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#Currantesdelacultura ante el parón (casi) total

Rachel V. Brenes, Rubén Milián Fraga, Amelia Díaz Benlliure y Manel Brancal realizan a diario labores casi anónimas que son necesarias para que la cultura siga moviéndose. La crisis del coronavirus ha alterado, y paralizado en gran medida, sus respectivas actividades. Los cuatro repasan en esta remesa el presente e hipotético futuro del sector.
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Fila superior: Rachel V. Brenes y Rubén Milián Fraga. Fila inferior: Amelia Díaz Benlliure y Manel Brancal.

En el mundo de la cultura como entretenimiento se conoce principalmente a quien se sube a un escenario, al que aparece ante una cámara… Pero a su alrededor hay muchos más protagonistas sin los que el conglomerado cultural no sería posible. En este amplío sector aparecen desde los técnicos de luces y sonido a quienes cortan una entrada en la puerta de un espacio de entretenimiento. El coronavirus les ha afectado a todos. No sólo a quienes aparecen iluminados por los focos, también a quien hace posible que se les enfoque. Nomepierdoniuna presenta una primera remesa de profesionales de Castelló para que expliquen su situación actual y las inciertas perspectivas de futuro. Rachel Virginia Brenes habla como empleada de la librería Argot. Rubén Milián comenta su situación como técnico de sonido e iluminación de Xarop Teatre y parte de la gestión de CeBe Muntatges Teatrals. Amelia Díaz Benlliure expone el punto de vista de la directoria de una editorial de libros, Unaria Ediciones. Manel Brancal aporta una doble perspectiva, como director técnico del Paranimf de la UJI y como músico -guitarrista- que acaba de poner en marcha un nuevo proyecto, junto a la cantante Lola Bou, Sinergia. Los cuatro responden a tres preguntas comunes. Son #currantesdelacultura.

  1. ¿Cómo ha afectado el confinamiento y la crisis del coronavirus a tu trabajo? ¿Puedes teletrabajar? 
  2. ¿Cuándo y cómo crees que se recuperará tu sector cultural? 
  3. ¿Qué crees que puede hacer el público para apoyar a tu sector en estos momentos tan difíciles?
RACHEL VIRGINIA BRENES (Empleada de la librería Argot)

Rachel V. Brenes, junto al escritor Miguel Alayrach, en una presentación de libros celebrada en Argot.

>Cuando empezó todo a nuestro sector le vino bien en el sentido de que se hizo mucha venta de libros. La gente suponía que esto iba a ir para largo y se hacían con varios ejemplares, algunos de gran tamaño, para tener de sobremesa. Se hizo buena caja, no parábamos e incluso se formó alguna cola antes de abrir. A partir de decretarse el estado de alarma la cosa cambió. Pese a que sí ofrecemos el servicio de compra on-line y venta a domicilio la gente tiende a realizar este tipo de compras a empresas grandes como Amazon y demás. Ahora estamos inmersos en un ERTE y solo trabaja personal para atender el quiosco y hacer el reparto de libros a domicilios. Hay situaciones especialmente dañinas, como perder el Día del Libro... Veremos si afecta al inicio de la campaña de libros de texto, el referente de los lotes de libros que vendemos a colegios e institutos, que es ya en junio.

>Cuándo no lo sabemos, esperamos que pronto. La única manera de recuperarse es con la ayuda de la gente, comprando libros en comercios de proximidad.
>La gente puede contribuir comprando libros, como habitualmente. Utilizando los pedidos por e-mail o por teléfono, que nos encargamos de repartir en sus domicilios. Así se apoya al pequeño comercio, que es el que va a notar con más intensidad los efectos de la crisis.

“La única manera de recuperarse es con la ayuda de la gente, comprando libros en comercios de proximidad”

RUBÉN MILIÁN (Técnico de Xarop Teatre-Gestión de CeBe Muntatges Teatrals)

>Dentro de la compañía Xarop Teatre trabajo como técnico de sonido e iluminación, también construyo elementos escenográficos y llevo parte de la gestión de la empresa CeBe Muntatges Teatrals. Desde el momento en que se decretó el estado de alarma, mi actividad se ha quedado totalmente parada. Como en todas las vertientes del mundo de la cultura, las actividades con público se han visto mermadas por la situación actual. Me he visto en la tesitura de tener que parar también la actividad de construcción escenográfica, ya que si no se puede hacer representaciones, no hay ni fecha de estrenos ni liquidez para los gastos que conlleva continuar. Como se entiende, este trabajo es manual al 98%, y con público, así que por lo que hace al teletrabajo es más bien complicado. Obviamente, no nos vamos a quedar en la cama mirando el techo, así que hay que aprovechar para formarse más, organizar documentos y preparar estrategias para que el día en que se reanude la actividad seamos más eficaces en los aspectos burocráticos, haciendo una gestión más ágil de nuestras oficinas.

