Música

La Magdalena de la rumba, el ska y el reggae

Si eres de Castellón sabrás perfectamente lo fácil que es acostumbrarse a la pólvora, el bullicio, las calles y plazas convertidas en escenarios; parques y explanadas que se vuelven mesones; pólvora de día y pólvora de noche; música en cada esquina. Es fácil acostumbrarse y difícil volver al día a día. Si te pasa no te preocupes, es porque eres de Castellón y, sentimos decírtelo, pero la Magdalena ya ha terminado. En este artículo te ayudamos a que recuerdes –o la conozcas- la cara más rumbera, ska y reggae de la semana de fiestas.
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La Ranamanca, en uno de los conciertos más destacados de las fiestas. Foto: Rosana Ayza.

Probablemente más de uno aún sigue mirando con nostalgia el reloj cuando éste marca las 14.00 esperando que todo vuelva a retumbar, que a las 23.00 el cielo oscuro se llene de colores y formas. Probablemente más de una aún sigue asomando la cabeza por aquellas calles por las antes se levantaban escenarios y carpas, añorando cómo los mesones, su gente y bullicio han ido desapareciendo… Se conoce como el síndrome post-magdalenero y ataca ese horrible lunes, y el martes, y hasta el miércoles que sigue a un vibrante Magdalena Vítol! (que, por cierto, este año ha dejado bastante que desear). Sus síntomas suelen aparecer en los que viven la semana grande de Castellón a tope desde el primer día –incluidos los que hacen la previa el viernes- y los que lo intentan.

Si algo tiene la Magdalena es que seguro que encuentras algo a tu gusto: ya sea por la gran variedad de carpas, gaiatas y collas con su propia programación, como locales que se unen y abren sus puertas durante toda la semana con pequeños festivales, conciertos y pinchadas y programaciones alternativas que muestran otra cara de las fiestas; hasta la siempre pintoresca y variada oferta de la programación oficial. La cuestión es que nadie pueda decir que no tiene a dónde ir ni nada que perderse. Que cada uno la viva a su manera; como la ruta que la rumba, el ska y el reggae hicieron por toda la ciudad para ambientar la semana.

La Pegatina, en el Recinto de conciertos. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Ellos probablemente, junto al incombustible Loquillo, fueron los más esperados y los más vistos de la programación del Recinto de conciertos. Son La Pegatina, capaces de convertir una actuación en una auténtica fiesta de color, en la que no paras de moverte al ritmo de su rumba, cantando temas que ya son un clásico y capaces de animar a cualquiera, como “Miranda”, “Alosque” y “Lloverá y yo veré”, sin olvidar al hijo de Mari Carmen, que sigue sin salir del after. Porque La Pegatina es uno de esos grupos que, conozcas sus canciones o no, hacen que bailes, rías y disfrutes con ellos. Y así lo volvieron a demostrar el miércoles 26 de marzo.

Justo en ese mismo escenario, y para dar el pistoletazo de salida a las fiestas, el sábado 22 tuvo lugar el habitual Magdalena Dj’s Festival. El Recinto de conciertos de Castellón convertido en una macro discoteca en la que podías pasar del último éxito de reggaetón a la electrónica más fácil y masticable, e incluso a cerrar a las 4.00 de la mañana con el drum’n’bass y la edm con mas tralla de la mano de Stile y Bonkers. Con el recinto hasta arriba, pocos fueron los que, una vez dentro, emigraron a las orquestas de María Agustina o Las Aulas.

Gabi, de La Ranamanca. Foto: Rosana Ayza.

