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Fede Beroy (Because y ahora Escuela de Calor): "No soy un valiente; tal vez sea una huida hacia adelante"

El sector de las salas de conciertos es uno de los más afectados por la pandemia. Sin poder ingresar durante meses y ahora con aforos reducidos, algunas han optado por el cierre. Pero otros empresarios han decidido arriesgarse. Un caso especial es el de Fede Beroy (Castelló de la Plana, 1974). Propietario de Because, ahora suma otra sala: Escuela de Calor. Abrirá el 17 de septiembre. De este tema y de los efectos de la crisis en el sector habla extensamente con Nomepierdoniuna.
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Fede Beroy, en el escenario de Escuela de Calor. Foto: Carme Ripollès.

>Un sector que lo está pasando especialmente mal a causa de la pandemia es el de las salas de conciertos, y mejor que tú no lo sabe nadie, como propietario de Because (calle Castelldefels). Sin embargo, justo en este periodo sorprendes sumando un segundo espacio para programar música en vivo en Castelló: Escuela de Calor (calle Alcalde Tárrega; antiguo Veneno Stereo). ¿Nos explicas esta contracorriente?
En un principio no buscaba una segunda sala de conciertos. La idea surgió durante los meses de septiembre-noviembre del pasado año, cuando estábamos cerrados a cal y canto los locales incluidos en los epígrafes de salas de conciertos, pubs y discotecas. Comencé a buscar un local dentro del epígrafe de café-bar y con audición musical, de manera que se me permitiese trabajar, tener la mente ocupada y generar algo de dinero. Un día hablé con Toni Porcar (propietario del local en el que se ubicaba Veneno Stereo) y me dijo que los propietarios de Anvil (relevo tras el cierre de Veneno) le habían devuelto las llaves. Toni incluso se había planteado dar de baja el local. Le comenté la posibilidad de quedármelo yo, cambiando la licencia a café-bar.

“A pesar de las restricciones, empieza la temporada y hay que ponerse en marcha. Arrancamos el viernes 17 de septiembre con un aforo de 20 personas sentadas”

Pero en diciembre, desde la Generalitat Valenciana nos incluyeron a las salas en el grupo de los bares y podíamos funcionar como tales, así que decidí no cambiarle la licencia. Después se ha alargado mucho el tema de ampliar aforos, de no poder estar la gente de pie, de no consumir en la barra. Por esos motivos hemos tardado más de lo previsto en abrir Escuela de Calor. Pero ha llegado septiembre, empieza la temporada y, a pesar de las restricciones, hay que ponerse en marcha. Arrancamos el viernes 17 de septiembre con un aforo de 20 personas sentadas y esperemos que la situación vaya a mejor y poco a poco podamos hacer más cosas. Escuela de Calor será un complemento de Because. Ambos locales se han de ayudar.

>Si llamas el local Escuela de Calor te delatas como fan de Radio Futura.
Escuela de Calor fue el nombre del primer pub que monté, con 18 años en Benicàssim. En aquella época escuchaba mucho Radio Futura. Antes de montarlo, había trabajado como camarero en pubs y discotecas. Duró un verano, ya que me fui a la mili. Con 19 años, en el Castelló de los 90, abrimos Because, y estuvo cuatro años activo. A continuación llegó una hibernación de veinte años, en la que me casé, entré a trabajar a Radiadores Ordóñez... y cuando decidí abrir otro local le puse Because (en el espacio que ocupaba Four Seasons), y ahora, pues Escuela de Calor. No me voy a complicar mucho la vida con el nombre. (risas). Y es un poco tirar de nostalgia hacia aquello que hice cuando tenía 18 años.

Referencia a 'Veneno en la piel' de Radio Futura en la pared del nuevo local. Foto: Carme Ripollès.

>Y también durante esos veinte años fundaste un club de fútbol, Jubelama.
Lo creé en 2012, aunque empecé a entrenar en clubes en el año 98 o 99. Como estaba cansado de discutir con presidentes, tesoreros... decidí montar el club y así discutir conmigo mismo. (risas). Estuve ocho años, pero era muy difícil de compatibilizar con el ocio nocturno, así que lo dejé.

