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Arte a ritmo de reggae para contribuir a la defensa del planeta

Hay personas que arriesgan incluso su vida por defender nuestro patrimonio más importante: la tierra que pisamos. El Rototom Sunsplash recordó en su 26ª edición la lucha de las activistas Berta Cáceres y Olivia Arévalo, asesinadas por defender el mundo en el que vivimos, en la Social Art Gallery. El espacio del arte del festival reggae que este año, además, recopila obras dedicadas a su lema: 'Stand up for Earth'.
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Distintxs artistas dan forma en cada edición a la Social Art Gallery del Rototom. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Era el año 2018, la Amazonia peruana continuaba con sus problemas medioambientales, entre los que destacaba la deforestación que estaba acabando con más de 2 millones de hectáreas. Una de las razones era que los agricultores pudiesen tener nuevos cultivos, cultivos que quedaban empobrecidos por la quema de la tierra y les hacían continuar con el proceso. Pero a estos factores también se le sumaban las plantaciones de cacao y cocaína, la tala o la minería ilegal. El pulmón de la tierra se iba extinguiendo poco a poco por parte de aquellos que más lo necesitaban. Olivia Arévalo llevaba todo una vida luchando por salvar el planeta en el que vivía, porque creía en los derechos de su pueblo y en que nadie podía arrebatarles lo que tanto tiempo llevaban cuidando. Pero un jueves decidieron callar su protesta. Cinco balas acabaron con la vida de la activista a sus 81 años. Testigos vieron a un sicario en moto. No se sabe mucho más. Quién le diría a Olivia que en 2019 su Amazonas volvería a arder, que parece que los buenos ganan en los cuentos y que lo único que parece importar es el dinero. Que cada uno de nosotros y nosotras formamos parte de una destrucción que parece no tener fin.

El Rototom Sunsplash prometió comprometerse con la tierra en su edición número 26 bajo el lema Stand up for Earth. El festival siempre lo ha hecho, o por lo menos lo ha intentado, pero esta edición con especial compromiso. Porque el planeta pide ayuda y ya no hay tiempo para pensar en alternativas. El Stand Up for Earth se ha podido leer en cualquier rincón del recinto. Una búsqueda incesable por alcanzar las conciencias colectivas; una llamada a su público, también agente del cambio. Y así, pequeños matices han estado formando parte de la rutina de los asistentes durante los siete días que dura el festival (del 16 al 22 de agosto): fuentes de agua o vasos reutilizables para conseguir erradicar uno de los principales villanos del planeta: el plástico. Según Greenpeace cada año los mares se vuelven los destinatarios de más de 12 millones de toneladas de este material; es decir, el equivalente a 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel.

Vasos reutilizables, una de las medidas 'plastic free' del festival. Foto: Rototom Sunsplash.

Y si movilizar a la gente funciona a través de pequeños gestos como tirar las colillas en contenedores dispuestos para ello, también lo hace apelando directamente a la fibra sensible. El Rototom es arte en sí mismo, es un amante de los detalles. Y por eso un área dedicada a esta habilidad no podía faltar: la Social Art Gallery se convirtió en una lucha artística y activa por el planeta. También por aquellos y aquellas que deciden exponer su vida en su defensa, aunque esto les cueste la misma. Es el caso de Olivia Arévalo. También de Berta Cáceres, conocida activista y defensora de los derechos humanos de su pueblo, Lenca. Uno de los principales proyectos en los que participó fue la creación del Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas Populares, un organismo que pretendía defender al pueblo indígena de los macroproyectos que ponían en peligro su seguridad. Sin embargo, lo que Berta desconocía, es que esta iba a ser una de las razones por las que decidirían acabar con su vida en 2016. 7 hombres irrumpieron en su casa para llevar a cabo su asesinato. Más tarde se descubriría que los hombres habían sido contratados por Desa, una empresa que se propuso construir una hidroeléctrica en Lenca. Lo más seguro es que Berta supiese que su asesinato iba a ocurrir algún día, pero, posiblemente, fuese una posibilidad que le asustase menos que ver como destruían poco a poco su pueblo. El proyecto hidroeléctrico sigue en marcha y las empresas no han recibido ninguna condena.

