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Pau Miró ('Eva contra Eva'): "Cumplir años en el mundo del teatro tiene unas particularidades y crueldades, pero ocurre en cualquier otra profesión"

Ana Belén es el principal rostro mediático de este trimestre en el Teatre Principal de Castelló. Este sábado, 10 de abril, representará 'Eva contra Eva', una adaptación muy libre realizada por el dramaturgo Pau Miró. El galardonado y activo autor barcelonés habla con Nomepierdoniuna sobre esta obra, el teatro, la vida y las distintas visiones generacionales.
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Pau Miró realiza un adaptación muy personal del clásico 'Eva al desnudo' en 'Eva contra Eva'.

El sábado 10 de abril llegará al Teatre Principal de Castelló (19:00; 3-20 euros) la obra más mediática del trimestre programado por el Institut Valencià de Cultura: Eva contra Eva, con Ana Belén al frente del reparto. Una producción de Bitò que trata sobre el teatro y sobre la vida, con dos actrices de generaciones distintas -Ana y Mel Salvatierra- ante un mismo personaje. Un thriller psicológico tomado por la comedia que está dirigido por la conocida actriz Sílvia Munt (Alas de mariposa, La plaza del Diamante) con punto de partida en el clásico cinematográfico de los 50 Eva al desnudo, de Joseph L. Mankiewicz -récord de nominaciones a los Oscar, con 14, y seis premios-, para en el texto de Pau Miró volar libre hacia un relato propio del dramaturgo barcelonés.

El en otras ocasiones también actor y director es -a sus 47 años- uno de los creadores más activos y laureados de la escena actual gracias a una producción ya amplia que incluye títulos como Els jugadors, con gran éxito en Italia, La trilogia animal (Girafes, Lleons y Búfals), Plou a Barcelona, Bales i ombres, Una història real -vista recientemente en Castelló- ... algunas de ellas con galardones y recorrido internacional. Con motivo de la representación en la capital de La Plana de esta versión en castellano -estrenada el 11 de febrero en València-, Nomepierdoniuna dialoga telefónicamente con Pau Miró.

>Imagino que esta llamada te pillará en algún momento de escritura.
Pues, sinceramente, ahora mismo me has pillado tratando de resolver una factura de Endesa que no me corresponde -ríe-. Un asunto poco literario.

>Era una broma. Te lo he dicho porque con el elevado ritmo de producción que acumulas te imagino durante bastantes horas al día frente a la pantalla del ordenador dándole a las teclas.
Ahora he aflojado un poco en el tema de la producción y la escritura, porque he sido padre hace poco y junto a mi pareja hemos decidido que este primer año nos dediquemos a nuestra hija. Así que esta bajada es por un motivo de alegría, y estoy encantado. Aunque es cierto que tengo el hábito de estar escribiendo, casi como una enfermedad, lo llevo muy bien por ahora.

>Dentro de ese hábito al que te refieres, ¿acostumbras a seguir un procedimiento regular de trabajo?
A veces escribo por encargo. No le tengo ninguna manía a esa palabra. Cuando es así, tengo horarios más fijos. Cuando son temas más particulares, que son más producto de un proceso creativo mío, tengo una fase en que la idea está madura y me siento con muchas ganas de escribir, luego llega otra de picar piedra, una posterior que es escribir mucho más de lo que hace falta, a continuación llega la de hacer limpieza, para después cuestionarlo todo y finalmente, quedarme con la esencia. Disfruto mucho de ese proceso.

>Te he leído en algún comentario que dentro de ese proceso, solo ante la pantalla, tus interlocutores son tus propios personajes y ellos te hacen dar giros dentro del guion durante los diálogos que mantenéis.
Tengo como dos métodos, por decirlo de alguna manera. Empiezo escribiendo un cuento con la historia que quiero contar, de este modo voy conociendo los personajes y las situaciones. Eso me da una libertad creativa que si fuese directo al texto teatral no la tendría. Me surge de una manera natural como resultado de años de emplear este método. Me sitúo en el contexto de los personajes y no ante una pantalla de ordenador. Intento escuchar sus necesidades y no centrarme en el rollo que le quiero soltar al espectador.