>La posibilidad de abrir Because te llegó precisamente mientras estabas trabajando, literalmente, en Radiadores Ordóñez.
Sí. Le comenté a Coky Ordóñez -también propietario del estudio de grabación Rockaway- que me gustaría volver a llevar un negocio como los que tuve. A los pocos días me dijo que tal vez Four Seasons se traspasase. Llegamos a un acuerdo rápido con David Pomer y así puse en marcha Because. Ahora me dicen que soy valiente por abrir Escuela de Calor. Entonces me decían que estaba loco por dejar una nómina fija por meterme en la aventura de un local de ocio. Pero necesitaba un cambio, para que no todos los días fuesen una fotocopia.

>¿Te consideras un valiente?
Me hace gracia porque me lo dice mucha gente, pero no creo que sea un valiente. Tal vez sea una huida hacia adelante. Because funcionaba realmente bien, pero llegó la Covid y recibimos un guantazo en la cara. Te quedas parado, empiezas a preocuparte por tu situación. Coger otro local se ha debido a las circunstancias, ya que Toni me lo ha puesto muy fácil. Son dos locales que están próximos y se puede crear una inercia entre ellos. Recuerdo que años atrás se comentaba que se podría establecer un vínculo entre los dos locales, cuando tenían otros nombres. Tal vez ahora sí sea posible, creando una especie de zona. Así que de valiente nada. Hay que remar hacia adelante. Sentarte en una silla y quejarte de la situación no te va a hacer salir de ella.

“Because funcionaba realmente bien, pero llegó la Covid y recibimos un guantazo en la cara. Te quedas parado, empiezas a preocuparte por tu situación. Coger otro local se ha debido a las circunstancias”

>En un primer momento, antes incluso de arrancar Because, se establecían comparaciones con Four Seasons, así como colocarle la etiqueta de local de tardeo. Algunas opiniones eran bastante agoreras, en el sentido de que casi era el fin de la música en vivo en Castelló. Pero fuiste a la tuya y seguiste una línea en la que no te cierras ninguna tendencia musical.
Aunque estén ubicados en el mismo local, Because es Because y Four Seasons era Four Seasons. Lo que tienen es una decoración parecida, ya que siempre me había parecido muy bonita la de Four Seasons. Pero la línea a seguir la tenía clara. Al principio sí me pareció sentir cierto rechazo, aunque puedo estar equivocado, en el sentido de que se había acabado la línea de programación de Four Seasons y que me iba a dedicar al tardeo. Yo tenía claro que ese local iba a estar abierto a cualquier tipo de música y de franjas de edad, siempre que hubiese acuerdo entre propietarios y músicos, de manera que fuese beneficioso para los dos. Es cierto que al principio me tenía que ir situando después de veinte años fuera de este sector, y empecé programando más tardeo y entrada gratuita, pero fuimos añadiendo grupos con temas propios y con taquilla. Han pasado grupos que ya lo habían hecho por Four Seasons. También hay otro perfil, como Pancho Varona, Pablo Carbonell, Andreu Valor... que igual no entraban en la línea de Forsi. Pero eso no significa que seamos mejores o peores, sino diferentes. Creo que ahora la gente ya ve Because como una sala asentada.

>Tu intención es que la línea de Escuela de Calor sea más joven que Because.
No es que Escuela de Calor vaya dirigido exclusivamente a gente joven, pero es más fácil que derive en eso. Yo estaré en Because, y los camareros de Escuela de Calor tendrán veintipocos años. La música por las noches será pop y rock enfocado a los jóvenes que gustan de ese tipo de música (Marea, Extremoduro, Melendi...). Pero no será exclusivo para gente joven.

