Conciertos como el de Dani Martín trasladaron a los presentes a momentos previos a la pandemia. Foto: Cristian LJ.

Por si un temporal parecía poco (2019), luego llegó una pandemia mundial (2020 y 2021). Pero podríamos decir que sí, que por fin, que 2022 ha sido el año en el que el SanSan Festival se ha puesto de pie. El festival de Benicàssim no solo ha recuperado su lugar en el calendario (del 14 al 16 de abril), sino que también lo ha hecho siendo el primer festival de la Comunitat Valenciana sin restricciones... y con solazo.

Si en la edición de noviembre de 2021 se podía palpar el ambiente prepandémico, este SanSan ha sido algo así como un volver. A los festivales tal y como los conocemos, pero también al reencuentro del propio público en lo más parecido a la normalidad que podemos tener hoy en día (porque, ojo, el coronavirus no se ha ido). ¿Y cómo volver a llamar a tu público tres años después en Pascua? La clara estrategia del festival ha sido apostar por un cartel con nombres seguros, sin arriesgar demasiado que se ha apoyado en la variedad de estilos (pop, rap, electrónica, rock...) y nombres conocidos como el de Dani Martín y Rozalén, las fórmulas festivaleras de Crystal Fighters, Steve Aoki y 2ManyDjs o el reciente boom de Tanxugueiras. Pero esto no quiere decir que no hayamos encontrado cosas muy interesantes, como Fresquito y Mango o Rojuu, que hayamos vuelto a vibrar con ZOO, Ciudad Jara y Califato 3/4 o que nos hayamos quitado el sombrero ante Kase.O.

El resultado, según datos facilitados por la organización y cumpliendo expectativas, ha sido un total de 40.000 personas asistentes sumando las tres jornadas del festival con Dani Martín llevándose el pleno el sábado 16. Ha sido el SanSan del juntos, pero no revueltos, y es que se han visto pocas aglomeraciones en las primeras filas, más bien grupos de gente repartidos por la explanada del recinto. Si hasta Panxo (ZOO) tuvo que reclamar algún que otro pogo al ver como "Esbarzers" se quedaba huérfana de este ya clásico ritual. Por eso hemos encontrado casos como el de Carmina y José, de Castelló, que nos confesaban el reparo que aún les provoca ir a un festival sin mascarillas; o el de Rubén y sus amigos, de Madrid, que ven "ya necesaria" la ausencia de restricciones en los festivales al aire libre.

Público sin mascarillas en el concierto de Álvaro de Luna. Foto: Cristian LJ.

Pasear por el recinto y observar este público fraccionado en grupos es una de las grandes muestras de cómo el SanSan, más que por el cartel en sí, ha sido un reencuentro. Entre el público, tanto entre amigos como con el increíble ritual que es un festival de música de tres días, pero también con y para los artistas. Un ejemplo, el propio Dani Martín, siendo su primer festival en solitario, tal y como explicó sobre el escenario; pero también propuestas con menos trayectoria y que aún no habían podido pisar un escenario como el del SanSan. La sensación, algo así como un reinicio. Tabula rasa y, a partir de aquí, a -volver a- seguir.

La energía de Dani Martín, el match absoluto del festival. Foto: Cristian LJ.

Para disfrutar de la música en directo "como antes", nos explicaba Carlos (Vila-real), que asistía al festival junto a su pareja. El protagonista indiscutible de este SanSan: Dani Martín. La mejor muestra de ello es que cuando te acercabas a la gente a preguntarles por el reclamo del cartel, la gran mayoría se refería al artista madrileño; ya sea desde València, como el caso de Lara y sus amigas, que nos lo explicaban emocionadas, como desde Zaragoza, Murcia, Venezuela, Tenerife... Y Dani Martín respondió. No hay duda tampoco de que una de las grandes razones es que parecía que volvíamos a ver en directo a El Canto del Loco para estallar con "Zapatillas", "Insoportable", "Tal como eres" o "Una foto en blanco y negro". Tampoco se olvidó de su hermana Miriam, que falleció a causa de un infarto cerebral, en "Ya nada volverá a ser como antes": "Mi hermana era una persona bonita, bailaba bien", recordó.

El discurso sobre aprender a decir "No", entre los mejores momentos de la intervención de Kase.O. Foto: Cristian LJ.

Porque la música puede hablar de muchas cosas. Por ejemplo, Kase.O, que estuvo acompañado por Los Magnéticos (banda jazz que le acompaña en los conciertos) y dejó una auténtica demostración de directo cuidado, trabajo y con clase, compartió sobre el escenario que su padre atravesaba unos días de convalecencia y le regaló un aplauso del público en una videollamada que le hizo en ese momento. O Pablo Sánchez, vocalista de Ciudad Jara, que durante su concierto pidió al público que hiciera más ruido porque "aquí detrás está mi hija y quiero que piense que somos los mejores"; el ex La Raíz salió a buscar a la pequeña al final del concierto para que saludase junto a la banda. Y, al final, el SanSan ha sido más todo esto que un cartel.

Tanxugueiras reivindicaron su papel como "pandeireteras y mujeres cantareiras" desde el escenario. Foto: Cristian LJ.

Y después del boom de Eurovisión y sabiendo que también las veremos este verano en el Feslloc, uno de los directos que mayor expectación había provocado era el de Tanxugueiras. Una de las grandes incógnitas era si su apuesta por la música tradicional gallega cuajaría en un festival y la respuesta es: sí, pero... Las canciones a capela, acompañadas solamente por los panderos parecían no acabar de conectar con el público, que parecía estar a otra cosa. En cambio, cuando el repertorio giró a temas con base electrónica, parece que es cuando todos empezaron a enganchar. El match definitivo llegó con "Terra", siendo el momento de mayor energía conseguida de todo el festival. Energía similar a la que nos atrapaba un día antes con Califato 3/4, que parece que por mucho que los veamos no nos vamos a cansar nunca: "La bía en roca", "Crítto de lâ Nabahâ"... "¡Viva el ambiente juvenil! ¡Viva la droga!" clamó Curro, vocalista y guitarrista de la formación, a modo de despedida tras la positiva recepción del público.

"¡Aquí llegan los indios del sur! ¡Aquí llegan los salvajes!", exclamó The Gardener, vocalista de Califato 3/4, en el inicio de su actuación. Foto: Cristian LJ.

Y más allá del ambiente y de la vibración que se podía respirar en cada jornada, el SanSan también sirvió para toparnos por primera vez en directo con Karavana, que no les faltó sentido del humor ("Buenas tardes, somos El Canto del Loco", bromearon en el arranque del concierto) con parodia de la canción oficial del festival, su devoción a los Strokes y amenaza a Veintiuno incluida con robarles el tour manager. El Escenario Calaverita guardaba cosas muy destacables, como los conciertos de Fresquito y Mango y Rojuu. Los primeros hicieron bailar al público con su desacomplejado (y divertido) pop punk con autotune y versiones de Sonia y Selena tras definir su nuevo EP como “lo mejor que se ha sacado en España desde Los Chichos”. Mientras, Rojuu, que se hizo un poco de lío sobre dónde estaba ("No sabía que Marina d’Or estaba en Benicàssim"), se ganó el escenario pequeño con su nuevo formato de banda; en la segunda mitad del concierto, bajaron del escenario para dar paso a las canciones de hyperpop que lo han popularizado en plataformas como TikTok: "Todo lo que no podáis hacer en el concierto de Dani Martín [con el que coincidía en la programación] hacedlo aquí. ¡Violencia!" espetó el barcelonés antes de dar paso a ritmos bakaleros y demostrar que el espíritu rave sigue presente.