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El artista senegalés demostraba sobre el escenario aquello que había estado defendiendo un día antes en el Foro Social: “Tenemos que cambiar la imagen de que África es un sitio donde solo hay tristeza”. Y así ha sido, durante los últimos ocho días (del 12 al 19 de agosto), el Rototom ha conseguido acercar una parte muy importante del continente africano hasta Benicàssim. Probablemente la más importante. La oportunidad de conocer y compartir otra África, contada en primera persona. Durante el concierto de Youssou NDOUR se pudieron entender muchas cosas. No solo porque aún palpita la fuerza de su banda, de la percusión, los bailes, las letras o la propia elegancia y carácter de NDOUR, ni tampoco por el eco que aún resuena del “7 seconds” o de aquellas letras iluminando el Main Stage con un “África”. Lo más significativo no solo estaba sobre el escenario, que también; sino entre el público. Comprobar como el público vibraba y conectaba con el cantante y con su mensaje. Y esa es, precisamente, la conexión que ha mantenido y contagiado el festival durante cada jornada.
No se queda atrás tampoco otro de los momentos que probablemente quedarán grabados en la historia del festival. Pocas oportunidades se pueden tener de escuchar clásicos inmortales como “Could you be loved”, “One love” o “No woman no cry” de la mano de algunos de los miembros originarios de The Wailers. Se trata de la banda que acompañó a Bob Marley y que, junto al cantante jamaiquino, consiguieron que el reggae se expandiese por todo el mundo. Dos de sus miembros originarios, Aston ‘Familyman’ Barret (bajista) y Junior Marvin (guitarra) se subían al Main Stage del Rototom para transportarnos en el tiempo y para corear hasta el infinito los valores que siempre ha representado el reggae: paz, amor y unidad.
Los mismos que The Wailers también quisieron recordar en memoria de las víctimas del atentado que había ocurrido esa misma tarde en Barcelona. Momentos previos a que The Wailers saliesen al escenario, la organización del festival leyó un comunicado en contra de la violencia y el terrorismo y en recuerdo y solidaridad con las víctimas bajo el lema “Not afraid”, acompañado de un minuto de ruido por parte del público. Tal vez por esta razón muchas de las canciones de The Wailers sonaron aún con más fuerza, aún con más sentido.
Y si Shaggy había puesto el toque candente al Rototom el domingo 19, Beenie Man disparaba el calor el miércoles 16. No cabe duda, sigue siendo el rey del dancehall. Su paso por el Rototom brilló tanto como su chaqueta de lentejuelas, los ritmos de la Zagga Zow Band encendieron al público casi lo mismo que las dos bailarinas que Beenie Man subió al escenario (una de ellas, la española Irie Queen) y ese toque tan característico que tiene para llenar cualquier escenario consiguió uno de los mayores plenos, aún siendo primera hora de la tarde.
De la misma manera que el ska ha demostrado su fuerza este año. Y no solo por los sobresalientes directos de Toots & The Maytals o The Specials, sino a través de la recuperación de un espacio dentro del festival dedicado al género: Caribbean Uptempo, área en la que el ska y rocksteady han sido las grandes protagonistas y que ha estado inspirada en los carnavales de Notting Hill. Incluso el último día de festival, el sábado 19, la Caribbean Uptempo celebró su propio Carnaval de Barranquilla, con los bailarines de Los Compadres y Dj Sugark.
El dancehall también ha tenido un papel importante. Y tan solo hacía falta pasarse alguna noche por su escenario para comprobarlo. Entre los más destacados, Aidonia y el cierre el último día con Taranchyla. Bailes imposibles, casi acrobáticos (que se lo digan a los dos bailarines que se subieron en las torres metálicas para bailar) y todo un desfile de selectah durante ocho días. Además de las masterclass, tanto por la noche en el Dancehall como por la mañana en la SunBeach del festival.
El miércoles hubo más Beenie Man, más “Me & you”. El artista dancehall volvía al escenario junto a Christopher Martin. El dancehall se apaga para dar paso a lo que se conoce como la corriente revival del reggae, que también entonaba con cierto aire lovers rock. Christopher Martin se postula como una de las nuevas figuras de la música jamaicana. Tanto su actitud (no paro ni un segundo) como su música recordaban en ciertos momentos a lo que sería una combinación perfecta entre Romain Virgo y Chronixx. Precisamente este último pisaría ese mismo escenario dos días después, en un viernes 18 que dejaba un sabor agridulce.
“Here comes trouble”, aquí llega Chronixx. Varias cosas han cambiado del Chronixx que pisaba el escenario principal del festival en 2014 con el que lo hizo el viernes. Chronixx ahora se come el escenario, literalmente. Lo hace con su más reciente “Smile Jamaica”, pero también con “Who know” (que ya forma parte de los hits del reggae). Sigue abanderando la nueva corriente de la música reggae, aquella que no tiene pudor a la hora de moverse entre el dancehall, dub y el hip hop.