“No es que Escuela de Calor vaya dirigido exclusivamente a gente joven, pero es más fácil que derive en eso (...). Un sitio para que los músicos jóvenes se muestren ante el público”

Cuando tengamos un concierto en Because, mientras hagamos allí la prueba de sonido, en Escuela de Calor podemos organizar una prefiesta con ese mismo estilo de música que sonará a continuación en Because. Ese perfil de gente será más adulto que el de la noche. En Escuela de Calor queremos que toquen bandas de gente joven. Que sepan los músicos que están empezando en sus locales de ensayo que los sábados, allá a las 20:30, podrán actuar en Escuela de Calor. Y a la vez, el público sabrá que los sábados por la tarde habrá un grupo joven tocando temas propios, aunque si quieren hacer versiones, adelante. Un sitio para que los músicos jóvenes se muestren ante el público.

>Pero la función de sala de conciertos aún tardará algo en llegar, hasta que cambie la normativa autonómica.
En principio trabajaremos como pub, porque con 20 personas como máximo de aforo es complicado organizar un concierto. Otra cosa es que entre la gente que en un momento esté allí dentro quieran montar algo improvisado. Así funcionaremos hasta que pueda ser rentable organizar un concierto. En principio será punto de encuentro, copeteo. Because es un local de diario, con su terraza, su servicio de cafetería, de lunes a viernes, desde las 15:00, con horario de fines de semana que depende de si hay concierto o no. Escuela de Calor abrirá tres días: jueves y viernes a las 17:00; y sábados a las 15:00. Iremos dándole forma y tal vez en el segundo año abramos todos los días, que es la idea. La intención es ponerle una terraza, pero eso llevará un tiempo de burocracia. Calculo que para el verano.

>Siempre te ha preocupado el tema de dar oportunidad a los jóvenes. Unas cuantas bandas nuevas han pasado por Because, e incluso van allí cada semana los combos del taller Mondo Rítmic.
El pasado año, durante un período en el que había más psicosis por la Covid, Jesús Gallardo me preguntó por la posibilidad de hacer allí las clases de los combos, ya que en sus aulas era más complicado mantener las distancias. Preguntamos a Cultura del Ayuntamiento si podíamos hacerlo y nos dijeron que sí. Y de fuera de Mondo Rítmic han pasado grupos jóvenes, como La Aldea, Zero Negativo, Teen Twelve. Cuando hemos podido, le hemos dado salida a los jóvenes. A lo mejor me viene del fútbol y la cantera. Es necesario que la gente joven tenga oportunidad de hacer cosas y se instale en nuestro circuito. Si se convierte en el relevo para seguir haciendo lo que nos gusta estará garantizado el futuro, conviviendo los más mayores y los jóvenes. Es importante dar a esos jóvenes la oportunidad que sí tuviste tú. Es bonito ver frescura e ilusión en jóvenes que no se han llevado todavía las bofetadas que te dan los años.

Zona de barra de Escuela de Calor, con una referencia a los Beatles que establece vínculo con Because. Foto: Carme Ripollès.

>Las salas de conciertos todavía no habéis vuelto a la normalidad, pero al menos ya podéis trabajar, aunque más condicionados que otros negocios. Os habéis quejado durante un año y medio del trato desigual recibido respecto a otros sectores y de la falta de ayudas o su demora. A estas alturas, ¿qué ayudas habéis recibido realmente?
El confinamiento fue complicado para todos, con muchos sectores cerrados y la incertidumbre. Pero luego, con la desescalada, empezaron a trabajar todos, excepto los garitos, incluso cuando los bares sí podían hacerlo. Fuimos los últimos, Así hasta julio del pasado año. Luego pudimos abrir, con restricción de aforo. Pero en agosto llegó el cierre del ocio nocturno. Y veías en septiembre-octubre que todos seguían, más o  menos, con su rutina, y nosotros con la persiana cerrada. Era como si solo los locales de ocio tuviésemos que hacer el esfuerzo, como si fuésemos los más contaminadores, cuando en realidad llevábamos mucho tiempo cerrados y cuando pudimos abrir mantuvimos las normativas que se nos imponían. Parecía haber una psicosis sobre nosotros. Fue muy duro, porque teníamos que seguir pagando alquileres, autónomos, luz, agua, declaración trimestral, anual... Ahora seguimos estando dejados de la mano de Dios, pero ya no es aquella situación fuera de lo normal.

