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El rock más irreverente se apuntala en el nuevo espacio de Concerts del Pinar

Menos aforo, cambio de ubicación, pero la misma caña y mensajes reivindicativos. Concerts del Pinar se apuntala en la zona verde del Grau tras una cuarta edición con The Toy Dolls como principal atracción.
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El joven de 61 años Michael 'Olga' Algar, al frente de The Toy Dolls. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Concerts del Pinar es el festival de rock cañero ´-sonora y letrísticamente- con más recursos organizativos de los celebrados en Castelló. Parte del rock para ramificarse por el metal, punk, ska, funk, fusión... con ritmos duros y letras no domesticadas. Una fórmula atractiva para un público curtido en este tipo de sonoridades a lo largo de algunas décadas, tomando las calvas o las canas el lugar ocupado antaño por los pelos largos. Con un cartel global de menor peso que en otras ediciones, la respuesta ha sido de 3.350 asistentes -según los datos de la organización-, destacando la jornada del sábado, con The Toy Dolls como principal gancho, junto con El Último Ke Zierre. Según comunican los responsables del evento, en ese segundo día se agotaron las entradas. Una respuesta que, según comenta Pere Agustí Cabedo (Planafest), anima a preparar la quinta edición bajo las mismas coordenadas.

Ha sido un año de remodelaciones internas, empezando por las fechas, con el adelanto de un mes (14 y 15 de junio), de modo que se ha evitado el calor, e incluso bochorno, de otras ediciones. Otra variación ha sido el espacio utilizado dentro del Pinar del Grau de Castelló, trasladado hasta la zona de concentración de motos, más reducida en cuanto al aforo pero más sombría, junto con el cambio de acceso, ahora por la avenida Ferrandis Salvador.

Algún espectador decidió customizarse para recibir a The Toy Dolls. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Donde ha habido escasas variaciones ha sido en el contenido, ecléctico dentro de las ramificaciones del rock. Unas alternativas que incluyen la longeva carrera de The Toy Dolls, el acelerado arranque de Ortopedia Técnica o la reafirmación de Lèpoka como grupo puntero a nivel nacional. Una variedad estilística causante de muy diferentes recepciones, como se puede comprobar en las charlas entre el público, con gustos (y disgustos) repartidos entre Hermana Furia, Ezpalak, El Último Ke Zierre, New York Ska Jazz Ensemble, La Élite, Capsula, los arriba mentados...

Además de los ritmos duros, los mensajes comprometidos aparecen con frecuencia en Concerts del Pinar. Si en la edición de 2023, justo antes de las elecciones generales hubo unas cuantas peticiones desde los escenarios para no votar a la ultraderecha, en esta ocasión el foco se puso en Antonio Ortolá (concejal de Vox en el Ayuntamiento de Castelló), cuyo nombre surgió en varias actuaciones, especialmente en la de Aerotuerto, colándose incluso durante el set de los synth punk La Élite (Lleida), sin dejar pasar la ocasión por parte de Lèpoka para criticar a Ayuso, el periódico La Razón y la gestión de la Sanidad.

Lèpoka mostró en casa lo que espera durante la gira 'Dios está borracho'. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Viernes. Lépoka: ver en casa lo que se disfrutará en Latinoamérica

Por horario, se podría decir que se le dio el tratamiento de cabeza de cartel del viernes a Lèpoka. Los folkmetaleros castellonenses ya han dejado atrás el etiquetaje de banda local. Sus apariciones en casa son contadas dentro de sus giras no solo nacionales, sino también con paradas en la América Latina (diez previstas en la parte final de este 2024).

En Concerts del Pinar se pudo ver el contenido de esa larga gira basada en su reciente disco Dios está borracho (2024), más festivo -aún- que los anteriores y recuperando algunos temas en esa misma línea (aunque en realidad la diversión y la cerveza han estado siempre presentes en Lèpoka). Un álbum menos metal, lo que no significa la desaparición de las guitarras heavies y algún gutural de Dani. En esta ocasión, el público no era su público -más allá de las primeras filas- y se notó en la respuesta, más tibia que en otras de sus apariciones por Castelló. Un concierto iniciado y concluido con el tema que titula su disco y sin faltar ninguno de sus hits.