Porque el Rototom Sunsplash mucha veces sirve para ver de qué manera los artistas que pasan por su escenarios crecen y evolucionan. Desde aquellos que pisan sus escenarios secundarios y pasan al principal (como ha sido el caso, entre otros, de Kabaka Pyramid o Green Valley en pasadas ediciones), hasta los que ya casi se han convertido en los hijos del festival. Este es el caso de los italianos Mellow Mood. Los gemelos son ya unos habituales, y lo cierto es que cada vez que se suben al escenario del Rototom se lo comen. Ya sea por su actitud o por la forma en la que su sonido ha ido cuajando con paso firme hasta toparnos con el directo en mayúsculas del jueves 17.
Más buenos sabores de boca junto Chronixx el viernes, esta vez desde la parte nacional del cartel. Buenísimo sabor de boca. Los descubrimos el año pasado en la Dub Academy y nos parecieron uno de los destellos de la edición de 2016. Su sitio estaba en el escenario principal, e Iseo & DodoSound lo han demostrado. Mención también para The Mouse Hunters, la sección de viento que acompaña al combo y que hace aún más singular su dub. La voz de Iseo se siente cómoda entre los ritmos dub y el resultado de este todo es un sonido prácticamente hechizante. Un dub que produce increíbles ecos.
Otra propuesta nacional protagonizaba también la última jornada del festival. En este caso se trataba de la vuelta de Amaparanoia, banda liderada por Amparo Sánchez; a la que ya hemos podido ver en otras ediciones en el Foro Social y en el homenaje Cantando a Marley. Su propuesta fusión tal vez no conseguía empastar del todo dentro del festival, y más junto a sus compañeros de cartel del sábado 19, aún así, y siguiendo la línea que había marcado La Pegatina una semana antes, Amparanoia representaba la parte más ecléctica del Rototom, que siempre guarda propuestas y, como en este caso, sorpresas de este estilo.
El Lion Stage también ha sido un buen escaparate de algunas de las piezas de la música jamaicana nacional. Una escena que puede ir desde los ritmos más roots reggae de Candela Roots, que con el Rototom hacen pleno de festivales este verano, hasta el revival de Alex Bass o la combinación raggamuffin, reggae y dancehall de dos habituales en el festival como son Lasai y Sr. Wilson. El Lion Stage continúa siendo uno de los puntos más calientes del festival una vez acaban los conciertos del escenario principal y el mejor de los escaparates globales de las sonoridades reggae. Más luces en este escenario con el sueco Million Stylez el viernes 18 y con Sugar Cane Experience (con David Lion, Raphael, Jah Sun y Piero Dread) cerrando la última jornada del festival con una coctelera de música reggae.
Y sabor amargo el viernes 18. Tras la inyección de Iseo & DodoSound y Chronixx, llegó el casi plantón de Alpha Blondy. Porque todo parecía ir bien, es más, todo iba bien hasta que el artista jamaicano abandonó, sin mucha explicación, el escenario. Es un clásico del festival y la cantidad de público que consiguió congregar era la gran prueba de ello. Parecía que iba a ser otro de los brillos que nos llegaban representando esta Celebrating Africa, pero no fue así.
Pero todo sabor amargo tiene su recompensa, y ésta llegaría en forma de súper alianza con U Roy, Big Youth y Nadine Sutherland, acompañados por la banda The Robotiks y Mad Professor el sábado 19. La encargada de arrancar el espectáculo fue ella; el dancehall y el reggae clásico se encontraban sobre el Main Stage a través de una Nadine Sutherlan que irradiaba elegancia, ritmo y que en poco tiempo consiguió llenar hasta el último rincón del escenario.
Le seguiría una de las piezas claves de la música jamaicana y artífice de un estilo que acabaría derivando en el rap con U Roy, de nuevo en el Rototom (y qué bien volver a verle sobre ese escenario). La guinda tuvo nombre de “Soul rebel”, seguido de un enérgico Big Youth. Las piezas encajaron a la perfección y fue una de las mejores maneras de despedir la 24ª edición del festival.
Una edición a la que tal vez le han faltado claros cabezas de cartel, pero que se ha apoyado en los clásicos de la música jamaicana para demostrar su fuerza. Ver a auténticas leyendas del género como The Wailers, The Specials, Toots & The Maytals, Beenie Man y los propios U Roy y Big Youth junto a algunos de los nombres de la corriente más actual del reggae, como Chronixx. También ha servido para entender un poco mejor quién es, como el propio Youssou NDOUR defendía sobre el Main Stage, “el padre del reggae” a través de dos los directos más sobresalientes de esta edición, como los del artista senegalés y el homenaje afrobeat de Seun Kuti.
Y mirando hacia cartel, el Main Stage no se podía despedir de otra forma que con una pieza clave como Luciano. Ataviado como si de un soldado rastafari se tratase, las intensas y furiosas vibraciones de Luciano pusieron del revés el escenario. Literalmente (con voltereta incluida).
Puede que tal vez lo más importante de la edición del Celebrating Africa del Rototom Sunsplash haya sido todo lo que ha sucedido tanto sobre los escenarios como a su alrededor. La oportunidad de utilizar la música reggae como excusa para cambiar perspectivas, mostrar otras realidades y tumbar estereotipos. Y en este caso, incluso llevarnos hasta África, tanto a través de la música como a través de cada una de las personas que han protagonizado la programación de las áreas. Como aire nuevo. Celebrando África y la música reggae.
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