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Las salas de conciertos, por fin en la agenda

Las salas de conciertos llevan tiempo reclamando abandonar el papel secundario al que parecen relegadas dentro de la eclosión actual de música en vivo a través de festivales y espacios no destinados inicialmente a tal función. Desde la asociación de salas Acces y el Institut Valencià de Cultura se preparan sendos proyectos para mejorar su situación actual.
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Biznaga, en la VI Fiesta de Nomepierdoniuna en La Burbuja. Foto: Pau Bellido (hoyoyo.es).

Parece existir consenso. Justo en esta época de eclosión de actuaciones musicales en directo es cuando las salas de conciertos viven sus momentos más complicados, con la sensación de desamparo por parte de las instituciones y con respuestas de público que en muchas fechas no permiten cubrir costes, lo que desemboca en cierres de locales que han asumido importantes costes de acondicionamiento. A su alrededor se multiplican los festivales sin una ley general que los regule -una petición reivindicada a través de la Asociación de Festivales de Música (FMA)- e incluso adaptando normativas para que puedan celebrarse. Y a la vez pubs, bares o espacios al aire libre incluyen cada vez más música en vivo dentro sus programaciones, amparados por modificaciones legales que responden a la demanda de notorias concentraciones de espectadores, a menudo en torno al vermut y el tardeo. En busca de un mejor panorama para los locales con licencia de salas de conciertos, que conlleva el cumplimiento de una serie de exigencias no precisamente baratas, están moviéndose algunas iniciativas a nivel nacional y autonómico valenciano, tal como quedó expuesto en la pasada edición de la Fira Valenciana de la Música Trovam!-Pro Weekend celebrada el mes de noviembre en el Auditori de Castelló.

Sin embargo, todos estos proyectos todavía están en fases previas a sus aprobaciones y aplicaciones, por lo que quedaría por delante un amplio recorrido legislativo hasta hacerse realidad. Desde la Asociación Estatal de Salas Privadas de Música en Directo (Acces) y desde el Institut Valencià de Cultura (IVC) se expusieron sus respectivos proyectos estratégicos, que incluyen el objetivo común de ofrecer un mayor respaldo a las salas de conciertos de titularidad privada. Acces esgrimió la redacción de una reforma de la ley de 1985 que será expuesta al futuro Gobierno español para regularizar la situación de la música a la realidad actual. Por parte del IVC, Marga Landete (directora adjunta de música y cultura popular valenciana) comentó los puntos del plan Fes Cultura elaborado desde la Mecuv (Mesa Autonómica de la Cultura Valenciana), y entre ellos se encuentra el apartado "ayuda a salas", además de las destinadas a vídeos, discos, asistencias a ferias del sector, edición en valenciano, mecenazgo, internacionalización...

ENTREVISTA A ARMANDO RUAH, COORDINADOR DE ACCES

Dentro de la programación de la séptima edición del Trovam!-Pro Weekend tuvo lugar el 14ª congreso nacional de Acces, una asociación que integra alrededor de 120 salas privadas de conciertos en España. Un encuentro que sirvió para escoger a Alberto Grandío como nuevo presidente -con el castellonense Luis Óscar García como vicepresidente- y en el que se dio a conocer los pasos más recientes de la asociación, incluido el estudio aún inconcluso que se presentará al futuro Gobierno de la nación. El coordinador de Acces, Armando Ruah, comenta a Nomepierdoniuna algunas de las claves de este congreso de una asociación que nació en 2005 con el propósito de preservar las salas de música en directo, "patrimonio cultural de nuestro país", y fomentar la música en directo..

Armando Ruah, a la derecha, durante el congreso de Acces celebrado en el Auditori de Castelló. Foto: Trovam!-ProWeekend.