Rubén Milián, técnico, gestor, transportista y hasta actor en CeBe Muntatges Teatrals.

>Los primeros actos de este espectáculo han sido muy cambiantes en el tiempo, dando giros inesperados, y con alguna improvisación; una obra muy compleja con un antagonista muy duro. La iluminación no acompaña, se ve que los técnicos están nerviosos y les tiembla el pulso al mover los faders -potenciómetros de volumen- de la mesa, un público inquieto aguanta como puede en su butaca, esperando un fin incierto de la representación. Las hipótesis que se plantean son cambiantes de un día para otro, así que no me imagino ningún escenario concreto. Va a ser complicado retomar nuestro camino. Veo que nuestra vuelta al trabajo no va a ser pronto, y va a ir más allá de la finalización del estado de alarma, así que para llegar hasta ahí necesitaremos el apoyo económico del Gobierno aun habiéndose retirado el decreto. Llegado el momento, necesitaremos una gran ayuda y compromiso de la administración. Tienen que asegurar y recuperar la actividad que se ha tenido que cancelar en estos meses en cuanto se pueda, así como agilizar los pagos de los trabajos realizados para poder hacer frente a los impuestos y las facturas de los proveedores.
>Las redes sociales han cogido mucha fuerza. Es nuestra forma tanto de comunicarnos como de entretenernos; un buen lugar donde poder mostrar también la inquietud y el anhelo de las representaciones teatrales. Si hay que esperar a que se reduzcan los contagios para que vuelva la actividad, estando en casa es la mejor forma de apoyar y que podamos volver a montar en los escenarios para hacer que los espectadores disfruten. Llegado este momento, el apoyo más grande lo podrán demostrar asistiendo de forma continua a los espectáculos, haciéndonos sentir respaldados por ese público que tanto echamos de menos.

“Necesitaremos un gran ayuda y compromiso de la administración. Tienen que asegurar y recuperar la actividad, así como agilizar los pagos de los trabajos realizados”

AMELIA DÍAZ BENLLIURE (Directora editorial de Unaria Ediciones)

>En estos momentos, estaríamos inmersas en las ferias del libro. Unaria Ediciones es una editorial muy activa, muy ferianta, y participamos en casi todas las ferias de la provincia, además de las de Valencia, Sevilla, Soria, Badajoz, Toledo… Hemos hecho la inversión en stands en dichas ferias y en la producción de los libros que íbamos a presentar en ellas. Es decir, la crisis del coronavirus nos ha dejado frente a meses de 0€ de ingresos, con todos los gastos habituales de una pequeña empresa. El teletrabajo es imprescindible. Estamos en contacto permanente con nuestro diseñador, nuestro distribuidor, nuestro community manager, nuestro gestor, con autores y con los pocos libreros que aún pueden trabajar. Y, por supuesto, con nuestros lectores.

Amelia Díaz (derecha), en una feria del libro en representación de Unaria Ediciones.

>Va a ser muy, muy duro. Recibimos noticias a diario sobre editoriales y librerías que cierran para no volver a abrir. La actividad literaria no tiene perspectiva de iniciarse hasta dentro de muchos meses y eso no podrán resistirlo muchos de los compañeros. Opino que, como otros sectores, tendremos que reinventarnos mientras no podamos tener actos públicos con un cierto aforo. Nosotras, por ejemplo, estamos potenciando muchísimo la compra online, los talleres de escritura virtuales y nuestros famosos tupperbooks (encuentros con nuestros autores por videollamada colectiva).
>Comprar libros. Seguir comprando libros. Tanto las librerías como las editoriales tenemos venta online y métodos seguros de envío del libro. Además, leer libros es una de las mejores maneras de pasar los ratos complicados de este confinamiento. Nosotras, para animar más al lector, por cada compra en nuestra web (www.unariaediciones.com) regalamos otro libro. Es una forma de agradecer el apoyo del público. Y, cuando volvamos a salir, recordad renovar vuestro fondo de armario lector: acudid a las ferias del libro.

