El Besign Fest despide su tercera edición asentándose como punto de encuentro de estudiantes, profesionales y empresas del sector del diseño. La clave se encuentra en su formato dinámico, que ha puesto de manifiesto el uso y el valor del diseño a nivel social, cultural y empresarial. El Besign Fest arrancaba el 18 de octubre con, entre otras cosas, el taller del artista visual Javier de Riba, quien, mediante su trabajo, que se integra en el espacio urbano, pretende cuestionar el valor de los objetos y de los propios espacios tomando como referencia historias o hechos de la cultura local.
El resultado de su paso por el festival ha sido una intervención urbana en la plaza Isabel la Católica en la que se han compartido experiencias, ideas e inquietudes entre las participantes, entre las que encontramos desde arquitectas a tatuadoras, diseñadoras y estudiantes de Bellas Artes, y el propio artista. Entre charlas, risas y creatividad se desarrollaba esta propuesta artística mientras la gente paseaba por ella, quienes se quedaban sorprendidos por los colores vivos que destacaban entre el asfalto gris. Una combinación de rojo y amarillo con la que el artista pretende homenajear a la Conlloga Muixeranga de Castelló, tradición que se ha ido perdiendo en el tiempo y que, poco a poco, estamos recuperando.
Entre plantilla y plantilla, confidencias las alumnas y Javier de Riba. Mientras, el trabajo artesanal continuaba tomando forma durante toda la jornada. Una de las cosas que más han fascinado del proyecto ha sido ver cómo con la organización colectiva se logra conseguir grandes retos. Cada persona con su función, a partir de sus capacidades, y en un único proceso de elaboración, pintando con las plantillas y el color correspondiente.
Las asistentes han quedado encantadas con participar en un proyecto junto con el creador del mismo, en primera persona, ya que es algo muy enriquecedor poder conocer de dónde surge la idea y cómo se lleva a cabo. Algunas de ellas seguían desde hace tiempo el trabajo de Javier de Riba, por lo que, según nos confiesan, ha sido muy gratificante tener la oportunidad de hablar con él sobre su obra y los procesos creativos.
Además de disfrutar de un día muy relajante, en el que se han olvidado de la tediosa rutina en un espacio abierto e irremplazable. Ahora quedará la obra permanentemente en uno de los barrios más multiculturales de Castelló, en el que la convivencia y la colaboración vecinal son sus grandes emblemas.
"Ha sido como pintar mandalas mientras hablas con tus compañeras y con los artistas sobre algo que nos une a todas, el arte" (Sara, Diseñadora)