Espacio Social art Gallery dentro del recinto. Foto: Luca d'Agostino (Rototom Sunsplash).

 

La lucha pacífica y la memoria

Quizás pensaron que podrían silenciarlas si acababan con sus vidas, pero se equivocaban. Su mensaje se ha propagado por todo el mundo, porque tanto Berta, como Olivia son dos ejemplos que demuestran que se puede luchar y que el miedo nunca debe ser un freno. Es por esto que los y las artistas, como Erik Schmidt e Iris Serrano, también coordinadora del área, han recordado sus batallas mediante dos retratos que realizaron en el festival.

"Era algo más bien personal, creímos que se merecían un homenaje", expresa Serrano, "la historia de Berta ya la conocía, pero la de Olivia me impactó tanto cuando la escuché, que también la tuve que seleccionar. Además, recibimos la visita de Sonia Guajajara, también activista del Amazonas, y pensamos que era lo mínimo que le debíamos a su pueblo". Iris también muestra su pesar por las muertes de activistas que se siguen produciendo en zonas como Latinoamérica: "Es tan triste que tengas que poner tu cuerpo para que alguien te haga caso... Es muy injusto, sobre todo, si tenemos en cuenta que luchan por algo común, por algo que es de todos".

Obra de Iris Serrano en honor a las activistas Berta Cáceres y Olivia Arévalo en la Social Art Galley. Foto: Patrick Albertini (Rototom Sunsplash).

Iris Serrano, que también es activista, recuerda su viaje a México hace dos meses: "Vivimos en un sistema repleto de crudeza, un sistema en el que, si levantas la voz en contra de los que tienen poder, obtienes bastantes consecuencias". Recibir visitas como la de la activista indígena Sonia Guajajara en el festival es incluso un privilegio. Defensora y activista pacífica en contra de los planes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que ponen en peligro la vida de los pueblos del Amazonas o ser la primera mujer que ha optado a la vicepresidencia del Ejecutivo Brasileño con el Partido Socialismo y Libertad. A su vez, con tres carreras universitarias (Letras, Enfermería y Educación Especial) se ha convertido en un ejemplo para las mujeres indígenas que ven más allá de una vida relegadas a los trabajos del hogar. Durante su participación en el Foro Social, Sonia Guajajara destacó la necesidad de acceder a la tierra para garantizar la dignidad personal y la importancia de políticas sociales y educativas. Además, también la pudimos ver en Mágico Mundo, con una sesión de cuentacuentos para niños y niñas, y en Pachamama.

Stand up for Earth, a través del arte

Pero no fueron estas las únicas obras, por la Social Art Gallery también vimos distintos artistas que quisieron sumarse al Stand up for Earth. Es el caso de Empar, fundadora de Empargrafía, artista invitada por segundo año: "Pensé en hacer algo distinto, yo soy ilustradora, pero se me ocurrió elaborar mi obra con pigmentos a base de tierra". Y eso hizo, junto a la visión técnica de su compañera Celina Pernigotti de la organización Okambuva, realizó una escultura que homenajeaba a las mujeres de Burkina Faso, quienes utilizan este material para decorar sus casas: "Quise representar en ella elementos que se relacionan con la cultura mediambiental del país, como un tigre o una luna".

Pero también de Sake Ieneka, cuya obra fue la más representativa de los problemas derivados del plástico. "Mi voluntad fue que se viera cómo afecta en realidad, por eso la imagen tan explícita. Siento que las demás obras, aunque eran maravillosas, no se ceñían tanto al lema propuesto". Y así consiguió atraer la atención del público, mostrando el impacto directo que genera en el mediombiente: "Vi documentales y me informé sobre los daños que puede causar. Los padres se acercaban y le explicaban a sus hijos que por eso era necesario dejar de consumirlo. Mi misión era generar conciencia y creo que lo conseguí", nos explica.

