Música >> Portada

Vincent Von Reverb: “Siempre íbamos al límite; en nuestros conciertos podía pasar de todo”

El grupo de rock’n’roll en castellano más pintón del cambio de siglo en la escena underground estatal vuelve a subirse a un escenario para un último concierto exclusivo. Será sólo por una noche, fruto de un compromiso personal y contando con la mayoría de músicos que pasaron por la formación castellonense, empezando por Guanche, Coky y Kikis. Vincent Von Reverb y Los Vaqueros Eléctricos actúan este viernes 7 de febrero en la sala Four Seasons de Castellón y hemos aprovechado para charlar con su líder, Vicente Ordóñez, de aquellos tiempos de purpurina, de la resaca correspondiente, de su trayectoria posterior, sobre todo relacionada con Rauelsson y en el Grup d’Autoajuda, y de sus quehaceres actuales. Todo miga.
  
Envía Envía
Imprimir Imprimir

Noticias relacionadas

Etiquetas

, , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Vincent Von Reverb, en la sala Mogambo de San Sebastián en el año 2000.

Sus directos eran ceremonias incendiarias. Divertidísimas. Una mezcla imposible de canciones con gancho, letras con chicha, actitud y poses de manual. De vida corta pero fructífera, Vincent Von Reverb y Los Vaqueros Eléctricos lo dieron todo entre 1996 y 2001: una maqueta inicial, un espléndido 10” (Rock’n’roll Brother), un single (Sólo para mujeres), un split con Teen Dogs y Puñetazo y un disco largo homónimo, todos editados por No Tomorrow Records, que les dieron para girar intensamente durante varias temporadas y hacerse con una buena ristra de fieles, incondicionales a las oraciones rock inspiradas en The Who y Thin Lizzy. Los mismos que ahora ya salivan ante la perspectiva de su reunión, el viernes 7 de febrero a las 19.00 en la sala Four Seasons (8 euros, anticipadas en Spoonful y online). Será regreso y punto y final; fruto de una anterior reunión para una fiesta privada y de un compromiso personal en una noche de frenesí. Entrevistamos a Vicente Ordóñez para hacer memoria sobre aquella excitante aventura que compartió con Gabriel Ordóñez (Coky), Enrique Forcada (Kikis) e Iñaki Guanche. Y también para hablar de la música que hace hoy como gregario de lujo, la mayoría vinculada al Grup d’Autoajuda o relacionada con Rauelsson. Por ejemplo, como guitarrista de directo de Sánchez, el nuevo proyecto de Fèlix Gimeno de Les Deesses Mortes, que seguro que va a dar que hablar.

>¿Cómo ha surgido esta reunión para solo una noche de Vincent Von Reverb y Los Vaqueros Eléctricos?
Hace un año murió una amiga nuestra de Zarautz, Lou (Lourdes Olanga, cantante de los legendarios OK Corral). Tenía cáncer de pulmón, nos había visitado meses antes… en abril sus amigos vascos organizaron un concierto de homenaje en el Gaztetxe de Zarautz y nos invitaron a tocar como Vincent Von Reverb y Los Vaqueros Eléctricos. Dijimos que sí, claro. Fuimos a tocar con una formación ad hoc: Guanche (batería de la formación original), Mikel Yarza (guitarrista de Señor No) y José Dolz (bajista de Shock Treatment y Telepath Boys). Se montó mucha fiesta y el caso es que esa noche, bastante ebrios, Nuria Rovira (compañera de Vicente Ordóñez) nos hizo firmar un papel para comprometernos a tocar en su cumpleaños. Yo era reacio a cumplir con mi palabra, pero al final Guanche me convenció para hacerlo.

>¿Con qué formación vais a tocar en el Four Seasons?
Al ser el último concierto la idea es que participen la mayoría de músicos que en algún momento tocaron con nosotros. Además de la formación original (Vicente, Coky, Kikis y Guanche), también van a estar Mikel, Tomás Ramos (Los Reactivos, Los Amantes) y Fede Trillo (Noesruido, Telepath Boys). A Enric Monfort, que estuvo un año y medio tocando con nosotros, también se lo propusimos y le apetecía mucho, pero tiene actuaciones en Madrid y en Holanda con su grupo de percusión y no va a poder estar.

>Ahí cuento tres guitarras…
Sí, vamos a tocar con dos guitarras todo el rato, con Coky y Mikel, a veces turnándome yo también, porque no queremos abusar con tres guitarras (risas).

