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Calle 13 agita las rastas del Rototom Sunsplash 2012

En el Rototom Sunsplash no existe el cansancio. Después de casi una semana repleta de propuestas musicales y culturales, el festival reggae sacó el martes su parte más bailonga y reivindicativa. Después del dancehall de Johny Osbourne y los ritmos latinos de Calle 13, aún quedaban ganas para disfrutar de las eternas noches en la Dub Station.
  
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'Residente' y 'PG-13', al frente del arrollador concierto de Calle 13.

Es martes. Sumo un día más a mi experiencia en el Rototom Sunsplash y resto una jornada para que la edición del 2012 acabe. Solo me queda esta noche y la siguiente. Aguantar el ritmo de un festival que dura una semana es muy difícil, y más, cuando quieres ver todos los conciertos, disfrutar de cada espectáculo y ser testigo de los intercambios de ideas en la Reggae University Camp o en el Foro Social.

El debate de hoy se retrasa. Desde las siete menos cuarto esperamos a que lleguen los ponentes y, en esta hora dentro de la carpa del Foro Social, compruebo cómo el calor obliga al desarrollo de la imaginación de los que aquí estamos sudando. Un periódico es un abanico y una estela de alguien que pasa deprisa es un ventilador. Saldría a tomar el aire, pero hay tantas personas de pie que temo que, de un momento a otro, suene una canción y empiece el juego de las sillas.

Ahí entran. Ignaci Ramonet, director de Le Monde Diplomatique y presidente de honor de ATTAC, es el primero en tomar asiento. El director de El Periódico Mediterráneo, José Luis Valencia, que hoy modera el coloquio, le sigue junto a la socióloga polaca Aleksandra Kania. El último en sentarse es Zygmunt Bauman (foto izquierda). Al sociólogo, filósofo y ensayista polaco de nacionalidad británica y Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2010 todavía le quedan fuerzas después de la extensa entrevista que concedió ayer a la eterna corresponsal Rosa María Calaf.

La charla de hoy tiene como título “Crisis y democracia: cómo la crisis impuso su agenda” y el responsable de la programación, Alessandro Oria, la presenta como el pilar fundamental de “¡Viva la Democracia!”, el lema del Foro Social de este año. José Luís Valencia pregunta ordenadamente. Primero a Bauman, luego a Ramonet y de vez en cuando a Aleksandra Kania. Aunque los pensamientos de los sociólogos son muy interesantes, echo de menos que se interrumpan entre ellos para añadir información y conseguir el ritmo de un verdadero debate.

En una hora comprendemos qué relación tienen la crisis y la democracia, por qué el poder y la política se han divorciado, qué importancia tiene la sociedad civil en este momento y cómo los medios de comunicación de masas se han aliado con el mercado para controlar el espectro social. Tras el coloquio oficial, llegan las preguntas y reflexiones de los asistentes. Entre el público, el cantautor Paco Ibáñez, entre otros acompañantes de Ramonet.

Son casi las nueve y el Roto Circus sigue entreteniendo. Tres payasos cantan sobre una base de hip hop una pegadiza canción con la que hacen bailar a un grupo de personas de distintas edades que da vueltas en un círculo. Me paseo por Mágico Mundo, la zona dedicada a los pequeños rototomeros. Dibujos de soles y flores cuelgan de una cuerda atada entre árboles y decoran una zona de juegos y una casa de barro en la que se lee “sweet home”. Sí, para muchos el Rototom Sunsplash se convierte durante una semana en un dulce, y caluroso, hogar.

Johnny Osbourne.

La música de Johny Osbourne llega desde el Main Stage. El jamaicano, vestido completamente de blanco, desempolva los temas que le encumbraron a la cima reggae y dancehall durante los setenta y ochenta y se atreve con una versión de la canción infantil “Frère Jacques”. De vez en cuando, grita el emblema constante de los conciertos reggae “Are you feeling?” y confirma que su público sigue ahí. Es la primera vez que actúa en el Rototom.

Los C-Sharp caen del cartel y los esperados Calle 13 saltan al escenario antes de lo inicialmente previsto. El cantante de la banda puertorriqueña luce con orgullo una camiseta en la que las caras de Urdangarín, Rita Barberà, Camps y Carlos Fabra van acompañados de la frase “No habrá paz para los corruptos”. Más tarde vuelve a cargar con un “Que se joda Andrea Fabra y su padre”. Su canción “Vamo’ a portarnos mal” encaja a la perfección con una conducta que al público le gusta tanto como sus canciones. Es su último concierto de la gira europea y tanto la banda como los presentes lo están dando todo. Sobre todo una chica que desde los hombros de un anónimo, decide enseñar su delantera para conseguir unas palabras de René Pérez, el vocalista. El track list acierta con las coreadas “Atrévete te te” y “Latinoamérica” y defrauda con las ausencia de “Muerte en Hawai”, otro de sus éxitos. La fuerza y la energía que desprende Residente es arrolladora. Termina por comerse el escenario entero, excelentemente acompañado por Ileana Cabra (apodada PG-13; hermana de Eduardo Cabra, Visitante, la otra mitad imprescindible de Calle 13), y contagiarlo a todo el público. Con y sin rastas. Fulgurante.

Calle 13.

Al acabar el concierto, paseo por el backstage para comprobar qué ambiente se vive de puertas hacia adentro. Unas pantallas colgantes muestran imágenes de los conciertos, el cuadro pintado durante la actuación de Muchachito Bombo Infierno decora una zona de descanso y la sala de entrevistas está vacía. Sin duda, en el resto del recinto está el verdadero Rototom. Como lo demuestra el cierre del Main Stage con el gran Tarrus Riley acompañado del saxofonista Dean Fraser.

Aunque el Ska Club tira de clásicos de The Skatalites, el escenario está en horas bajas. Hoy gana el ritmo acelerado que propone la Dub Station. Todas las noches me sorprende lo mismo. Decenas de personas se han quedado hipnotizadas frente a los altavoces que presiden esta zona de baile. ¿Despertarán?

El Juanita Club es la última parada de un martes  de gran variedad musical. Como guiño a esta edición dedicada a los cincuenta años de la independencia de Jamaica suena “Redemption song” de Bob Marley, que sigue presente en la carpa con la conocida “Three Little birds”. Y así, con un mensaje tan positivo como "Dont worry about a thing, cause every little thing is gonna be all right!”, acaba el penúltimo día del European Reggae Festival. Mañana, más.

La Dub Stations, el mejor sitio para dejarse llevar en el Rototom.

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