Teatro y danza >> Portada

De Castelló a los Goya. La cantera actoral de Víctor Antolí se abre paso con Carmen Arrufat al frente

Con la ilusión de ser la próxima Carmen Arrufat, entre otros nombres, y como excusa para tener su primer contacto con la profesión de actor o actriz mientras desarrollan su capacidad emocional, de comunicación, creativa e interpretativa. Asistimos a unas de las clases de la Escuela Municipal de Teatro de Castelló (EMTC), dirigida por Víctor Antolí, para saber qué y cómo trabajan con estas futuras promesas.
Envía Envía
Imprimir Imprimir

Noticias relacionadas

Etiquetas

, , , , , , ,

Ejercicios con los que se trabaja su desarrollo como actores y actrices en la Escuela Municipal de Teatro de Castelló (EMTC). Foto: Carme Ripollés (ACF).

Subirse a un escenario, desarrollar la capacidad de interpretar, de expresar y conocer sentimientos y, además, conectar con el receptor y con el público son algunos de los valores de los que se vale el teatro y convierten las artes escénicas en una de las mejores herramientas para que niños, niñas, adolescentes y jóvenes se desarrollen emocional y personalmenteVíctor Antolí dirige la Escuela Municipal de Teatro de Castelló (EMTC) y el Aula, Cine y TV, dos espacios en la ciudad de Castelló donde se están formando nuevos actores y actrices en diferentes formatos. Algunos nombres incluso están alcanzando el éxito en producciones audiovisuales nacionales. Uno de los ejemplos de plena actualidad es el de la castellonense Carmen Arrufat, quien también ha sido alumna de Víctor Antolí en Aula, Cine y TV y que se ha convertido en candidata al Goya 2020 a Mejor actriz revelación por su papel en La inocencia., dirigida por la también castellonense Lucía Alemany.

Nos acercamos una tarde a la EMTC para ser testigos de una de sus jornadas de puertas abiertas en el Menador, y así adentrarnos para descubrir con más profundidad el mundo de las artes escénicas de su mano y en primera persona. Un terremoto de energía invade el aula. El alumnado de 14 a 16 años entra por la puerta lleno de ilusión. Primero deben calentar. En el teatro se utiliza el cuerpo y la voz; en el calentamiento, hay risas, caricias, roces, palmadas, un ejercicio en el que prevalece el valor de no hacer a los otros lo que no quieras que te hagan a ti. Después realizan un masaje facial para activar todas las facciones del rostro en el que se pierde toda vergüenza... y aparecen las risas.

Puertas abiertas de una de las clases de la EMTC. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Entre los ejercicios, encontramos a los y las jóvenes improvisando las frases del refranero español con mímica: "Vísteme despacio que tengo prisa", "agua que no hay que beber, déjala correr"... Y entre las premisas más repetidas, si un actor o actriz quiere que el público se crea su trabajo, primero tiene que creérselo.

El desarrollo de la clase se basa en establecer relaciones, trabajos de grupos, reír y mucha buena onda. Al final de la sesión, la luz se apaga para que se dejen llevar con música de relajación; buscan, poco a poco, el contacto con sus compañerxs. El proceso es muy simple: después de la estimulación de la clase, la tensión del cuerpo baja.

Alumnas practicando un ejercicio de relajación por parejas. Foto: Carme Ripollés.

“En las clases de teatro te olvidas de los problemas que hay en la vida real, y lo que vives aquí dentro es todo bueno” (Alba, alumna)

Todos los actores y actrices comparten su gusto por los aplausos, pero las inquietudes que les han hecho apuntarse y decantarse por el teatro son dispares. El alumno Carlos Pol recuerda cómo le dijo a su madre que quería probar con la interpretación: "No tengo vergüenza -ríe-, y si igual cuela y sale bien, pues a ver si me hago famoso". Estudiar en la EMTC les aporta confianza en ellos mismos y herramientas para hablar en público, todo ello a través del teatro y de conocer los límites del cuerpo, que también les ayuda a sentirse más a gusto con ellos mismos, les ayuda a empoderarse.