Antes, a primera hora (18:00), y pesar del sol y su calor, Ortopedia Técnica -en el escenario grande- había reunido un centenar de sus fieles seguidores. Una de las bandas que rejuvenece la música CS y también el público. Sonó su casete Sentencia y también alguno de los nuevos temas incluidos en su venidero ep, que a principios de julio sonarán en tres escenarios de Francia.

Ortopedia Técnica se encargó de abrir la cuarta edición. Foto: Concerts del Pinar.

A continuación, una banda para los alternativos de CS (Underground Revolution, seguidores del ProWeekend...): Ezpalak. Era su segunda vez en Castelló, tras el Pro Weekend 2023. Sus letras cantadas en euskera bailan -nunca mejor dicho- entre el rock alternativo de los 90, el grunge, post-hardcore y electrónica como acompañamiento. Tal vez el concierto del escenario pequeño mejor recibido en competencia con Hermana Furia, uno de los proyectos del hiperactivo Eduardo Molina (Tomacco's, The Phantom Garlic y su imprescindible docuficción), un habitual en escenarios CS, tanto que incluso presentó Hermana Furia en el Trovam-Pro Weekend 2019. Un cuarteto que por momentos parece Rage Against The Machine o Audioslave y por otros se relaja bajo un colchón teclístico, permitiendo que Nuria Furia muestre la versatilidad de su voz con unos mensajes feministas predominantes también en su inminente segundo disco, que incluirá también temas exclusivos en vinilo.

Hermana Furia. Foto: Concerts del Pinar.

Mucho más monolítico fue el concierto de Crim. La banda tarraconense ha conseguido alcanzar notoriedad internacional con sus letras en catalán (a la vista tiene una actuación en Salt Lake City -EE UU). Eso sí, más vale acudir al concierto conociendo las letras de sus Cançons de mort, porque su intensidad decibélica complica entenderlas. No faltaron quienes ya les disfrutaron en el Terra a finales del pasado año. Más accesible resulta el concierto de Juantxo Skalari & La Rude Band.  Veintinueve años de experiencia plasmados en su nuevo Radikal Park. Todo un "Siglo XXI" a ritmo de ska, demostrando que "Rudi not dead", todo un guiño nostálgico a quienes han crecido con el rocksteady y la música jamaicana como referencia vital.

El cierre de la primera jornada estuvo a cargo de La Élite, con su Nuevo punk. Es decir, letras irreverentes, críticas, divertidas.... pero con los sintetizadores tomando el lugar de las guitarras. Música ideal para el desfase de la madrugada (demostrado con los bailes y coros de los presentes) al tiempo que invita a desalojar a quienes gustan de los sonidos más clásicos.

El synth punk de La Élite cerró la jornada del viernes. Foto: Carme Ripollès.

Sábado. Cita con la historia punk a través de The Toy Dolls

La gran pregunta del festival: si The Toy Dolls surgió en la Inglaterra de 1979, ¿cómo puede tener su vocalista y guitarra, Michel Olga Algar, ese aspecto tan joven? Sí, 61 años, pero algunas décadas menos de apariencia, con esa voz propia de personaje cartoon, al lado de Tommy Gooben, quien se ha hecho con el bajo tras numerosos cambios, lo miismo que Mr. Ducan en la batería (una veintena de años juntos). Con sus infaltables gafas rectangulares pusieron color y coreografías a divertidas canciones, cortas, similares, pero divertidas, coreables, como su mayor hit, la clásica infantil "Nellie The Elephant", más "Did that groove baby" o la instrumental "El comanchero". Mucho público repetidor, del que ya les había visto en Vila-real, allá por el 2008, que gozó de nuevo con un set-list en el que no cabe la palabra "lento".

The Toy Dolls adornan sus divertidos temas con coreografías simples. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Una jornada con la presencia de la nueva banda castellonense Comanche, proyecto surgido por iniciativa del coorganizador del festival Iván Chabrera (The Black Beat, Los Búhos), el rock con dosis de psicodelia de Capsula, el reggae electrónico de Pirat's Sound Sistema, el más clásico ritmo jamaricado y urbano de Kawak & The Blackbird Trio, el punk de Último Ke Zierre, los estandards de New York Ska Jazz Ensemble (Nina Simone, Bob Marley) o la "Adicción total" de Aerotuerto al punk más deslengüado.

Concerts del Pinar

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