>¿Qué tal los ensayos, cómo estáis preparando el concierto viniendo algunos músicos de Euskadi?
Por ahora sólo nos hemos reunido dos veces los de Castellón y haremos otros dos ensayos todos juntos los días previos al concierto, cuando lleguen Guanche y Mikel. Es muy fácil tocar con ellos, porque son músicos excelentes y seguro que hay buenas vibraciones y buen karma.

>¿¡Sólo dos ensayos después de tanto tiempo!?
(Risas). Nuestro encanto, precisamente, residía en esa cercanía al caos. Siempre íbamos al límite. Nos caíamos muchas veces en el escenario porque, saltando y haciendo el cabra, nos resbalábamos y caímos; no era teatro. Y eso a todos nos ponía mucho. Esa forma de funcionar era por nuestras propias circunstancias. Teníamos el hándicap de que el batería era de Donosti y no podíamos ensayar todos juntos casi nunca; ensayábamos siempre el día del concierto o el día de antes. No teníamos otra forma de hacerlo. Y eso, unido a nuestras personalidades caóticas, hacía que nuestros conciertos fueran una experiencia en la que podía pasar de todo.

>Una experiencia con la que girasteis mucho durante un par de años…
Sí, llegamos a movernos bastante por la península. Hicimos dos giras en los veranos del 99 y de 2000 con 30 ó 40 conciertos por cada gira, y eso la verdad es que nos dio una cierta profundidad como grupo, sonábamos muy bien engrasados y en poco tiempo nos dimos a conocer a bastante público, minoritario seguramente, pero muy entregado y visceral. De hecho, hay mucha gente que vendrá ex profeso de fuera de Castellón para recordar viejos tiempos. Es pura nostalgia, lógicamente, pero a todos nos apetece.

>Para ti será algo así como volver a representar el personaje de Vincent Von Reverb, ¿no?
En cierto modo sí, aunque en realidad cualquier concierto tiene una alta dosis de representación. Por unas horas estaremos metidos en nuestro papel de músicos rock, con todas las poses y todo lo que conlleva. Recuperaremos esa fuerza y esa ingenuidad que teníamos hace 15 años cuando esto surgió porque Coky y yo (primos hermanos) estábamos completamente locos escuchando a los Who y Thin Lizzy, y queríamos montar un grupo que tuviera esa espectacularidad y grandiosidad. Nos lo creíamos totalmente y así surgió la cosa.

>¿Y con el concierto del Four Seasons ponéis punto y final? He escuchado que ya os han tirado los tejos para hacer más, ¿podría ser?
Yo no sé nada y no hay previsto nada. Sí, será el punto y final. Cada uno de nosotros estamos metidos en otros proyectos musicales y no creo que a nadie, en el fondo, nos apetezca mucho recuperar algo que ya está finiquitado.

>Hablemos de esos proyectos. ¿Qué pasó después?, porque Guanche y Coky, por ejemplo, han continuado en bandas de un palo similar (Señor No, Lobo Eléctrico, Los Reactivos…), pero tú te has distanciado mucho de Vincent, ¿por qué?
No hubo un corte radical, lo dejamos por inercia. En mi caso, acabé un poco cansado de la música. Llevaba desde que empecé con Los Fósiles con 14 años y le había dedicado mucho tiempo, incluso con la ilusión de poder dedicarme a la música. Después de la experiencia con Vincent Von Reverb dejé de tocar, corté absolutamente, estuve tres o cuatro años sin tocar absolutamente nada…

>Hasta que un día se cruzó Raúl Pastor (Rauelsson) en tu camino…
Exacto. Hacia 2004 Raúl vino un día a casa con una grabadora y me preguntó si tenía canciones que no hubieran salido en ningún sitio para proponerme grabarlas con él. Me volvió a apetecer y me puse manos a la obra. Grabamos una maqueta con 15 canciones, incluida “Bird Dog” de los Everly Brothers. Y eso hizo que me conectara de nuevo con la música, aunque fuera de forma privada. De esas canciones salió un single de 50 copias (Call me Ishmael Records, 2008; en el catálogo de No Tomorrow Records), una especie de regalo para Laura Font, la mujer de Raúl, que había salido de una operación importante, con portada de Bea.

>Y de ahí a la conexión con el Grup d’Autoajuda…
Posteriormente, Raúl me llamó cuando volvió de su primera etapa en Portland, después de los tres discos que sacó con Hush Records. Buscaba músicos para girar por España, contactó con el Grup d’Autoajuda y les faltaba un guitarrista; me lo pidió y le dije que sí. Y eso, efectivamente, hizo que conociera a seis músicos excepcionales, con los cuales me lo estoy pasando pipa desde hace cuatro años. Hemos tocado varias veces con Rauelsson, musicando películas o sencillamente improvisando en directo en un auténtico espectáculo catártico e inefable.

