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La electrónica analógica de Binkbeats, como magia de cerca en el Jazz+ de Benicàssim

El Teatre Municipal de Benicàssim vivió, literalmente, a orillas del escenario la absorbente puesta en escena del multi-instrumentitsta holandés Binkbeats, con su acogedor y caótico espacio de trabajo atrayendo todas las miradas y dejando cada una de las mandíbulas presentes desencajadas. Con Binkbeats arranca la programación del ciclo Jazz+, en la que también se encuentran nombres como el de Antonio Carmona, Amancio Prada o Maika Makosvki.
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Binkbeats y su taller de sonidos en el Teatre Municipal de Benicàssim.

Milimétrico síndrome de Diógenes, con el oído como guía para su colección. Una calmada presencia que conoce perfectamente dónde se encuentra cada pieza, cada elemento convertido en instrumento, lo pareciese o no. Como consecuencia de una búsqueda nada arbitraria, pasional, Frank Wienk distribuye sobre el escenario su puzle personal sonoro, al que bautizó en el 2013 como Binkbeats, y que puso en escena en el Teatre Municipal de Benicàssim el pasado domingo 4 de febrero, dentro del ciclo Jazz+.

Como en el show de un ilusionista de magia de cerca, la mayor parte del público se ubicó a orillas del escenario, suspendido en una grada auxiliar. Un hombre menudo, de espesa barba y deslumbrante calva se situó en el centro de su taller de sonidos, que le asediaba por los cuatro costados. Se identificaban rápidamente la marimba, la batería y algunos mástiles apoyados más atrás. El resto podría confundirse a simple vista con el trastero de un anticuario o con el escaparate de una tienda de componentes electrónicos, equidistante entre ambas. Pianolas, platillos, cajas de música, arpas horizontales y verticales, muelles y muchísimos más cacharros se advertían entre los manojos de cables, los sintetizadores y micrófonos estratégicamente colocados en los rincones de este taller. Binkbeats fue debidamente ovacionado y comenzó a golpear aquellos objetos sonoros, conjugándolos con la pulsión electrónica de sus teclas en una comunión única e inesperada.

Cada objeto iba situándose en el espectro tonal con maestría, como si hubiera sido diseñado para ello.  Además, gracias a la cantidad de filtros y efectos controlados por Wienk, la frontera entre lo acústico y lo electrónico se volvía tremendamente difusa, hasta llegar a la perfecta mimetización. ¿Qué es sintetizado y que es sintético, valgan ambos términos? ¿Qué es digital y qué acaba de samplear en directo y de convertir en un loop, o añadir a un loop? Es bien sencillo perder la cuenta y perder el norte. La fascinación por la agilidad de Binkbeats a la hora de trazar un camino sonoro con lo que tiene a su alrededor es cegador, hipnótico, hasta el punto de ser casi tan importante el cómo hace la música en vivo como las melodías y percusiones en sí.

Frank Wienk es, de formación, percusionista. No es baladí esta apreciación, pues la coordinación para andar trasteando con un sintetizador mientras se golpea un plato o una caja a un compás determinado no es una característica perteneciente al común de los mortales. Demuestra esta habilidad en instrumentos mencionados como la marimba, la batería o cualquier objeto usado en el apartado de percusión. Esos matices y esos sonidos, habituales en las librerías de samples de cualquier productor de electrónica (los llamados bells, hats, claps y demás), fueron al fin identificados por los ojos del público; Binkbeats se encargó de que sus pupilas siguieran la punta de sus baquetas para encontrar el origen de esos golpes.

Sonido compacto, como de club, pero con una audiencia silenciosa que agradeció el propio Wienk entre canción y canción con su tenue hilo de voz, alejado de los vocoders y filtros cuando se dirigía al auditorio. A destacar también la versatilidad con un bajo eléctrico colgado de los hombros, pues la cantidad de efectos que ponía sobre su sonido base lo empujaban en ocasiones hacia la penumbra y en otras hacia el primerísimo primer plano, en una orquesta de timbres que ondeaban en las frecuencias más altas de la mezcla. Así sucedía también con la guitarra, tomada en repetidas piezas y procesada hasta la médula. Punto a favor, como colofón, a la iluminación acompasada que caminó de la mano de la música de Binkbeats desde que pisó las tablas hasta los bises. Como corolario, a modo de síntesis, un espectáculo electro-acústico no apto para todas las mandíbulas, fácilmente desencajables ante la envidiable soltura de Frank Wienks para pelearse con el mundo, y así, crear su propia senda sonora.

Próximas fechas Jazz+

Jazz+ es un novedoso ciclo que apuesta por el jazz y otras músicas. Arrancó el pasado mes de diciembre con Coque Malla, Marlango y Dena DeRose y, por el momento, propone siete citas musicales para 2018, entre ellas la de Binkbeats, con el Teatre Municipal de Benicàssim como sede.

  • 2 marzo. Eri Yamamoto
  • 28 abril. Antonio Carmona
  • 12 mayo. Jack Savoretti
  • 29 julio. Amancio Prada
  • 13 agosto. Rui Massena & Quintet de Corda
  • 31 agosto. Maika Mokovski & Brossa Quartet

  1. Pingback: Luz Casal, Antonio Carmona y Carmen Machi, protagonistas de abril en el Teatre Muncipal de Benicàssim | nomepierdoniuna

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