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Nace 'Terra Ceràmica': tres maneras de contar con el cuerpo y con arcilla

El proyecto 'Terra Ceràmica' se estrena, este sábado 1 de junio, en l'Alcora con tres propuestas performáticas que combinan la danza o las acrobacias con la arcilla. Un novedoso proyecto comisariado por la artista castellonense Ana Porcar, y celebrado en la Real Fábrica, que contará con artistas procedentes de Países Bajos, Galicia y Girona.
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Las Chicas del Barro llegan a l'Alcora con una fusión de acrobacias, narración y arcilla

Si l'Alcora debía albergar un nuevo evento cultural, ese tenía que ser 'Terra Ceràmica'. La artista castellonense Ana Beltrán, que es bien conocedora de lo importante que es la cerámica para su municipio, ha querido poner en marcha un ciclo internacional dedicado al arte de la performance en el que todas las creadoras, de una manera u otra, introducen la arcilla en sus intervenciones. Un planteamiento de lo más singular que permitirá, a ojos de su impulsora, "acercar a la localidad el arte de acción", como también "fomentar la vanguardia cultural, la creación y el desarrollo de su arte más tradicional como es la cerámica".

Para ello, artistas llegadas de Países Bajos, Galicia y Girona pondrán en escena, este sábado 1 de junio a partir de las 17:30 horas, sus propuestas. Será, además, la Real Fábrica de l'Alcora -emblema cerámico por sus más de 200 años produciendo- el escenario escogido para esta primera edición. Nomepierdoniuna se cita, previamente, con las diferentes creadoras para indagar en sus propuestas y saber qué fue lo que les atrajo de la arcilla para querer incorporarla de lleno en sus actuaciones. 

Verónica Moar, un diálogo entre Galicia y Castellón

Desde Galicia, Verónica Moar llegará a l'Alcora acompañada de la voz de Paula Pintos para plantear una propuesta muy ligada a la tierra como contexto y a la cerámica como tradición. Entre cántara e càntir establece un diálogo entre el mar Atlántico y el Mediterráneo, así como entre la alfarería tradicional gallega y valenciana. Se trata de un proyecto muy poético en el que lo importante es evocar la relación entre las diferentes culturas. 

>¿Por qué escogiste expresarte mediante el cuerpo y la cerámica? 
A veces no tengo suficiente con la cerámica para expresarme. Hay piezas para las que necesito una capa más y por eso añado la performance. En este caso añadimos, además, otra capa extra como es la voz. Relacionamos lo tangible y lo intangible. Me gusta el hecho de poder transmitir una misma idea a través de recursos aparentemente diferentes. La primera vez que me lancé a hacerlo fue en 2019 con piezas de porcelana que imitaban el paisaje gallego y a partir de entonces es algo que hago puntualmente.

Verónica Moar y Paula Pintor ofrecerán una performance poética en torno a la cerámica

>¿Qué buscas generar con el arte?
Lo que más me interesa es narrar. Transmitir una idea, una situación concreta, hablar de un paisaje, del oficio o de la idea de otra persona. Ese pequeño relato es lo que trato de contar.

Alexandra Engelfriet, en danza con el barro

Desde los Países Bajos, Alexandra Engelfriet ofrecerá en l'Alcora una performance en la que el barro y el cuerpo se vuelven uno, de manera casi literal. La artista, que tendrá tanto su cuerpo como su ropa empapados de arcilla, bailará en diálogo con una pared tosca. Así, las huellas que dejará su cuerpo en ella servirán para registrar cómo su coreografía improvisada evoluciona. Al mismo tiempo, la pared se irá volviendo cada vez más suave y resbaladiza por la arcilla. "Esta se convierte en una piel sensible que recibe y devuelve el tacto de mi cuerpo. El límite entre el interior y el exterior se disuelven", explica Alexandra, para quien su proyecto viene a ser "una celebración de que el cuerpo está vivo y actúa como pincel".

>¿Por qué escogiste expresarte mediante el cuerpo y la cerámica? 
La arcila no es un material pasivo, sino un material con temporalidad y vida propia que actúa sobre, en y a través de nosotros. Cuando trabajé por primera vez con la tierra, algo muy profundo dentro de mi cuerpo se despertó; sentí una fuerte conexión. Fue la respuesta física que tuve lo que me atrapó, es decir, más bien el proceso que el resultado. Con la arcilla me entrego a algo más grande que yo. La frontera entre el interior y el exterior, el cuerpo y la mente, desaparece. La arcilla se convierte en mi compañera en una danza sensual en la que el cuerpo se ajusta a ella y ella al cuerpo. El cuerpo sensible se fusiona con la tierra sensible. El más mínimo movimiento de cadera, codo o dedo deja una huella en la tierna suavidad del material.

Alexandra Engelfriet demostrará como el cuerpo y el barro pueden volverse lo mismo

>¿Qué buscas generar con el arte?
En la cultura occidental parece que hemos perdido el contacto natural con la tierra y con nuestro cuerpo. Pasar tanto tiempo en una realidad virtual deja un vació existencial, una alienación del mundo 'real'. La interacción física con la arcilla restablece el sentido de pertenencia. Me interesa penetrar en estas capas profundas que se abren a una realidad más completa, fundamentalmente creativa, siempre cambiante y llena de posibilidades.

Las Chicas del Barro y el tabú del cuerpo

Desde Girona, el dúo formado por Tanit Mora e Inere Fernández llegará a l'Alcora para fusionar acrobacia, narración y arcilla, pero sobre todo para hablar sobre cómo habitamos los cuerpos y cómo los miramos. No únicamente el nuestro, sino también el de los demás. "Nosotras mismas empezamos a hablar del tema y nos dimos cuenta de que nos afecta. De ahí nace la necesidad de expresar cómo nos sentimos sobre nuestro cuerpo a través del arte", explican Las Chicas del Barro, quienes se estrenan como compañía con el espectáculo Cos(i)ficades.

>¿Por qué escogisteis expresaros mediante el cuerpo y la cerámica?
Vivimos juntas en el campo y el barro es algo que tenemos muy cerca. Además, lo utilizamos para unas reformas y vimos que era un material super versátil. Puedes trabajarlo desde el moldeado o modificar tu propio cuerpo a través de él. También tiene muchas maneras de estar; en polvo, líquido, se puede pintar... Pero sobre todo nos dimos cuenta de que se parece mucho al cuerpo, tiene un gran porcentaje de agua, y en el escenario nos permite que sea como un intérprete más. De hecho, el barro que nos acompaña es el mismo desde hace dos años. Después de cada espectáculo seguimos un proceso de almacenamiento muy concreto para que perdure.

'Cos(i)ficades' es el primer espectáculo de Las Chicas del Barro como compañía

>¿Qué buscáis generar con el arte?
Lo que intentamos es poner sobre la mesa temas tabú. No sé habla de cómo te miras los michelines o tu cuerpo y cómo lo juzgas, pero es algo que pasa constantemente, porque existen cánones muy concretos. Nuestra idea es poder modificar las estructuras mentales que nos hace mirar de esa manera. También, a título particular, incorporar una disciplina más al circo y la danza,  que son con las que siempre hemos trabajado, nos ha permitido generar un nuevo lenguaje. La técnica sigue presente, pero la hemos llevado más allá.



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