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La actuación de Soziedad Alkoholika estuvo llena de letras contra la represión y de ritmos muy duros. Foto: Carme Ripollès (ACF).
El adelanto de las elecciones generales situó la tercera edición de Concerts del Pinar justo en los últimos días de campaña y reflexión (20-22 de julio). Unos comicios marcados y anticipados por los recientes resultados municipales y autonómicos del 28M. Y visto el cartel 2023 del festival de la zona verde del Grau de Castelló, con algunos grupos que han lidiado con denuncias por sus letras, cabía esperar que la música llegase acompañada por mensajes de compromiso político. Así fue. En la mayoría de actuaciones aparecieron referencias contra el "fascismo", la "censura" y un nombre propio: "Vox". Hasta hubo un temeroso llamamiento por parte de Ana Curra "a los anarquistas y nilhilistas" para reflexionar sobre el panorama político y social que podía dibujarse tras el inminente paso por las urnas, invitándoles a no dejar pasar esta ocasión para votar.
Tanto en la pasada edición como en la actual -la primera estuvo marcada por las restricciones del coronavirus- se ha acertado a la hora de atraer público hasta el Pinar con la siguiente fórmula: cartel de veteranos nombres rock que a lo largo de las décadas han arrastrado notorias masas de coreadores de sus letras. Es una receta ya aplicada en aquella especie de prólogo que resultó ser el festival Arrankapins. Funcionaba, entonces con acceso gratuito al Pinar, y lo hace también ahora, con entrada pagada.
Según los datos de la organización -Plana Fest-, en el total de los tres días se han alcanzado los 5.000 asistentes. Se registró una destacable afluencia en un día entre semana como fue el jueves (1.500 personas), superada con creces el viernes, aunque con un bajón el sábado. Antes de esta edición se suponía que ese repetido descenso de asistentes en la jornada final se debía a su celebración el domingo, por lo que se corrieron las fechas (de jueves a sábado),. Sin embargo, esa constante se ha mantenido, tal vez porque no aparecían nombres tan popularmente llamativos como en los días previos. El Drogas con canciones de Barricada y, sobre todo, Soziedad Alkoholika marcaron los topes de afluencia.

Enrique Villarreal, 'El Drogas', dirigiendo los coros de los himnos de Barricada: Foto: Carme Ripollès (ACF).
Fue un acierto situar dos escenarios principales, uno al lado del otro. Así era posible encadenar las actuaciones sin tiempos de espera, y se eliminaba la desigualdad entre grupos de mayor nombre y los menos conocidos, subsanando el incómodo contraste de la pasaba edición. El pero fue que durante algún concierto se coló el sonido de las pruebas, especialmente en el de Palmer, con Malos Vicios preparándose a su lado, aunque en el resto apenas se percibió ese choque de sonidos.

El brutal directo de Soziedad Alkoholika fue el que más público congregó. Foto: Carme Ripollès (ACF).
Jueves. "Esta es una noche de rock and roll"
Esta tercera edición de Concerts del Pinar se puede calificar, en líneas generales, como punk y hardcore. El arranque lo dejó claro, con el grupo vila-realense Apologia, que ya abrió la temática letrística más usual durante estos tres días. Su canción más emblemática se titula "Antifeixistes", con temática idéntica en "Cauran", sumando el añadido de "ser antifeixste no és cap delicte". Para ser el primer grupo de un jueves, su contundencia sonora con enganche comercial consiguió -sirva la sentimental y acelerada "Miedo" como ejemplo- una buena afluencia de espectadores.

