Son las 12:30. Llamada desde Castelló a Galicia. Al otro lado, Carlos Blanco, el nuevo responsable de la Llibreria Babel, uno de los puntos de referencia de la ciudad para aquellos amantes de las letras y libros. También por ser un espacio con una agenda cultural propia (firmas, presentaciones, conferencias, exposiciones...) e incluso tener un espacio dedicado al comercio justo. En esta nueva etapa, Carlos lo tiene claro: la esencia de una librería tan emblemática se debe preservar; pero también es necesario modernizar. El reto está en mantener la armonía de estos dos factores durante esta nueva dirección.
Han pasado 32 años desde que la Llibreria Babel abría sus puertas por primera vez. Fue en la calle Herrero, antes de pasar a su ubicación actual en Guitarrista Tárrega número 20 (desde 1998). Este año, la librería entra en una nueva etapa con un relevo a mano de Carlos Blanco, también director de la franquicia gallega Espacio Lector Nobel, que cuenta con más de 29 librerías repartidas por toda España. Afronta este reto con vértigo, pero con responsabilidad; también prometiendo ser fiel a más de tres décadas de hisotira. Y así se puede palpar durante esta entrevista para Nomepierdoniuna.
>¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo de las librerías?
Empecé en 1993 a trabajar en una librería pequeña de un pueblo de Galicia durante dos o tres años. Luego me contrataron en otra, donde cambiamos la estrategia y en cuestión de poco tiempo triplicamos las ventas. Al cabo de un tiempo, esa segunda librería hizo un cambio y compró K4, que hace aproximadamente 16 años cambió de nombre a Espacio Lector. Llegó un momento en donde nosotros éramos los únicos socios y teníamos unas inmensas ganas de expandirnos, y luego, en una feria, tuvimos una conversación llena de una gran afinidad cultural y conexión con los directivos de Nobel, una franquicia brasileña (en ese momento tenían 200 librerías aprox.), y supimos que eran los indicados para fusionarnos y expandirnos. Ahora somos como un “máster franquiciador” para todo el territorio español y nos llamamos Espacio Lector Nobel.
>Todas sus librerías llevan el nombre de la franquicia. ¿Por qué Babel es la excepción?
Nosotros nos adaptamos bastante. No somos muy pretenciosos —ríe—. Normalmente en librerías como Babel es muchísimo más importante resaltar su marca, su compromiso con la cultura, su trayectoria y su historia. A los antiguos dueños, Pere Duch y Lledó Beltrán, ya los conocíamos antes y esta adquisición fue un relevo generacional, y así como en este caso, Espacio Lector Nobel busca darles continuidad a proyectos importantes, para darle un nuevo pulso y valorarlos.
>¿Continuarán celebrándose eventos culturales como conferencias, exposiciones y presentaciones de libros bajo su dirección?
Sí, claro que sí. ¡Continuamos! Es una dinámica efectiva. Si nosotros llegáramos y cambiamos toda la parte cultural, a lo mejor, ya no se llamaría Babel. La idea es seguir manteniendo todo lo que la caracteriza.
>Entonces, ¿qué se siente ser propietario de una librería tan emblemática en Castellón?
En principio, vértigo —ríe—. Está claro que tenemos librerías para hacer negocio, pero la librería siempre va asociada a un componente cultural. Nosotros entramos en este negocio también por eso: las librerías son distintas, un negocio amable que hay que cuidar. Traficamos con libros, con contenido. Y por supuesto, entre otras cosas, siento responsabilidad. Llevamos muchos años en el sector y queremos seguir luchando para que esto continúe como siempre, o sea el libro en papel y en establecimientos locales, no en la red.
>El mundo de los libros electrónicos está creciendo constantemente. Hay quienes se atreven a pensar incluso que los libros en físico quedarán un poco en el olvido. ¿Por qué tú apuestas por las librerías?
Llevamos años con el libro electrónico, pero el papel sigue teniendo su encanto. Nosotros creemos firmemente que la venta física sigue funcionando y, además, la gente sigue demandando. El mundo del libro, aparte de contenido, tiene un continente. El papel sigue totalmente vigente porque tiene unas connotaciones positivas, el libro es un objeto físico, bonito, agradable al tacto, funciona como regalo , y además está demostrado que se asimila mejor una lectura cuando se lee en papel. La llegada de los libros electrónicos nos ha favorecido también, porque gracias a esta competencia mejoró la edición del libro en papel, las ilustraciones de portadas mejoraron e incluso el marketing. El libro en papel no va a desaparecer, lo que puede desaparecer son las librerías que no se adaptan a los nuevos tiempos. Todo evoluciona, pero somos bastante optimistas.
En librerías como Babel, es mucho más importante resaltar su compromiso con la cultura, su trayectoria y su historia. Buscamos darle continuidad a proyectos importantes para darle un nuevo pulso y valorarlos.
>¿Cómo se va a adaptar la Llibreria Babel a estos nuevos tiempos?
Hemos instalado un nuevo sistema de trabajo, en el que hay también puntos de consulta directamente para el cliente. Este puede llegar a nuestras librerías y en cuestión de segundos puede saber si tenemos el libro que busca, si está en almacén, leer la sinopsis y ver el precio. Tenemos también punto de recogida, compra online y aviso instantáneo. No podemos tener todos los libros del mundo en una librería, lo que sí podemos ofrecer es brindarle más facilidad de búsqueda al cliente a través de la tecnología. También hemos hecho algunos cambios físicos: pintar, cambiar iluminación, instalar nuevos ordenadores... Solo chapa y pintura —ríe—.
>Hace casi dos meses desde que Babel está a su cargo, ¿cuáles han sido los retos que ha afrontado en este tiempo?
Como en toda librería, era un periodo difícil. Abrimos en noviembre y esas fechas suelen ser un momento importante porque preparamos la Navidad; el libro funciona como regalo. El principal reto fue afrontar la carga de trabajo y que la clientela sintiera a Babel como siempre. Hasta ahora creo que lo estamos consiguiendo.
>¿Cómo ha sido la transición con los antiguos dueños?
No hay mejor manera de conseguir la continuidad que seguir aprendiendo. Es decir, nosotros tenemos la mejor forma de aprender, que es que los antiguos dueños nos siguen echando una mano, ayudando y asesorando. Se jubilan en breve y estarán hasta marzo, aproximadamente. El personal también es importante. Normalmente, reciclamos el personal porque son un factor clave para la continuidad. Son los encargados de manejar la programación cultural, como exposiciones, presentaciones de libros, conferencias... Lo que queremos es seguir conservando la figura del librero. Babel funciona por sus empleados y encargados, lo que pasa es que nosotros les damos las herramientas, ellos lo combinan con su conocimiento, y por eso tenemos buenos resultados.
>Ahora cuéntanos sobre lo que lees tú, que tenemos curiosidad... ¿Qué libro nos recomiendas?
Últimamente, mientras más gestiono, menos libro concreto controlo -ríe. Pero bueno, si te puedo hablar de mis gustos literarios. Suelo leer bastante ensayo y literatura sobre una base más científica o temática. Te puedo recomendar uno de los últimos libros que leí, que me dejó bastante sorprendido gratamente: La anomalía de Hervé Le Tellier.
"Creemos firmemente que la venta física sigue funcionando; además, la gente sigue demandando. El mundo del libro, aparte de contenido, tiene un continente."