“La pandemia ha dejado claro que quienes legislan viven en un mundo ajeno al de la clase media hacia abajo”

Tuve una ayuda de Cultura del Ayuntamiento de Castelló, pero no era para pagar gastos, sino para cubrir el coste de conciertos, cuando pudimos volver a hacerlos. Aunque había más trabas. Solo podías hacer conciertos si estabas en el listado del Institut Valencià de Cultura (IVC), y aunque yo sí tenía permiso, me parecía injusto que otro local con mi misma licencia y controles no pudiera hacerlos por no estar en el listado del IVC. La pandemia ha dejado claro que quienes legislan viven en un mundo ajeno al de la clase media hacia abajo. Te demuestran que no conocen la realidad del día a día de la gente normal de a pie.

>Se anunciaban otras ayudas, pero no os llegaban.
Pasaban los meses, nadie te aclaraba nada, nadie te daba ayudas. Salió la de autónomos, pero era la genérica, y no era lo mismo recibir 1.200 euros una empresa que ha estado tres meses cerrada que esa cantidad para los locales que estamos meses y meses cerrados a cal y canto, sin poder generar.

En noviembre se anunciaron ayudas para el ocio nocturno por parte de la Generalitat, pero en febrero no habían llegado. En marzo tuvimos que plantar tiendas de campaña en la plaza de la Generalitat para hacernos oír, y ahí ya nos hicieron caso, aunque no me pareció muy coherente. A los garitos nos dieron 7.000 euros estando 18 meses cerrados. Ejemplo: un local, con dos socios que se paguen el autónomo; en diez meses ha volado esa ayuda. Es decir, no te han dado una ayuda para el mantenimiento del negocio, sino para que pagues el autónomo y ese dinero vuelva al Estado, pero no te soluciona nada. Luego, posibilidad de utilizar el 50% del aforo, que en Because son 75 personas, pero han de estar sentadas, por lo que no me caben más de 40. O sea, estoy trabajando al 30%, y así desde marzo. Y quítale horas de la noche. Entre lo que ha estado cerrado y que cuando abres vas al ralentí... pues complicado. Pero hay que aguantar y pasar un par de años malos. Si no te engulle, cuando vaya mejor la situación ya recuperaremos poco a poco. Nos ha tocado vivir esto y ya está. No hay que buscar culpables, aunque por parte de quienes legislan sí nos hubiese gustado encontrar algo más de empatía. E imagino que será igual en todos los lados. No hablo de un color político u otro.

>A través de las redes sociales también se ha notado la discrepancia de la gente sobre si deberíais estar abiertos o no. Creo que era mayoría el apoyo a las salas, pero también existía la opinión contraria.
Ha habido de todo, pero cuando las cosas se ponen mal, creo que hay más gente que te tiende la mano que al contrario. Cuando hemos podido abrir, sí he notado el apoyo, viniendo a tomar un café, ajustándose los músicos para que fuese rentable a la sala... Y les estoy muy agradecido. Acusaciones directas de ser culpables, no. A nivel general sí ha habido policías de balcón, pero es inevitable. Aunque a alguien le cueste entenderlo, hay gente que necesita ese cuarto de hora al día para desconectar. Nosotros somos parte fundamental para mantener la salud mental de la que tanto se ha hablado en este tiempo. Igual estropeamos la del hígado, pero la de la mente la mantenemos. (risas).

>¿Ha habido colaboración con las salas por parte del Ayuntamiento de Castelló?
Hablar de Ayuntamiento igual engloba a más gente de la que toca. Te puedo hablar de la concejalía de Cultura, en la que está Vero Ruiz. Yo me he sentido muy arropado, y no hablo de una cuestión económica, sino de que en un año con muchas restricciones y cambios, muchas veces se creaban muchas dudas sobre qué se podía hacer y qué no. Ante cualquier duda, Cultura se ha molestado en responderme o consultarlo con otras concejalías. Invertían tiempo en resolver dudas de las salas. Y en un momento jodido, ver que esa gente está ahí es importante. Le he de estar agradecido a Vero Ruiz y Cristina García (asesora de Cultura), ya que en el peor momento han estado ahí, sin esconder el bulto.