Obra en proceso. Foto: Luca d'Agostino (Rototom Sunsplash).

Chemi Galiano ve una analogía entre su último trabajo, Musas y Guerreras, en honor a la mujer, con su obra de esta edición en la Social Art Gallery: "Al final estaba dedicada a la pachamama, que es femenina y está sufriendo, al igual que muchas mujeres en la historia, pero además es una luchadora". Su cuadro representa la preocupación y los conflictos que invaden al planeta: "Cada vez surgen más problemáticas... Por ejemplo, lo que está pasando en el Amazonas o hace unas semanas con el Open Arms", cuenta. Galiano visita por tercera vez el Rototom, las dos anteriores fue como público, un apasionado del festival que vio la oportunidad de involucrarse con lo que más ama en el mundo: el arte. Ahora, está seguro de que ha merecido totalmente la pena: "Si puedo contribuir en algo, sobre todo a nivel de recaudación de fondos, estoy más que satisfecho".

El área supone una experiencia única para los y las artistas por el cariño que reciben por parte del público, testigo en directo de cómo las obras toman forman: "Es inigualable, durante los días en los que estás trabajando se acercan y te preguntan, es maravilloso el interés que muestran", explica Empar, "cuando ya no estaba en el festival, me seguían llegando mensajes felicitándome. Lo recomiendo muchísimo". "El Rototom es un lugar idóneo para trabajar, tiene un clima excelente y muy buena música, a esto también hay que sumarle lo gratificante que es mostrar tus creaciones a personas con tanta conciencia", valora Ieneka. El calor del público es la mayor recompensa que pueden recibir un artista, a su vez, también agradecen el hecho de compartir espacio con personas de distintas partes del mundo, que aman tanto el arte, cómo ver el proceso creativo de sus obras.

La Social Art Gallery tomando forma a la vez que avanza el festival. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Serrano destacó el crecimiento que ha tenido el área en los últimos años y lo importante que es que el público "participe de alguna manera en el proceso", aunque solo sea viendo el trabajo de los artistas. "Durante una semana los artífices se convierten en una familia, hasta ahora perduran relaciones realmente bonitas", afirma.

Otros de los artistas invitados fueron Aruma 8, Dibone, Citaforkids, Ironeva, K196, LaTrini, Mai Hidalgo, Snik y Yantrat Design.

Lluvia en Benicàssim, arco íris artístico y solidario en Rototom

Durante dos jornadas, la lluvia hizo su aparición en el festival. Algo que no tuvo gran repercusión en el día a día del Rototom, ya que no se canceló ningún concierto ni ninguna de las actividades de la programación. Pero la lluvia no ha sido la gran aliada de la Social Art Gallery. No afectó a su actividad, pero la obra de Maya Mitten, una oda a la naturaleza convertida en collage, se vio afectada; tanto, que acabó desapareciendo: "Terminé mi obra el domingo por la tarde, pero el martes empezó a llover y mi creación se salvó solo en parte", nos cuenta Maya Mitten. Una obra dedicada a la belleza del mundo y a las tribus afectadas por el cambio climático: "Cuando se destrozó sentí tristeza, pero también alivio, pues la obra que había creado era una pieza evasiva tomada por los elementos. Después de todo, ¡el lema era madre naturaleza y cambio climático!".

Maya Mitten lamenta que su obra no pueda ser una de las que se puedan vender para recaudar fondos. Y, es que, uno de los objetivos de la Social Art Gallery, además de acercar un poco de arte al festival y reivindicar y crear conciencia, también es poner a la venta las obras y destinar los beneficios a distintas causas sociales. Entre las que se barajan este año: Conquistando Escalones y Síndrome de Rett. "De momento se han vendido dos obras. Nuestra idea es que sean los compradores los que decidan a qué asociación quieren que vaya su dinero", explica Iris Serrano.


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