>En líneas generales, ¿cuál es la principal conclusión que se puede extraer de este congreso que ha reunido en Castelló alrededor de medio centenar de asociados?
Seguimos reivindicando un reconocimiento cultural a las salas de música en directo. El 99% de salas que existen en España son privadas, de propietarios que pagan sus impuestos, con sus licencias, y son el eslabón para que los nuevos valores de músicas emergentes tengan un espacio en el que presentarse ante el público. Ese reconocimiento lo estamos persiguiendo desde hace 15 años en España, cuando se creó Acces, y también en Europa con la Asociación de Salas de Conciertos y Festivales (Live DMA), que incluye a 15 países.

>En el mundo de la música se habla constantemente de reconocimiento y profesionalización. Sin embargo, son tantos los frentes abiertos por resolver que parece encontrarse constantemente en una situación indefinida donde sus múltiples protagonistas rara vez actúan de un modo coordinado, en parte también por falta de normativas claras y adaptadas a la realidad, empezando por la situación de los músicos.
En el Estado español estamos intentando que la regularización laboral de los músicos se adecúe al siglo XXI y que no dependa de una ley de 1985 que hoy por hoy ya no tiene nada que ver con la realidad que vivimos. Pretendemos que el músico que quiera ser autónomo lo pueda ser y que haya una misma ley, no diferentes según la comunidad autónoma, y que no dependa del criterio y la interpretación de un inspector de la Seguridad Social

>En cuanto a recintos, dependiendo de sin son salas de conciertos, festivales o espacios públicos o locales privados con permiso normativo para programar música en vivo las reglas difieren (cuando existen), lo que también contribuye a que se perciba una sensación de falta de conexión entre protagonistas de un mundo cuya base es la música y su exposición en vivo.
Otra punta de lanza importante es la convivencia entre salas y festivales. Como asociación de salas, estamos a favor de la música en directo, pero antes solo había festivales en verano y ahora durante todo el año, y los nombres de esos carteles, de los más grandes a los que aparecen en pequeño, han empezado en salas. Nos parece absurdo que algunos festivales marquen exclusividad sobre dónde pueden tocar durante un período de tiempo algunos grupos que están empezando. En la actualidad hay en España entre 800 y 1.000 festivales y estaría bien que todos remásemos en un mismo sentido.

“Seguimos reivindicando un reconocimiento cultural a las salas de música en directo (...) Las instituciones se quedan en el hecho de que venden cervezas”

>La queja común de las salas de conciertos es que se les exige una serie de condiciones para ejercer como tales que obligan a importantes desembolsos económicos; unas exigencias que no se aplican a otros espacios que sin estar creados específicamente para la música en directo, sí cuentan con programaciones.
El de las salas de conciertos es el sector con más normativas, incluso más que la fabricación de explosivos. Normativa local, autonómica, estatal y europea en temas como limitación de sonidos, por ejemplo. Más allá de las salas con licencia para conciertos, está bien que exista el underground, pero hay que marcar ciertas normas. A esos otros espacios también se les debe aplicar una serie de normativas de seguridad, insonorización, que se respeten las condiciones laborales de los músicos, que no entren en conflicto con los horarios de las salas de conciertos, que no se pueda beber en la calle... Hay que marcar una diferencia entre ambos tipos de locales y estaría bien que se creara una marca de calidad que diferenciase a las salas de conciertos de las que no lo son.

>Según se ha comentado en algunas charlas de las celebradas en el Auditori con motivo del Trovam!-Pro Weekend, se trabaja para presentar al futuro Gobierno un plan de actualización legislativo que reconozca la realidad de los músicos y de las salas de conciertos.
Acces formamos parte de un colectivo sin entidad jurídica que engloba a unas 8.000 personas a través de asociaciones, salas, promotores musicales, representantes y técnicos de espectáculos, con el apoyo de algunos ayuntamientos. Hemos contratado a cinco magistrados y catedráticos de derecho de primera línea que están escribiendo una propuesta de reforma de la ley de 1985. El estudio está prácticamente finalizado, pero no tenemos Gobierno. Sí que hemos mantenido entrevistas con el ministro de Cultura, el secretario de estado de la Seguridad Social... Pero hay que tener un Gobierno con el que reunirse.

