Escuchar la música de Poppy Ackroyd es adentrarse en un paisaje que dibujas con tus propias circunstancias. Un paisaje nuevo, sofistifcado, pero que al mismo tiempo te resulta familiar, como si hubieras estado allí antes alguna vez. Su último disco, Resolve (publicado en 2018 por One Little Indian, el sello de Björk y Sigur Rós), es pura evocación de piano solo. Un producto de orfebrería sonora, elaborado a base de exploración y ensayo-error en su propio estudio de Brighton durante 18 meses. La pianista británica lo presenta este viernes 18 de enero a las 22:30 en la Sala de Cámara Manuel Babiloni del Auditori de Castellón, con entradas a 15 euros, y hemos aprovechado para entrevistarla después de habernos quedado colgados con sus canciones.
Será uno de los dos únicos conciertos que ofrecerá en España dentro de su gira europea, junto al que ofrecerá el jueves 17 en el Centro Cultural Galileo de Madrid, de la mano de la promotora castellonense Born! Music, que también está detrás del ciclo Sons, y dentro de la programación del ciclo Un món de Músiques del Institut Valencià de Cultura en Castellón.
Una gran oportunidad de disfrutar en directo de una de las compositoras más brillantes y asequibles de la nueva generación de pianistas europeos, de formación clásica y audacia contemporánea, tras la estela de los referentes germanos, Nils Frahm (quien actuó en Castellón con el Sons en pequeños espacios antes de llenar auditorios de medio mundo) o Hauschka, a quienes la crítica emparenta pero de los que ella declina hablar en esta entrevista.
Poppy Ackroyd prefiere explicar las interioridades de su música, de esa sugerente combinación de piano clásico, violín, experimentación y electrónica, de su aportación a la Hidden Orchestra y de sus referentes. Como apunta atinadamente su hoja promocional, sobre esos “paisajes nublados donde el sol saca la cabeza con timidez”, sobre esa “fórmula que une tradición clásica con modernidad (...) para una audición balsámica”.
>Resolve parece la banda sonora de una película inexistente, imaginaria. ¿Cuál era la película que había en tu cabeza mientras lo creabas?
Supongo que Resolve es la banda sonora de mi vida en el momento de la composición. En total, fue creado durante aproximadamente 18 meses y, definitivamente, contiene las emociones y las historias de ese período. Me encanta que la música instrumental pueda permanecer abstracta, así que trato de no dirigir demasiado a los oyentes con mi propia narrativa y dejar la música abierta a su propia interpretación.
>¿Qué tiene el piano que le hace tan evocador?, ¿cómo haces para que, a pesar de experimentar con el instrumento y sus sonoridades, suene tan contemporáneo como clásico?
El piano es un instrumento único, en el que tienes toda una orquesta al alcance de tu mano. Tienes un amplio rango no solo de frecuencia, sino también en cuanto a dinámica, tono y textura. El uso del interior del piano agrega otro mundo de sonido a la mezcla y le brinda un nuevo rango de posibilidades. Me entusiasman los sonidos nuevos e inusuales que se pueden encontrar en un instrumento, pero siempre trato de presentarlos de una manera hermosa y accesible.
¿Cómo influye la música electrónica en tu forma de componer, grabar, producir y actuar en directo?
Escucho mucha música electrónica y, definitivamente, ha tenido una gran influencia en mí; sin embargo, hasta ahora, solo he usado sonidos acústicos en mi música. En esencia, estoy creando música acústica con medios electrónicos, y no hay manera de que yo cree la misma música sin utilizar componentes electrónicos para componer.
¿Qué aporta el hang del músico austriaco Manu Delago al disco?
Manu grabó para mí en un estudio en Londres para la canción “Time” en Resolve. Le pasé partituras de algunas piezas que grabamos primero, seguidas de algunas improvisaciones. Al componer la pista, repasé todas las grabaciones que hicimos juntos y seleccioné pequeños riffs melódicos o de percusión que me gustaron y los usé para ayudar a construir las capas de la pista.
¿Cuáles son los puntos de conexión y las diferencias entre tu proyecto en solitario y Hidden Orchestra?, ¿cómo te influye esa experiencia y Joe Acheson?
En realidad, Hidden Orchestra es el proyecto de estudio en solitario de Joe Acheson. Ambos creamos toda nuestra música en nuestros propios estudios y luego buscamos la forma de llevarla al directo. Joe utiliza una gama más amplia de instrumentos y muchas grabaciones de campo en sus composiciones, y la música está muy marcada por el ritmo, por lo que el directo requiere una banda más grande y dos baterías. También los dos colaboramos con Tom Newell para las proyecciones visuales. Estéticamente, trabaja de forma diferente para ambos, pero siempre con un estilo maravilloso, único y distintivo.
¿Cuáles son los referentes de piano clásico o del jazz que te han marcado en tu música o en tu formación?
Después de tocar mucha música romántica para piano, como Schubert, Rachmaninoff o Brahms, descubrí las obras para piano de ciertos compositores contemporáneos del siglo XX, como Janacek, Kurtag, Lachenmann y Takemitsu, entre otros. Creo que, en particular, las obras In the Mists de Janacek y Splinters de Kurtag cambiaron mi vida. Un nuevo mundo entero de sonido se abrió ante mí y ya nunca he mirado atrás.
¿En qué formato actuarás en el Auditori de Castellón el viernes 18 de enero?, ¿qué se va a encontrar el público?
Actuaré sola con piano y violín, acompañada de electrónica y también tendré imágenes sincronizadas. Interpretaré piezas de todos mis álbumes hasta la fecha, no solo de Resolve.