"¿Habrá Emac en 2024?". Ha sido una de las preguntas más repetidas durante meses entre asistentes habituales a los festivales musicales alternativos a los macro. Sí, lo habrá. La novena edición tendrá lugar entre el 16 y el 18 de febrero en el Centre Municipal de Cultura La Mercè de Burriana (actualmente en obras). El próximo 4 de diciembre se dará a conocer el cartel musical completo. Al mismo tiempo se abre desde ya (y hasta el 20 de ese mes) el período para enviar propuestas al apartado de arte plástico. La novedad a la vista es la creación del Emac.kids, aunque en realidad es la recuperación -y potenciación- de una idea que se llevó a cabo en las primeras ediciones. Como siempre -salvo el año de la pandemia-, el acceso será gratuito.
El proceso hasta el "sí" no ha sido fácil. Durante tres meses, la organización esperó la respuesta del nuevo concejal de Cultura, Jesús Albiol (Vox). Cuando ésta llegó fue negativa en cuanto a la subvención nominativa, al contrario de lo que ocurría hasta la fecha, emplazando al equipo organizativo liderado por Vicent Tormo a presentarse a las subvenciones de concurrencia competitiva, en cuyas valoraciones se incluyen apartados referidos al "arraigo a la simbología de la localidad, además de las tradiciones de la Comunitat Valenciana y España desde la óptica de la Hispanidad" y a las que puede presentarse cualquier entidad de la localidad, por lo que las cantidades se supone que no serán de alta cuantía.
Así que aun en el supuesto de ser aprobado el proyecto en dicho concurso, la cantidad a percibir en el futuro difícilmente cubriría una parte importante del presupuesto de un festival que con ocho ediciones ha calado entre el público habitual de conciertos (mayoritariamente de fuera de Burriana, lo que lo dota de un valor turístico). Una garantía musical avalada por el buen ojo de la organización a la hora de escoger los artistas. Como otros muchos ejemplos, María José Llergo, Rocío Márquez o Rigoberta Bandini, contratadas justo antes de dar importantes saltos de popularidad en sus respectivas carreras. A su lado, nombres consagrados (Christina Rosenvinge o La Bien Querida) y un buen número de bandas emergentes, además de dj.
Sin embargo, desde la parte del gobierno municipal del PP, con Jorge Monferrer a la cabeza, sí ha habido interés por la continuidad del Emac surgido por el impulso inicial de Vicent Tormo y el concejal Vicent Granel (Compromís). La organización quería tirar adelante del modo que fuese posible, contando con las colaboraciones de Estrella Damm y Jägermeister. Así que Vicent Tormo tenía claro que la octava edición -la de febrero del 2023- no iba a ser The last dance. Si había que reducir programación, así se haría, pero la continuidad la considera necesaria.
Otro de los festivales de Burriana, Maig di Gras, ha tomado la decisión de organizar una nueva edición en 2024, tras el paréntesis del 2023, sin contar con ayuda económica municipal.
Visto el anuncio de la organización, se mantienen los tres días habituales del Emac, de viernes a domingo. El 4 de diciembre se comprobará si el volumen del cartel es el mismo, aunque así lo parece. Sí está claro, o esa es la intención, que se utilizará de nuevo el jardín arqueológico tras un año de cambio de escenario al otro lateral del edificio de La Mercè a causa de las obras. Seguirá el anfiteatro como epicentro de las actuaciones de mayor renombre y, cómo no, el bar, donde se relevan las sesiones de dj. Eso sí, se espera que la reforma del espacio cultural esté finalizada para esas fechas de febrero.
Seguim amb la idea que la música (o la cultura en general) no val res, qui dona valor és el fet turístic i l’alcohol.
Idea cultivada des de dins i des de fora de la “industrial musical”, conseqüències que ja estem pagant i que, segurament, seran irreversibles. Però en una terra amb una quantitat de músics per metre quadrat insòlita, donar-li més valor al fet artificial, al que hem de crear, que al fet natural, el que naix a casa nostra, és curiós.
Molta sort a Vicent i la resta de l’equip de l’Emac!
Per sort el sentit comú s’ha imposat. Vinga d’on vinga, benvingut es!