dijo en una de las mesas de debate del pasado Trovam! Desde la educación. El contexto social es el que debe dibujar una nueva situación, en casa, en los colegios, en la calle. Con un hagstag, diríamos que #YaEstáPasando.
Bien, que me emociono y pierdo el hilo, mientras suena la última adquisición en mi lista de Solo chicas, Aldous Harding, una solista de 4AD producida por John Parish que, de nuevo, vuelve a la primera: PJ Harvey.
Y es PJ la que me lleva a hablar del porqué toda esta disquisición. Para los que hayáis llegado hasta aquí os diré que este artículo va de Ellas, las 11 bandas de mujeres, muy jóvenes unas, siempre jóvenes otras, que conforman el volumen IV de BenicàssimPop y que protagonizarán la fiesta de aniversario de Nompierdoniuna el día 25 en Benicàssim. Y PJ es una de las referencias que me vienen a la cabeza al hablar de Los Amantes, de Patrizia Escoín. Ella –con ellos-- abre el disco, devorando el escenario, mutando en escena y manteniendo intacta la esencia irreverente de todas sus formaciones anteriores y en paralelo.
Toda lista se queda siempre corta, pero Benicàssim Pop, de nuevo, ha encontrado la medida. María Iturralde en Miss Black Emotion, soul puro y divertido con una potencia vocal y una banda top, que se contagia en Las Auténticas, implacables sobre las tablas para que no dejes de bailar y de sonreir; lo mismo que las irreverentes Loretta’s, que crecen en actitud y en composición de las canciones, y unas adolescentes Minijacks, que auguran un futuro fuerte y asegurado en la escena local y más allá. Ahí están So What y Propiedad Privada, el ayer y el hoy unidos en sendas canciones del cedé. Sordomondo y su universo emocional se dan la mano con la sinceridad y potencia vocal de una ascendente, de Castellón al mundo Nadia Sheikh, que me dejó sin palabras en la sala sinfónica del Auditori con una voz espectacular y una joven banda made in London; y la ‘chanson’ con aires delicados de Zoniaz, contrapunto low al cedé. Punto final para el 10 a los que cierran, para la experiencia de Colectivo Yep. Y partido que ganan ‘Ellas’. Un Benicàssim Pop en femenino.
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