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Ángela Furquet. De son a ovación en el Paranimf

Cantos de largas jornadas de trabajo en el campo llevados al escenario del Paranimf de la UJI. Sones a partir de melodías de labranza culminados con ovaciones. Ángela Furquet fue profeta en su “terreta”, ese Castellón que dejó hace diez años para marcharse a Barcelona y comenzar un trabajo de investigación que ha dado como exuberante fruto el disco ‘De sol a son’. Desde la voz dulce de la nana a la poderosa o alegre, la cantante demostró atesorar una amplia gama de registros que condujeron un excelente concierto, sin altibajos. Tras el folk, el teatro tomará el relevo en el Paranimf el viernes 19 de febrero con ‘Petits monstres’, de La Villarroel.
  
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Ángela Furquet, con la guitarra de otro castellonense residente en Barcelona, Toni Porcar. Foto; Àlex Pérez.

Ángela Furquet presenta en Castellón el disco ‘De sol a son’. Músicos: Ángela Furquet (voz y percusión), Miquel Àngel Cordero (contrabajo), Acari Bertran (percusión), Toni Porcar (guitarra) y Yolanda Sey y Sònia Rodríguez (voces). Invitada especial: Aloma de Balma (baile). Viernes 12 de febrero. Paranimf de la UJI. Unos 300 espectadores. Inicio: 20:00. Duración: 1:30.

“Éste es el proyecto al que he dedicado los diez últimos años de mi vida. Algunos pensarán que ha valido la pena, otros que ha sido tiempo perdido”. Tomando otra frase del concierto que ofreció Ángela Furquet en el Paranimf de la UJI se explica de manera directa la base de su intención: “Conocemos las canciones de trabajo en el campo norteamericanas y, sin embargo, no las de aquí”. Ésa es la idea que subyace en el disco de Sol a son. Un trabajo de investigación en el que se enfrascó cuando cambió su residencia en Castellón por Barcelona. Miradas hacia los campos de toda la península, e incluso alguna hacia Sudamérica, para modernizar y transmitir aquellas canciones que aliviaban la dureza del trabajo del campesino o marcaban el ritmo a seguir a la voz del jefe, del davanter. Ángela asume ese papel de directora del canto sobre el escenario, al frente de un grupo –“mi familia de Barcelona”- que traslada de un modo bello y práctico los arreglos instrumentales y vocales, en los que la raíz folk de diferentes culturas –flamenco incluido- se impregna de toques jazzísticos. Una ovación final con el público puesto en pie demostró que para nada han sido diez años perdidos.

Muy expresiva y versátil la voz de la cantante castellonense. Foto: Àlex Pérez.

La técnica de concierto de Ángela Furquet es similar a la de Carmen París (también triunfadora en el espectáculo que ofreció en el Paranimf junto a la Big Band UJI a finales de 2014). Cada canción contiene una explicación previa de su origen –Carmen se dedica a reestructurar la jota trasladándola a otros sonidos tras un largo proceso de investigación- y un breve resumen de su transformación a una sonoridad con arreglos modernos, pero manteniendo letra y melodía originales en casi todas ellas, con la libertad que le conceden tonadas que no se ajustan a una métrica concreta.

Sabe emocionar con la bella nana “Pauleta és l’ama”, que le trae a la memoria la casa de sus abuelos en la Vall d’Uixó, y mantener el nivel de belleza con el a capella a tres voces -descalzas- de un canto de ordeño venezolano. Y a continuación lanzarse con alegría a “Ronda si sales”, un tema cántabro estrenado en Castellón, o yendo algo más hacia el oeste el estruendo vocal que es “A alegría da uva”. Un amplio abanico de registros que alcanza su máxima potencia en un canto de moler de Canarias (“La soledad y la molinera”) que acaba incrustado en un medido juego a tres voces que resuena como dulce eco desde el escenario.  La presencia de la bailaora castellonense Aloma de Balma –residente en Madrid- ayuda a ofrecer mayor espectacularidad, con la ejecución de un número lleno de alma y poderío al son de la guitarra flamenca de Toni Porcar (otro castellonense que se mueve por Barcelona). Ovación espontánea para Aloma.

Fue una noche de reencuentro en Castellón con familiares, amistades, compañeros de su etapa musical de diez años atrás, como su profesora de canto, Arantxa Domínguez, o el bajista Diego Barberà, a quien conoció en la orquesta Sarabanda, y a quien no duda en agradecer su ayuda. Pero también fue una noche de descubrimiento por parte de aquéllos que acudieron al Paranimf conducidos por ligeras referencias y se encontraron con una Ángela Furquet que no sólo se luce con arreglos y temas propios, que no sólo brilla con sus registros vocales, sino que sabe cómo entretener, introduciendo en una canción de Llucena que iba para jota y acabó en son una invitación a encontrarse con el público tras la cena –allá a la medianoche- en Las Tascas (“Las bocas”, según ella) mientras desde el escenario y desde la platea se repite un alegre “La buena unión”.  Y por si alguien no lo había captado, lo vuelve a comentar desde el borde del escenario sin micro.

Formación casi completa de.l grupo de Ángela Furquet, "mi familia de Barcelona". Foto: Àlex Pérez.

DE LA MÚSICA AL TEATRO, CON 'PETITS MONSTRES'

Cambio de registro en el Paranimf  de la UJI. El viernes 19 de febrero (20:00; 10 euros) será el teatro el que tomará el escenario con la compañía barcelonesa La Villarroel y la obra Petits Monstres. Se trata de una comedia dirigida por Marilia Samper que trata sobre la crisis de los 40 situando como protagonista a una actriz sin trabajo y sin pareja que decide al hogar donde pasó su infancia y adolescencia esperando encontrarse consigo misma, aunque en realidad se topa con las previsiones de su hermana, que son las mismas. A partir de ahí confiesa todas sus miserias a los espectadores.

 

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