“The fates are kind if you let them be so” (los destinos son amables si así dejas que lo sean). Así lo proclama en “Here's to the Future”, la canción que cierra su disco Touched (Manifesto, 2001), que ahora recupera en directo en una intensa gira europea. Pero Ken Stringfellow ha estado siempre empeñado en escribir su propio destino. Con audacia, pico y pala; en múltiples frentes. Inasequible al desaliento. Desde que debutó con The Posies en 1988 no ha parado quieto lo que, además de firmar junto a Jon Auer una de las cumbres del pop de los años 90, Frosting on the Beater (1993), le ha llevado a acompañar sobre el escenario como guitarrista, bajista, teclista y/o cantante a leyendas vivas como Neil Young, REM, Patti Smith, Alex Chilton, John Paul Jones o Thom Yorke. El ubicuo músico norteamericano regresa a Castelló el próximo sábado, 25 de enero, a las 18:00 en La Bohemia acompañado por la segorbina Lia Pamina de la mano de Galera N’Directe, con entradas a 15 euros. Una gira, en solitario (piano y guitarra) con 7 fechas en la Península hasta el 10 de febrero*, como excusa perfecta para reencontrarse con su fiel público español. Para volver a disfrutar de su infalible directo. Y también para entrevistarlo.
> Recuperas en directo uno de tus discos en solitario, Touched, de hace casi 20 años para celebrar tus más de 30 años de trayectoria musical. ¿Qué actualidad y significado tiene hoy ese álbum, que lanzaste en EE. UU. justo el día del atentado terrorista contra las Torres Gemelas? ¿Por qué rescatas ahora esas canciones
Digamos que el disco fue lanzado en un día que resultó ser de gran infamia. ¿Quién podría haberlo sabido? Creo que el disco ya tenía algo especial sin el contexto histórico de su lanzamiento: realmente es un viaje de la oscuridad a la luz. Se trata, al final, de trascender los golpes que amenazan con derribarte: reemplazar el miedo con coraje, reemplazar la autocompasión y la introspección por amor y generosidad de espíritu. Y ese es un camino o lucha que continúa vigente en cualquier tipo de persona, en cualquier momento. Por supuesto, en el contexto de los días y semanas posteriores al 11 de septiembre, estos temas fueron inquietantemente apropiados. Realmente, no es un año de aniversario para mí: Touched tiene 19 años y llevo en la música 32 años, pero lo que me llevó a hacer una gira con Touched es que, cuando salió el álbum, actué en la ciudad de Nueva York solo 9 días después de los ataques. Cuando tantos otros artistas cancelaron sus giras, por razones de seguridad y también por no querer parecer indiferentes al sufrimiento de las personas al hacer algo aparentemente alegre entre tanto dolor, decidí dirigirme directamente a la línea del frente. Sentí que la música tenía una misión que no era incompatible con lo que la gente estaba pasando, y creo que se demostró que estaba en lo cierto. Pensé que el público de Nueva York, todavía en shock después de los ataques, sería una prueba de esta teoría y, ciertamente, fue una noche increíble: luz pura en medio de la gran oscuridad. La sala donde actué, el Mercury Lounge, me invitó a volver para su 25º aniversario como club. Organizaron una especie de “grandes éxitos” de las miles de actuaciones que acogieron durante el último cuarto de siglo, y ese concierto en 2001 tuvo mucho impacto. Cuando lo anuncié, me inundaron de peticiones para llevar esas canciones al público en otros sitios. Y aquí estamos cuatro meses después.
> ¿En el repertorio de esta gira recuperas otros temas de tus discos en solitario?, ¿también algunos de Posies?, ¿material nuevo?
Toco este álbum de adelante hacia atrás y, a partir de ahí, está un poco abierto: volveré a visitar mis otros trabajos en solitario y seguramente canciones de Posies, Big Star, etc. Y tengo algunas cosas nuevas…
> En Castelló te acompañará Lia Pamina, ¿cómo ha surgido esa colaboración?
Siempre hay un artista local que me acompaña en algunas canciones. Realmente aligera el estado de ánimo después de la intensidad de Touched, creo que el público merece un poco de espacio emocional para respirar en ese momento. Tengo algunas canciones en mi último álbum en solitario (Danzig in the Moonlight, 2012) y el álbum conceptual de country western que publiqué con Holly Muñoz (The Record, 2015) que son duetos masculinos o femeninos o que, al menos, tienen armonías que están en un rango típicamente femenino. Así que es una gran oportunidad de acercarse a artistas locales. Lia actuó conmigo y con los Posies en el pasado, es una escritora e intérprete brillante, y no toca en vivo muy a menudo, así que es un honor que elija aceptar la invitación y unirse a mí. La primera vez que la escuché fue cuando produje la banda ¡Oh, Libia! en Alicante hace unos diez años, ¡tienen una canción sobre ella! Pero no fue hasta hace tres años cuando actué en el ciclo Singin in the Cave de la Vall d’Uixó que pude conocerla y, de hecho, actuar con ella.
> Tu relación con la escena española viene de lejos, de hecho en 1997 sacaste tu primer disco en solitario, This Sounds Like Goodbye, con el sello madrileño Munster. Pero también has producido y colaborado con músicos como Neuman o Ramírez Exposure y con otros productores como Paco Loco. ¿Por qué crees que conectas tan bien con los músicos y el público de aquí?