>De todos modos, siendo tan distinta la situación de los músicos, desde el profesional dado de alta como autónomo hasta el que realiza una actuación cada varios meses y ni se plantea cotizar, no parece sencillo aplicar una misma normativa.
No queremos que todos los músicos sean autónomos, pero sí que quien quiera tenga la posibilidad de poderlo hacer. Que las tasas para dar de alta a un músico en el Régimen General de Artistas sean proporcionales a su nivel de venta de entradas. No queremos que todos los músicos sean autónomos, sino que se establezcan tarifas al nivel de lo que generan en taquilla. A veces nos encontramos agencias con un músico que vende muchas entradas y quiere exigir a todos sus músicos que sean autónomos, cuando sus ingresos distan mucho de ser los mismos. Un músico que vende mucho debería dar a sus músicos de alta; un músico que toca diez veces al mes en diferentes proyectos también.Y en el apartado de salas, no se puede aplicar la misma exigencia a una sala para 80 personas en Castelló que a otra para 600 en Madrid.

“El de las salas de conciertos es el sector con más normativas, incluso más que la fabricación de explosivos”

>Da la sensación de que después de años de funcionamiento de diferentes asociaciones relacionadas con la música se esté constantemente en un punto de partida.
Estamos buscando crear puentes con las asociaciones de promotores, de managers, de músicos... para que todo el sector vaya en el mismo sentido. En el reciente BIME de Bilbao se ha presentado la Federación ESmúsica, en la que participan desde las entidades de gestión, como SGAE y AIE, discográficas,... Tenemos que ir hacia el reconocimiento de que la música es un sector estratégico dentro de la economía del Estado. Donde más entradas se venden es en la música, más que en el teatro, el cine... y sin querer ser más que nadie, sí que queremos que se reconozca que es un sector importante desde el punto de vista económico y social. En los festivales, las salas, la gente se relaciona, baila... La música es un derecho humano necesario para el desarrollo de la persona. La persona que asiste a escuchar música en directo es más feliz, más sociable. Es un punto de encuentro para las personas.

>Sin embargo la música acumula un retraso de años respecto a esos otros sectores culturales en aspectos como la reivindicación ante autoridades políticas.
El teatro lleva 25 o 30 años trabajando para que se reconozca su labor, y hablo de salas y compañías independientes, que luchan para que se reconozca el trabajo de salas, actores. Para nosotros ha sido un modelo a seguir para estructurar el sector y que sea reconocido. La dificultad es que las salas de conciertos, al ser privadas, dependen al 95% del apartado de hostelería, y el teatro no tiene esa carga, lo que hace que a las instituciones les cueste reconocer el trabajo de las salas, ya que se quedan en el hecho de que venden cervezas. Pero si las salas de conciertos tuvieran las ayudas que tienen salas de teatro independientes, no dependerían tanto de la hostelería u ocurriría como en Francia, donde algunas salas no tienen ni barra, o lo que sirven son tés, cafés y sidra.

>Tal vez la música esté pagando el ser un sector muy individualista, desde el que se transmite la sensación de que cada uno va a lo suyo y que cuesta agruparse para conseguir objetivos que, hablando uno por uno, son comunes a la mayoría.
La música siempre ha ido muy por su lado, empezando por el músico, que trabaja muchísimas horas solo, con sus instrumentos, estudiando... Nunca se ha organizado. Ahora sí que hay organizaciones de músicos de diferentes estilos y zonas, pero no un sindicato. Los músicos no están unidos. Y sería importante que se unieran en un gran colectivo. Los managers, los promotores, las salas... ya llevamos años trabajando y eso empieza a dar sus resultados. Eso permite que el sector esté estructurado, que se reconozcan las distintas profesiones que existen en la música.

“Hemos contratado a cinco magistrados y catedráticos de derecho de primera línea que están escribiendo una propuesta de reforma de la ley de 1985. El estudio está prácticamente finalizado”

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