"Empiezo escribiendo un cuento, con la historia que quiero contar. De este modo voy conociendo los personajes y las situaciones. Eso me da una libertad creativa que si fuese directo al texto teatral no la tendría”

>En realidad, dentro de tu método ideal sería muy importante exhibir cada cierto tiempo tu texto ante público durante el período de creación.
En 2010 tuve la suerte de hacer un viaje por varias ciudades de Canadá. Y en Montreal me encontré con un centro dramatúrgico donde se trabajaba de ese modo. Los autores iban escribiendo sus textos y cada cierto tiempo se contrataba unos actores que ensayaban un poco y los exponían con una lectura semimontada ante un público, para después abrir un debate en relación a lo que se acababa de presenciar. De ese modo, el autor tomaba consciencia de en qué punto estaba el material, de sus debilidades, de su fuerza... Salí encantado. Si alguna vez tuviese mucho dinero no invertiría en petróleo ni en tecnología, sino en nuevas dramaturgias. No solo lo disfrutaría como autor, sino invitando a otros autores a vivir todo este proceso. Una arcadia.

>A falta de esa opción, tal como le he leído a Emma Vilasarau -la actriz principal de Eva contra Eva en su versión en catalán- lo que sí haces es acudir a los ensayos que la compañía hace de tus textos y dialogar tanto con quien dirige la obra como con quienes la interpretan.
Sí. Es una manera de sustituir lo que te contaba, lo que me gustaría hacer y no puedo. Ante la imposibilidad de tener un contacto previo, sí me gusta acudir a los ensayos, a las lecturas... sobre todo las primeras semanas, en las que hacen mesa. Cuando tienes a los actores delante te das cuenta de que en una escena te has enrollado demasiado, en una réplica faltan cosas... Entonces lo ves todo mucho más claro. En casa lo puedes ver todo muy bien, o muy mal, pero con los actores delante es cuando ves la verdad.

>Imagino que esos encuentros te servirán para variar algunos detalles. No creo que afecten a líneas que parten de la base argumental y que puedan transformar la historia ya escrita.
No, no, para nada. Todo el tiempo que utilizo en casa es para tener claro de qué quiero hablar. Eso me cuesta muchas horas y muchos procesos. Esa base no cambiará en mi texto. Las variaciones son de trozos de texto que sobran, réplicas que es mejor alterar, añadidos para que el argumento sea más eficaz. La esencia la he hecho en mi cueva.

>En el caso concreto de Eva contra Eva, parte de una película que te gusta mucho, Eva al desnudo/All about Eve, el clásico de Joseph L. Mankiewcz, con Bette Davis y Anne Baxter al frente del reparto, que incluye a Marilyn Monroe. Aunque creo que es un encargo de la productora Bitò. ¿Cómo surge realmente Eva contra Eva?
Nace de un encargo de un productor. Me parece una pieza casi perfecta para la época en que se hizo (1950). Así que me atrajo la propuesta, aunque pensé que no tenía sentido hacerla tal cual setenta años después, y me aburre hacer la típica adaptación a nuestros tiempos. Pude hacer todo el proceso creativo que antes te he comentado en Eva contra Eva. Así que he hecho una versión muy libre, muy mía, actual. Me lo he pasado muy bien viendo las relaciones que guarda esta película con otras piezas, tanto de cine como de teatro. Hago unos cuantos guiños, e incluso robo directamente, a algunas de esas fuentes de las que bebe Eva al desnudo y también a otras que han creado posteriormente asociaciones con ella: Opening night/Noche de estreno, de John Cassavetes (1977), Sunset boulevard/El crepúsculo de los dioses, de Billy Wilder (1950), Mulholland drive, de David Lynch (2001) o La gaviota, de Antón Chéjov (1896). He disfrutado mucho con esta especie de literatura comparada, con ese diálogo con otras obras. Y a partir de ahí he realizado la adaptación. Pero la base es Eva al desnudo.