Ejercicio de calentamiento previo en el aula de teatro del Menador. Foto: Carme Ripollés.

Balma lleva yendo a clases de teatro desde los 4 años. No recuerda por qué empezó, pero sabe que conoció el gusanillo del teatro y le gustó. De todas sus experiencias, Balma destaca sus sentimientos mientras interpretaba Sueño de una noche de verano, en la que se metió en el papel dentro de otro papel y recuerda lo bien que se sintió al poder tomar el control sobre dos personalidades totalmente diferentes. La elección de las obras y los papeles que se interpretan durante la juventud pueden marcar la carrera del actor o actriz. En este espacio comparten referentes, surgen nombres como Michelle Jenner, Pepón Nieto o Paco Tous, que con sus actuaciones les han motivado a seguir trabajando por su sueño.

Balma ejercitando un ejercicio de improvisación en el aula de teatro del Menador. Foto: Carme Ripollés.

"En la vida tenemos muchos tabúes, en teatro hay que experimentar y probar porque un actor o actriz no sabe en qué situación se puede encontrar" (Diana Bernal, Profesora)

Este es un espacio en el que aprender a expresarse con libertad, canalizar emociones y disfrutar de la magia del teatro mientras se trabaja la comunicación no verbal, de expresión y de desinhibición y, por supuesto, la capacidad creativa e interpretativa. Como parte de la formación, se aplica el método Lecoq, una técnica propuesta por Jacques Lecoq, considerado un referente del teatro del gesto, que se basa en el tratamiento del cuerpo y de la técnica de la voz. Se trata de un método muy complejo de trabajar y de encontrar en las escuelas de teatro: "Que se trabaje aquí en Castelló, es algo que se debe valorar", nos explica Víctor Antolí, director de la EMTC. Las profesoras, todas ellas mujeres, son licenciadas con estudios superiores de arte dramático, e incluso algunas están en activo también como actrices.

Victor Antolí y la profesora Diana Bernal en el Menador. Foto: Carme Ripollés.

"Solo el 6% viven de esto", lamenta Víctor Antolí cuando le preguntamos sobre la profesión, la cual se suele caracterizar por ser un poco inestable y muy dura, pero que genera grandes ilusiones, sobre todo en los jóvenes cuando empiezan a formarse. Por eso es tan importante el papel de escuelas como la EMTC o Aula, Cine y TV, en las que también se forma una cantera de intérpretes con proyección, como  es el caso de Carmen Arrufat, uno de los más sonados a raíz del estreno de La inocencia y su nominación al Goya. La joven actriz también ha participado en el proyecto contra el acoso escolar capitaneado por Víctor Antolí, Nada será igual. Pero también Mar Linares, que acaba de filmar la nueva película de Carles Marqués Mercet, La muerte de Guillem Agulló; o Héctor Gozalbo, otro de los actores de Nada será igual y que también ha participado en el filme El desentierro o Lucas, quien rodará una serie este 2020 para una de las grandes plataformas del panorama audiovisual nacional.

Alumnos y alumnas siguen con su clase. ¿Quién sabe si el próximo nombre que dará el salto estará entre ellos/as? Por el momento, la escuela de Aula, Cine y TV sigue dando una oportunidad a quienes quieran iniciarse en el mundo actoral. Además, ante la demanda, la escuela abre nuevas plazas en enero para grupos de niños y niñas de 10 a 13 años y para jóvenes de 14 a 17.

Alumnado de la escuela. Foto: Carme Ripollès (ACF).


  1. Me gustaría más información.
    Lugar exacto,días,horarios.
    Tengo una niña de 12 años interesada.
    Gracias.

Deja un comentario

He leído y acepto el Aviso Legal

Puedes consultar el tratamiento que hacemos de tus datos y la forma de ejercitar tus derechos en nuestra Política de Privacidad,