Y volviendo al papel de la rumba, no se puede dejar a un lado a los castellonenses La Ranamanca. Después de que se anunciase que Los Chikos Del Maíz no iban a actuar en el décimo aniversario del Casal Popular (que se celebró en la plaza Isabel la Católica –l’Ereta-) por enfermedad, parecía necesario emigrar a la Colla Bacalao para que las ranas animasen el domingo 23; ya sea a los que se quedaron con ganas del rap de la mazorca, a los cabizbajos perdedores del clásico (que ni las fiestas se libran del pan y circo) o a los que después de todo el día en la Romería apenas podían moverse. Y así lo hicieron. Porque lo de Gabi y los suyos sobre un escenario es algo que merece la pena ver y, sobre todo, a disfrutar porque llevan la “Rumba en vena” y se siguen quedando sintigo pero sin perder las ganas. Y todo eso se contagia. Y si no que nos lo pregunten a los que repetimos el jueves 27 en el escenario de la Gaiata 11; en donde cerraron una noche en la que también estuvo Ojana y, como no podía ser de otra manera en Magdalena, Tom Bombadil. La noche la cerró la rumba de los anfibios.

En la misma calle Sant Félix, el viernes 28 se celebró, como viene siendo habitual, el Bloc Rock. Destacar las versiones ska de Skandinat, que consiguieron contagiar a todo el mundo, seguidos de los grandes esperados, Pepet i Marieta, que un año más se quedaron con todos con su mezcla de rumba, jota y pinceladas de ska (sin olvidar el ya tradicional y realmente poco lujurioso striptease).

Otros que también han tenido un especial protagonismo durante toda la semana de fiestas han sido los miembros de La Plana Tropikal Crew. Los primeros fueron -otro concierto que año tras año se va convirtiendo en una cita obligatoria- Contratempo, que estuvieron el primer sábado en una Colla Veneno en la que apenas cabía un alfiler, porque el early reggae tira –y mucho-. Las pinchadas de Jamaican Memories y el colectivo más febril, Bambiriling, estuvieron en la Colla Gaspar.

Eso sí, el día grande fue el último sábado en el escenario de la Cosa Nostra con la VI Edición del Magdalena Rudefest. Parecía que la última noche iba a peligrar; la lluvia llevaba amenazando toda la semana y todo parecía indicar que la noche del sábado iba a ser el día. Pero hasta las nubes se rindieron al reggae, ¡y qué reggae! Los primeros fueron Alkerians y sus versiones instrumentales de conocidos temas de rock y pop (como del gran Lou Reed) con sabor a reggae clásico, sin olvidar la colaboración en algunas canciones de las voces femeninas de The Lionesses. Después llegaron Ki Sap, capitaneados por Ital Erik; ska, reggae y pinceladas de rap que llenaron la plaza demostrando que “Si quieren guerra, pues guerra tendrán”. Para rematar, el ska y reggae tradicional de los catalanes Soweto y los rudeboys locales, Bandits, que, aunque la lluvia amenazó su concierto, pronto volvieron al escenario para enseñar ese algo especial que tienen. La noche, o más bien la madrugada, la cerraron los platos de Mash Masters; ni cambio de hora ni restricciones de horarios, en la Cosa Nostra el reggae parecía que nunca iba a acabar. Nadie quería despedirse de la Magdalena.

Space Elephants desató la locura en la Magdalena Beerfest.

Y esto sólo fue un poco de lo que la Magdalena de 2014 tenía preparada: un Recinto de conciertos que abrió cada día, las pinchadas del Fam & Music del Fam Fatal que ponían la banda sonora al camino a la mascletà, el punk y rock de El Gat Penat con la Magdalena Batcat Week y el regreso de Vómito como día grande, la sorpresa de Space Elephants en la carpa Magdalena Beerfest, Talenteless petando el Four Seasons, la fiesta cubana en el Casal Popular, el Oi! de los veteranos The Oppressed en la Cosa Nostra, una colla Premama’s que cerró todas las noches de la semana, Malababa haciendo un hueco al drum’n’bass y al dubstep los sábados con Waweekends, Campi y el dancehall de Jamal… Quizá sí que fue imposible no perderse más de una. Pero el año que viene habrá más oportunidades.

_Foto de portada La Pegatina por Carme Ripollès (ACF)

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