Uno de los números de 'Oskara' interpretados en vivo. Foto: Àlex Pérez.

'Oskara plazara', de Kukai Dantza, más el documental elaborado por Pablo Iraburu e Iñaki Alforja. Paranimf de la UJI. Viernes 2 de febrero (20:00). 12 euros. Unos 150 espectadores.

Entender todos los códigos de la danza contemporánea no resulta sencillo para el espectador medio. Incluso el intérprete puede encontrarse ante el enigma de no saber inicialmente qué está haciendo, tal como confiesa en pantalla uno de los protagonistas de Oskara en la segunda semana de preparación de una obra que en 2017 fue distinguida con tres premios Max (Mejor Espectáculo de Danza, Mejor Elenco de Danza y Mejor Vestuario). Es por ello que el complemento Oskara Plazara se agradece, con independencia de si se ha visto previamente Oskara -el pasado mes de diciembre pasó por el Teatro Principal de Castellón- o sea el primer acercamiento a la obra.

El elemento clave de Oskara Plazara es el documental que se proyecta en pantalla. A través de las imágenes y el sonido captados por Pablo Iraburu e Iñaki Alforja se contempla todo el proceso que dio lugar a esta obra que mezcla la tradición de la Cultura, en este caso la vasca, con la vanguardia del siglo XXI. Una muestra de la necesidad de conservar y transmitir la Cultura, que es la que reviste e identifica al ser humano que llega desnudo a este mundo y sin rasgos distintivos de personalidad. En el tránsito hacia la muerte, son los factores culturales los que le moldearán.

El proceso comienza cuando el director de Kukai Dantza (compañía con sede en Errenteria), Jon Maya, con querencia a la danza de modos más tradicionales, contacta con el coreógrafo valenciano Marcos Morau (aunque no le gusta que se le defina como "coreógrafo") para poner un marcha un proyecto de danza contemporánea. Jon acompaña a Marcos a diferentes espacios marcados por la tradición cultural vasca (fiestas populares, partidas de cesta punta...) para que éste la conozca de primera mano y traslade algunos de esos códigos populares arraigados en la tradición a una dimensión vanguardista sin perder su raíz original (fácilmente reconocible en lances como la muerte y menos obvios en otros).

Los tres bailarines contemplan desde el escenario las indicaciones que desde la pantalla transmite Marcos Morau. Foto: Àlex Pérez.

Al tiempo que se proyecta el documental, tres componentes de Kukai Dantza (Martxel Rodríguez, Ibon Huarte y Eneko Gil) representan en directo algunos de los números incluidos en Oskara, ahora mejor entendidos gracias a la explicación ofrecida desde la pantalla. "Pasamos de las reglas fijas de la tradición, en la que haces lo que está marcado, a tener que pensar antes de hacer algo", comenta uno de ellos para explicar la diferencia básica en el proceso de trabajo. El vestuario creado por  Iraia Oiartzabal, con el blanco como color fundamental, da mayor realce y sentido a cada pieza, destacando las máscaras que por momentos cubren sus rostros.

Como colofón, los tres bailarines se sientan en el borde del escenario y responden todas las dudas del público asistente -muy participativo- para profundizar aún más en el conocimiento de Oskara, todo un canto a la Cultura y a la necesidad de mantenerla viva.