Tengo algunas teorías, pero no sé si significan algo. Al final, cuando nos conectamos con alguien o con algún lugar son uno de esos componentes mágicos del destino. A veces una relación simplemente funciona y eso te libera de tener que analizarla en exceso, puedes disfrutarla sin más. Todo lo que sé es que, desde el momento en que vine por primera vez a España, en 1993 con The Posies, el público español se volcó totalmente con nosotros... y en cada gira en la que he participado, siento que no solo no les hemos decepcionado, sino que hemos elevado el listón cada vez. Sé que la combinación de Posies de guitarras que muerden y melodías que acarician es una fórmula que funciona bien en España, pero que realmente no se aplica a mi trabajo en solitario y, sin embargo, el público responde igual. ¡Y estoy muy agradecido por eso!
> En estos 30 años de trayectoria musical has actuado con bandas y músicos legendarios como REM, Neil Young, Ringo Starr, Alex Chilton y Big Star, Patti Smith, John Paul Jones de Led Zeppelin, Thom Yorke… ¿de qué te sientes más orgulloso?, ¿con quién aprendiste más?, ¿con quién no volverías a girar?
Desde luego, me siento honrado de haber formado parte de proyectos tan ilustres, y siento que he tenido mi propio espacio con esos músicos verdaderamente legendarios. Pero he de decir que estoy orgulloso de mantener la relación, musical y de otro tipo, de los Posies, juntos durante más de 30 años, sin el éxito y el dinero que nos podría hacer mantener juntos. Resolvimos nuestros problemas personales como adultos y hemos sido inteligentes y tenaces para mantenernos vivos en un entorno musical en constante cambio. Tenemos éxito de muchas maneras. Por supuesto, tenemos colegas y fanáticos con los que compartimos ese crédito pero, al final, somos nosotros quienes tenemos que elegir cada día para avanzar o no.
> ¿Próximos planes para The Posies?
Después del tour del 30º aniversario de 2018 y las reediciones de nuestro catálogo de los 90, estamos trabajando en nuestro noveno álbum ahora. Me encantaría sacarlo este año, pero probablemente será a principios del próximo a más tardar.
> ¿Cómo compagina un músico actuar ante decenas de miles de personas con una banda mainstream y después pasar a hacer el circuito de salas underground con sus discos en solitario encargándose de todo?
¡Día a día! Me encanta tener el control de lo que hago, y si puedo manejar todos los aspectos, ¡lo haré con mucho gusto!
> Vives en Tours, Francia, ¿cómo ves la escena europea actual y la tensión entre los conciertos en salas y los grandes festivales?, ¿y la nueva forma de escuchar música tan fragmentada en internet?
Llevo una trayectoria realmente singular e independiente, así que me resulta difícil ver cómo funciona un contexto más amplio. No sé si hay tensión entre festivales y clubes. Sé que los clubes en algunas ciudades (Londres, por ejemplo) están luchando contra la gentrificación. Y el consumo de música... lo único que puedo decir sobre la fragmentación es que antes de comenzar a comprar discos, cuando tenía unos diez años, escuchaba la radio... Una experiencia similar, todo gratis, pagado por publicidad. Grababa canciones de la radio y las escuchaba.
> ¿Qué recuerdo guardas de tus conciertos en el Ricoamor o en Four Seasons de Castelló con The Posies o en solitario en décadas pasadas?
¡Oh Ricoamor! Tuvimos conciertos increíbles allí. Sentí que era un auténtico test para una buena banda... sin escenario, prácticamente. Si podías hacer que funcionara allí, sabías que tenías algo. Sin adornos de rock and roll. Nunca pensé en nosotros como una de esas bandas, pero nos convertimos en una de ellas, gracias a experiencias como la de Ricoamor.
> Un hallazgo musical reciente.
Recientemente he estado disfrutando de una gran canción de Celsa Mexwell, “Yours Truly”, que estuvo en mi último concierto en Bruselas, y su vídeo de metraje encontrado.
> Un disco clásico que consideras poco valorado.
Un álbum que significó mucho para mí en los 90 y que no obtuvo un gran reconocimiento fue Massachusetts, de los Scud Mountain Boys. Lo lanzó SubPop en 1996, es folk melancólico, con canciones de Joe Pernice, a quien tengo en alta estima.
> Un concierto propio y/o ajeno que no olvidarás nunca.
El mío ya lo he explicado antes. Y será difícil olvidarme de ver a Neil Young & Crazy Horse desde un lado del escenario en Buenos Aires con los hermanos Gallagher... ¡eso fue épico! Y, por otro lado, tocar en vivo con Neil como teclista y bajista fue probablemente el punto culminante de mi carrera... Nunca he estado en el escenario con un mejor oyente y comunicador.
*Ken Stringfellow actúa, dentro de la gira española interpretando su disco Touched, en Madame Lou Loou de Bilbao (miércoles 22 de enero), Rockville de Madrid (jueves 23), Loco Club de València con Star Trip (viernes 24), La Bohemia de Castelló con Lia Pamina (sábado 25), Nota 79 de Barcelona (domingo 26), Centro Excursionista de València (domingo 9 de febrero) y Sala Stereo de Alicante (lunes 10). Las entradas, que oscilan entre 10 y 17€, se pueden adquirir en Eventbrite o Songkick.