>Hay otra derivada que lleváis un poco en secreto. ¿Qué se puede contar del proyecto que te traes entre manos con Santi Campos, Rauelsson y Pepe Buonamisis?
Pues eso está bastante avanzado. Surgió porque nos juntamos para telonear a Rauelsson en 2011 en el Teatre Municipal de Benicàssim, como Brámala. Estuvimos muy a gusto y les propuse que vinieran en fiestas de Navidad a mi casa para registrar algunos temas. Santi y yo teníamos varias canciones y nos juntamos a grabarlas en 4 o 5 días; todos menos Fernando Cabalo, desgraciadamente, por motivos laborales. Grabamos unas 15 canciones y después seguimos trabajando en ellas. Una ya está mezclada por Adam Selzer y nos gusta mucho cómo ha quedado. Estamos tan contentos de la forma en la que trabajamos que queramos seguir quedando (risas). Nos gustaría acabarlo este año, pero no hay un plazo fijado. Lo estamos haciendo con mucho amor, mimo y entusiasmo.

>¿Qué tipo de música hacéis? Porque desde que componías canciones con Santi Campos en Malconsejo ya ha llovido mucho.
No tiene nada que ver. Es una cosa muy libre. Una creación en común de los cuatro. Es un proceso completamente diferente: llevas una canción ante unos amigos y va cobrando forma. Una idea que se trabaja, a la que empezamos a dar vueltas y que termina en algo totalmente diferente de lo que era en principio. Por ejemplo, yo llevé una canción pop-folk muy bonita con arreglos corales a lo Beach Boys y terminó siendo algo muy distinto; le dimos la vuelta completamente. La idea es hacer canciones que no encajen en nuestros proyectos individuales. El que lo canaliza todo es Pepe Buonamisis, con el objetivo de profundizar en terrenos a los que no estamos acostumbrados, como bases pregrabadas, sintetizadores… hemos descubierto otros contextos sonoros muy interesantes.

Vicente Ordóñez, acompañando a Rauelsson con el Grup d'Autoajuda en el Paranimf en el concierto 'Els altres canten Les Deesses Mortes'. Foto: Carme Ripollès (ACF).

>Por último, el Grup d’Autoajuda te ha llevado también hasta Fèlix Gimeno de Les Deesses Mortes y su nuevo proyecto, Sánchez. ¿En qué punto se encuentra?
Después del concierto de homenaje a Les Deesses Mortes en el Paranimf (organizado por Nomepierdoniuna y el SASC de la UJI),  en verano Fèlix nos preguntó si queríamos ser la banda de Sánchez, su nuevo proyecto. La maqueta nos cautivó desde el primer momento y ya estamos ensayando las canciones del disco, que está acabando de producir ahora Pascual Arnal y Juanjo Ballester (también productores del disco de Les Deesses Mortes). Nosotros estamos trabajando las canciones de las maquetas por otros derroteros para llevarlas al directo, no tienen nada que ver. Por ejemplo, en el disco no hay guitarras y la banda tiene una formación bastante convencional, con dos guitarras, bajo, batería y teclados. Son dos vertientes que no están comunicadas, a base de canciones que vienen de la tradición de la música popular, con dosis de soul, de rock a lo Nick Cave o incluso Pixies. Fèlix es un compositor muy brillante, sabe construir auténticas gemas pop. Estamos trabajando muy a gusto… pero todavía sin plazos ni fechas.

>¿Y también le das al teatro en el proyecto Theatre Uncut?
(Risas). Eso fue un compañero de la UJI, José Ramón Prado. Quería montar obras de teatro de carácter social contra los recortes en las artes escénicas dentro del proyecto Theatre Uncut, que surgió en Inglaterra hace unos años y en el que autores de prestigio ceden los derechos de sus obras para que se representen gratuitamente por todo el mundo con fines sociales. Ensayamos desde principios de curso y en noviembre hicimos unas pequeñas representaciones en la universidad; en abril volveremos a la carga. La verdad es que el teatro tiene ese cariz religioso y político que te engancha. Ha sido una experiencia muy buena, muy cercana a la música en realidad.

Entrada del doblete de Vincent Von Reverb y Los Vaqueros Eléctricos en la sala Ricoamor de Castellón en el año 2000.

Deja un comentario

He leído y acepto el Aviso Legal

Puedes consultar el tratamiento que hacemos de tus datos y la forma de ejercitar tus derechos en nuestra Política de Privacidad,