“Le he de estar agradecido a Vero Ruiz y Cristina García, ya que en el peor momento han estado ahí, sin esconder el bulto”

>En este momento quedáis como salas habituales de conciertos, Terra, Because y las nuevas Salatal Club y Escuela de Calor (aunque Zeppelin también organiza algunos). ¿Cuál es la relación entre los propietarios?
A Tony (Adua, de Salatal) no le conozco personalmente, solo por teléfono y WhatsApp, y parece que hay buen rollo. Con Álex y Adrián (Bachero, pub Terra), muy bien. Con Álex quedó muchas veces y nos intercambiamos penas y consultas. Me parecen excelentes compañeros de viaje.

>Tengo la impresión de que esta pandemia ha tocado la moral de músicos de temas propios. Algunos ven la situación más complicada que antes, y ya no era fácil. Sin embargo, numéricamente en Castelló ciudad hay las mismas salas de conciertos que en la prepandemia. En el resto de las comarcas sí que han desaparecido casi todas, pero ya hace años. A algunos les he comentado que, bajo mi punto de vista, más que esperar que les llamen para actuar, deberían crear esas oportunidades por sí mismos. Como propietario, ¿qué consejo les darías?
Cuando las cosas están mal, el quedarte sentado y lamentarte, en ningún ámbito te va a solucionar nada. Es llamar a la puerta, hablar con los propietarios, buscar fórmulas para que el concierto sea rentable para ambas partes. Esto es un negocio y si no hay saldo a favor, al final no hay sala donde tocar. Han de arriesgar músicos y propietarios, no solo una de las dos partes. Luego, cada espacio es un mundo. En unos está todo preparado para tocar y en otros los músicos lo han de aportar todo. Pero con independencia de condiciones, hay que llamar a la puerta, dialogar y que ambas partes salgan beneficiadas, o perjudicadas, pero por igual. Es un momento complicado para todos y nadie debería intentar beneficiarse de la otra parte pensando que le hará falta el dinero.

“Cuando las cosas están mal, el quedarte sentado y lamentarte, en ningún ámbito te va a solucionar nada (...) El músico ha de llamar a la puerta de la sala, dialogar y que ambas partes salgan beneficiadas, o perjudicadas, pero por igual”

>¿Podría pasar una parte del futuro de la música en vivo por crear asociaciones, como Underground Revolution, que se buscan los conciertos que quieren ver y también las salas?
Underground Revolution es diferente a lo más habitual. Son promotores, pero en lugar de ser uno o dos, son treinta, cuarenta o cincuenta, y de un modo altruista. Ponen una cuota al año y montan conciertos para ellos, y si viene más gente, mejor, y si generan para que en lugar de 15 conciertos sean 30, mejor. A las salas nos viene bien, porque te garantizan público. El resto de promotores sí buscan la ganancia.

Al final es moverse. Muchos grupos de temas propios llenan en Castelló sin que los promueva una asociación, como Exfan, Heatwaves, Lèpoka, Los Franelas.. Sabes que un mínimo de 130 personas te las llevan, Pero, claro, son muchas horas de local, de grabar, presentar.. Cada grupo tiene un perfil y un leitmotiv. Seguro que los de versiones tocarán en la ciudad más que los grupos de temas propios. Uno de versiones lo puede hacer cada sábado; de temas propios es más difícil. Lo normal es que los grupos de repertorio propio toquen aquí, pero luego salgan. No son ni mejores ni peores; son productos diferentes. No creo que sea más difícil tocar para un grupo de temas propios que de versiones, ya que hay escenarios. También hay grupos de versiones que tienen complicado tocar en locales como Because, porque tocan gratis habitualmente y yo he de poner taquilla. Solo con la caja no puedo pagar caché, así que no lo puedo hacer entrada gratuita. Lo bueno de Castelló es que hay escenarios suficientes para tocar, pero hay que adaptarse: un grupo no puede cobrar lo mismo en un local con capacidad para 500 personas que en otro para 50. No se puede generar lo mismo.

Referencia a Los Secretos, cerca del escenario. Foto: Carme Ripollès.


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