La banda vila-realense Apologia abrió la tercera edición de Concerts del Pinar. Foto: Cristian Lorente.
En un festival principalmente punk, parecía desentonar Palmer (ahora sin Ania)... al menos para los rockeros de carné, luciendo caras de sorpresa ante los bailes, las letras y los sonidos electrónicos del dúo burrianense. Aunque, según el prisma que se mire, puede que haya sido el directo más transgresor y punk de este festival. Eso sí, fue el momento en que las camisetas de Barricada emprendieron camino hacia la zona de servicio de bar. Su mezcla de tradición (la danza burrianense "Arenilla") con los sonidos propios de la "Joventut alcaloide" gustan o disgustan, pero no se olvidan. Y no faltó la referencia al partido diana del festival, como ocurrió en "Nietzsche" ("que t'aguante la teua germana la nazi, que vota a Vox"). Por no faltar, ni hasta una insólita ceremonia de comunión a pie de escenario.
Malos Vicios volvió a demostrar que lo suyo es un punk rock más trabajado que la media común. También que a lo largo de 31 años ha creado una familia fiel (menos numerosa de lo que en algunos momentos pretendieron), enganchada a temas oscilantes entre la crítica social y los sentimientos personales instalados en el alma. "Lucía", "Encantao de conocerte", "Solo pa mí", más la versión de "La mandanguita" (dedicada a su autor, El Fary), que según las redes sociales es el más escuchado de los centenares temas publicados por Malos Vicios. Un directo sobrio, lleno de sentimientos y recuerdos a historias transitadas.
Suena inicialmente "La silla eléctrica". No cabe duda. Los himnos callejeros que han acompañado los años más jóvenes de los rockeros en el estado español van a enlazarse, rejuveneciendo durante una hora y media almas y voces. Se encarga El Drogas, con un repertorio de Barricada motivado por los 40 años de la banda navarra. Infalible. Que se apaga el sonido en el inicio de "Contra la pared", pues lo cantan los presentes, y a seguir. Una situación en la que cobra todavía más sentido la letra de "Deja que esto no acabe nunca". Se celebra con ganas esa concatenación de clásicos que todos los fans preveían. "La hora del carnaval", "Todos mirando", la problemática en su día "Bahía de Pasaia",,, los bises "Noche de rock and roll" (la canción-resumen del festival), "Animal caliente", "En blanco y negro"... O sea, todas. Todo fuerza por parte del músico navarro y su banda, con uso por momentos de dos bastones para dirigir los coros.

El Drogas, junto al guitarrista Txus Maraví. Foto: Carme Ripollès (ACF).
Boikot aportó su bailable música fusión de balkánica-rock-punk-vientos-pachanga, aunque pasada la medianoche antes de otro día laboral se registró un ostensible descenso en la afluencia. Su producción discográfica en estudio se detuvo en 2012, aunque en directo tienen a su disposición una docena de álbumes, más versiones que les lega la tradición. Siguen "De espaldas al mundo" lanzando mensajes de compromiso social en busca de otra justicia y una orden: "Apaga la tele, joder".

La pachanga de Boikot, ideal para bailar... aunque sea un jueves pasada la medianoche. Foto: Carme Ripollès (ACF).
Viernes. "Piedra contra tijera"
El viernes fue el día grande de este Concerts del Pinar. Desde primera hora (19.30), el recinto mostraba una animada panorámica. El aliciente mayoritario de la jornada era Soziedad Alkohólica, pero Ni Por Favor Ni Ostias contribuyó lo suyo a la acumulación de público desde la misma apertura del recinto. Banda punk burrianense/vila-realense con varias interrupciones en su trayectoria, iniciada en 1992 y reactivada -por tercera vez- en 2020, con la aportación este año de su disco Tranquilo!!! La percusion de El Cuco da un toque característico de este cuarteto de punk old school que apuesta por la "Reunión de punkis" para lanzar unas letras que el propio nombre del grupo ya deja claro por dónde van.
Ebri Knight vendría a ser el relevo del sábado de Boikot. Música festiva con flauta y violín al lado de guitarras rockeras para acompañar letras comprometidas que reivindican la lengua y la cultura valenciana, de la unidad ("Vientos del pueblo", tomando la letra de Miguel Hernández o "El pueblo unido"), en contra "del feixisme que ha entrat en les institucions", creando "alternatives en front del discurs de l'odi". Un discurso republicano claramente expuesto en "La voz dormida". Durante su directo se vio -entre el público- una bandera estelada, la única en este evento.

Siempre hay quien se distingue fácilmente entre la masa. Foto: Carme Ripollès (ACF).
Como una sacerdotisa surgida de las energías telúricas de El Escorial apareció en escena Ana Curra. Fue directa al grano: "El acto" y "Nacidos para dominar" para arrancar. El público espera de ella canciones/himnos oscuros de Parálisis Permanente. Pues ahí los tienen. "Quiero ser santa", "Unidos", "Tengo un pasajero", "Autosuficiencia", "Un día en Texas"...También hubo temas de otras etapas: "Pájaros de mal agüero", "Ratas", "Aphrodita La Monarca"... mucho menos conocidas. Sorprendió la fría acogida de "la más bella canción de amor", "Heroes" de Bowie con el tamiz de Parálisis Permanente. Al activista cultural vila-realense Julio García Robles le dedicó otra versión, "Adiós reina mía" de Eskorbuto. Y entre temas, por dos veces lanzó su llamamiento a "anarquistas y nihilistas, para que hagáis un último esfuerzo" para impedir en las urnas el poder de la extrema derecha.