“La actividad literaria no tiene perspectiva de iniciarse hasta dentro de muchos meses. Tendremos que reinventarnos mientras no podamos tener actos públicos con un cierto aforo”

MANEL BRANCAL (Dirección técnica del Paranimf de la UJI y músico)

>Ha supuesto una parálisis total de la actividad de cara al público, ya que se han cancelado todos los eventos en el Paranimf y en todos los salones de la UJI (en los que también coordino la asistencia técnica), sin que haya un horizonte claro de momento. Por otro lado, en la gestión interna continúo trabajando desde casa. En la Oficina Técnica de Obras y Proyectos tenemos videoconferencias a diario donde planificamos y resolvemos las tareas que quedaron pendientes antes del confinamiento, como mantenimiento, compras y dotación técnica de nuevas instalaciones, para que todo esté operativo en cuanto se levante el estado de emergencia.
>(Como músico) Estoy trabajando más que nunca en diferentes proyectos: tocando, componiendo y grabando, incluso algún ensayo en línea. También publicando videoclips, en los que hemos trabajado varias personas por videoconferencia entre Barcelona y Castelló para poder llevarlos a cabo. La actividad no se debe parar, aunque hay días en que el confinamiento pasa factura y todo cuesta más.

Manel Brancal, director técnico del Paranimf de la UJI y músico.

>Es difícil ser optimista en estas circunstancias. A la precariedad habitual del sector esto ha supuesto un mazazo de consecuencias incalculables a largo plazo. Proyectos inconclusos, perspectivas de trabajo canceladas, contrataciones suspendidas o aplazadas en el mejor de los casos… No pinta bien. Si se cancelan los festivales, las giras de teatro y música y se cierran las salas, el sector técnico es el que peor lo tiene. El artista aún puede tener otros ingresos, ya sea por royalties, publicidad, streaming, etc. Hay pocas perspectivas de sobrevivir a corto y medio plazo. La única opción es aguantar como se pueda con las ayudas del gobierno y esperar tiempos mejores; esto no puede durar eternamente. Recomendaría aprovechar la situación para dedicar tiempo a la formación; hay muy buenos recursos en línea.
>(Como músico) Con mucha dificultad, si no hay voluntad expresa de las autoridades y de la ciudadanía en reivindicar la necesidad de recuperar la normalidad cultural. El acceso a las diferentes manifestaciones culturales ha de considerarse por todos como un bien social absolutamente necesario e imprescindible. Para ello habrá que estudiar bien en qué condiciones se puede desarrollar cada actividad, lo que no será fácil. Si la única solución al contagio del virus es una vacuna o la inmunidad de grupo, el hecho de tener a todo el mundo recluido, a la larga juega a la contra. Confío en que la ciencia nos pueda dar una solución lo antes posible. Y que a la vuelta de la normalidad haya verdadera necesidad por parte de todos de acudir al teatro, al cine, a un concierto o una exposición.
>Lo más importante para mí es poner en valor -empezando por el ministerio de Cultura-, a todos los que trabajan por y para la cultura. A todos. También a los que, como nosotros, con su trabajo permiten que la creación artística llegue al público en las mejores condiciones posibles. A valorar, cada vez que miras a un escenario, que detrás de él hay un montón de personas que han hecho posible que tú escuches y veas a tu artista favorito. Que todas esas personas tienen familias que atender y facturas que pagar. Y que con el pago de tu entrada, haces posible que todo eso exista, y que tú puedas disfrutarlo.
>(Como músico) Hemos de consumir cultura. Reivindicar nuestro derecho a ella. El artista necesita del público, pero el público también necesita del artista. Es una suerte tener en estos días contenidos de forma gratuita, pero aunque sean de fácil acceso tienen su valor. Quizá haya que buscar otras soluciones mientras tanto: conciertos en streaming previo pago, por ejemplo. La cultura no es gratis. Hay que valorar el esfuerzo de los que la crean, valorar también lo que nos aporta como personas. Sin música, teatro, cine, vídeo, pintura, escultura o fotografía la vida sería tristísima. ¿Podríamos imaginar este confinamiento sin acceso a todas ellas? Me gustaría pensar que esta pandemia nos hará reflexionar y cambiar como sociedad, para bien. Que generará empatía y solidaridad, más respeto y defensa de lo público, que toleraremos menos mensajes de odio en las redes, menos salva patrias de todo a cien…

“Lo más importante para mí es poner en valor -empezando por el ministerio de Cultura-, a todos los que trabajan por y para la cultura. A todos”

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