Junior Mackenzie se reencontró con el público cinco meses después y lo celebró con una larga y cuidada actuación. Foto: Carme Ripollès.

K Festival Days se convirtió en punto de encuentro -emocionado incluso- de unos cuantos de los habituales en el circuito de salas de conciertos de Castelló después muchas semanas de obligado destierro. Un reencuentro en Benicàssim ansiado por fans de la música en vivo que durante cuatro meses (como mínimo) han tenido que reprimir sus ganas de volver a sentir los decibelios en el cuerpo. Como consecuencia, los días 23 y 24 de julio se vivió un ambiente especial en las instalaciones de K'sim, mezclado con la extrañeza de la novedad que supone ver una actuación musical sentado en una silla ya asignada, con el mínimo de desplazamientos posible, con mascarilla y levantándose para aplaudir o bailar sin apenas moverse del invisible espacio circundante al asiento.

Los comentarios al final de la segunda jornada apoyaban estas experiencias que, en realidad, no son tan diferentes a ver actuaciones en un teatro -salvo por las mascarillas-, aunque se hace raro disfrutar sentados de conciertos con energía rockera. Rufus T. Firefly, Nadia Sheikh, Junior Mackenzie y The Black Beat demostraron que las ganas de volver al directo era un sentimiento compartido entre músicos y espectadores, ya que también para los grupos y solistas suponía su vuelta a los escenarios. Los cuatro dejaron grandes recuerdos, sobresaliendo la recepción a los madrileños, una de las bandas más respetadas dentro de la escena nacional.

Jueves: The Black Beat y Junior Mackenzie

Un concierto añadido a posteriori al cartel ya cerrado del K Festival Days por parte de los dos grupos castellonenses que acompañarán en este ciclo a Los Deltonos (The Black Beat; el 29 de agosto, además de la asturiana De Fem) y Smile (Junior Mackenzie; el 4 de septiembre): se ubicó en la medianoche del jueves, con la competencia del partido del CD Castellón de la fase de ascenso a Segunda A, y reunió a unos cincuenta espectadores.

Iván Chabrera, al frente del potente nuevo proyecto The Black Beat. Foto: Carme Ripollès.

The Black Beat se estrenó oficialmente en Benicàssim, en casa (aunque unos meses atrás hubo un previo en Barcelona). No fue una carta de presentación completa de la banda, ya que faltaba el guitarra solista Hèctor Tirado, cubriendo sus solos en esta ocasión las teclas del experimentado y versátil Eloy Alcaide (Miss Black Emotion). A su lado, el líder de la banda, Iván Chabrera (ex Ruth Baker Band), imprimiendo ese sonido sixties y seventies británico que tanto le gusta, con referencia directa a The Who y su "My generation" como cierre. En la batería, la contundencia de Pasqual Tirado, quien regresa a la escena tras la conclusa experiencia con Malnom, y en el bajo el también recién incorporado Tomás Navarro. Temas potentes, de nueva y vieja factura, ya que con la voz de Iván se recuperan el "You don't know", de Ruth Baker Band, e incluso "Useless dwarf" y "Bad old days", de The Electric Ones, la potente formación que dio posteriormente paso a Ruth Baker Band con la incorporación de una voz femenina y un sonido menos crudo.

Junior Mackenzie, como siempre con la compañía del unicornio Miranda. Foto: Carme Ripollès.

Junior Mackenzie le tenía ganas a este concierto, "cinco meses después" de pisar por última vez un escenario. La prueba es que realizó una actuación larga, de cerca de dos horas, basada inicialmente en su exitoso Files of life, con temas hechizantes como su primer single, "Haze". Pero con el paso de los minutos se adentró en su pasado, repasando todos sus trabajos publicados, incluido el primerizo y homónimo Junior Mackenzie (2011), finalizando incluso con el tema que lo abría, "Where to say" y una especie de salmo a capella. Un álbum germinado cuando residía en Londres y en el que contó en estudio con la colaboración vocal de Maika Makovski en el tema "So young", encargándose Juan Fortea/Junior Mackenzie de las dos voces en este concierto, lo mismo que en el recién estrenado "Bird with no feathers" (anticipo del disco Now that we are dead), en el que le acompaña Aurora García (ex Aurora & The Betrayers). Como es habitual en él, todo muy pulcro, incluso los momentos más rockeros, dentro de su línea folk norteamericana, haciendo que todo encaje lo más próximo posible a la grabación discográfica, junto con Andrés Mauricio Bedoya (contrabajo), Ben Wirjo (batería) y el más nuevo Pablo Barrios (teclas).