"Las nuevas generaciones lo tienen muy difícil en muchos sentidos. Para hacerse un hueco han de luchar mucho, hacer mucho ruido (...) A partir de cierta edad se vuelven invisibles tu discurso y tu trayectoria. En 'Eva contra Eva' intento que dialoguen esas dos generaciones”

>Creo que utilizas Eva contra Eva para, principalmente, hablar sobre dos temas. El primero: el mundo del teatro. Incluso sitúas en el escenario los personajes arquetípicos de este mundo: dos actrices (Ana Belén y Mel Salvatierra), un director (Javier Albalá), una manager (Ana Goya) y un crítico (Manuel Morón).
Sí... -lo alarga transmitiendo una afirmación que incluye duda o condicionante-. Tenía un peligro, que era hablar de teatro a gente de teatro, por lo que solo hubiese interesado a quien estuviese en este mundillo. El objetivo era conseguir que esos personajes transmitiesen sus debilidades e inseguridades, algo que va más allá de la profesión actoral. Cumplir años dentro del mundo del teatro tiene unas particularidades y crueldades, pero en realidad es muy similar a lo que ocurre en cualquier otra profesión. El objetivo es hablar de la vida utilizando el teatro. Pero es verdad que como somos teatreros, acabamos tratando de las cosas que nos fascinan de esta profesión, y también de las que nos queman.

>Ahí está el segundo tema. Lo que transmites con tu texto y su representación es esa manifiesta tendencia de ir apartando a la gente a medida que va cumpliendo años. A partir de cierta edad se convierte en invisible, se la aparta en lugar de aprovechar una experiencia que los más jóvenes aún no tienen.
Mientras escribía este texto pensaba: "Las nuevas generaciones lo tienen muy difícil en muchos sentidos". Tienen más obstáculos, precariedad, han perdido algunos derechos que otra gente había ganado, menos salidas... Para hacerse un hueco han de luchar mucho, hacer mucho ruido. Eso es una realidad. Y hay otra realidad: a partir de cierta edad se vuelven invisibles tu discurso y tu trayectoria. Se arrinconan. No hay cierto respeto que creo yo sí tenía hacia mis mayores. Hay que entender las dos generaciones: la que está a punto de retirarse, pero que aún tiene mucha riqueza y sabiduría por compartir; y una joven que no tiene mucho tiempo para escuchar, porque no tiene apenas espacio, y se lo ha de hacer un poco a la fuerza. Lo que intento en Eva contra Eva es que dialoguen estas dos generaciones y que no salgan enfrentadas, sino que intenten entender qué es lo que las enfrenta. El problema no es una mujer con una edad y otra en otra franja. El problema es el sistema, lleno de vicios, y que las enfrenta.

>Eva contra Eva tiene dos versiones: en catalán y en castellano, con repartos diferentes. Es decir, el doble de trabajo. Y encima en el momento más complejo que hemos vivido, el de una pandemia que, por ejemplo, impide ensayar con normalidad, a la vez que obliga a suspender funciones. En este caso en particular, ¿cómo os ha afectado?
La versión catalana ha tenido muy mala suerte. Justo se tenía que estrenar en la semana posterior al primer confinamiento, en marzo de 2020. Solo se pudo hacer un bolo previo, suspendiendo la temporada prevista en Barcelona. Se pospuso a noviembre, y otra vez cierre de teatros, etcétera. Se ha podido hacer algunas funciones, pero mínimas. Creo que, por fin, se podrá estrenar en noviembre en Barcelona. Es muy agotador tener un proyecto, trabajarlo, estar a punto de estrenar por dos veces y que no pueda ser. Los actores, toda la gente del teatro necesita dinero para poder vivir... y el espectador también necesita cultura. Pero el mundo del teatro es tan complicado que estos aplazamientos nos los tomamos como una dificultad más dentro de nuestras precariedades. En resumen: es una putada. Pero sí he visto en los actores y el público unas ganas que nos conceden una pequeña alegría.

>Esas ganas las he notado en Castelló, tanto arriba como debajo del escenario. Creo que es de lo poco positivo que se puede extraer de esta anómala situación. Además, se acostumbra a decir que de los tiempos difíciles se extrae mayor creatividad. Tal vez sea la parte buena. Después hablaremos de la negativa.
Sobre lo primero, me ha emocionado esa respuesta que he visto. Se notaba la emoción en el público, sobre todo en las primeras representaciones después del confinamiento. Era una emoción que iba más allá de la que provoca una obra en sí. Era por reencontrarse, y más alrededor de un acto cultural. Eso me ha reconciliado con el hecho cultural. A veces nos machacamos tanto que olvidamos que el teatro es necesario, y lo seguirá siendo. No hace falta ser tan masoquistas. Sobre la cuestión de la creatividad, no sé qué decirte. Es tan gordo el momento que estamos viviendo que necesitaremos más tiempo para asumirlo. Igual disparamos mucho, pero hacer dianas costará, porque todavía estamos un poco confusos y perdidos, y es normal. Si nos ponemos creativos para contar lo perdidos que estamos, vale, pero no sé si la creatividad hará muchas dianas ahora. Necesitaremos más tiempo.

