Decir adiós no suele ser fácil. Y mucho menos cuando lo haces delante de cientos de personas que te están pidiendo que no lo hagas o cuando hace justo un año estabas, precisamente, celebrando que volvías. La Gossa Sorda se subía al escenario del Feslloch el sábado 11 de julio con su “Aire” y mucha energía, aunque sobre el escenario faltó una de sus voces, Alex Seguí. A punto estuvieron de cancelar el concierto, ya que Seguí no pudo actuar por motivos de salud, pero, como el propio Josep Nadal (voz principal) reclamó sobre el escenario, no podían no despedirse del festival.
La Gossa Sorda se armó y consiguió que la baja de Seguí pasase desapercibida, apoyándose también en colaboraciones como la de Joan Palomares. Lo cierto es que, como ya es un habitual en el grupo, dejaron un concierto de 10, consiguieron que la despedida fuese realmente dulce comprimiendo todos sus trabajos en un concierto que bailó al ritmo de la más reciente La Polseguera (2014), pero que también dejó hueco a los clásicos: “Farem saó”, “Entre canuts”, “Quina calitja” o “Camals mullats”. Incluso recordaron temas que hacía tiempo que no tocaban en directo, como “Ball de rojos”. Ellos se van, pero dejan atrás generaciones que han crecido y se han alimentado de su música, de sus ska-rock y dolçaina y un mensaje que ha conseguido acabar con ciertas barreras.

Pese a la ausencia de Álex Seguí, La Gossa Sorda dejó un gran recuerdo de su paso por el Feslloch. Foto: Asun Pérez.
Este fue alguno uno de los mejores sabores de boca que ha dejado el Feslloch, que celebró su pasada edición del 9 al 11 de julio. Benlloch se ha convertido en un testigo de primera del excelente buen estado de la música en valenciano con un Feslloch que cierra con un total de 15.000 asistentes –según la organización- durante los tres días de festival. Probablemente una de las ediciones más multitudinarias de la historia del festival. Y de las más emotivas, por numerosas razones. Tanto bandas como público llegaban a Benlloch con un propósito, ya fuese celebrar, recordar, conocer o decir adiós.
Y mientras unos se despedían, otros celebraban una década de música y carretera. La banda catalana de pop-folk Els Amics de les Arts pisaba el escenario principal el segundo día del festival con unas ganas increíbles de celebración, que pronto se contagiaron en la gente. Sus canciones altamente bailables y pegadizas son como un estallido de luces, ritmos e historias. Els Amics de les Arts se marcaron un concierto con el que fue posible recorrer esos diez años de carrera comprimidos en una hora, con canciones como “Jean Luc” o “Ja no ens passa”. Reivindicando la cotidianeidad, la simpleza de los ritmos y su derecho a hacer el animal –con máscaras incluidas-.
Innumerables las veces y los escenarios que ya han respirado “L’últim segon”, pero parece que para Aspencat nunca lo es. Probablemente sea una de las propuestas más sólidas de la música en valenciano en este momento, y se lo deben a su combinación de ritmos digitales e instrumentales que iluminaron, literalmente, la noche del viernes 10. Llevan dos años girando su Essència (2013), que combinan a la perfección con otros de esos temas anteriores que nunca faltan en sus directos ("L'herència" o referencias a otros como "Xiqueta Dolça con pancartas incluidas), pero aún así parece que siempre suene a nuevo. Probablemente esto se deba a la increíble conexión que la banda siempre crea con su público en sus directos. Si algo quedó claro el sábado es que la gente tiene muchas ganas de escuchar lo nuevo de Aspencat.
Gran sabor el que deja también el directo de ZOO. Propuesta nueva –con apenas un año de vida- con miembros veteranos en la escena. En la edición de 2014 aún no se conocía al detalle cuál iba a ser exactamente el siguiente paso de Panxo (Orxata Sound System), pero ya un buen número de asistentes paseaban sus camisetas de ZOO. Entonces ya se podía vaticinar que ZOO sería un acierto, y por eso no es de extrañar que su paso por el Feslloch haya sido de los directos que más público ha reunido. Tempestes Vénen del Sud (2014) es un trabajo que se ha de saborear en directo para degustarlo como toca. Panxo ha sabido reunirse de grandes músicos que hacen de su nuevo proyecto un combo perfecto: cuerdas, teclado, aire, percusión, voces… Todo cuajó a la perfección.
Pero no todo fueron bandas ya conocidas y consolidadas de la escena, el Feslloch también abre su cartel a aquellas propuestas más novedosas e igual de válidas. Este es el caso de los borriolenses Talps, que pisaban por primera vez el escenario del Feslloch. Estos topos, que en directo contaron con voz femenina (Laura Rambla), abrieron el escenario el sábado 11 son su Simetries (2014) y sus juegos de pop-rock entre las distintas dimensiones emocionales; de la nostalgia (“Entre llops”, “Colp d’estat”) al soplido (“Al respirar”). Melodías que bailaron a la perfección con el atardecer.
Precisamente mientras se iba escondiendo el sol y, antes de Talps, el escenario principal del Feslloch apartaba la música para darle el protagonismo a las risas. Es habitual en la programación que asome alguna propuesta humorística, y en este caso el responsable de llenar hasta arriba el escenario fue el artífice del #PaellaEmoji, el actor y humorista Eugeni Alemany.
Una edición en la que hubo tiempo para el rock más rural con Mox, la calidez del reggae con Contratempo, la intimidad de Tardor, los bailes dancehall de la carpa, el rap contundente de Arrap y la fusión de King Kong Boy. Si es que en este Feslloch hubo hueco hasta para el “Yo quiero bailar” de Sonia & Selena (Figuels Dj’s) y para montar su particular rave del Feslloch 2015, que alargó la despedida unas cuantas horas más.
El Feslloch recuerda a OviDi Montllor y Paco Albiol
La música son emociones, y el festival estuvo cargado de ellas: Sonrisas, carcajadas, nostalgia… Todo ello cohabitando con el increíble ambiente que se creó. Una edición dedicada al cantautor Ovidi Montllor, una de las principales figuras de la corriente de la Nova Cançó, aquellos que hicieron el terreno un poco más fácil a los que se subían al rebautizado Escenari Ovidi. Camisetas, carteles, pantallazos e incluso tintado en las pieles del público y el rostro; el mensaje de Ovidi estaba por todas partes. Así, el Feslloch "serà un dia que durarà anys".
Muy presente estuvo también el recuerdo a Paco Albiol, trompetista de Pepet i Marieta, que falleció el pasado 7 de julio en un accidente de circulación. Estaba previsto que el sábado 11 el grupo actuase en el festival. Durante esa hora que habría ocupado Pepet i Marieta, la organización aprovechó para leer un emotivo comunicado y recordar al músico, que se subió al escenario los tres días del festival a través del reiterado recuerdo de sus compañeros de escena.
_foto de portada Aspencat