Música

Manel. Amor fiel y con retrovisor

Vinieron a la Sala Opal del Grao de Castellón a presentar ‘Atletes, baixin de l’escenari’, pero se ganaron al público cuando visitaron ‘Els millors professors europeus’ y ‘10 Milles per veure una bona armadura’, sus dos anteriores. Público fiel y de distintas generaciones que terminó rindiéndose al encanto cotidiano del grupo barcelonés, pero que lo recibió con algo de frialdad ante las nuevas composiciones. Si sacan las "sillas", el boomerang y sus historias de siempre, Manel funciona. A las mil maravillas.
  
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La Sala Opal, hasta arriba en el concierto de Manel. Fotos: Asun Pérez.

Es viernes 4 de abril, son las 23.00 pasadas y en la Sala Opal del Grao de Castellón no para de entrar gente. Manel es uno de esos grupos que hacen algo tan personal y único que han conseguido enamorar a un gran número de público a través de su pop-folk en catalán, siempre en los primeros números de las listas de ventas y superando las barreras que desgraciadamente aún existen para otros muchos grupos y artistas que deciden o sencillamente les sale utilizar esa lengua. Manel afronta una nueva faceta con Atletes, baixin de l’escenari (2013), en el que abandonan el ukelele y se acercan a sonidos más eléctricos y rock. Unos Manel convertidos, en cierta manera, en una banda. Algo a lo que parece que sus seguidores de toda la vida tendrán que acostumbrarse; si bien los Manel de Els millors professors europeus (2008) y 10 Milles per veure una bona armadura (2011), los que levantaron al público en el Paranimf de la Jaume I en 2012, siguen estando ahí.

Guillem, voz y guitarra de Manel.

La Sala Opal puede presumir de haber hecho lleno con el último concierto que tenían programado para esta temporada, antes de que el 1 de junio actúe Rozalén. Un gran número de asistentes con muchas ganas de escuchar al grupo barcelonés. Público de todas las edades y de todo tipo, sin olvidar una cierta tendencia de parejas dispuestas a abrazarse o a bailar cogidos de las manos al ritmo de “El Miquel i l’Olga tornen”, entre otras. El concierto empezó con un ritmo bastante bajo y suave, canciones que invitaban más al balanceo. No hay que engañarse, sólo había que ver al público: el principio del concierto no estaba convenciendo a nadie (por muchos cambios de guitarra que hiciesen), habían muchas ganas de bailar, de moverse y de disfrutar. Pero únicamente había que esperar; los catalanes se hicieron de rogar. Puede que esta sea una señal de que lo nuevo de Manel no acaba de cuajar tanto como los anteriores entre su público más acérrimo, pero no se puede negar que su fórmula sigue funcionando y con el directo acaban seduciendo.

Se podía acertar a simple vista quiénes eran los Manel-adictos cuando, después de ese amago de "nos vamos, pero volvemos" (la fórmula perfecta para que el ego de todo artista se alimente con el incansable “¡otra!, ¡otra!” del público), estallaban con la segunda parte del concierto en la que volvía el grupo de discos anteriores. Probablemente este fue el mejor momento del concierto; incluso parecía que ellos estaban más cómodos, más entregados y auténticos. Manel terminó conquistando.

Sonaron canciones que consiguieron que la banda barcelonesa se metiese en el bolsillo al público. Recuperaron ese “Boomerang” encallado entre las ramas, bailaron con Dolors una vez más; “Benvolgut”, "El gran salt" y demostraron que como en casa no se está en ningún sitio y que hace falta tener valor con la historia de “Nit freda per ser abril”. Y así hasta hacer un repaso a sus tres álbumes, saciando el hambre de los que se quedan con el otro Manel, los que los han conocido con este último trabajo y los que, hagan lo que hagan, siempre bailarán al ritmo de su pop. Lo cierto es que si algo parece que verdaderamente engancha de Manel es la forma tan sencilla pero a la vez compleja con la que consiguen que su música hable de cualquier cosa.

El final del concierto no pudo ser mejor. Guillem, Roger, Martí y Arnau cerraron la noche dejando un gran sabor de boca a todos contando la historia de “Teresa Rampell” por las calles de Barcelona y su noche de amor.

Manel se despide entre aplausos de la Sala Opal. Fotos: Asun Pérez.


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