"Me ha emocionado la respuesta que he visto tras el confinamiento. Eso me ha reconciliado con el hecho cultural. A veces nos machacamos tanto que olvidamos que el teatro es necesario, y lo seguirá siendo”

>La parte negativa es que mucha gente que se dedica a la cultura ha parado. Algunos han echado el cierre, otros no tienen claro sin continuarán y también hay quien ha decidido ya buscarse la vida por otros lados.
Sí, sí, sí. Cuando podamos sacar los tantos por cien y comparemos cuánta gente se dedicaba a la cultura en el primer trimestre de 2020 y cuánta gente se dedicará dos años después, será bastante heavy. Por la ratio de la gente que conozco, ya veo que la situación será un poco triste.

>Volvamos a Eva contra Eva. En esta obra tu papel es de autor, no te has encargado de la dirección. No sé si has aconsejado la elección de Sílvia Munt como directora y de los componentes del equipo actoral o has sido ajeno a esa selección del personal.
Con Sílvia ya he trabajado, y ese rodaje te permite ir más al grano, no necesitamos un tiempo para conocernos. La productora propuso a Sílvia, y a mí me pareció bien. Creo que es la directora acertada. Nos hemos entendido bien en este montaje y se ha establecido un quid pro quo: yo he podido opinar en el casting y en alguna cosa de la puesta en escena, sobre todo dramatúrgicamente, y ella ha podido exponer su opinión sobre el texto. Ha sido una relación muy rica. Ojalá todos los trabajos entre dramaturgos y directores fuesen así de recíprocos, de equitativos, de escucharse.

La directora Sílvia Munt (izquierda) y la actriz Ana Belén, durante el proceso de lectura del texto. Foto: Javier Naval.

>En la versión en castellano la actriz principal es Ana Belén, una artista con una enorme carrera tanto en el mundo de la interpretación como en el de la música (Premio Goya de Honor 2017 incluido). Imagino que en una producción influye a nivel de respuesta de público el que haya una protagonista de renombre. Aquí en Castelló, se ha utilizado la imagen de Ana para presentar la programación del trimestre del Institut Valencià de Cultura. Un rostro famoso es un plus, avalado en este caso por su carrera, para el posible éxito de asistencia ante una obra.
El nombre de Ana Belén llena teatros directamente, por la trayectoria que tiene. La gente tiene ganas de verla. En Eva contra Eva, además de su indiscutible talento, la pueden ver en un papel en el que demuestra otro valor que tiene: su capacidad para reírse de ella misma. Eso se me parece muy sabio e inteligente. Que alguien con esa trayectoria tan bestia tenga la capacidad de reírse de sí misma, de cuestionarse. Ya no lo digo como autor del texto, sino como espectador: yo iría a ver a Ana, porque está fina, divertida, volcando el alma, y no solo en los momentos dramáticos, también en los cómicos. Vale la pena no perdérsela.

"El nombre de Ana Belén llena teatros directamente. En esta obra, además de su indiscutible talento, la pueden ver demostrando otro valor: su capacidad para reírse de ella misma, de cuestionarse. Eso me parece muy sabio e inteligente”

>En un teaser he escuchado sonar "Whole lotta love" de Led Zeppelin. ¿Qué papel tiene este clásico del rock en la obra?
Fue Sílvia quien la escogió. En la versión que yo escribí, hay un momento en que la protagonista va en coche, escapando de la ciudad. Sugerí una melodía de David Bowie, "Wild is the wind", pero apalancaba, ya que era densa y atmosférica. Sílvia la cambió por Led Zeppelin, ya que encontraba que dinamizaba esta huida, y creo que acertó. Hizo bien en no hacerme caso.