Ana Curra, musa del punk más oscuro, revivió los inmortales himnos de Parálisis Permanente. Foto: Carme Ripollès (ACF).
Y Soziedad Alkoholica no iba a ser menos en sus proclamas, claro. Una carrera de letras que han levantado denuncias y censura, críticas a la par que apoyos, incrustadas entre ritmos demoledores fusionando el thrash y el hardcore. Así que no tardaron en aparecer sus frases "anti fascismo y anti Vox", tampoco se salvó Feijóo, recordando que "el pueblo ha de tener la palabra". Fue terminar por megafonía "Ace of spades" de Motörhead, y arrancar a ritmo de doble bombo un show demoledor, sin apenas respiro que invitó a una minoritaria parte del público a alejarse del escenario, aunque la gran mayoría disfrutó en todo momento tan adrenalítica descarga. El concierto con mayor cantidad de público de principio a fin, con inserción de sus clásicos en la recta final, como "Ratas", la versión de "Sorprendente" de Leño o su campaña anti censura "Piedra contra tijera", todo ello en medio de un controlado caos de luces y fuego adornando la contundencia sonora.

Fuego durante la descarga de Soziedad Alkoholica. Foto: Carme Ripollès (ACF).
También han lidiado con denuncias por su letras, Josetxu Piperrak & The Riber Rock Band (a causa de "OVNI-Objeto Verde Nada Inteligente"). El grupo vasco fue el encargado de cerrar la segunda noche con sus canciones de calle, de historias de colegas en una época dura (la inicial "Mi generación" es su mejor retrato), de barricadas ("Basta ya") y kalimokos. Punk rock en la que viene a ser como una tercera etapa de Piperrak.
Sábado. "Cuidado con nosotros, que estamos muy locos"
Tal vez la ausencia de un nombre especialmente llamativo en la jornada final llevó a la más floja de las entradas. Vale que Sham 69 es un histórico superviviente del punk inglés de la segunda mitad de los 70, pero sus canciones cortas, directas, futboleras y sencillas no llegan fuera del ambito estrictamente punk. A Castelló acudió la formación de su cantante original, Jimmy Pursey... y es que la historia de Sham 69 es algo compleja, con dos grupos diferentes en la actualidad defendiendo el mismo legado, que en las islas británicas ha gozado de trascendencia con "Hurry up Harry" o "If the kids are united". Saben lo que hacen y mantuvieron la atención de quienes en alguna etapa de sus vidas les han disfrutado o de quienes quisieron ver un nombre legendario, aunque no del primer escalón punk.
"Cuidado con nosotros, que estamos muy locos" fue el aviso de Segismundo Toxicómano. Los vitorianos se reunieron en 2017 para celebrar su vigésimo aniversario y, por lo comprobado en el Pinar, se han cogido esta segunda etapa con todas las ganas del mundo. Pisaron el acelerador desde el inicio y ya no lo soltaron, con una contagiosa descarga de adrenalina. Repasaron los tres discos de su primer período, así como los de Sangre fácil (2019). "Apunta", "Muérete", "Las drogas"... Canciones de títulos cortos y directos, como lo son sus canciones cargadas de acelerado hardcore, aunque con un hueco para el amor -no balada- en "Por ti".
LIher sorprendió dos años atrás en el Trovam! y ha ratificado las buenas sensaciones en Concerts del Pinar. El cuarteto donostiarra parte del stoner y del post hardcore, pero sorprende con derivaciones hacia estilos tan teóricamente alejados como la música disco (con guitarras, eso sí). Su vocalista, Lide Hernando, sabe conectar con el público (atraviéndose incluso con el valenciano) mientras el cuarteto descarga con fuerza y melodía canciones cantadas en euskera, como su más calmado single -al menos una parte de él- "Eramanten", que abre el relevo de sus cuatro primeros discos.
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Los ritmos jamaicanos han llegado de dos formaciones de la terreta. Por un lado, los valencianos The Dance Crashers, con la cantante castellonense Anna Millo al frente, quienes desde el Mediterráneo defienden las "Roots" del reggae, para el que se han inventado incluso un barrio, RawTown, desde donde lanzan un "Manifesto" en el que no cabe el fascismo..
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Tampoco las ideas de ultra derecha entran en el mundo de Bandits. Cómo no, hubo referencias a Vox -"fuera del Parlamento y las calles"-, mientras llenaban de sones jamaicanos y aguantaban la llovizna que únicamente apareció durante su actuación. Fiel a su estética, el grupo más elegante de la Música CS se subió al escenario trajeado a pesar de la temperatura (más soportable que en los dos días anteriores) y repasó temas como "Virtudes", "Per què te'n vas" (Jeanette en valenciano), "Dame una señal", "Algo especial". Repaso a sus dos discos, ya lejanos en el tiempo (2014), pero sin visos de relevo inminente.
Ver álbum de fotos completo en este enlace.