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'Ana Belén contra su Eva joven' vence y convence en el Principal

El ágil relato que Pau Miró crea a partir del clásico cinematográfico 'Eva al desnudo' llena -con antelación- y convence al Teatre Principal. Un enfrentamiento de Ana Belén contra su joven yo con un resaltable resultado por el trabajo de todos los implicados. 'Eva contra Eva' es un Ana contra Ana que vence y convence.
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Ana Belén, en el espejo, entre Mel Salvatierra y Javier Albalá. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es)

Pau Miró comentaba en Nomepierdoniuna: "El nombre de Ana Belén llena teatros directamente". Y en el Teatre Principal de Castelló -sábado 10 de abril- lo demostró con varias semanas de antelación. Una garantía ver su nombre al frente del elenco de Eva contra Eva (Bitò Produccions), la adaptación de otro clásico, en este caso del cine: All about Eve/Eva al desnudo. Dos bazas previas ganadoras. Luego, sobre el escenario, hay que demostrar la validez de la propuesta. Y esta adaptación libre de la película firmada por Joseph L. Mankiewicz en 1950 lo consigue desde todos los ángulos. El dramaturgo Pau Miró firma un texto sin ataduras en relación al original que le inspira. manteniendo el choque generacional, pero en este siglo XXI, Ana Belén, Mel Salvatierra, Javier Albalá, Manuel Morón y Ana Goya lo conducen con un remarcable buen hacer individual y a la vez colectivo bajo la dirección de Sílvia Munt, más conocida hasta la fecha como actriz, pero con creciente querencia hacia el otro lado del proceso creativo.

Etiquetado como thriller psicológico -aunque tampoco se recalca en exceso-, tiene más de lo segundo que de lo primero "¿Intentas confesar algo que solo está pasando en tu cabeza?", interroga el también veterano Manuel Morón (El bola, 25 kilates) a Ana Belén. Porque Pau Miró propone a intérpretes y espectadores un juego de reflejos de espejo entre la realidad, la imaginación, el teatro y la vida en sí. Hay thriller, sí, aunque con matices, al ritmo de "Whole lotta love" de Led Zeppelin. Ahí entra el intento de la Eva ya veterana -Ana Belén- de acabar con la Eva joven -Mel Salvatierra-, quien aspira a tener oportunidades y recorrer el camino de su otra Eva del futuro, la de larga carrera, la que teme que todos prefieran apostar por la juventud tanto en las tablas como en la vida misma.

La Eva veterana y la Eva joven proyectada en el espejo/pantalla. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es).

Pau Miró apuesta por exponer sus bazas ante el espectador sin tapujos. "¿Eva, y si desdoblamos tu personaje?. Ella es una chica joven, en el fondo es el fantasma de tu juventud. Y tú intentas acabar metafóricamente con ella. Quedaría como un juego de espejos", le pregunta el director -Javier Albalá- a Eva/Ana Belén. Un juego de teatro dentro del teatro (metateatro), fácilmente extrapolable a la vida en general.

"La vida es el ensayo de una obra que no llega a estrenarse" afirma la Eva veterana. quien en varias ocasiones realiza referencias directas a una realidad que afecta a la propia Ana Belén. Lo hace cuando ha de dar su edad, también cuando declara que a las mujeres se las mide más por los años en el mundo de interpretación que a sus colegas masculinos. Y para referencia directa, la respuesta que recibe de su agente -Ana Goya- cuando comentan que en las series de televisión prefieren a actrices más del tipo de la Eva joven, "para ti siempre quedarán Fredas o Medeas", papeles incluidos en el currículo real de la actriz y cantante madrileña. Ana Belén demuestra que sabe reírse de sí misma, y aceptarse. Como también demuestra tener unas enormes tablas y el porqué se la sitúa entre las grandes intérpretes españolas (música incuida). "No me interesa la historia de una actriz que no sabe aceptar el paso del tiempo", le dice a la Eva joven (Mel Salvatierra), quien contraataca respondiendo: "Se parece demasiado a ti".

Ana Belén, en la camilla, con su representante en la obra, Ana Goya. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es).

Aunque en realidad, Pau Miró dispara en varias direcciones, hacia todos los arquetípicos personajes del mundo del teatro (y de la vida). Retrata a la veterana (Ana Belén) que teme que la joven ocupe su lugar. También a la joven (Mel Salvatierra) que quiere abrirse camino a patadas en el difícil mundo sometido a la despiadada competencia -y copado por quienes se aferran a lo ya alcanzado- con la duda de si el talento acompañará esas ganas primerizas y el lustre de la novedad. A la representante (Ana Goya, con títulos como Amar en tiempos revueltos o Boca a boca) que adula a su actriz porque cobra de ella, pero a la que no le importa apartarla de su camino por alguien con más futuro. Al crítico (Manuel Morón), que no conoce el mundo del teatro desde dentro y que busca nuevos rostros a quienes ensalzar y una vez dejada atrás la novedad, aparcar su entusiasmo y contribuir a hacer explotar la burbuja. Al director (Javier Albalá) que en busca de lucir su ego es capaz de traicionar sus propios principios. E incluso al dramaturgo, empeñado en provocar conflicto, "algo necesario en toda obra", ante lo que acabará rebelándose la propia Ana Belén, rompiendo la pared del escenario e internándose entre un público que también tiene su protagonismo, enfocado en la parte final de la obra por la cámara que a lo largo de la hora y media ofrece imágenes en vivo -y otras grabadas- en los espejos que participan en el juego.

La reconciliación/aceptación llega con un baile al son de la bella "Stars" de Nina Simone. "And we always have a story".

Manuel Morón, otro rostro conocido -el padre del cinematográfico 'El Bola'-, junto a la célebre actriz y cantante. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es).

 

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