Las mascarillas, el nuevo elemento en los conciertos. Foto: Carme Ripollès.

Viernes: Nadia Sheikh y Rufus T. Firefly

Alrededor de 150 personas atraídas especialmente por Rufus T. Firefly, pero sin desdeñar el tirón de la alcorina Nadia Sheikh, quien al día siguiente se marchaba a Londres, su lugar de residencia habitual en estos últimos años, desde donde pilota una carrera llena de continuos pasos hacia adelante. Durante casi la mitad de su vida ha aparecido en solitario frente a los espectadores, así que a sus 24 años va sobrada para realizar conciertos con el acompañamiento de su guitarra y teclados, aunque haga meses que no pueda subirse a un escenario. En teoría, debería estar repasando los temas de su reciente ep Everybody hears but no one's listening -que también-. pero sorprendió presentando algunos compuestos durante la pandemia, incluido uno al piano interpretado en castellano, "Imaginar", un blues o un tema surgido a raíz de la violenta muerte de George Floyd que tanta polvareda ha levantado. Alternó momentos baladísticos como "The wire" con otros movidos, como "Get away" y se ganó incluso el comentario admirativo de Víctor Cabezuelo, colíder de sus compañeros de cartel.

Nadia Sheikh volvió a actuar ante público justo el día antes de regresar a Londres. Foto: Cristian Lorente.

Rufus T. Firefly levantó en varios momentos de sus asientos a los presentes gracias a unas precisas interpretaciones de esos atmosféricos temas psicodélicos que invitan a cerrar los ojos y dejarse llevar por las teclas de Marta Brandariz y en algunos a cuatro manos, con el añadido de las del guitarrista y voz Víctor Cabezuelo, núcleo central del grupo junto a la batería Julia Martín-Maestro. Como era previsible, su concierto se basó en los discos Magnolia y Loto, recordando que en circunstancias normales en este mes de julio hubiesen grabado un nuevo álbum, el séptimo ya dentro de una trayectoria muy firme. "Tsukamori", "El halcón milenario" y "Loto" fueron el arranque de un repertorio típico de su última gira, para satisfacción de sus fans. Un recorrido entre sus proclamas de amor a la naturaleza con una recta final muy bien recibida, desde la potente "Pompeya" con su marcado ritmo cercano al hard, hasta el cierre con la apuesta segura de "Río Wolf", situando entre ambas "Nebulosa Jade", "Druyan & Sagan", con público puesto en pie desde sus primeras notas, y "Magnolia".

Los teclas de Marta Brandariz y, en ocasiones, de Víctor Cabezuelo, crearon atractivas y envolventes atmósferas. Foto: Cristian Lorente.

Hay cambios en las dos últimas fechas de K Festival Days, puesto que se trasladan hasta la villa Los Pinos, también dentro de Benicàssim, con la eliminación de la programación familiar prevista para la mañana del sábado 29 de agosto. K Festival Days es una iniciativa de Van Sound Produccions, con la colaboración de la Diputació Provincial de Castelló y Los Pinos Events. Las entradas online se pueden adquirir en este enlace.

SIGUIENTES CITAS DE K FESTIVAL DAYS EN LOS PINOS EVENTS

>Sábado 29 de agosto:

K Festival Days: Conciertos de Los Deltonos + De Fem + The Black Beat (21:00). 12 euros (promoción), 15 euros (anticipada) y 18 euros (taquilla).

>Viernes 4 de septiembre:

K Festival Days: Conciertos de Smile + Junior Mackenzie (apertura de puertas a las 22:30). 12 euros (promoción), 15 euros (anticipada) y 18 euros (taquilla).

Los temas de Rufus T. Firefly levantaron en varios momentos a los asistentes de sus asientos. Foto: Cristian Lorente.