El Teatre Lliure de Barcelona era sin duda un gran reclamo. Y no decepcionó. La platea del Paranimf casi llena un viernes a las 20.00 horas. La ocasión lo merecía. Llegaba American Buffalo, el clásico (ya lo es) que puso en la escena internacional a David Mamet y que en los 90 fue llevado a la gran pantalla. Una historia intensa, dura en ocasiones, de esas en las que hay mucho que digerir. Personajes bien perfilados, capaces de crear empatía en el público a pesar de los pesares, reflejando algunas de las miserias de la sociedad estadounidense, pero que pueden extrapolarse a otras muchas.

La materia prima era buena. Faltaba saber qué había hecho con ella Julio Manrique, joven actor que coqueteó con tanto éxito con la dirección que va a encargarse de la programación del Teatre Romea de Barcelona. Todo sucede en un único espacio, una tienda repleta de objetos de segunda mano. Nada de minimalismos: una escena a rebosar de cachibaches tan bien construida como efectiva. Estamos en los años 70. La música que suena en la radio y las imágenes de la televisión nos trasladan al instante. Si a ello unimos un perfecto juego de luces, nos encontramos con un personaje más. Funciona.

Había que acertar con los actores. Y también acertó. Ivan Benet encarna a Don, el propietario de la tienda y que quiere recuperar la moneda sobre la que gira toda la historia. Estamos ante un hombre tranquilo, reflexivo pero fácilmente manipulable. Sobre él recae toda la presión de la trama y al final, acaba explotando. Pol López encarna a Bob, el protegido de Don. Exdrogadicto sin oficio ni beneficio, recibe las lecciones de Don, un curioso profesor en una no menos atípica escuela (la tienda). La suya es una relación de lealtad. Por último, Marc Rodríguez interpreta el papel de Teach, el personaje más 'estresado' (y estresante) de los tres, desequilibrado en instantes, duro con sus compañeros de trama pero que tampoco es capaz de ocultar sus miserias.

American Buffalo es una historia de pícaros tragicómicos, a la caza y captura de una moneda que Don vendió en su tienda por un precio nada desdeñable. Pero el hecho de que el comprador se conformara con el precio que le ofreció Don desata la avaricia del dueño de la tienda. La avaricia pone en marcha la obra. Hay momentos para reír, para estremecerse incluso con alguna que otra escena violenta. Y para reflexionar.

La ovación final, totalmente merecida, tardó en arrancar. Tímidos aplausos cuando Don abandona por primera vez la tienda acompañado de Bob. Sí, se había acabado. Sí, la obra había finalizado. Pero sí, había que tragar saliva. La obra invitaba a la ovación cerrada; la historia te dejaba un regusto amargo. Simplemente, teatro.

Así, entre comentarios sobre la obra, abandonas el Paranimf no sin antes visitar la espléndida colección fotográfica Una mirada al teatre a través de Ros Ribas, reunión de grandes instantáneas que reflejan momentos intensos, desgarradores, dramáticos, esperpénticos, dulces... de obras representadas en diferentes catedrales del teatro y la ópera a lo largo de media Europa, muchas de ellas protagonizadas por grandes de la escena. Muy recomendable.

El Reclam 2010 sigue en marcha y tenemos ganas de más. Este miércoles, en el Paranimf, llega La función por hacer, de Kamikaze Teatro; mientras la obra dirigida al público infantil Una bailarina..., de la compañía portuguesa Jangada de Pedra, hará doblete en Benicàssim (jueves 18 y viernes 19, ambas a las 9.30 h., Teatre Municipal), antes de viajar a Morella el sábado 20 (Sala Gòtica de Justícia, 19.00 h.) y a Almassora (Casa de la Música, 18.00 h).

Cierra a programación semanal del Reclam Las gallegas, a cargo de Lolita Corina, el viernes 19 en Vinaròs (Auditori Municipal, 22.30, entrada libre).