>Hace un rato has comentado que el guion de Eva al desnudo te parece casi perfecto.
Sí. A ver... Soy muy fan del cine de los años 40-50. Me gustaba mucho la narratividad de aquella época, desde el guion y desde las cámaras. Había como una ingenuidad narrativa, en positivo, muy envidiable. Ahora se domina tanto el medio... Pero en aquel entonces aún no se había pervertido el uso de las herramientas narrativas. Para mí eran más honestos y afectivos. En Eva al desnudo puede que haya algún giro apretado, pero los diálogos, el ingenio de los mismos, la creación detrás de cada personaje, sus viajes... Es de esas piezas de esa época que me parecen perfectas. Hoy en día, algunas cosas de aquellas películas, a nivel de mujeres, son intolerables, pero si haces esa separación y te quedas con la escritura del guion, es muy difícil de superar.

>Y si nos ceñimos a tu ya amplia obra, ¿cuál es ese guion que consideras casi perfecto?
(risas) No sé. Tengo una especie de relación amor-odio, impaciencia con mis obras. Pero estoy muy contento con tres: Búfals, que es rara, pero se hace en medio mundo; Els jugadors, también representada en muchos países, y que disfruté mucho escribiéndola y dirigiéndola, y me ha dado muchas alegrías; y un texto que pasa desapercibido, Somriure d'elefant, que habla precisamente del teatro. Uno de esos textos que leo años después y me sorprendo, pienso que no estaba mal.

>Aunque has comentado al principio que este año es más relajado para ti a nivel laboral, seguro que estás inmerso en alguna nueva preparación.
Hago guiones para una serie de TV3 -Com si fos ahir- y eso me ocupa muchas horas. Las otras horas las dedico a ser padre. Pero sí tengo ganas de explicar a alguien una historia que tengo en la cabeza desde hace tiempo, sobre un estafador, no solo a nivel económico, sino también de identidad. Parece que poco a poco el proyecto se va encaminando hacia una posible producción, un posible teatro...

Elenco actoral de 'Eva contra Eva' (Desde la izquierda): Manuel Morón, Ana Goya, Ana Belén, Mel Salvatierra y Javier Albalá. Foto: Javier Naval.

>Cuando escribes una obra pero no la diriges, ¿eres de los que acuden el día del estreno y ya no vuelves o repites varias veces?
Es que sufro mucho cuando voy. Acudo al estreno y a una representación más. En mis inicios sí que iba dos o tres veces a la semana, y le hacía comentarios a algún actor o al director, lo he dejado ya atrás, por suerte... Por suerte mía y de los otros.

>Imagino que te ocurre como a algunos músicos, que una vez publicado el disco no quieren escucharlo porque se sienten incómodos, y con el paso del tiempo se encuentran queriendo cambiar cosas de lo grabado.
Sí. Es que el teatro es tan... como te diría... aleatorio. Hay días en que un texto funciona super bien y otros no, en que no tira. Ver una función y luego otra me desquicia. Cuando aciertas la que funciona bien, pues vale, pero si vas a la que no sale nada como esperabas... Y sé que es una sensación absurda, porque hay cosas mucho peores en el mundo, pero me provoca un sufrimiento que no lo llevo bien. Cuando el público conecta con la obra pienso que todo tiene sentido, pero cuando no, pienso que es una pérdida de tiempo para todo el mundo, y lo paso mal.

>Siguiendo esta línea, creo que no te veremos esta semana en Castelló.
No. Hace unos meses estuve ahí con Una història real -el pasado 14 de febrero en el Teatre Principal-, en la que era su primera representación, y estuvo muy bien todo, con una muy buena reacción del público, que llenó el teatro. Lo único es que por el tema de restricciones estaba todo cerrado y no hubo otra que al acabar la obra marcharnos al hotel. Pero ahora no puedo escaparme, aunque me muero de ganas, ya que la versión con Ana Belén no la he visto aún. Sí he estado en ensayos, he hablado con ella, con el productor, pero no la he visto como público.

"El mundo del teatro es tan complicado que estos aplazamientos -provocados por la pandemia- nos los tomamos como una dificultad más dentro de nuestras precariedades”

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